Tal vez Emilio Carrillo, sea una de esas personas, más universalmente conocidas. El dice: “No te preguntes por qué la realidad es así y no de otra manera. Lo que eres no está aquí para hacer disquisiciones mentales, sino para vivir: ¡Vivir! Simplemente, vive y saborea la experiencia. Sin juicios y sin quejas. No hay nada que cambiar…Ni pensando, ni sintiendo; solo siendo, solo viviendo. No pienses, vive; No sientas vive. Que vivir sea tu único pensamiento; que vivir sea tu única emoción; que vivir sea tu único sentimiento. ¡Vive Viviendo! Eso llenará de gozo cada instante, cada experiencia, cada hecho cotidiano”.
El 30 de noviembre de 2010, Emilio Carrillo sufrió una ECM, una grave trombosis que lo llevó a vivir en la unidad de cuidados intensivos por un tiempo. Durante este período, ocurrió un suceso sorprendente: Carrillo logró resucitar, dejando perplejos a los médicos y convirtiéndose en el protagonista de una historia asombrosa. Gestiona el blog "El Cielo en la Tierra", con más de 10 millones de visitas. Ha escrito 63 libros y ha impartido miles de conferencias.
El invita a hacerse algunas preguntas y despertar. ¿Y si supieras que puedes vivir como un ser libre, soberano y feliz y que puedes inspirar a muchos otros a liberarse con tu ejemplo? Está en tus manos ser el habitante pionero de un mundo transformado. Todo es cuestión de tomar consciencia, expandir la consciencia y despertar”. “Despertar está a nuestro alcance, mucho más cerca de lo que pensábamos”; de su libro Consciencia.
Hoy, quiero hablar de Anita Moorjani, que nació en Singapur, y a los 2 años fue llevada a Hong Kong donde ha vivido casi siempre.
Ella relata y publica su experiencia, en Audio libro titulado “Morir para ser yo”. También en otros libros: ¿Y si esto es ya el cielo? La sensibilidad es la nueva fuerza. (Están en Amazon).
Cuenta que el 2 de febrero de 2006 debería haber sido el último día de vida. En algunas charlas cuenta su viaje a través del cáncer y la muerte. Sabe que tiene un cáncer linfático. Durante 4 años luchó contra él. Pero el Cáncer comienza a ganar terreno y se generaliza.
Llega un momento en que los médicos ya no le dan más que
algunas horas. Entonces entró en
otra dimensión, donde experimentó con una gran claridad y entendimiento su vida
y su objetivo en la Tierra. “Pude optar entre regresar… o no. Elegí
regresar, cuando me di cuenta de que el “cielo” es un estado, no un lugar”. Y en ese viaje, desde el más allá, pude
despertar consciente y lúcida hasta la verdadera curación.
En nosotros existe mucho más de lo que creemos o sabemos y experimentamos. Dentro de esas lecciones que ha aprendido, señala las que para ella son las más importantes:
1.- El amor incondicional, que puede sanar desde dentro de nosotros mismos. No solo es para amar a los demás, sino también para amarnos a nosotros mismos. Eso es valorarnos. Cuando nos valoramos estamos enseñando a la gente cómo tratarnos. Cuanto más nos amamos y valoramos, más podemos valorar y dar a los demás. Aprendemos a amar, amando.
2.- Vivir la vida sin miedo. Nos suelen educar desde pequeños, con una dosis de temor o de miedo. Como si tener miedo a cualquier cosa, nos protegiera o pusiera a salvo. Lo cual no es cierto. ¡Solo el amor te mantiene a salvo y aleja del peligro!. Pero estamos aquí para vivir, no para juzgar.
3.- El humor, la risa y la alegría. Nacemos sabiendo
que eso es importante, y los niños lo ponen en práctica desde que nacen. Saben quien les ama, y el valor y la risa y el humor. Al ir
creciendo disminuye esa confianza en la vida y esa espontaneidad. Cuanto más risa y alegría haya en el mundo y
en el día a día, habría menos enfermedades, menos hospitales y menos cárceles.
5.- Todos los retos que surgen en la vida son un regalo. “El cáncer que he tenido ha sido el mayor reto que pude haber tenido. Ahora, siento que ha sido tal vez el mayor regalo. Pude pensar el cáncer me está matando. Pero…me estaba matando a mí misma, antes del cáncer. La realidad es que el cáncer me salvó la vida”. Y añade: Si alguien no piensa que los retos son un regalo, es que no han llegado al final todavía.
6.- Ser uno mismo. Brillen tanto como puedan, añade Anita. Abracen su singularidad. Descubra quienes son. Ámense, sean y descubran quiénes son, sin miedo. Vivan con alegría. Se puede sanar el corazón.
Es posible que sea mejor escucharla directamente.
José Manuel Belmonte