jueves, 8 de octubre de 2009
EL TROVADOR
Sólo tengo mi voz
Para decirle al viento
Mi canción...
Tengo que escribir
Mis sentimientos,
Como escriben los ciegos,
Porque si no los palpo,
No estoy seguro
De saber expresarlos...
Tengo que sentir los latidos
Para estar seguro de que vivo,
De que es sólo el corazón
Libre, y sincero,
Quien señala mi camino.
Quiero entrar adentro,
Ascender o bajar,
Hasta lo más alto
Hasta lo más profundo,
Para encontrar
Lo mejor de mi,
Lo mejor de la vida,
La llama del amor
Y mi destino.
Quiero cantar
O escuchar en silencio
La canción de la luz,
La de la aurora nueva,
La del cálido ocaso,
La de la noche oscura,
La del cielo estrellado,
La de la creación,
La del alma infinita,
El regalo de Dios.
Que el cuerpo no se muera,
Pero que no me importe,
Ni su estatura
Ni su aspecto,
Tan sólo la música
Y los sueños,
La mano que se tiende,
El pozo de los ojos,
El agua que atesoran
Y la paz que reflejan.
Lo mejor de un cuerpo
Son los labios,
Porque tienen los besos,
La forma de decir,
O tal vez de sentir
Que la eternidad entera
Y la hermosura,
Cabe y se expresa,
Con el amor de un beso,
Con el calor de una mirada,
Con el fuego sincero
Que se vuelve susurro
En un :”te quiero”.
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