Alguien ha dicho: "¡Hay que
sembrar! ¡Incluso en el desierto, hay que sembrar! ¿Qué va a pasar si no
siembro? ¿Sobre qué caerá la
lluvia?"
Justo lo
que yo he pensado, al conocer los hechos que les voy a contar.
Hay
tanto desierto, y tanta sequia, que unos no aprecian el agua y otros no se
esfuerzan en sembrar.
Y...
sin embargo, no es una metáfora sino una realidad. La semilla termina por
brotar. Cuando eso sucede desconcierta a
todos, porque nadie lo espera. Pero ahí está ese brote verde, desafiando a la
intemperie.
No
siempre se encuentra un terreno propicio en la sociedad. Más bien todo lo
contrario. Pero quien se arriesga, contra viento y marea, a hacer lo que tiene
que hacer, al final se da cuenta que no ha perdido el tiempo. Alguien se ha
beneficiado de su trabajo, aunque parezca que nadie lo ve.
En la familia pasa lo mismo. Cuando creemos
que nadie ve lo que los padres hacen, que nadie escucha lo que en casa se dice,
resulta que los niños sí lo veían, sí lo escuchaban. El afecto y el cariño,
también las ideas, flotan en el ambiente y los envuelven. Algo cala en el alma
de los niños.
Y... un buen día, sorprenden imitando a su
madre, poniéndose los zapatos de tacón y mirándose en el espejo. O... con la brocha
llena de jabón se embadurnan la cara, como
lo hace su papá.
Pues bien: acabo de saber que un niño de 10
años viene de realizar algo fuera de lo normal, (por decirlo suavemente).
Me dicen
que es un niño vivaracho listo como el hambre, vamos... "un diablejo"
que juega al fútbol, tiene una perrita y un montón de amigos en el edificio
donde vive, pero también en el barrio o y
en el colegio donde estudia.
Además,
le queda tiempo para ir a clases particulares de "chino". Quiero decir, que el castellano y el gallego,
para él entran dentro de la normalidad, y se atreve con una lengua, como "el
chino", tan parecida. ¡Seguro que para él no tiene secretos, como para los
cuatro mil millones que lo hablan!
Los niños en general, además de lo que
aprende, -en casa y en la escuela- juegan y se comunican entre sí y se cuentan
sus aventuras y sus intenciones.
A Jorge
le pasa igual. Es un gallego, de Lugo,
por más señas. Sus amigos le habían hablado de que, a veces, entregaban unos
juguetes para niños que no tienen. A
ellos no se les pasa una, Lo controlan todo. Y además piensan.
Jorge sabe
también, como todos, que los niños necesitan comer. Así que tuvo una gran idea. Con sus amigos
del barrio y algunos del cole, por su cuenta y sin encomendarse a nadie, comenzó a recoger entre mamás, amigas y
conocidas, cercanas a su vivienda o a
las de sus amigos, lo que quisieran darles para esos niños que no tienen nada y
son de Lugo.
Nadie, ni
en casa, ni en el cole, les indicó a quien debían entregarlo. Esa es la
cuestión, de la siembra y de la lluvia. Esa es la maravilla. Nada escapa a su
vista y lo saben.
Ha
sorprendido a la Presidenta de PROVIDAV-LUGO POR EL DERECHO A VIVIR. Ha entregado
a Emilia, un montón de bolsas. Lo que han podido buenamente recoger
"para los niños" que esta Asociación atiende. Han visto y oído de su trabajo, su dedicación
y su entrega. No hay tabúes, ni
ideologías, ni derechas ni izquierdas. Para los niños hay niños, hay
necesidades y soluciones. Y saben quien no pasa indiferente ante los que lo
necesitan. Eso les basta. Y han sido consecuentes.
Jorge la ha
escogido, y se siente enormemente contento
y con una enorme sonría de pícaro, con su hazaña. Cierto
que le han ayudado algunos amigos. Pero... tal vez son más vergonzosos. Tan
sólo le ayudó uno, porque él no podía con todo.
Por
supuesto, estos chicos cariñosos y amables que ahora han traído los alimentos, como los que alguna vez se acercan
para entregar algún juguete -que ya no usan o han pedido que les compren
sus papás-, demuestran su gran corazón. Son muy humanos.
"Quiero dar
a Jorge y a todos los niños un abrazo y
decirles ¡MUCHAS GRACIAS! Nos habéis
dado una gran lección", ha dicho Emilia.
¡Nada se pierde con el ejemplo del ejemplo! Hay que atreverse y esforzarse en sembrar! Los niños absorben todo: ¡lo bueno y lo malo! El futuro es de ellos, pero lo vamos sembrando los adultos. ¡Lo que se siembra se recoge!
"Gracias a
él y a todos y cada uno. Gracias a sus papás, a sus profesores, a sus amigos,
que entre todos habéis hecho brotar un gesto tan hermoso para ayudar a estos
niños de estas familias que PROVIDAV atiende".
Por si no lo sabíais, a día de hoy, en
nuestra Asociación, PROVIDAV-LUGO, ayudamos a 29 bebés de hasta 2 años y 21 de 3 en adelante, siendo 98 las personas que atendemos en total.
Así que, Emilia, la Presidenta, emocionada, le
dijo a Jorge y a su amigo: "En nombre de los niños y familias a las que
llega vuestro hermoso gesto: ¡Muchas gracias!"
"Mientras haya niños como vosotros, esta ciudad, este país y este mundo tienen futuro" Nuestros niños, algún día serán como vosotros y desearán conoceros. Seguro que se sentirán orgullosos por lo que hicisteis por ellos en 2015.
¡Nunca lo olvidarán! ¡Que Dios os lo pague!"
http://www.
BITACORA DE BELMONTE EN CIVICA, 04-07-2015:
http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/el-ejemplo-del-ejemplo