Los jóvenes y los niños lo saben
espontáneamente. Los mayores tenemos que esforzarnos en aprenderlo, o por lo
menos en no olvidarlo. Hay un mundo que
escapa a la locura y al ridículo. Son los que cada amanecer trabajan por un
mundo mejor. Contagian altruismo, bondad y alegría.
El suyo
parece otro planeta, donde vale la pena vivir. Es el planeta de los horizontes
amplios, de las mentes abiertas, de los sentimientos nobles y generosos.
La generosidad es real y tiene el
corazón alegre y los ojos nuevos. No entiende
de fronteras, ni de razas, ni de géneros, tampoco de idiomas ni
penurias.
Tengo que comenzar por un hecho, un
logro de la sanidad española que es puntera en muchos aspectos y reconocida
mundialmente.
Con 2
donantes, 6 trasplantes en 5 niños. El Hospital materno infantil Vall
d´Hebron ha batido un record. En un solo
día, ha realizado 6 trasplantes. Dos trasplantes hepáticos, un trasplante
bipulmonar, un trasplante cardiaco y dos renales. Se hicieron con órganos de 2 donantes. Fue necesaria una perfecta coordinación de
más de 100 personas, para llevarlos a cabo. Todos los niños se recuperan en
estos momentos de la operación.
Además del esfuerzo de los
profesionales, todo ha sido posible gracias a la generosidad de las familias de
los donantes. Los órganos de sus seres queridos servirán para dar vida.
Cinco niños se recobran con ilusión
y mejorará su calidad de vida. Los trasplantes en niños tan pequeños son muy complicados,
pero el trasplante les cambiara la vida.
A
todos ellos, enhorabuena. ¡Todos pueden sentirse orgullosos!
Además de ese hecho, que recuerdo
emocionado, traigo otras dos historias. Dos niños que por azar o por suerte, o
por algo parecido a la magia y al
milagro, también iluminan nuestro mundo.
Quiero reconocer, y agradecer, el
haber conocido estos hechos, porque un amigo de trabajo, me ha hecho llegar los
respectivos enlaces.
La primera es la foto de un niño
que estudia a la luz de un MacDonakd´s porque quiere alcanzar sus sueños. Se
llama Daniel Cabrera, tiene 9 años y vive en Mandaue, Filipinas.
Por
una corazonada, "una joven llamada Joyce Torrefranca le fotografió
mientras estudiaba a la luz de un McDonald's y compartió la imagen en
Facebook". La foto dio la vuelta al
mundo desde el pasado 30 de junio y ha provocado una ola de solidaridad que sin
duda le cambiará la vida de Daniel.
A raíz de la publicación
de la foto "un medio de comunicación filipino
decidió emprender la búsqueda del protagonista. Lo encontraron en una tienda
próxima al lugar donde fue tomada la fotografía. Su madre, Christina, trabaja
en ese local. Pero desde que un incendio destruyó su chabola hace cinco años, Daniel
vive allí junto a ella y sus dos hermanos. No tienen otro sitio al que llamar
hogar".
Su madre de 42 años, tiene un trabajo
pero su sueldo es de 80 pesos diarios (1,60 euros). Con ese dinero, y algo que suele añadir realizando otros tareas,
no le alcanza para pagar un alquiler y alimentarlos. Por eso se cobijan en la
misma tienda donde ella trabaja.
El niño es un ejemplo de fuerza de voluntad. «Insiste
en ir a la escuela incluso cuando no tengo dinero que darle para el almuerzo.
Me dice: mamá, no quiero ser pobre, quiero alcanzar mis sueños».
Ya le han prometido una beca y siguen
llegando donaciones y gestos de apoyo a
la familia, gracias a esa foto providencial que captó el esfuerzo del niño
estudiando a la luz de un McDonald's. "Christina todavía no puede creer
que una foto colgada en Facebook pueda suponer una diferencia tan grande
para los suyos, pero por encima de todo se declara agradecida y feliz".
Soy de los que piensan que las
casualidades no existen. Podemos desconocer las razones ocultas del por qué
suceden, o quien mueve los hilos ocultos para que se sincronicen ciertos
hechos. Esa ignorancia no es suficiente para llamarles casualidad. Ni el azar
ni la necesidad crean nada ni sirven para llenar un corazón de gozo.
De
todos modos, el esfuerzo de Daniel en sí mismo ya es un contraste con otros
niños del mundo "que hacen novillos a pesar de que les regalan todo".
La segunda historia es una lección de generosidad. Un padre presenta de este modo esa
experiencia: "Dos cooperantes españoles en Calcuta (mis hijos mayores) han
sido testigos de una extraordinaria lección de vida. Me siento muy orgulloso de
ellos".
Con un rostro de enorme felicidad,-sus hijos
Diego y Aitana-, comparten, como testigos directos, lo que ellos han vivido.
El protagonista de esta historia es Abdul un niño mágico, generoso, optimista, divertido y muy familiar.
Puesto que los Cooperantes son docentes, tienen la
sensibilidad suficiente para ganarse a los alumnos. Pero ¿cómo responden los
alumnos? Mejor que Diego describa la clase y si tienen deseo de aprender:
"Los chavales nos admiran. Y nosotros les admiramos a
ellos. Esta vez, los alumnos eran más mayores y hemos podido comprobar su
alegría plena y sus ganas de aprender. No sólo eso: también su humildad y su
empatía, su aprecio por la familia y por los que quieren. Con esto me refiero,
en concreto, a Abdul, al que llamamos brother, porque él nos ha empezado
a llamar brother a mí y sister a mi hermana. Nos tiene mucho cariño y nosotros
a él".
Pero, ¿qué sucede cuando salen o se
encuentran en un ambiente distinto, como puede ser el comedor? Diego lo
describe así en su diario:
"A la hora de comer, nos han
puesto la misma comida que ayer. Pues bien, nuestro brother tenía su comida,
como todos, y su hermano más pequeño le estaba esperando en la calle, junto a
una ventana de la Escuela. El pequeñajo que estaba fuera no pasaba de los 4
años. Y no sabemos por qué, pero no va a la Escuela. Nuestro brother se ha
acercado a la ventana y le ha dado a su hermano su comida para que éste
comiera, quedándose él sin ningún tipo de comida. Aitana y yo nos hemos quedado
flipando. ¿Cómo un niño puede tener esa responsabilidad, esa empatía y esa
necesidad de proteger a su hermano pequeño? Siento admiración plena por nuestro
brother... . Ahora mismo, mi ídolo y mi modelo a seguir es un chaval de 10
años. ¡¡¡Quién lo diría!!!".
Aitana, explica y valora así el
gesto: "lo
único que tiene Abdul para comer se lo da a su hermano pequeño. Nuestro
brother, Abdul, tiene 10 años. Normalmente, a esa edad, los niños solo piensan
en ellos mismos. Y, sin embargo, Abdul ha dado todo lo que tenía para que su
hermano coma. Es de admirar. Abdul nos ha contado que tiene 5 hermanos y 2
hermanas. Nosotros, al ver ese gesto suyo, le hemos dado una de nuestras
comidas. Yo he entretenido a un grupo de niños para que Diego pudiera darle la
comida sin que los demás le vean. Aún así, Abdul la rechazaba. Si tenía yo
hambre, ¿cómo no la iba a tener él? Después de que Diego insistiese y el chaval
aceptase, se ha dado cuenta de que yo me había quedado sin comida. Y, claro, ha
querido dármela. ¿Se puede ser más mono y más considerado? ¡¡¡Cuánta
responsabilidad en un cuerpo tan pequeñito!!! Al final, Diego le ha convencido
para que se comiera la comida, diciéndole que nosotros íbamos a compartir la
nuestra. Una lección muy grande que
viene de alguien muy pequeño”.
Le ha dado a su hermano todo lo que
tiene, todo lo que le pertenece, sin quedarse con nada, en silencio, como lo
más natural.
Los cooperantes, que al parecer rotan
por las clases, no han podido saber si el gesto de ese niño se repite con
alguna frecuencia, dado que tiene más hermanos y hermanas. En todo caso, ellos nos han trasmitido lo que
ellos no dudan en calificar como una lección.
Pero...
no es la única, puesto que hay otra más
y no menor, pues terminan: "Y hasta aquí, esta historia contada por
nosotros dos, copiada de nuestro diario. Hay muchas historias e intentaremos
contaros más. Y hay muchas cosas que nos llaman la atención. Por ejemplo, a los
niños les encantan los lápices de colores que llevamos. Y, en cuanto acaban la
actividad, hacen todo lo posible por devolverte el lápiz. Ninguno hace ningún
acto de esconder los lápices o quedarse con ellos. Al contrario".
Por supuesto que, como ellos dicen,
llama la atención ese respeto de lo ajeno. No es que lo común no sea de nadie,
es que es de todos y por eso lo respetan. Solo quienes lo han tenido todo sin
el menor esfuerzo, piensan que todo es suyo o todo se les debe. ¡Qué lección
para educar, incluidos a los gobernantes!
José Manuel
Belmonte
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES, 0708-2015, COLUMNA LA TANGENTE;
http://www.
Hola José Manuel, que niños tan generosos, me gustó mucho lo que cuentas, que importante es aprender a compartir desde chiquitines, es una educación muy sana, se divierten entre ellos, saben que el material es de todos y hay que cuidarlo, estan aprendiendo los valores esenciales de la vida.
ResponderEliminarQue gesto tan responsable el de Abdul, a tan temprana edad y entregando su propio alimento, es un pequeño gran hombre.
Me alegro que Daniel tenga sus sueños y pueda estudiar para salir del ambiente de pobreza en el que viven él y su familia, lo conseguirá.
En cuanto a los donantes de órganos, todo mi respeto por pensar en los demás, felicidades a los cirujanos que realizan este tipo de intervenciones para salvar a tantos niños, mi felicitación.
Gracias por contar estas historias tan reales y recordarnos todos estos valores.
Un abrazo. Marinita P.F.
Hola Marina:
ResponderEliminarNo deberíamos olvidar esos valores que nos dignifican como personas y como humanos. Que nos los recuerden los niños, es un acierto de ellos y de sus familias.
Mientras se premia el amiguismo, el no esfuerzo, la cerveza y el alcohol, y "su tarea educativa" que es una maravilla... y se estudia la forma de conceder a colectivos okupas la gestión de espacios públicos y edificios de titularidad municipal, los niños del mundo y los profesionales nos muestran el camino de la felicidad haciendo algo por los demás.
La mayoría debería tenerlo claro y apostar por los auténticos valores.
Gracias.
Un abrazo,
José Manuel
Historias todas llenas de luz, pero de una Luz incandescente, una luz, penetrante hasta el rincón más oscuro, para llenarlo, con esa luz.
ResponderEliminarSon historias, que ensanchan, no ya el corazón, si no el Alma.
Gracias amigo, por contarnos estos hechos tan hermosos.
Gracias a tí Emilia:
EliminarNada nos llevaremos, ¿por qué no darlo todo? Estas historias no suelen salir en la Tv , ni en la prensa, pero iluminan desde cerca, tal vez más que las estrellas.
Tu conoces muchas historias de este ipo, porque andas entre bebés, niños y jóvenes,
Un abrazo,
José Manuel
José Manuel Motivadas letras, siempre la esperanza esta es esas personas que dan sin pretender recibir nada.
ResponderEliminarSaludos Amigo
Hola José Ramón:
ResponderEliminarEs verdad, amigo. Dar es dar sin esperar ni pedir nada a cambio, lo otro no es dar, es mercadear, comerciar, comprar, vender o venderse.
La inocencia de los niños lo da todo y por eso son tan grandes.
Gracias y un abrazo,
José Manuel