En la tribuna se hizo una ecografía a
una mujer en directo. En la pantalla pudieron ver todos el rostro de un niño, (bueno era una niña). Se
hizo el silencio y miles de personas pudieron escuchar un corazón latiendo. Algunos,
pequeños y grandes, sintieron la emoción de la vida. No eran un montón de células,
era un "nasciturus", una niña, como otro medio millón de niños que
tenían derecho a nacer.
(La mamá decía: "hoy todos hemos visto por primera vez la cara de mi hijita en la Marcha Por la Vida"
(La mamá decía: "hoy todos hemos visto por primera vez la cara de mi hijita en la Marcha Por la Vida"
Por el derecho a la vida y a la
protección desde el principio. Por ella y por ellos, estábamos allí. el 15 de noviembre
de 2015 en la Marcha por la Vida que
terminó ante la Sede del Tribunal Constitucional de España.
Así que diré- algo- de lo que vi,
sentí y escuché. Era un día luminoso,
lleno de cánticos y de juventud, de denuncias y esperanzas.
Se había difundido una alerta de
atentado terrorista, que se fue trasmitiendo por la geografía. El recuerdo de
los acontecimientos terroristas de Paris, estaba en el aire. Tal vez alguno
pensara que no íbamos a salir a la acalle. ¡Qué equivocados! Quienes aquí estábamos, teníamos la dicha de estar
vivos. Teníamos que agradecer ese privilegio. Pero además teníamos que denunciar
la injusta muerte de los niños que desde la entrada en vigor de la Ley del
aborto no están con nosotros y deberían estar. Queríamos reclamar ante el Tribunal
Constitucional, su derechos y denunciar su desprotección, que ya es
irreparable. Flotaba en el aire "Una promesa incumplida, un
ideario traicionado y un silencio cómplice”.
Hemos salido a la calle esta mañana
en Madrid para reclamar el cumplimiento del artículo 15 de la Constitución
Española: “Todos tienen derecho a la vida” .
Si estábamos en este lugar concreto, era por una razón
poderosa : el alto Tribunal después de 5 años no ha respondido al recurso que
el PP presentó aquí mismo, en 2010, contra la ‘Ley Aído’ y con la firma del propio Rajoy.
Rajoy prometió reformar la ley si
llegaba a Gobernar, y no lo ha hecho. Estamos en tiempo electoral, y ha
excluido de ir en las listas de su partido a las personas defensoras de la
vida. Algunas de ellas, estaban hoy aquí.
Una de ellas,la ex diputada del PP Lourdes Méndez, en su nombre y en el de
las otras excluidas ha dicho alto y claro:
Es difícil defender lo evidente cuando
las ideologías, intereses o conveniencias lo niegan con vacías justificaciones.
Y es más difícil defenderlo delante de
un Tribunal que desde hace mucho más de medio millón de abortos no le ha urgido
dictar sentencia. Todos los juristas conocemos el aforismo “La justicia que es
lenta no es justicia”. Y el daño que se ha producido no es posible restituir.
Es irreparable.
Y estamos aquí para pedir justicia y
protección para aquél que no puede hablar. Estamos aquí para pedir la justicia
que ni el Parlamento ni el Gobierno han ejecutado, aún conscientes de la
vulneración de nuestra constitución.
Y estamos aquí para pedir la justicia
que prevé el artículo 15 de nuestra Constitución y la reclamación de un
pronunciamiento que un estado de derecho exige necesario.
SABEMOS que desde el momento de su
concepción el embrión es un ser humano. Esto es un hecho, esto es una verdad
científica. Es un alguien y no un algo, un quién y no un qué, un ser singular e
irrepetible de la especie humana con un ADN único desde el momento de su
concepción.
SABEMOS que este ser singular es
persona por el mero hecho de ser “ser humano”, perteneciente a la especie
humana, y dotado de naturaleza humana.
Y SABEMOS que ese ser humano, esa
persona, ese sujeto de dignidad intrínseca, y no porque lo diga la Constitución
Española, pero sí como reconoce la Constitución en su artículo 10.1: “La
dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el
libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de
los demás son fundamento del orden político…”.
La dignidad de la persona es pre-positiva
o pre-jurídica. No es algo otorgable o mutable, sino inherente a la propia
condición humana.
Si fuera la Ley la que otorga el
derecho a la vida, en lugar de reconocerlo, en cualquier momento o por
cualquier razón, el Estado podría decidir que una vida, que mi vida, que tu
vida, no es conveniente útil o “digna de ser vivida”.
¿Qué
derechos fundamentales puede tener la persona si el primer derecho, la vida, ni
se protege ni se respeta?
Esta verdad evidente debiera haberse
reconocido en el Congreso de los Diputados. Ese era nuestro compromiso, y esa era nuestra obligación.
La protección de un ser humano indefenso
y la ayuda a esa madre que se abandona y se deja sola en los abortorios, en un
escenario aterrador e inhumano.
Una promesa incumplida, un ideario traicionado,
unos votantes decepcionados, y unas vidas desprotegidas durante cinco largos
años. Todo ello supone un ataque certero a los fundamentos últimos de nuestra
democracia.
Aquí estamos cuatro de los diputados que
nos negamos a consolidar el derecho al aborto en esta legislatura acabada.
Cuatro diputados desencantados, pero coherentes y leales, ya no tenemos un
escaño desde el que poder defender lo evidente, pero…
Nonos han vencido. Hemos perdido una
batalla y la hemos perdido de la forma más dolorosa, porque ahora hace cuatro
años creímos haber logrado un primer paso (un pequeño paso) hacia el respeto y
defensa de la vida, pero… no nos han vencido.
No nos han vencido, porque las batallas
que siempre se pierden son las que no se dan, y aquí, ahora estamos iniciando
la siguiente batalla, sin mirar atrás.
No nos han vencido, porque todos
nosotros mantenemos la voluntad firme de continuar exigiendo justicia y tenemos
la certeza de que habrá un día en que entre todos conseguiremos esta victoria y
la vida triunfará.
Es posible que yo, que algunos o todos
nosotros no lo lleguemos a ver, pero la victoria es nuestra porque la verdad
nunca perece.
No nos han vencido, porque a pesar de
las trabas y argucias para dificultar nuestra voz, hoy estamos delante del Tribunal
que desde hace mucho más de medio millón de abortos no le ha urgido dictar
sentencia. Y aquí estamos exigiendo lo que el propio Tribunal se debería haber
exigido.
Al final sólo nos arrepentimos de
aquello en lo que creíamos y pudimos hacer y no hicimos. Y por eso no nos han
vencido, porque no nos arrepentiremos de cada lucha librada, de cada herida
recibida en forma de mentira, desprecio o exclusión.
SABEMOS QUE para que triunfe el mal
sólo es necesario que los buenos no hagan nada, y esos que no han hecho nada
sabiendo y pudiendo hacer… esos sí han sido vencidos.
No nos han vencido porque algún día,
Dios quiera que no muy lejano, recordaremos que hoy cuando ya parecía que nada
se podía esperar, estuvimos aquí y confiamos una vez más en conseguir el
triunfo del Estado de Derecho.
Y con éste, lo más preciado, el triunfo
del reconocimiento del valor de la vida de los no nacidos.
Por eso no nos han vencido. Seguro que
ganaremos. Lograremos esta victoria. Sólo a los que creemos en el milagro que supone
cada vida y la importancia que supone defenderla, el futuro nos pertenece.
Una aplauso enorme y sentido,
mantenido durante muchos minutos siguió a ese discurso.
Pero antes de reponernos, hay que
recordar el discurso de una de las convocantes de esta Manifestación y
animadora, en las Redes Sociales, de las otras muchas, que hoy se han
celebrado.
DISCURSO
GÁDOR JOYA, PORTAVOZ DE DERECHO A VIVIR
Esta mañana querría pediros que
escuchéis esto con atención: Tenemos en España una ley que legaliza el aborto
libre sin causa en las 14 primeras semanas y con la que el Estado renuncia a su
obligación constitucional de proteger al nasciturus, el ya concebido y abandona
su suerte a lo que decida su madre.
El aborto "a petición de la
mujer" es contrario a la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el
art. 15 CE, y deja en absoluto desamparo al nasciturus, al permitir su
sacrificio total sin causa objetiva alguna.
La ley del aborto introduce en el ordenamiento una vida humana
de inferior categoría: la del ser humano de menos de catorce semanas. La mera
alegación del derecho a la libertad e intimidad de la mujer, no basta para
justificar el ataque a la vida humana que implica siempre la interrupción
voluntaria del embarazo.
Esta
ley supone el reconocimiento de un derecho al aborto libre.
Cuando los derechos fundamentales
miden su alcance por el tiempo de transcurso de la vida, su forma, o su raza,
se entra en el camino que justifica todas las fechorías totalitarias que se han
perpetrado contra la dignidad del ser humano.
En el caso de los hijos gravemente
enfermos, sostener sin más que esa vida humana ya no merece ser protegida como
bien jurídico resulta inadmisible desde un punto de vista constitucional.
Ahí tenemos indudablemente una vida
humana que va a nacer, y va a sobrevivir ¿Por qué en este caso no merece ser
protegida? Admitir el aborto en este supuesto sentaría un gravísimo precedente
que heriría de muerte, nunca mejor dicho, el contenido esencial del art. 15 CE.
Esos casos de aborto no pueden dejar
de recordarnos teorías eugenésicas de infausto recuerdo que en la historia defendieron las tesis de "vidas que no
merecen ser vividas" o "vidas que son una carga"
Con la actual ley del aborto el
Estado renuncia a proteger la salud y atender a unos seres humanos cuya
discapacidad o enfermedad permiten que sean sometidos a un aborto, lo que no
puede ser admisible en un Estado social cuyo fin debe ser, precisamente, el de
proteger a los más necesitados de dicha protección.
Esta ley debiera ser suspendida,
porque si no se suspendiera los perjuicios producidos serían absolutamente
irreparables, puesto que se está hablando de eliminación de vidas humanas que,
no pueden ser reparadas.
Esta mañana tengo que deciros una
cosa: y es que este año el discurso no es mío, aunque lo suscribo al 100% como
seguro que lo hacéis vosotros.
Este es el discurso que firmó Mariano
Rajoy en junio de 2010 cuando pidió al Constitucional que suspendiera la ley
que ahora él avala con la misma firma.
La firma del que ahora nos dice que
creamos en él, que sólo él puede salvar a España. Él, que pudiendo salvar a
miles de inocentes, ha preferido dejarlos morir en la estacada. El que, en
resumen, nos ha traicionado y nos ha mentido durante mucho tiempo.
Ahora que se acercan las elecciones
sólo os pido una cosa: no los traicionéis vosotros. No traicionéis miles de
niños que sólo os tienen a vosotros. No traicionéis a sus madres. No dejéis de
luchar por ellos.
Otra España es posible, sí. La España
verdaderamente constitucional, la que vosotros defendéis, la que cree que TODOS
TIENEN DERECHO A LA VIDA.
Como digo, estuve allí y también
lo suscribo. Me alegro de rescatar estas palabras para los de aquí, y para los
de América, porque Perú y Argentina también se han adherido hoy a esa defensa
de la vida.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES: Columna la Tangente:15-11-2015:
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES: Columna la Tangente:15-11-2015:
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BITACORA DE BELMONT EN CIVICA,
17-11-2015:http://investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/todos-tienen-derecho-vivir
BITACORA DE BELMONT EN CIVICA,
17-11-2015:http://investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/todos-tienen-derecho-vivir
todos tienen y tenemos derecho a nacer desde el momento en que somos concebidos, y vivir primero en el seno materno, despues de forma independiente.
ResponderEliminarCuando se trae a un hijo al mundo te formas y te informas, te proteges y proteges al ser que llevarás dentro durante nueve meses, la espera es esperanzadora, te preguntas cómo será su cara, su cuerpo, vendrá sanito, con todos sus miembros, rezas para cuando llegue el alumbramiento y te sometes a los controles pertinentes para que todo salga bien.
Oyes latir su corazón en una ecografia, vas viendo a través del monitor su cabeza, piernas, pies, brazos, manos, su cuerpo....todo resulta fascinante, agarras tú vientre para protegerlo e incluso notas perfectamente cuando se mueve y cuando ya está hecho, sobresalen en el vientre sus partes, la cabeza, o un pie....
Te preparas para este momento desde niña....
Una vez que escuchas su llanto y preguntas si viene bien, descansas, descansamos la madre y el hijo.
El momento más feliz de mi vida fue cuando me digeron que iba a ser madre, el otro momento, cuando lo tuve en mis brazos, el siguiente momento de felicidad, cuando ejercí por primera vez de nadre hasta la actualidad y deseo que sea hasta mi
muerte.
Un abrazo amigos, tener un hijo es lo más grande y maravilloso del mundo, mi vida no la concebiría sin mi hijo, es el motor de toda mi existencia.
Cuando fue concebido, su padre deseaba que abortara, no se veía padre en ese momento.
Yo le dije y determiné que con su ayuda o sin él lo trairía al mundo, mi hijo y yo llevamos solos veintitres años y somos felices, su padre nos dejó, pero no me acobardé para luchar y salir adelante.
Un besazo a todos. Marin....
Buenos días:
EliminarTu testimonio tiene el valor incalculable de la vida y la vivencia, de la lucha y el triunfo, de la madre y de su hijo. Creo en esas maravillosas experiencias de madre y de luchadora, y comprendo lo que es luchar en solitario y dar carrera a tu hijo. Dios no suele dejar a nadie solo, uy menos a una madre que lo da todo por la vida de sus hijo.
En el anonimato, sé quien eres y donde sigues luchando y trabajando con fe y cariño. Enhorabuena, valiente.
Un gran abrazo para ti, o mejor para los dos.
José Manuel
Gran entrada José Manuel, es algo muy grande por lo que hay que seguir luchando. Me parece más que precioso el comentario anterior. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarHola buenos días Pepe:
EliminarGracias, como siempre por estar ahí. Creo sinceramente que tienes razón en que tenemos que seguir luchando y al mismo tiempo haciendo, cada uno, lo que tenemos que hacer y lo que sabemos hacer, defender la vida.
Un fuerte abrazo, y feliz semana
José Manuel