El Instituto Omega campus de Rhinebeck,
Nueva York, está considerado el más importante centro de retiro educativo de la
nación. Es un centro importante de estudios holísticos. Está rodeado de hectáreas de colinas y bosques,
cabañas y bares, además de un lago. Un lugar ideal para el senderismo, el yoga
y la meditación.
Me encontraba allí tomando algo mientras leía un libro. Una
pareja vino y se sentó muy cerca. Pude
saber que eran dos médicos famosos. El, era un prestigioso Psiquiatra, a quien
había visto por televisión y autor de varios libros. Ella, un poco más joven,
unos 50 años se dedica a la medicina y vive en Manhattan. Su pelo era algo blanco aunque teñido de
negro.
Aprovechaban un receso en un seminario que el
impartía y venían a tomar algo mientras cambiaban impresiones. Aunque no cerré
el libro, su conversación me sacó de la lectura para poner solo atención a lo
que decían.
-¿Qué tal va tu dolor, Victoria? ¿Sigue ahí en
tu espalda tan implacable?
-No sé si podré aguantar estos
días de cursillo. Si no lo puedo
soportar tendrán que llevarme en ambulancia.
-Espero que no sea necesario. Según
lo que acabas de decir en la regresión,
a tu vida anterior, estabas cerca de Jerusalén en tiempo de Jesús.
-Sí, pero entonces era un campesino fuerte. Vivía en una
casa de madera con mi mujer y mi hija. Por cierto, mi hija es también mi hija
actualmente.
-No me sorprende. Rara vez nos
separamos de los seres queridos.
-Un día encontré una paloma herida y me
agaché para curarla. No sé por qué molestó a un soldado romano, que desfilaba
con un cuerpo de élite. Me golpeó salvajemente la espalda rompiéndome varias
vertebras. Algunos soldados, incendiaron mi casa y mataron a mi mujer y a mi
hija. Aquello me destrozó física y anímicamente. Nunca me recuperé ni tampoco de
la lesión de espalda. Como no podía trabajar, apoyado en un bastón buscaba
ayuda dentro de la ciudad.
-Allí fue donde te enteraste que
había un rabino que estaba haciéndose famoso por sus curaciones y sus palabras.
-Cierto. Cuando supe que estaba
cerca, intenté acercarme a Yeshua (Jesús) para escucharle, pero no me dejaban y
me escondí detrás de unos arbustos para verle.
-¿Y lo vistes?
-El se dio cuenta y me miró, con
una compasión infinita. No sirvió para curarme, pero ya no pude olvidar esa
mirada. Era como asomarse al infinito.
-¿Volviste a verle?
-Desde esa vez ya no confiaba en
nadie más que en El. Supe que iban a
darle muerte y salí para avisarle. Cuando le volví a ver, me acerqué para darle
un poco de agua, pero no podía abrirme
paso. Cuando logré pasar Yeshua ya no
estaba allí y un poco más adelante arrastraba un madero camino de la
crucifixión. Le seguí hasta el monte calvario. Allí quedé desolado por su
muerte, como fulminado por un rayo.
-¡Mirad!
Estaba totalmente erguida y
comenzó a bailar, sin el menor rastro de dolor. Cuantos la veían, sin comprender nada, sentían
la felicidad que transmitía aquella mujer. Viéndola danzar, algunos que la
conocían dolorida y encorvada, lloraban, teniendo la sensación de estar ante
algo mágico. Pero...algo más maravilloso estaba por llegar.
-¿Sabes una cosa? Ahora recuerdo, que
aquel día yo te vi en Jerusalén. Tenías una barba entrecana, impecablemente
recortada y una túnica, perfecta de colores vivos, solo al alcance de los
ricos.
-Sí es posible. Yo mismo en una
regresión me he visto como un hombre de familia adinerada, en la Alejandría de
hace 2.000 años. Me encantaba viajar tanto por el norte de Egipto como por el
sur de Judea. Durante uno de esos viajes, conocí a un hombre impresionante. Nos
hicimos amigos porque el viaje duró más de un mes. Luego, nuestros caminos se
separaron.
-¿Y no le volviste a ver?
-Sí, lo volví a ver en
Jerusalén, porque mi familia realizaba allí gran parte de sus actividades
comerciales. Aunque yo me vi allí como un erudito, más que como un negociante
rico.
-Pero... yo te vi allí el día de
su ejecución.
-Estaba. Supe que, un rabino
había ido enseñando y congregaba a mucha gente cuando hablaba. Poncio Pilato
temía que sublevara a la gente y le había condenado a muerte. Me perdí entre la
gente que se había arremolinado para ver a aquel hombre de camino de la cruz.
Aunque desfigurado, cuando le miré a los ojos, me di cuenta que había
encontrado a mi amigo, aunque ya era demasiado tarde para intentar salvarlo.
Tuve que limitarme a verlo pasar, si bien mas tarde pude ayudar económicamente
a alguno de sus seguidores y a su familia. ¿Y tú como sabes que era yo a quien
viste?
-Por la expresión de sus ojos. La
misma que estoy contemplando en este instante. Llevabas una túnica de color
arena, con ribetes burdeos muy elegante. No formabas parte de las autoridades.
Brian, no tengo la menor duda, estoy segura.
Los dos médicos quedaron, como
sobrecogidos en silencio. Lo que ella había visto coincidía con lo que él había
visto en su propia regresión y de la que no había hablado antes. Victoria, no
podía conocer esos detalles si no hubiera estado allí.
-Ahora comprendo que el fruto de
tu regresión de hoy, era hacerte ver que tu dolor procedía de una injusta
lesión provocada en tu columna hace dos
mil años. Comprenderlo te ha curado.
Lo
dicho hasta aquí, y la continuación de este relato, lo conozco por que ha
sido el mismo Psiquiatra quien lo ha contado en un libro. Termina diciendo lo
siguiente:
"Victoria me llamó después de que terminara el taller, aún muy
impresionada. Los dos, ambos científicos, éramos conscientes de que su visión
de Jesús, había sido válida. Habíamos
superado la óptica científica para llegar hasta dos puntos en los que el
destino había querido que nos encontráramos para que ella pudiera sanar, por
algún motivo que ninguno de los dos lograba comprender. Si me vio en Jerusalén
no fue por accidente ni por fantasía; aquello sucedió porque dos mil años más
tarde yo sería el instrumento de su curación.
Le pedí que se mantuviera en
contacto y aún hablamos de forma habitual. Sigue moviéndose sin dolor y puede
girar las caderas con normalidad. Cuando volvió a casa, su peluquero se
sorprendió de lo bien que había aguantado el tinte hasta que se dio cuenta de
que volvía a tener el pelo negro, su color natural...Y en el mes de octubre la
llamó su farmacéutico, preocupado porque no había renovado la receta de
calmantes.
-Ya no los necesito. -fue su
respuesta, y aún asombrada por lo que había sucedido, se echó a llorar-. Me
encuentro bien".
(Briam Weiss, Muchos cuerpos una misma alma, Zeta
Bolsillo, pp. 58-65)
Algunas
conclusiones:
La vida no termina con la muerte.
Somos almas inmortales.
Mediante la técnica de la
hipnosis, hoy día es posible acceder al subconsciente, que no está limitado ni
por el espacio ni por el tiempo. Éste puede recordar épocas anteriores, lo que
llamamos, las "regresiones" a vidas y tiempos pasados, o puede
avanzar hacia el futuro, y describir las "progresiones", a vidas
futuras.
La mente hipnotizada siempre
retiene la conciencia y el conocimiento del presente, y puede situar su vida y
su recuerdo en el contexto preciso y real.
Mientras está en el cuerpo, es un
espíritu encarnado pero lo importante y esencial es, el alma. El que esté en un
cuerpo de varón o de mujer, es más secundario. Victoria, en el siglo I era un
varón. En el siglo XXI es una mujer. En la vida anterior o posterior, puede
variar también el parentesco con las personas que se quieren, porque importa
más el amor que el parentesco.
Una misma alma, para su perfeccionamiento, puede reencarnarse. Algunas personas pueden haber vivido otra
vida en la Edad Media, en tiempos de los Faraones, o en tiempo de Cristo, ¿por
qué no? Nuestra fuente de aprendizaje es la relación con los demás. Gracias a
ellos podemos progresar, gracias a las oportunidades de crecimiento en amor,
alegría, paz, la no violencia, compasión, servicio y ayuda, perdón, esperanza,
y abandonar miedos, prejuicios o egoísmos. Es decir, no por lo que tenemos,
sino por cómo nos comportamos con los demás.
Señalo estos temas, porque son
importantes y no se habla de ellos. Algunas confesiones religiosas consideran "tabú".
Se quedan en cuatro palabras:"muerte, juicio, infierno,
gloria".
Pero el aprendizaje no termina con
la muerte del cuerpo, ni hay que esperar para aprender. Teresa de Calcuta dijo:
"Está en nuestro poder estar ya ahora con él en el cielo, ser felices con
él justo en este momento. Pero ser felices con él ahora quiere decir: ayudar
como él ayuda, dar como él da, servir como él sirve, salvar como él salva.
Estar veinticuatro horas a su lado, encontrarlo en sus disfraces más terribles.
Porque él a dicho: "Todo lo que hagáis al más pequeño, me lo hacéis a
mí".
Si no hemos aprovechado
suficientemente el tiempo, en una vida, el alma deberá seguir aprendiendo. No
importa a qué edad se terminó su estancia en este mundo. ¿Quién puede poner
límites a la misericordia y al amor? No hay dos clases de amor: "uno
humano y otro divino"; ni tampoco "uno aquí y otro más allá". ¿Por qué no vamos a tener que seguir aprendiendo y perfeccionando para acceder a un nivel superior, si tenemos toda la eternidad por delante? De hecho, sucede. Cada vez más gente lo recuerda.
PUBLICADO
EN
ESPERANDO
LA LUZ 31-03-2016:
http://belmontajo.blogspot.com.es/2016/03/testigos-de-la-muerte-de-jesus-se.html
EL
HERALDO DEL HENARES 3l-03-2016:
http://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=29870
CIVICA, 03-04-2016:
http://investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/testigos-de-la-muerte-de-jes%C3%BAs-se-encuentran-en-nueva-york
http://investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/testigos-de-la-muerte-de-jes%C3%BAs-se-encuentran-en-nueva-york