En ningún país, y tampoco en España, un partido, por muy mayoritario que sea, abarca todo el arco parlamentario.
Del mismo modo, en ningún país, y tampoco en España, la Iglesia católica es la única confesión religiosa.
Puede parecer una perogrullada pero no lo es. Cierto que es un hecho evidente, pero a veces lo olvidamos –más o menos interesadamente-.
Quiero decir que hay mucha más gente defensora de la vida, que la gente de una ideología de derechas, porque también la gente de izquierdas la defiende. Y no sólo la Iglesia católica y los católicos defienden el derecho a la vida y están contra el aborto. Afirmar esto es de justicia. A cada uno lo suyo. Sumar no es anular, ignorar o minusvalorar a nadie. ¿Quién no tiene amigos en otras confesiones, e incluso de otros partidos, e incluso de otra nacionalidad o de otra raza?. Afirmo que es enriquecedor.
Lo digo, porque como representante de la Asociación Derecho a Vivir, he podido contactar con otros grupos no católicos y me han hecho llegar su apoyo y su firme posición. Hemos ido codo con codo en manifestaciones. Por ello quiero hacer públicas sus ideas, expresadas en el Documento de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (más de 2. 300 iglesias). Con fecha 12 de mayo 2009 se lo han hecho llegar al Presidente del Gobierno. “Queremos dejar constancia de nuestra posición como cristianos evangélicos, para que junto con otras voces expresadas desde distintos sectores de la sociedad, sea escuchada y pueda contribuir a la reflexión necesaria- obligada-que requiere abordar este importante problema ético y social”.
Su posición es meridianamente clara desde la primera línea.
Ante la posible reforma de la Ley del Aborto, que deja el aborto libre aunque sea durante unos plazos de tiempo determinados, dicen: NO ES UNA SOLUCIÓN:
Porque no es éticamente aceptable, pues constituye una clara violación de un derecho humano fundamental, de carácter universal, como es el derecho a la vida.
Porque no apunta a las causas sino a los efectos (los embarazos no deseados).El Estado tiene el mandato constitucional irrenunciable de defender la vida del no nacido (nasciturus)STC 53/1985. El aumento de embarazos no deseados es fruto del déficit de un modelo educativo, social, político y económico. Se trivializa el sexo (en los medios), hay una educación sexual confusa, o inexistente; un concepto utilitarista de la vida que lleva a una deshumanización. No es una medida de progreso. No se entiende por un lado el rechazo a la pena de muerte y por otro el aborto libre. Es un doble rasero para acabar con la vida humana en su estadio más vulnerable.
El aborto no puede ser considerado como un derecho subjetivo de la mujer, ni de la sociedad, ni del Estado. La mujer tiene el derecho a decidir ser o no ser madre. Si su decisión es no ser madre, tiene derecho a evitar el embarazo... pero no como el derecho a interrumpir libremente el desarrollo de una vida humana. Esto se produce en un contexto que debilita la institución familiar y la transmisión de valores que son básicos, como la responsabilidad, el compromiso, el respeto, el esfuerzo y la vida.
La alternativa a la no criminalización de la mujer que aborta, no puede ser una renuncia a los valores humanos fundamentales.
Por lo mismo proponen:
Que el gobierno centre sus esfuerzos en desarrollar políticas de prevención y garantice la educación sexual de calidad, que ponga el acento en la transmisión de valores humanos que contribuyan a la formación de la juventud. Que ésta pueda estar mejor formada, ser más madura y más responsable en materia sexual.
Que vigile el trato que en los medios se da al sexo, que en algunos casos da lugar a promocionar conductas de riesgo e irresponsables.
Que se garantice la protección social a la embarazada. Y se agilicen los trámites para la adopción. Y en todo caso, respecto al hombre que se eviten situaciones de desigualdad.
Que no se reconozca jurídicamente el aborto como un derecho de la madre, ni se promueva su aceptación social
Con este apresurado resumen del escrito de estas Entidades Religiosas, quiero expresar mi apoyo a su defensa fundamental de la vida. Somos muchos los que pensamos así. Quiero animar a otros grupos a que no tengan miedo en defender este derecho humano, y este deber constitucional. Unidos en la defensa de los principios seremos más fuertes. Queda claro que lo que nos separa tal vez sea mucho menos de lo que nos une: el derecho a la vida de todo ser humano.
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES el 10 de junio de 2006, EL DIA, el 11 de junio de 2006 y LA TRIBUNA el 14 de junio de 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario