No hablo de los excarcelados. Los masoquistas gozarán con su
compañía. Yo hablo de otra tragedia inhumana, atroz, que nos golpea, se acerca
y se repite.
El mundo es un pañuelo, personas,
culturas, y sueños que viajan y conviven. A veces chocan. Estamos convirtiendo
el mundo en guetos, para excluir a quienes no están en el bando en que nos
encontramos. Hacemos del mundo algo cada vez más cerrado, y el corazón más insensible y menos libre. La Humanidad
casi se reduce a los pocos que tratamos.
El valor altruista de la convivencia, lo que siempre se ha entendido
como valor humano, como humanidad, no es más que un egoísmo de supervivencia y
de clase: de nacionalidad, etnia, ideología o creencia.
La crisis mundial es real y
afecta más duramente a los más desfavorecidos. Pero la crisis, de los no tan
desfavorecidos, es más íntima: de valores humanos y de horizontes vitales. Los
pocos valientes que lo dan todo, se pierden en la masa, ante el silencio de los
medios de comunicación y la indiferencia de los instalados. Los europeos en
general recibimos (no tenemos más remedio) pero la sociedad es poco acogedora e
integradora. Los guetos étnicos y culturales, en muchos casos son provocados
por el deseo natural de sentirse arropados ante la frialdad del entorno. ¡Hay
gente sola!, sobre todo en los pueblos.
Cada vez son más frecuentes
y más cercanas, las tragedias. Nos
espantan, pero se suelen sacudir de encima, con un simple “lamento”, con un
“pobre criatura”, o con un juicio despiadado contra la institución mundial, el
gobierno de turno, o el “loco” de turno. ¡Como si nada pudiéramos hacer y como
si nada nos importara!
Tenemos respuesta para todo.
Mueren 300 emigrantes, y decimos ¡Que terrible! Un padre mata a sus 2 hijos y
los quema: ¡Qué animal! (Ni siquiera pensamos que un animal nunca haría algo
parecido). Incendian un bosque, o envenenan el agua: ¡Cuánto loco anda suelto!
Unos padres envenenan a su hija adoptiva (procedente del Este): ¡Cómo han
podido hacerlo! Cada minuto se producen 4,7 abortos en España: ¡es un derecho
de la mujer! Encuentran un recién nacido
en el contenedor de la basura: ¡Esa madre no tiene entrañas! Desaparece una
mujer durante un mes y ¡nadie denuncia! ¡No sabíamos nada! Resulta que esa
mujer tenía 3 hijos y estaba embarazada de 8 meses: ¡Qué pena! Se sabe que
estaba separada de su marido, quien tenía a su vez orden de alejamiento. Vivía
con otro. ¡Algo frecuente! Esa mujer era emigrante. Era sudamericana. Era
peruana o colombiana. En todo caso, una luchadora y soñadora que buscaba en
nuestro país una vida mejor. ¡Pobrecilla!
Puesn menos lamentos, porque esto no es normal. "José Miguel B.V., el hombre detenido por haber matado a su pareja embarazada, Carolina D.C.C., en Cifuentes (Guadalajara), ha confesado haber echado las extremidades y la cabeza de la víctima para que se las comieran los perros, mientras que el tronco lo enterró tras una nave de su propiedad. También ha confesado que descuartizó a la víctima en las dependencias de la carnicería que regentaba en el municipio".
Puesn menos lamentos, porque esto no es normal. "José Miguel B.V., el hombre detenido por haber matado a su pareja embarazada, Carolina D.C.C., en Cifuentes (Guadalajara), ha confesado haber echado las extremidades y la cabeza de la víctima para que se las comieran los perros, mientras que el tronco lo enterró tras una nave de su propiedad. También ha confesado que descuartizó a la víctima en las dependencias de la carnicería que regentaba en el municipio".
http://www.elmundo.es/espana/2013/10/29/526fce1963fd3dd2618b4574.html
Se descubre (su desaparición)
porque el hombre con quien convivía llamó al ex marido, para que se hiciera
cargo de los niños. Al llegar el padre de las 3 criaturas ¡Saltan las alarmas
sociales de defensa de la ley de alejamiento! Asuntos Sociales al no encontrar
a quien debería proteger, denuncia la ausencia de la mujer.
La Guardia Civil interroga al hombre
con el que convivía, -carnicero de la localidad de Cifuentes, Guadalajara,
España-. Confiesa que le dio un golpe a su mujer. Pero presuntamente el
especialista en despiece, troceó a la pobre mujer. Algunos vecinos dijeron que la había arrojado a un vertedero donde se echa carroña
para los buitres. Pero la guardia civil encuentra el tronco de la mujer en una
nave. ¡Solo el tronco!
El pueblo y la provincia donde se
ha producido este suceso se conmueven y lamentan que un suceso así sirva para
que el pueblo y la provincia salgan en las noticias.
¡Seguro que la tragedia de esta
mujer emigrante con hijos de un marido anterior y unida con un español es un
caso único! ¡Mentira! ¡Conozco otros muchos casos! Posiblemente su primer
marido la maltrataba, y se fue con sus hijos. ¿Qué podía hacer? Los servicios
sociales, alejaron de ella al maltratador. ¡Qué menos! Seguro que hasta tuvo un “abogado de oficio”,
que defendió el derecho de la mujer, incluso de los hijos y se los confió a
ella. Seguro que la tragedia de la emigrante, sus sueños rotos, el hambre de
sus hijos, quedó resuelto con la nueva escolarización. ¡No es verdad! ¿Nadie en un pueblo de 2000 habitantes sabía
que esperaba otro bebé a pesar de estar de 8 meses? ¡Es que no se ve! ¿Nadie la
conocía o hablaba con ella cuando iba a buscar a sus hijos a la escuela? ¡Increíble! Ningún cliente (clientas
principalmente) que iban a comprar en la carnicería, (vivía en el piso encima
de la carnicería), se dio cuenta de lo que estaba pasando con su nuevo marido,
el carnicero. ¡Mejor no meterse! Tal vez quienes iban a la iglesia sabían que
era una persona emigrante, amable, pero no pasaron el umbral de la intimidad,
para asomarse a la cárcel de su corazón, ¿O sí?
Se han producido recortes en
España. Cierto que el 31,7 % de la población de Castilla La Mancha son pobres
(hay 670.000 pobres). Posiblemente esta mujer y estos niños tenían para comer,
aunque no fueran libres para escapar una segunda vez del maltrato. ¡Horrible!
Los partidos políticos, nunca admiten errores. En todo caso siempre culpan al
adversario. Y piden que "se sigan impulsando" medidas que protejan a
las mujeres ante la violencia de género, "con todos los recursos y desde
todas las administraciones públicas". Gudalajara no es ajena a esta lucha de ideología y de poder.
¿Quién sabe la soledad que
representa vivir en otro país, tener que alimentar a sus hijos, sin el consuelo y el consejo de sus familiares
que están al otro lado del infinito azul? ¿Dónde quedaron los amigos? ¿Dónde la
mano tendida de quien camina a nuestro lado?
Denuncio a esta sociedad que todo
lo hace legal y ¿bien? Hay que desenmascarar a los buenos que son justos (o
eso creen) porque no se comprometen; y a los funcionarios de las instituciones,
que todo lo hacen bien (según sus competencias); a los cobardes, que para no
“mancharse nunca” miran para otro lado. ¿Qué importa que haya colegios públicos
o privados para escolarizar a los niños, si no les dan un poco de cariño? ¿Qué
importa que haya comedores escolares o de Cáritas o de Cruz Roja, si nadie es
capaz de mirar a los ojos y ver en ellos reflejada su drama y su tragedia?
¿Quién escucha al deprimido?
Denuncio la hipocresía social y
religiosa, porque creen que a los emigrantes les damos todo y lo tienen todo y
nadie (o muy pocos) se pone en su lugar. Mi escrito no es un juicio contra
nadie, es simplemente un grito, lo más fuerte y desgarrador posible. ¿Saben lo
que es dejar un hogar, su tierra, su familia, su cultura y lanzarse a la aventura
de busca de una vida mejor? Denuncio a la casta política y sindical que ha
arruinado España y se ha olvidado de los pobres, de aquí y de los que llegan.
En Guadalajara, en 2012 se produjeron 550 desahucios. ¡Una barbaridad, porque
en total somos una provincia muy pequeña ( 250.000 habitantes en total).
Estas dos vidas, sí 2, la de Carolina y la del hijo de sus entrañas
(¿alguien tiene duda de esta vida en camino?), valían y valen igual, por lo
menos, que la de usted o la mía. Y
quiero y deseo, que se le juzgue por las dos muertes, la que aún no se había
estrenado y la de una mujer que amó y lo entregó todo. Que tenga tiempo
suficiente para pensar lo que ha hecho a estos seres inocentes, este malnacido.
Y también que se le juzgue por las 3 vidas rotas de tres niños inocentes cuyo
corazón ya no tendrá la caricia de su madre. ¿Quién ha pensado en el dolor de
estos niños y el futuro que les espera?
No más lamentos fáciles, ni
lágrimas de cocodrilo, ni palabras huecas de retórica. No podemos quedarnos tranquilos
con un minuto de silencio, por “otra víctima de violencia de género”. Hay que
pedir justicia. ¡Gritarla! Desde aquí, desde España, desde Perú o desde
Colombia. Únicamente entiendo el sentimiento de quien sea capaz de romper la rutina y piense que no
podemos seguir con esta deshumanización. Estos sucesos tienen que despertar
nuestra conciencia individual y colectiva. ¡Esto, aunque se repita, no puede
ser normal! No podemos soportar que un día sí y otro también, acaben con un
niño, una mujer, un inocente, y no haya un líder que llame a un cambio radical,
a un rearme moral, contra la violencia, la injusticia, la falta de sacrificio,
de comprensión y de amor. ¡No podemos resignarnos!
Sé de muchos emigrantes, lo sé
por experiencia familiar y porque tengo muchos compañeros en Cruz Roja, que
están ayudando a que este país salga adelante.
Muchos de esos emigrantes están atendiendo
a personas mayores, aseando y cuidando a enfermos a quienes sus hijos españoles
o no pueden o no quieren cuidar. Tienen que multiplicarse para cuidar a unos, acudir
a limpiar casas y echar una mano en lo que pueden para sacar a su familia
adelante. ¿Eso es delito?
Estas víctimas, la de Carolina Calderón y
la de su hijo (foto adjunta), y los 3 hijos destrozados y huérfanos, también son nuestras
víctimas, por ser seres humanos y por
ser conciudadanos. ¡Todo ser humano es mi hermano! ¿Dónde está la
humanidad? ¿Dónde las creencias? El asesino se encontrará con sus dos víctimas,
pero también los convecinos, también, los que pudiendo hacer algo, no lo hicieron.
Hay que decirle a nuestros hijos que no se puede ser insensibles a las
calamidades de los demás.
Vivo en una sociedad que deja libre a los
asesinos, y acata las interpretaciones de leguleyos que no tiene en cuenta los
derechos de las víctimas, ni escucha el clamor de la calle pidiendo justicia y
dignidad. ¡Me avergüenza!
¡Nadie debería vivir ni un minuto
la violencia! Y si puede hacer algo, debe hacerlo, o denunciarlo para que otros
lo hagan. ¡Se sentirán mejor con su conciencia! ¡Tal vez alguien lo imite! Y
…aunque nadie lo vea, ni se lo agradezca: ¡Merece la pena!
PUBLICADO EN BIATACORA DE BELMONTE en CiViCa: 28-10-2013: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/insolidaridad-tragedia-y-por-respuesta-%E2%80%9Cel-lamento%E2%80%9D; EL HERALDO DEL HENARES, BLOG: LA TANGENTE: 28-10-2013: http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=19179