Nos han tenido que enseñar
los enfermos y su familia, que “todos somos raros”. Pero nadie se lo cree. Nos
creemos “únicos”. Una contradicción que lleva a un conflicto personal y social que termina en
desequilibrio y en violencia. Los “raros” tienen que soportar unas veces las
burlas y otras la eliminación. Si nos lo propusiéramos de verdad, el mundo
podría mejorar.
Sería bueno escuchar lo que los
Maestros advierten del peligro: “La
naturaleza está equilibrada. Los animales viven en armonía. Los humanos no
aprendieron a hacerlo. Continúan destruyéndose a sí mismos. No hay armonía ni
concierto en lo que hacen…los humanos solo destruyen. Destruyen la naturaleza.
Destruyen a otros seres humanos. Con el correr del tiempo se destruirán a sí
mismos” (Brian Weiss, “Muchas vidas
muchos maestros”).
Y si los sabios coinciden, parece más urgente
estar alerta. El psiquiatra chileno Claudio Naranjo (75 años) anuncia: “o cambiamos
la educación o este mundo se va a pique”. Y da razones:
No educamos para que el
ciudadano desarrolle sus capacidades y sea lo que debe ser. Estamos educando, para
que los medios, el dinero, la ideología y los políticos, sigan manipulando. No
les interesan los que piensan, ni los críticos.
Porque, el comportamiento general de
padres, educadores, jueces y autoridades
no educa para la conciencia. “La crisis de la educación no es una crisis
más entre las muchas crisis que tenemos, sino que la educación está en el
centro del problema. El mundo está en
una crisis profunda porque no tenemos una educación para la conciencia. Tenemos
una educación que en cierto modo le está robando a la gente su conciencia, su
tiempo y su vida”. En sentido literal.
Si no se educa la conciencia da igual
todo, blanco y negro, bueno y malo. Y así, nadie es responsable de nada. Así ni
se fomenta la convivencia ni la responsabilidad humana, social, política, ni
sexual. Todo está permitido.
Sabemos que hay valores
absolutos, pero nos acomodamos al
relativismo. No es lo mismo, dar muerte
que dar vida, ni ser víctima que verdugo. Pero se han banalizado los valores
convirtiendo lo fundamental en un debate semántico, en el que las palabras
sirven para ocultar o enmascarar lo que se quiere decir. Nos quedamos con lo
que nos interesa. De ahí la corrupción y
la hipocresía social y la doble vara de juzgar a “los afines y los otros”.
Podíamos coincidir en ideas simples,
elementales, como que “Nadie es perfecto”
o “Todos somos raros y todos somos únicos”. Tenemos limitaciones que no impiden
“una vida sin límites”, y una fortaleza
y un “espíritu invencibles”. Lo apreciamos en los atletas paralímpicos, o lo muestran
y lo afirman Nik Vujicic y Ototake Hirotada o Lizzie Velázquez, afectados de
enfermedades rarísimas y convertidos en oradores motivacionales.
Al no educar para la conciencia, abandonamos
las ideas básicas en cuando pasamos de la teoría a la vida real, tanto en
política, como en negocios, como en la vida. No se educa, en general, para
trabajar por el bien común. Ni para saber utilizar los medios para que no se
produzca un embarazo. Si alguien lo recuerda, se le descalifica tachándole de retrogrado o de meapilas.
Se educa para saber cómo se
puede eliminar el fruto del embarazo si éste se produce o se ha producido. Se educa para no ir a la cárcel, o no pagar. No
se educa para la conciencia y responsabilidad.
Y se dan pasos más o menos conscientes:
- Negamos el principio de que “nadie es perfecto” al no admitir a hijos con algún defecto o anomalía.
No, a los “raros”.
-La izquierda que se dice “progresista” reivindica
no la defensa de la vida, y del débil, sino “aborto libre, seguro y gratuito”.
Es decir, que el Estado, con dinero de todos,
paguen la eliminación de “eso” que le ha salido en la barriga.
Hay personas sensatas, dentro de la
izquierda, que piensan que esto no es un juego. La escritora Natalia Ginzburg, parlamentaria
durante 2 legislaturas por el PC de Italia, quien dice:
“En la idea que tengamos del aborto se
esconden los rasgos de nuestra idea de la vida. Con un pensamiento abortivo no se puede construir
nada, pues no es un pensamiento constructivo… Abortar es matar, pero se trata
de un homicidio que no puede compararse con ningún otro. Es separarse para
siempre de una individual, concreta y real posibilidad viviente…Es una horrible
facultad de elegir, la vida o la nada. Quien elige debe elegir por dos, y el
otro está mudo”.
No se trata de si la ley lo permita o no. Los plazos
son una ingeniería política de los lobbies ideológicos apoyados por el dinero. ¡Eso
da votos o los quita! Los científicos no
aprecian en la evolución del feto que “algo” justifique que ayer sea diferente
al hoy, a las 14 o a las 22 semanas. Si no se justifican, ¿puede haber otros
plazos?
El 22 de febrero de 2012, una revista
británica publicó un artículo: “Aborto
postparto: ¿Por qué debería vivir un
niño?”. Lo firman los filósofos de bioética Alberto Guibilini de la universidad
de Milán y Melbourne, y Francesca Minerva de la universidad de Milán y Oxford. “El aborto está socialmente aceptado por razones que
no tienen nada que ver con la salud del feto. Como ni el feto ni el recién
nacido tienen el mismo estatus que las personas reales, el aborto después del
nacimiento debería admitirse incluso en casos que nada tienen que ver con la
discapacidad”.
Añaden: “Si
los criterios de costes sociales, psicológicos, económicos, son razones
suficientes para que los padres aborten cuando el feto está sano… también
deberían justificar la muerte de una persona recién nacida”. Es el mismo ser
vivo.
Al tener únicamente algunas horas o días: “Aborto post parto”. Está despenalizado y no se cae en
el infanticidio. Absurdo, pero cierto. ¡Se está haciendo!
Sobre la base de primar el derecho
de la madre a “decidir” sobre la vida de su hijo…, el paso siguiente es la
eutanasia infantil, aprobada en países europeos, como Bélgica y Holanda. Sujeta
a abusos, porque el día 12 de enero, Bélgica salió a la calle a protestar por
la manga ancha en la “eutanasia
infantil”.
LA CLAVE: cosificando al ser indefenso,
hemos perdido la dignidad del ser humano.
Vaciando de contenido el derecho a la vida del concebido, primando la
“decisión” de la madre por interés
político, llegamos al totalitarismo y a la dictadura de unos sobre otros, a la
ley del más fuerte.
La violencia no es la solución, y
además llama a la violencia. Cada año hay más de 112.000 abortos, en España, lo
que supone más de 306 por día. Pero
se contabilizan ya 387 denuncias por
maltrato. Son datos estadísticos.
En términos de educación, es un error, a) que ante el desconcierto de una
mujer embarazada que se encuentra en dificultad, el personal sanitario presione a esa mujer para que aborte.
Es un error que b) los servicios
sociales del estado, la abandonen ante
el riesgo de exclusión social, o que le ofrezcan, como única salida la pagarle el
aborto. Se está mandando el mensaje de que
“eso” es lo bueno, o lo justo. Es un error que c) ante el invierno demográfico que padecemos, que nos sitúa a la cola
de los países europeos, se aumenten en los presupuestos cada año, el dinero
para abortar, y no en ayudar a la mujer para que pueda llevar adelante su
embarazo. Se está invirtiendo en muerte y no en vida. Sin previsión de futuro,
muere el niño y perdemos todos.
Cualquier persona, puede sentirse
desconcertada y sentir miedo en muchas ocasiones de la vida: una operación, secuelas
de accidente, aparición de enfermedad, error médico, ruptura de pareja, fracaso
profesional, pérdida de trabajo, soledad, etc. En todos los casos, la sociedad
debe ofrecer ayuda psicológica y apoyo humano, para reencauzar o reconducir su
vida.
El embarazo es una situación normal,
que entraña desconcierto y, que en ciertas ocasiones requiere ese apoyo y ayuda
profesional. A veces también ayuda económica. La aceptación de un diagnóstico
médico desfavorable por enfermedad en cualquier persona…, La aceptación de los
padres ante el diagnóstico de una anomalía en el hijo que esperan, requiere ser
ayudados cuanto antes para aceptar la nueva situación que obligará a un cambio
mental, psicológico y vital. ¡Está en juego una vida sin ese apoyo!
Hay que invertir en VIDA, en ayuda y
esperanza y no en miedo, depresión o
muerte. El debate actual se centra en ignorar lo esencial del ser humano y
centrarlo en el aspecto material.
Esta educación ignora que somos, cuerpo y
alma. Se centra en el cuerpo, ignorando el alma. Se ha caído en el materialismo
y no fomenta el espíritu.
Solo se ve bien con el corazón, cuando hay amor. Ahí
se descubre la verdadera dimensión. ¿O
ya no se puede hablar del alma? El alma es anterior al nacimiento y posterior a
la muerte. El alma es la fuente de la vida. Tenemos cuerpo, no somos únicamente
cuerpo. El cuerpo es temporal, el alma no. El alma es vida, que está aquí para
aprender y progresar. Si perdemos esa oportunidad, tendremos que repetir curso,
es decir reencarnarnos en otra vida. “Gracias a los incansables esfuerzos de
los investigadores, podemos ahora afirmar con razón que es posible aceptar la
reencarnación basándonos en datos clínicos, no solo en la fe”( B. Weiss).
En esa idea, el sexo, el color, la
profesión, la salud o la enfermedad, son importantes pero no lo principal. Como
dice Lizzie "Deja de mirar, empieza a aprender”, y
en su segundo libro, Be beautiful, be you, desea
que se informe a la gente de que la apariencia no importa y que debería amarse
a sí misma por lo que es y como es, y desde el principio al fin. La educación
tiene que procurar un sistema más justo y humano. Igualdad de de derechos, ¡sin
exclusiones!
Todo en el universo se resume en una palabra llena de
energía: AMOR. Lo llena todo, está en todo y atrae todo. Acercarse a la Vida, a
la Luz, al Amor, al SerSupremo (Dios o como usted lo llame) es un proceso que
concierne a cada uno. Importa la vibración interior y su conciencia. Estamos
aquí por una finalidad. Hemos vivido otras vidas y debemos progresar. El alma puede
cambiar la forma física del cuerpo en que vive en esta vida, para seguir
aprendiendo en otra. Y se progresa gracias a los otros, cercanos o lejanos.
Antes o después, el hijo va a volver
a encontrarse con su madre, y la madre con su hijo, al que ha dejado vivir, o
al que no quiso conocer. Su alma está viva. No es que solo exista esta vida y
luego el cielo o el infierno, como algunos dicen. Es importante tratar de
cambiar el miedo en la vida, por una vida en amor y con confianza. Tenemos que
aprender el respeto a la naturaleza y la no violencia.
Cada uno es libre para hacer en
conciencia lo que crea que debe hacer. La experiencia con los más vulnerables, Down, enfermos dependientes, o con las
más diversas enfermedades como Nik, Ototake, Lizzie, demuestra que son
encantadores y son felices y ayudan.
Nadie puede decir, que no van a ser felices por ser vulnerables. Los niños
ayudan y acogen de forma espontanea.
Sus vidas tienen un propósito, una
finalidad. Su familia y nosotros estamos implicados en su vida: amarles,
ayudarles, respetarles, investigar para mejorar su vida. De eso no se habla. Es esencial.
El
reto, no es la libertad de decidir. Es
amar o cerrar las entrañas y los ojos; es no tener conciencia. El reto es el
amor que da vida y lo único que cuenta. El Dalai Lama dijo bien: “Nuestro
principal propósito en esta vida es ayudar a los demás, si no puedes ayudarles
al menos NO LES HAGAS DAÑO”.
(Vea un ejemplo de ayuda con cariño.Disfrútelo a toda pantalla.
(Vea un ejemplo de ayuda con cariño.Disfrútelo a toda pantalla.
Lindsay Cochran nació con atrofia muscular espinal, un trastorno que se presenta en aproximadamente en 8 de cada 100.000 recién nacidos. Ha usado una silla de ruedas desde que tenía dos años. Aunque ella es diferente de los otros niños, nunca se siente sola porque, entre otras cosas, tiene a su hermano Trenton. El amor de Trenton por Lindsay va más allá de ser el hermano mayor obediente y protector. Ella es una parte fundamental de su personalidad y su amor es tan tangible que lo notarás sobre todo a partir del minuto 1:48.)
Es importante una ley que proteja la vida del ser
humano. Pero educar la conciencia es esencial. Ante la dificultad, mejor comprometerse, no
huir, ni eliminar. El amor puede superar todos los miedos y todas las
carencias. Todos, con actitud y voluntad podemos aprender a superar cualquier
obstáculo. Que nadie robe la conciencia, ni la vida, que son sagradas.
La
vida es una oportunidad. Podemos ser la fuente de nuestra felicidad ayudando a que
alguien viva. Con las capacidades que se tengan y la determinación se puede
superar cualquier obstáculo, como digo en mi libro,
CON VIDA, CUALQUIER RETO.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES: BLOG LA TANGENTE: 31-012014: http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=20221; BITACORA DE BELMONTE EN CiViCa, 01-02-2014: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/raros-pero%E2%80%A6-deja-de-mirar-empieza-aprender-lizzie.