sábado, 8 de agosto de 2015

Dos historias de luz en una imagen y un gesto

            Los sabios enseñan que "ayudar a los demás no es parte del deber, sino de la felicidad".
            Los jóvenes y los niños lo saben espontáneamente. Los mayores tenemos que esforzarnos en aprenderlo, o por lo menos en no olvidarlo.  Hay un mundo que escapa a la locura y al ridículo. Son los que cada amanecer trabajan por un mundo mejor. Contagian altruismo, bondad y alegría.
            El suyo parece otro planeta, donde vale la pena vivir. Es el planeta de los horizontes amplios, de las mentes abiertas, de los sentimientos nobles y generosos.
            La generosidad es real y tiene el corazón alegre y los ojos nuevos. No entiende  de fronteras, ni de razas, ni de géneros, tampoco de idiomas ni penurias.
            Tengo que comenzar por un hecho, un logro de la sanidad española que es puntera en muchos aspectos y reconocida mundialmente.
             Con 2 donantes, 6 trasplantes en 5 niños. El Hospital materno infantil Vall d´Hebron  ha batido un record. En un solo día, ha realizado 6 trasplantes. Dos trasplantes hepáticos, un trasplante bipulmonar, un trasplante cardiaco y dos renales.  Se hicieron con órganos de 2 donantes.  Fue necesaria una perfecta coordinación de más de 100 personas, para llevarlos a cabo. Todos los niños se recuperan en estos momentos de la operación.
           Además del esfuerzo de los profesionales, todo ha sido posible gracias a la generosidad de las familias de los donantes. Los órganos de sus seres queridos servirán para  dar vida.
           Cinco niños se recobran con ilusión y mejorará su calidad de vida. Los trasplantes en niños tan pequeños son muy complicados, pero el trasplante les cambiara la vida.
           A todos ellos, enhorabuena. ¡Todos pueden sentirse orgullosos!

            Además de ese hecho, que recuerdo emocionado, traigo otras dos historias. Dos niños que por azar o por suerte, o por algo parecido a la magia  y al milagro, también iluminan nuestro mundo.
              Quiero reconocer, y agradecer, el haber conocido estos hechos, porque un amigo de trabajo, me ha hecho llegar los respectivos enlaces.
              La primera es la foto de un niño que estudia a la luz de un MacDonakd´s porque quiere alcanzar sus sueños. Se llama Daniel Cabrera, tiene 9 años y vive en Mandaue, Filipinas.
              Por una corazonada, "una joven llamada Joyce Torrefranca le fotografió mientras estudiaba a la luz de un McDonald's y compartió la imagen en Facebook".  La foto dio la vuelta al mundo desde el pasado 30 de junio y ha provocado una ola de solidaridad que sin duda le cambiará la vida de Daniel.

                A raíz de la publicación de la foto "un medio de comunicación filipino decidió emprender la búsqueda del protagonista. Lo encontraron en una tienda próxima al lugar donde fue tomada la fotografía. Su madre, Christina, trabaja en ese local. Pero desde que un incendio destruyó su chabola hace cinco años, Daniel vive allí junto a ella y sus dos hermanos. No tienen otro sitio al que llamar hogar".

           Su madre de 42 años, tiene un trabajo pero su sueldo es de 80 pesos diarios (1,60 euros). Con ese dinero, y  algo que suele añadir realizando otros tareas, no le alcanza para pagar un alquiler y alimentarlos. Por eso se cobijan en la misma tienda donde ella trabaja.  

          El niño es un ejemplo de fuerza de voluntad. «Insiste en ir a la escuela incluso cuando no tengo dinero que darle para el almuerzo. Me dice: mamá, no quiero ser pobre, quiero alcanzar mis sueños».

        Ya le han prometido una beca y siguen llegando donaciones  y gestos de apoyo a la familia, gracias a esa foto providencial que captó el esfuerzo del niño estudiando a la luz de un McDonald's. "Christina todavía no puede creer que una foto colgada en Facebook pueda suponer una diferencia tan grande para los suyos, pero por encima de todo se declara agradecida y feliz".

         Soy de los que piensan que las casualidades no existen. Podemos desconocer las razones ocultas del por qué suceden, o quien mueve los hilos ocultos para que se sincronicen ciertos hechos. Esa ignorancia no es suficiente para llamarles casualidad. Ni el azar ni la necesidad crean nada ni sirven para llenar un corazón de gozo.

         De todos modos, el esfuerzo de Daniel en sí mismo ya es un contraste con otros niños del mundo "que hacen novillos a pesar de que les regalan todo".
        La segunda  historia es una lección de generosidad.  Un padre presenta de este modo esa experiencia: "Dos cooperantes españoles en Calcuta (mis hijos mayores) han sido testigos de una extraordinaria lección de vida. Me siento muy orgulloso de ellos".
          Con un rostro de enorme felicidad,-sus hijos Diego y Aitana-, comparten, como testigos directos, lo que ellos han  vivido.
           El protagonista de esta historia es Abdul un niño mágico, generoso, optimista,  divertido y muy familiar.
               Puesto que los Cooperantes son docentes, tienen la sensibilidad suficiente para ganarse a los alumnos. Pero ¿cómo responden los alumnos? Mejor que Diego describa la clase y si tienen deseo de aprender:
             "Los chavales nos admiran. Y nosotros les admiramos a ellos. Esta vez, los alumnos eran más mayores y hemos podido comprobar su alegría plena y sus ganas de aprender. No sólo eso: también su humildad y su empatía, su aprecio por la familia y por los que quieren. Con esto me refiero, en concreto, a Abdul, al que llamamos brother, porque él nos ha empezado a llamar brother a mí y sister a mi hermana. Nos tiene mucho cariño y nosotros a él".
           Pero, ¿qué sucede cuando salen o se encuentran en un ambiente distinto, como puede ser el comedor? Diego lo describe  así en su diario:
           "A la hora de comer, nos han puesto la misma comida que ayer. Pues bien, nuestro brother tenía su comida, como todos, y su hermano más pequeño le estaba esperando en la calle, junto a una ventana de la Escuela. El pequeñajo que estaba fuera no pasaba de los 4 años. Y no sabemos por qué, pero no va a la Escuela. Nuestro brother se ha acercado a la ventana y le ha dado a su hermano su comida para que éste comiera, quedándose él sin ningún tipo de comida. Aitana y yo nos hemos quedado flipando. ¿Cómo un niño puede tener esa responsabilidad, esa empatía y esa necesidad de proteger a su hermano pequeño? Siento admiración plena por nuestro brother... . Ahora mismo, mi ídolo y mi modelo a seguir es un chaval de 10 años. ¡¡¡Quién lo diría!!!".
           Aitana, explica y valora así el gesto: "lo único que tiene Abdul para comer se lo da a su hermano pequeño. Nuestro brother, Abdul, tiene 10 años. Normalmente, a esa edad, los niños solo piensan en ellos mismos. Y, sin embargo, Abdul ha dado todo lo que tenía para que su hermano coma. Es de admirar. Abdul nos ha contado que tiene 5 hermanos y 2 hermanas. Nosotros, al ver ese gesto suyo, le hemos dado una de nuestras comidas. Yo he entretenido a un grupo de niños para que Diego pudiera darle la comida sin que los demás le vean. Aún así, Abdul la rechazaba. Si tenía yo hambre, ¿cómo no la iba a tener él? Después de que Diego insistiese y el chaval aceptase, se ha dado cuenta de que yo me había quedado sin comida. Y, claro, ha querido dármela. ¿Se puede ser más mono y más considerado? ¡¡¡Cuánta responsabilidad en un cuerpo tan pequeñito!!! Al final, Diego le ha convencido para que se comiera la comida, diciéndole que nosotros íbamos a compartir la nuestra. Una lección muy grande que viene de alguien muy pequeño”.
         Le ha dado a su hermano todo lo que tiene, todo lo que le pertenece, sin quedarse con nada, en silencio, como lo más natural.
         Los cooperantes, que al parecer rotan por las clases, no han podido saber si el gesto de ese niño se repite con alguna frecuencia, dado que tiene más hermanos y hermanas.  En todo caso, ellos nos han trasmitido lo que ellos no dudan en calificar como una lección.
         Pero... no es la única, puesto que  hay otra más y no menor, pues terminan: "Y hasta aquí, esta historia contada por nosotros dos, copiada de nuestro diario. Hay muchas historias e intentaremos contaros más. Y hay muchas cosas que nos llaman la atención. Por ejemplo, a los niños les encantan los lápices de colores que llevamos. Y, en cuanto acaban la actividad, hacen todo lo posible por devolverte el lápiz. Ninguno hace ningún acto de esconder los lápices o quedarse con ellos. Al contrario".
          Por supuesto que, como ellos dicen, llama la atención ese respeto de lo ajeno. No es que lo común no sea de nadie, es que es de todos y por eso lo respetan. Solo quienes lo han tenido todo sin el menor esfuerzo, piensan que todo es suyo o todo se les debe. ¡Qué lección para educar, incluidos a los gobernantes!
        
José Manuel Belmonte

PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES, 0708-2015, COLUMNA LA TANGENTE;
http://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=26939;

6 comentarios:

  1. Hola José Manuel, que niños tan generosos, me gustó mucho lo que cuentas, que importante es aprender a compartir desde chiquitines, es una educación muy sana, se divierten entre ellos, saben que el material es de todos y hay que cuidarlo, estan aprendiendo los valores esenciales de la vida.
    Que gesto tan responsable el de Abdul, a tan temprana edad y entregando su propio alimento, es un pequeño gran hombre.
    Me alegro que Daniel tenga sus sueños y pueda estudiar para salir del ambiente de pobreza en el que viven él y su familia, lo conseguirá.
    En cuanto a los donantes de órganos, todo mi respeto por pensar en los demás, felicidades a los cirujanos que realizan este tipo de intervenciones para salvar a tantos niños, mi felicitación.
    Gracias por contar estas historias tan reales y recordarnos todos estos valores.
    Un abrazo. Marinita P.F.

    ResponderEliminar
  2. Hola Marina:
    No deberíamos olvidar esos valores que nos dignifican como personas y como humanos. Que nos los recuerden los niños, es un acierto de ellos y de sus familias.
    Mientras se premia el amiguismo, el no esfuerzo, la cerveza y el alcohol, y "su tarea educativa" que es una maravilla... y se estudia la forma de conceder a colectivos okupas la gestión de espacios públicos y edificios de titularidad municipal, los niños del mundo y los profesionales nos muestran el camino de la felicidad haciendo algo por los demás.
    La mayoría debería tenerlo claro y apostar por los auténticos valores.
    Gracias.
    Un abrazo,

    José Manuel

    ResponderEliminar
  3. Historias todas llenas de luz, pero de una Luz incandescente, una luz, penetrante hasta el rincón más oscuro, para llenarlo, con esa luz.
    Son historias, que ensanchan, no ya el corazón, si no el Alma.
    Gracias amigo, por contarnos estos hechos tan hermosos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a tí Emilia:
      Nada nos llevaremos, ¿por qué no darlo todo? Estas historias no suelen salir en la Tv , ni en la prensa, pero iluminan desde cerca, tal vez más que las estrellas.
      Tu conoces muchas historias de este ipo, porque andas entre bebés, niños y jóvenes,
      Un abrazo,
      José Manuel

      Eliminar
  4. José Manuel Motivadas letras, siempre la esperanza esta es esas personas que dan sin pretender recibir nada.
    Saludos Amigo

    ResponderEliminar
  5. Hola José Ramón:
    Es verdad, amigo. Dar es dar sin esperar ni pedir nada a cambio, lo otro no es dar, es mercadear, comerciar, comprar, vender o venderse.
    La inocencia de los niños lo da todo y por eso son tan grandes.
    Gracias y un abrazo,
    José Manuel

    ResponderEliminar