La evolución y el
progreso no se detienen, pero se pueden orientar. La tercera revolución
industrial está en curso y tiene sus manifestaciones en la energía, la
comunicación y el transporte. Todo ello afecta a la naturaleza y al hombre,
como las anteriores. Si no se tiene en cuenta el deterioro de la biodiversidad,
se puede poner en peligro la vida humana en el planeta.
Cada vez con más
frecuencia, los expertos vinculan el progreso material con el progreso
tecnológico y a ambos con el progreso moral y espiritual del ser humano. Éste último
aspecto no ha sido puesto de relieve con el énfasis y la
fuerza con que se está haciendo actualmente.
Posiblemente se trata
de descubrir el potencial del ser humano, primero, -para ser consciente de ello-
y en segundo lugar, para descubrir las amenazas y las posibilidades del
crecimiento. El progreso, para no deshumanizar, necesita gente consciente de su
esencia y de su trascendencia; pero también de que se tiene que realizar en la
solidaridad. El futuro, o el fin, está cada vez más cerca. La supervivencia
humana, la biodiversidad y el progreso tecnológico van no solo unidos sino que son
interdependientes.
Los 3 pilares, de las
nuevas energías, comunicaciones instantáneas y el transporte rápido, apuntan a
perspectivas del declive del sistema capitalista vertical, y al aumento de las
sinergias, es decir, un manejo común de recursos y necesidades. Eso presupone organización, colaboración y
empatía.
Sin lucha, hay que dejar atrás
la organización vertical, basada en la jerarquía. El capitalismo
premiaba la concentración empresarial y piramidal, para manejar la producción y
el consumo. A mayor capital mayor dominio de personas y medios y mayor pobreza.
Dentro de 35 años "El capitalismo convivirá con la economía colaborativa”(pensemos en BlaBlacar, cooperativas de energía
renovables, couchsurfing, BeWelcome, redes de alojamiento a buen precio o
ninguno, etc.)
La crisis económica
y social, basada en el hiper-consumo, ha llevado al colapso de la burbuja por
un lado -destrozando la civilización-, y al vacío de valores fundamentales y
desastre ecológico. Por eso, cada vez más, personas con mentalidad humanista,
como Jeremy Rifkin, defienden una sociedad eficaz y creadora de riqueza, pero
"siempre al servicio de la persona". Toda una revolución que pasa del
"interés" y el "beneficio" a la "colaboración" y
"el valor de las acciones".
"La sociedad de coste marginal cero, (El Internet de las cosas el procomún colaborativo y el eclipse del
capitalismo)(Paidós), que ha publicado Rifkin, confirma a este sociólogo
y economista, como
un visionario en el campo de las tendencias tecnológicas.
"Las innovaciones tecnológicas, -que el
propio capitalismo ha creado-permiten producir bienes y servicios más
baratos, hasta llegar a un coste
marginal cero, esto es, se pueden producir más
unidades sin que prácticamente supongan coste alguno. Si los bienes y servicios
no cuestan nada y se organiza una red eficaz de intercambio desaparece el
beneficio que es el oxígeno que permite al capitalismo seguir viviendo".
Pero hay más, se vuelve al valor
de uso de las cosas, el valor de las acciones y a la abundancia. "El
mercado deja de ser fundamental, ya que los bienes y servicios se
canjean no en base a su valor de cambio, sino a su valor de uso. Aparece un
nuevo valor, que Rifkin denomina “share value”. La escasez, otra de las
variables básicas necesarias para que exista el mercado, desaparece y
nace la sociedad de la abundancia".
Si el capitalismo premiaba la
concentración empresarial (bancaria, editorial, telefónica, eléctrica,
industrial, etc.), la nueva economía se fundamenta en aunar energía,
tecnología, logística, demandando la creación de entornos participativos que
sumen esfuerzos para crear economías de escalas no verticales, sino laterales,
de intercambio y eficaces.
Dejando atrás la dicotomía reinante
entre comunismo o capitalismo, el futuro está en apostar por la colaboración y
la solidaridad, que genere intercambios basadas en el "procumún"
más igualitario.
"Procomún", es lo
que la mayoría piensa, es decir, según Antonio Lafuente, "que algunos bienes pertenecen a todos, y
que forman una constelación de recursos que debe ser activamente protegida y
gestionada por el bien común. El procomún lo forman las cosas que heredamos y
creamos conjuntamente y que esperamos legar a las generaciones futuras. Eso
abarca una considerable diversidad de bienes naturales (selvas, biodiversidad,
fondos marinos o la Luna), culturales (ciencia, folclore, lengua, semillas,
Internet), sociales (agua potable, urbe, democracia, carnaval) y corporales,
también llamados de la especie (órganos, genoma, datos clínicos)...que siendo
fundamental para la vida lo tenemos por un hecho dado. Un don que sólo
percibimos cuando está amenazado o en peligro de desaparición".
Por eso, el "procomún es una esperanza que nos
permitiría alcanzar, salvados los obstáculos, un mundo más conectado, racional
y empático, donde todos entendamos, gracias a la red, que estamos
conectados como seres y que nuestra supervivencia depende de la
naturaleza y del otro". Esa esperanza
implica riesgo: una alerta está ahí.
(Antonio
Adsuar, http://librosensayo.com/la-sociedad-de-coste-marginal-cero-de-jeremy-rifkin-resena-pdf-gratis/)
Por eso, en el siglo XXI , el progreso material o
tecnológico debe ir acompañado del progreso moral y espiritual, que promueva el
respeto al medio ambiente, la paz y la solidaridad, dice el astrónomo Rafael
Bachiller.
No olvidemos que aparte de la superpoblación,
la escasez de recursos, los asentamientos de la población en grandes ciudades
etc., las amenazas principales para un
mundo estable y seguro, son las armas, las guerras, el fanatismo religioso, los
nacionalismos y el proteccionismo basado en "mi país primero". O sea,
el peligro que anida en el ser humano.
Para enfrentarnos a estas
amenazas contamos como única herramienta con el desarrollo científico y
tecnológico. "Las herramientas tecnológicas pueden servir para
destruir completamente el planeta o para labrarnos un futuro mejor. Dado que el
uso de estas herramientas vendrá impuesto, en gran medida, por el criterio
moral que se instale en la sociedad ya globalizada, es imprescindible
que el progreso tecnológico vaya acompañado por un progreso espiritual y
moral que promueva el respeto al medio ambiente, la paz y la solidaridad.
Sólo así podremos asegurar nuestra supervivencia como especie, y garantizar que
esta supervivencia sea digna. En mi opinión, una degradación radical y
generalizada de las condiciones de vida de la humanidad podría llegar a ser
algo tan nefasto como la extinción de la especie humana, o incluso peor",
según Rafael
Bachiller.
http://www.elmundo.es/opinion/2017/07/20/596f99dc46163fce5c8b4628.html
¿A qué ventana se asomará la
Humanidad, en las próximas décadas?
Puesto que no somos simples espectadores, ¿estará dispuesto el ser humano a
respetar el medio ambiente, ser solidario y procurar un mundo donde se pueda vivir en paz?
¿Estamos preparados ética y culturalmente para afrontar el reto de la supervivencia: el paraíso o el abismo?
Y sin embargo, afrontar esa
labor interna parece necesaria y hasta urgente, según los sabios y entendidos.
José Manuel Belmonte
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ:
24-07-2017
http://belmontajo.blogspot.com.es/2017/07/el-futuro-abierto-la-utopia-o-al-abismo.html
EL HERALDO DEL
HENARES 24.07-2017
https://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=35174
CIVICA 25-07-2017
http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/el-futuro-abierto-la-utop%C3%ADa-o-al-abismo
Buenos días José Manuel! Muchas gracias por tú artículo.
ResponderEliminarEs impresonante ver cómo va la sociedad en su conjunto.
Da pena pensar que a pesar de los logros conseguidos nosotros mismos podemos llegar a la extinción.
Veo necesario que tengamos presente la armonía y convivencia a nivel humano y espiritual respetando el medio ambiente.
Un abrazo.Marinita PF.
Hola Marinita:
EliminarTienes una visión clara del peligro de poner de no respetar el ambiente y la vertiente más profunda de la humanidad de cada uno, que es su empatía con los otros seres y su espíritu que trasciende la materia.
No hay que sacrificar todo al progreso tecnológico ni material.
Un abrazo grande y buen día.
José Manuel
Hola José Manuel, como siempre completo tu relato con enlaces que llevan a la información más esmerada. Creo, o quiero creer, que se está moviendo algo, que están apareciendo cada vez más grupos de espiritualidad buscando la paz y huyendo del ruido cacofónico de redes y demás medios de comunicación. No sé, pero siento cada vez más que vamos hacia una serenidad universal, hacia una conciencia cósmica con una gran fuerza, cada uno de nosotros uniendo voluntades podemos hacer mucho para que nuestros herederos encuentren el camino correcto. Quizá soy una optimista sin remedio...quién sabe! De todas formas es una oportunidad que no voy a desaprovechar de saludarte y enviarte un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMaru:
EliminarMe encantaría que esa visión tuya de camino hacia la paz y la espiritualidad no decayera, por mucho ruido y muchas noticias que aparezcan diciendo lo contrario.
Me alegra mucho que estés ahí de vez en cuando engancharme a tu optimismo, gracias a que te haces presente. A veces, los comentarios también siembran esperanza.
Un fuerte abrazo y buen día.
José Manuel