miércoles, 24 de marzo de 2010
Peter-Simón
Los profesionales también cometen errores, directos o indirectos.
Volaba una hoja, junto a un contenedor. Estaba limpia y la leí. Su encabezamiento decía eso textualmente: Peter-Simon.
Quedé desconcertado y pregunté a un vecino de la zona, si había por allí alguna clínica. Me dijo que no, que lo único que conocía, en un tercero era a un famoso psiquiatra. Entonces comprendí que lo que había encontrado era la trascripción, de una sesión de terapia profesional.
-Me llamo Peter...nací en 1983, por casualidad, en Inglaterra.
-Quieres decir que tus padres estaban en Inglaterra de paso.
-No. Yo soy inglés. Lo que quiero decir es que nací por casualidad. Mi madre se llamaba Rosse Mary. Era hija del Dr. Edward.
-¿Era tu padre?
-No. Mi padre era Francis, pero cuando supo que mi madre estaba embarazada, no quiso saber nada y desapareció.
-Entonces el Dr. Edward, tu abuelo, te adoptó.
-No. El Dr. Edward era un médico muy famoso que ganaba mucho dinero. Tenía una clínica privada.
-Mejor para ayudar a tu madre, ¿no?
-No. Todo lo contrario. Lo que pasa es que mi madre, aunque era menor, era muy lista, y no se lo dijo hasta el final.
-¿No quiso ayudarla?
-No. Le dijo: “no tendrás ese hijo”. Pero mi madre se las había ingeniado para ocultar mi embarazo. Aguardó a decírselo hasta un poco más de la semana 30, cuando ya la ley me defendía.
-¡Y no tuvo más remedio que aceptarlo!
-No. Le dio una pastilla y la durmió. Al desvanecerse la llevó inmediatamente a su clínica, para practicar el aborto. Era una clínica abortista. Se saltó la ley y provocó el parto prematuro.
-¿Así naciste tu?
-No. Me pusieron una inyección. Y cuando ya no me movía, pensando que estaba muerto, provocó el parto.
-¿Cómo puedes saber eso?
-Porque me tiró a la basura. Una enfermera, dijo “canasta”.
-¡No es posible!
-Sí. Si que lo es. A mi madre la llevaron a reponerse y que despertara en una habitación. Y a mi me llevaron a un contenedor, que está junto a la sala de enfermería. Lo trituraban e incineraban por la noche. Al lado de ese cuarto había otro donde las enfermeras estaban tomando café, cuando empecé a llorar.
-¡No me lo puedo creer!.
-Pues así es. Cuando una enfermera entró, tampoco daba crédito a lo que veía. Me cogió y empezó a gritar como loca: “¡es un niño, es un niño, está vivo!”.
Era la misma enfermera que había dicho “canasta”.
-¿Qué dijo el Dr. Edward?
Dijo que era imposible. ¿Cómo ha podido ser? Todo el personal se puso nervioso. Pidió que le dejaran a solas con su hija. Y cuando mi madre comenzó a despertar le dijo: “ has tenido un parto prematuro”.
-¿Podré ver al niño, dijo mi madre?
-Sí, pero no podrás quedarte con él.
-Quiero verle, por favor.
-¿Y esa fue la última vez y la primera que vistes a tu madre?
-Así es, Dr. Perucha. El problema, es que ahora tengo 27 años. Mi mujer está embarazada. Resulta que los dos nos hemos quedado sin trabajo. ¿Qué podemos hacer? No quiero que la historia se repita.
Traté de encontrar alguna otra cuartilla, porque me quedó la intriga, pero no encontré más. Discretamente, intenté averiguar si alguien había oído hablar de Peter, o Peter-Simon, de unos 27 años, pero nadie me da razón.
Una amiga que pasaba por allí, me dijo:
-No se si es esto lo que buscas. Me entregó esto: un dibujo de un niño que ponía "Peter" en muchos idiomas.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES el 17-04-2010; EL DIA, 18-08-2010
Me parece una historia bien original.R
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