lunes, 27 de marzo de 2023

Sí a la vida en Guadalajara

Todo lo que se dice no es verdad.  No hay que creer todo lo que se escuche. Pero…pensar es libre.

Es cierto que muchos suelen decir lo que interesa a quien les paga o dirige en la sombra la economía mundial. No es de extrañar que cada vez haya más personas que cobran por difundir noticias falsas, fake news, o medias verdades, desde los medios y desde las instituciones.

Somos 8.000 millones de seres humanos en el mundo.  Quienes, desde la sombra, dirigen la economía mundial alertan de que tenemos que ser menos, mejores y, más solidarios.

 Desde el año 1800, el crecimiento de la población ha pasado de los casi 1000 millones de habitantes a los 8.000 millones actuales, en noviembre de 2022.

La Vida es un regalo de amor. Se nos da para amar y disfrutar con todo lo que tiene vida, sin destruir nada.

Para el 2050 se espera que la población crezca hasta los 10.000 millones de personas. Por supuesto hay que pensarlo, hay que hacer crecer los recursos y ser solidarios.

https://magnet.xataka.com/un-mundo-fascinante/asi-ha-crecido-la-poblacion-humana-desde-el-ano-1-d-c-hasta-la-actualidad

No todos los supuestos defensores de la mujer, dicen la verdad, ni siquiera están preparados para defenderla. A día de hoy, 749 delincuentes sexuales contra la mujer han visto reducidas sus condenas. Además, hay excarcelaciones por esta Ley de Libertad Sexual o ley del "solo sí es sí". Tras más de un año de trámites, fue aprobada en agosto por el Congreso de los Diputados de España con 205 votos a favor y 141 en contra. Entró en vigor el pasado 7 de octubre 2022. No quisieron escuchar a los jueces.  El Gobierno tenía que haber efectuado la contrarreforma al día siguiente del primer caso de rebaja de condena a un delincuente sexual.

Se limitaron a criticar a los jueces por aplicar esa ley que los “Legisladores” han puesto en sus manos. Pero nadie ha dimitido, aunque muchas mujeres se han visto perjudicadas. Numerosas audiencias han constatado que el decreto obliga a los jueces a revisar a la baja las condenas a los agresores sexuales; porque tienen que aplicar la pena más beneficiosa a los condenados. Pero, ¿nadie es culpable de la redacción? ¿Ha tenido alguien la “gallardía” de dimitir?

La reforma del Código Penal -impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que dirige Ione Belarra, y con Justicia como coproponente- endurece las penas por maltrato animal, con un castigo mayor por pegar a un perro que por agredir a una mujer (entre 3 a 18 meses de cárcel pegar a un perro y entre 6 meses a un año de cárcel si se agrede a una mujer). El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) alertó de la desproporción en las penas en esta ley, pero ni la ministra Belarra puso objeción alguna al “principio de proporcionalidad de las sanciones”

Según los datos oficiales a nivel mundial, el aborto inducido mata a más de 46.000.000 niños cada año.

Tal vez la cifra pase de ser un simple número, si la comparamos con algo cercano que conozcamos.

Puede darnos una idea, sabiendo que la población actual de España es de 46.435.436 habitantes. Y casualmente, esa es la población as la que los abortos no han dejado vivir. ¿Se imaginan que el equivalente a una nación como la nuestra, haya dejado de existir?  (https://countrymeters.info/es/Spain). 

Además, en España han abortado 100.000 mujeres de media al año, desde que entró en vigor la actual ley de plazos de 2010. (https://www.rtve.es/noticias/20230119/aborto-espna-cifras/2348202.shtml)

Calculadora en mano, han sido 1.200.000 bebés que no han podido nacer, porque esa misma cantidad de mamás (el 91%), lo han decidido. Los médicos que han intervenido, para hacerlo posible, han cobrado estén en las clínicas privadas o en las públicas.  Y un añadido: La ley vigente permite a las menores de edad abortar, sin que se las pueda informar, y sin conocimiento ni consentimiento de sus padres. 

Falta claridad también en la transmisión de los datos y lo que significan en contraste con la experiencia.

1)      Miente quien dice, que abortar es expulsar “un montón de células” pero no es quitar una vida. Dicen que todos estamos compuestos de células. Es verdad, pero  no todas las células tienen una identidad genética, propia y singular; no todas las células tienen un ADN humano, ni son “totipotentes”, para ser capaces de reproducir todas las células humanas con sus diferencias específicas.  Dicho de otro modo: solo el cigoto, el embrión, el feto y el bebé tienen el potencial para generar un ser humano. Estén en la fase que estén, son “un ser vivo”, nuevo y, distinto de los progenitores. 

2)      La gente se deja engañar fácilmente o de forma interesada, puede escuchar afirmaciones de apariencia científica. Puede que san infundadas o carentes del rigor de los conocimientos de la Genética, la Biología Celular y la Embriología más actuales. Nicolás Jouve de la Barreda, Catedrático Emérito de Genética es muy claro:” El cigoto es el inicio de la vida humana, el embrión y el feto son entes biológicos humanos en sus primeras etapas de desarrollo, y el aborto no es sólo la “interrupción voluntaria del embarazo”, como eufemísticamente se describe, sino un acto simple y cruel de interrupción de una vida humana… Todo lo demás son argucias con apariencia científica para saltarse los datos de la Biología y justificar jurídicamente un atentado a la vida humana”. http://civica.com.es/bioetica/una-correcta-interpretacion-los-datos-la-ciencia-inicio-la-vida-humana-2/

3)      En Guadalajara, con motivo del DIA DE LA VIDA, se programaron unos actos muy interesantes para todos los humanos, de cualquier ideología, ateos o de cualquier confesión. Una vida se gana o se pierde, para todos. Se programó una concentración interconfesional, en el Parque de la Concordia, portando una vela por la vida; con música de grupos plurinacionales y testimonios de personas de todas las edades.   

4)      Cada grupo, étnico o creyente o no, portaba una vela X la vida, con un bebé en medio.

Se recordó a Bernard Nathanson, el médico que realizó más abortos, hasta que experimentó con los ultrasonidos. Eso le sirvió de material para hacer un documental que llenó de admiración y horror al mundo: se titulaba "El grito silencioso". En 1984 cuando Nathanson le pidió a un amigo suyo -que practicaba quince o veinte abortos al día- que colocase un aparato de ultrasonidos sobre la madre, grabando la intervención del aborto. “Cuando vieron las cintas -explica Nathanson-, quedó tan afectado que ya nunca más volvió a realizar un aborto”. El que fue conocido como “el rey del aborto” y escribió: “Yo soy uno de los que ayudaron a traer esta era de barbarie”. Cambió su ignorancia por lo que vio en el monitor y desde entonces fue uno de los más conocidos miembros del movimiento provida, y realizó un intenso trabajo en favor de los no nacidos mediante conferencias, vídeos y libro, hasta que falleció a los 84 años. 

5)      Pero aprovechando el paso por Guadalajara de Amaya Martínez, pensaron que sería interesante escuchar su experiencia vivida desde dentro. Para escucharla  se programó su conferencia en la Iglesia del Carmen. Desde el principio se ganó al auditorio, impresionado con su testimonio.

Esta valiente mujer, que comenzó un largo camino hacia sí misma, en una clínica abortista en el País Vasco, cuando salió de allí abrió su negocio, recibió una llamada para que fuera a ayudar a las víctimas de un terremoto en el Himalaya.  Hoy es más conocida como María del Himalaya. Encontró en Nepal la felicidad que buscaba, pero de una forma que no esperaba en absoluto, en el verano de 2017

Personalmente hice alguna foto y creí que la organización estaba grabando para recoger su conferencia en video. Cuando pregunté cómo podía hacerme con el video para publicarlo, me dijeron que no lo habían previsto.  Que la conferencia era muy similar a la que María había realizado hacia poco en Granada. Por haber escuchado las dos, puedo decir que María va con la verdad hasta sus últimas consecuencias, y que (pueden escucharla de un tirón o de la forma que cada uno pueda hacerlo),  pero no se la pierdan.

 La vida y el amor, son lo único que tenemos para cambiar lo que podamos hacer para mejorar nuestro pequeño mundo. Antes o después también nos cambian a nosotros.

NOTA: Se puede ver también a María en otros enlaces 

https://youtu.be/Y0aT_1QFmI4 y https://youtu.be/zBXe76r4Hh4

José Manuel Belmonte

PUBLICADO EN

ESPERANDO LA LUZ     27-3-2023

http://belmontajo.blogspot.com/2023/03/si-la-vida-en-guadalajara.html

CIVICA: 27-3-2023

http://civica.com.es/bioetica/si-a-la-vida-en-guadalajara/

           EL HERALDO DEL HENARES:  29-3-2023

               https://www.elheraldodelhenares.com/op/si-a-la-vida-en-guadalajara/

  


 

sábado, 18 de marzo de 2023

De Carrel a Lerrac: un misterio.


 
Está el mundo tan revuelto y la sociedad tan éticamente desnortada, que no sabemos siquiera si lo que vemos o se empeñan en hacernos creer, es real. Que cada uno sea libre y viva.

La experiencia enseña que, en la vida personal, no todo es lineal, ni uniforme ni monocolor. Hace un siglo, los pensadores también se preguntaban si lo imposible sucede ante los ojos. Sería bueno ir asumiendo lo que en cada momento sucede y nos puede cambiar.

Hoy parece que todo es relativo, como la edad, la salud, la política, la nacionalidad, las creencias y, hasta el sexo de las personas. En un instante, todo puede cambiar.

Hemos asumido que ni el dinero, ni el poder, ni la fama son la llave de la vida. Conocí a alguien triunfador ante quien se abrían las puertas del futuro con contratos millonarios.  Al volver a casa con su coche, la lluvia le provocó “un derrape” que dejó a esa persona tetrapléjica, en silla de ruedas y hasta el fin de sus días en un Centro de Atención a Minusválidos Físicos (CAMF).

He escuchado a un eminente cardiólogo decir públicamente y ante los padres de un hijo mayor de edad: “este niño nació muerto”.  Cada uno conoce algún instante que lo cambia todo.

Al poner de relieve la grandeza de la obra científica y humanística de Alexis Carrel, dije que: “dos personas al borde de la muerte, marcaron su vida”. El fallecimiento del presidente de Francia, en 1894, cuando Carrel tenía 21 años, al inicio de su carrera de Medicina en Lyon, hizo que se decantara por la Investigación en suturar y trasplantar. Le concedieron el Nobel.

(http://belmontajo.blogspot.com/2023/03/un-investigador-apasionado-alexis-carrel.html)

La otra persona, que influyó en la vida de Carrel fue Marie Bailly, más conocida como Marie Ferrand, con la que coincidió en un viaje a Lourdes.

El 16 de abril de 1879 la joven Bernardette Soubirous había muerto. Había asegurado haber visto a la Virgen, a la Inmaculada Concepción en la gruta de Masse-Vieille en las afueras de Lourdes. La gruta se había convertido desde entonces en un centro mundial de peregrinaciones.

El Dr. Carrel estaba intrigado por lo que se decía de las curaciones de Lourdes. Estaba dispuesto a investigar por sí mismo lo que pudiera haber de cierto en ellas. Había manifestado, a los médicos de su entorno y a personas que organizaban esos viajes, su deseo de acudir a Lourdes, “pensando que comprobaría personalmente la falsedad de los supuestos milagros”.

Como hombre de ciencia e investigador, era agnóstico o tenía una actitud según la cual todo que trasciende nuestra experiencia, es inaccesible a la comprensión humana. En 1902 el médico tiene 29 años y ya está graduado. “A finales de mayo un compañero le pide que ocupe su lugar en un tren que se desplaza a Lourdes con enfermos. Carrel, aunque incrédulo, tenía cierta curiosidad por el fenómeno Lourdes, y acepta el viaje”.

“La locomotora silbó”             

Así comienza el viaje y así comienza el libro que escribió sobre el viaje. El tren salió de Lyon el día 25 de mayo de 1902. El viaje era relativamente largo. Para algunos enfermos una eternidad, para otros, un instante hacia la curación. El libro vería la luz bastante tiempo después. Un resumen de su libro fue publicado en el número del mes de diciembre de 1950, de la Revista “Selecciones del Reader’s Digest” en la que se dice: “El Dr. Carrel parte para Lourdes …”

En ese libro están los interrogantes, las vivencias profundas, las experiencias únicas y también las dudas, y lo que pudo ver en ese viaje.

Pasada la primera noche de camino, Carrel encontró en el tren al Abate Olivier, Subdirector de la Peregrinación, quien le dijo: “Va ahí una joven a quien me han recomendado cuidar especialmente, agradecería a usted mucho que se encargara de ella. Está tan débil que temo un desastre”.  Unos días antes de la peregrinación se había pensado en operarla, pero el cirujano Jefe pensó que el estado de la joven era demasiado delicado y se resolvió avisar a la familia que el caso era desesperado.

Le presentaron a una enferma agonizante, que se llamaba Marie Bailly.  “Sufro mucho, le dijo, pero me alegro de haber venido. Las Hermanas no querían darme permiso.” Después de haberle auscultado, dijo Carrel al Abate Olivier: “No da muchas esperanzas el estado de su enferma”. No entendía cómo habían consentido su desplazamiento. Las normas prohibían llevar a enfermos moribundos en los trenes. Según sus notas que Carrel tenía de los enfermos, estaba diagnosticada de peritonitis tuberculosa en estado terminal. En aquellos años la enfermedad era mortal. Al parecer la paciente se había mostrado tan decidida a hacer el viaje a Lourdes, que al fin la habían aceptado.

(https://www.researchgate.net/publication/280091849_Alexis_Carrel_1873-1944_La_incognita_de_un_Nobel).

A las dos de la madrugada, un cuidador del vagón en que iba la enferma avisó a Carrel. El médico tuvo que administrarle un calmante con morfina.  Dijo a los cuidadores que tal vez no llegaría con vida a Lourdes.

La llegada a Lourdes se produjo a eso de las dos de la tarde. Cuando, finalmente el tren se detuvo poco antes de entrar en la estación de Lourdes, las ventanillas se llenaron de cabezas pálidas, pero el brillo de sus ojos contenía la esperanza de que allí podían terminar sus males.

Una vez que los peregrinos quedaron instalados en el Hospital de Nuestra Señora, en Lourdes, el doctor Boissarie propuso a Carrel volver a visitar a la enferma: Ven a verla conmigo». Marie Bailly, con las costillas marcadas en la piel y el vientre hinchado… se encontraba en el último grado de la caquexia, por la gran delgadez. El corazón latía sin orden. El color de la cara y de los dedos indicaban que podía vivir unos días, pero estaba sentenciada. La muerte está muy cerca. Carrel dijo “si un caso como este se curara sería realmente un milagro”.

Una cuidadora preguntó si podían llevar a Marie a una de las piscinas, donde se sumerge a los enfermos. Carrel le responde: «Y si muere en el camino, ¿Qué hará usted?».

- La enfermera replico: “No lo sé Doctor, pero es que ella está decidida a hacerse bañar; para eso hizo este viaje tan largo”.

Estaba también presente, una monja que había venido con los peregrinos y dijo: “sería cruel privarla de la felicidad suprema de llevarla a la gruta, aunque bien me temo que no alcance a llegar viva”.

 – Carrel las tranquilizó: “En todo caso yo estaré en las piscinas. Si entra en coma, llámenme”.

Entre los voluntarios Carrel distinguió a un antiguo condiscípulo, Antonin Duval, que se había apuntado como camillero. Como aún había tiempo para llevar a los enfermos a las piscinas, invitó a Duval a un café, mientras charlaban. Duval era católico y estaba contento; acababa de escribir a su mujer, y esperaban un niño.

Cuando Carrel le insinuó que estaba muy escéptico, Duval le dijo: “tú no crees porque estás convencido de que los milagros son imposibles. Con todo, está enteramente en el poder de Dios suspender las Leyes de la naturaleza, que Él mismo ha puesto”.

- “Si Dios existe, respondió Carrel, los milagros son posibles. Pero ¿Existe Dios objetivamente? ¿Cómo lo sabemos? Lo único que yo sé es que no hay milagro alguno que se haya observado científicamente. Para el entendimiento científico el milagro es un absurdo.”

Duval que le conocía, añadió “¿Qué clase de enfermedad desearías tú ver curada para convencerte de que sí ocurren milagros?”

-Carrel le dijo: Tendría que ver curada una enfermedad orgánica: la reproducción de una pierna después de amputada; la desaparición de un cáncer; una dislocación congénita desaparecida súbitamente; pero hay muy pocas posibilidades de que tal cosa suceda. Te aseguro que, si en verdad una herida se cierra y sana ante mi vista, o me convierto en un creyente fanático, o me vuelvo loco”.

Como la distancia desde el Hospital a la Gruta, era de unos 400m, llevaron a Marie a la gruta, en la cama, casi moribunda. Nadie había autorizado la inmersión en la piscina. En la Gruta, fue Marie, quien rogó que le echaran un poco de agua de Lourdes sobre su vientre. Vertieron amablemente 3 jarras.

«La mirada del Médico se fijó en Marie Ferrand. Le pareció que su aspecto había cambiado. Los reflejos lívidos de su cara habían desaparecido y presentaba menos palidez. Estoy alucinado -dijo para sí-; tal vez sería necesario tomar nota»

Sin perderla de vista ni un momento el Dr. Carrel comprueba que, en pocos minutos la joven mejora. Fue conducida a la oficina médica, donde fue reconocida por 3 médicos. En media hora el alivio fue progresivo. Quedó perplejo y recordó sus propias palabras: «Si celle-là guérissait, ce serait vraiment un miracle” (Si ella se curase, sería verdaderamente un milagro). Lo imposible sucedía ante sus ojos y bajo sus dedos de médico. Preguntó a Marie: «¿Cómo se encuentra usted?”.

- “Muy bien; no con muchas fuerzas, pero siento que estoy curada”.

Carrel se puso pálido, no por la respuesta de la enferma, sino porque la frazada que cubría el cuerpo, iba aplanándose lentamente. Cuando la campana de la basílica dio las 3 de la tarde, María Ferrand estaba curada. No se notaba nada de distensión en su abdomen. Carrel profundamente desconcertado, era incapaz de analizar y asumir lo que presenciaba. De pie junto a la enferma observaba fascinado los movimientos respiratorios y las pulsaciones en la región del cuello. El ritmo era regular. El estado de María Ferrand había mejorado tanto que casi estaba irreconocible.

La enfermera que atendía a María Ferrand, trajo una taza de leche para ella. La apuró totalmente. A los pocos minutos levantó la cabeza, volvió a mirar a su alrededor, movió un poco las piernas y en seguida se volvió sobre un lado sin dar muestras del menor dolor.

Hacia las 4 de la tarde el Dr. Carrel se fue a su hotel decidido a abstenerse de sacar ninguna conclusión, hasta que pudiera descubrir con toda exactitud qué era lo que había sucedido.

A las 7,30, expectante y lleno de curiosidad, volvió al Hospital. Se acercó a la cama de la joven y se quedó contemplándola. La mejoría era desconcertante. María Ferrand estaba sentada en la cama con una chaqueta blanca. Aunque seguía demacrada, asomaba en su cara un destello de vida; los ojos le brillaban y un débil color le apuntaba en las mejillas. Fue ella quien rompió el silencio y dijo: “Doctor, estoy completamente curada, me siento muy débil, pero creo que podría caminar”.

Carrel tomó su mano para observar el pulso… ahora era regular. También la respiración era completamente normal. Una gran confusión invadía el ánimo del médico.

Mil preguntas asaltaban su imaginación. ¿Era esa una curación real o de resultado de autosugestión? ¿Se trataba de un hecho nuevo, un suceso pasmoso, o un milagro? Por un momento vaciló antes de someter a María Ferrand a la prueba suprema. Apartó a un lado la frazada de ropa que la cubría, para examinarla. La piel aparecía lisa y blanca. Sobre las angostas caderas se extendía el pequeño abdomen ligeramente cóncavo de una niña desnutrida. Suavemente el médico recorrió con las manos la pared abdominal para palpar huellas de la distensión y de las masas duras que había encontrado anteriormente. ¡Todo había desaparecido!

Gotas de sudor corrían por la frente del médico. Sintió como si le hubieran dado un golpe en la cabeza. El corazón empezó a palpitarle, pero se mantuvo con voluntad férrea en su determinación inicial. Como los Doctores Journet y Gouyot, habían llegado a la habitación y estaban a su lado cerca de la enferma, les dijo: “Parece estar curada; no encuentro nada anormal, sírvanse ustedes examinarla”. Mientras los dos colegas palpaban cuidadosamente el abdomen de María Ferrand, el Dr. Gouyot, dijo: “No encuentro nada, la respiración es regular, ya está buena; se puede levantar”.  El Doctor Journet, profundamente conmovido, añadió: Está curada.  No tiene explicación esta curación”.

 Carrel pensativo, salió para la gruta poco tiempo después. ¿Cómo iba a explicar la curación? No podía negar que era penosamente desagradable verse envuelto en ese milagro. La mayoría de los médicos se mostrarían tan celosos de su prestigio, que aun cuando hubieran venido a Lourdes y visto lo que allí pasaba, no se atreverían a admitirlo. Temían que, si mostraban algún interés por lo sucedido, se les tuviera por fanáticos, o por tontos.

Carrel era demasiado orgulloso para evadirse de responsabilidades. Absorto en sus meditaciones determinó seguir adelante costara lo que costara. Como no conocía las pruebas de la existencia de Dios, dudaba de ellas, pero se imponía su razón que de ninguna manera podría negar lo sucedido. Se maravillaba al pensar cómo los grandes investigadores, como Pasteur, habían podido conciliar su fe con la Ciencia. Llegó a pensar que tal vez la Religión y la Ciencia tenían cada una su sistema especial y se dio cuenta de que no es la Ciencia la que alimenta la vida íntima del hombre, sino que es la fe del alma quien la anima.

Se sentó en una silla en la parte posterior del templo, cerca de un viejo campesino y… ahí permaneció largo tiempo inmóvil con las manos en la cara.  En un momento, sin darse cuenta, empezó a rezar. “Señor, creo en Ti. Respondiste a mi súplica con un milagro resplandeciente. Todavía estoy ciego, todavía dudo. Pero el gran deseo de mi vida es creer, creer apasionadamente… Bajo la honda prevención de mi orgullo intelectual persiste un oculto anhelo; ¡Ay! Todavía no es más que un sueño, pero el más encantador de todos. Es el sueño de creer en ti y el de amarte con el espíritu resplandeciente de los hombres de Dios”.

No hay constancia de cuándo regresó a su habitación. Escribió, poco después, que la serenidad de la naturaleza le invadía dulcemente y sintió calma en el alma. Se desvanecieron todas sus preocupaciones de la vida diaria, y todas sus dudas intelectuales. Creyó tener ya una certidumbre y le pareció sentir la paz maravillosa que desterró hasta la última amenaza de las impertinentes dudas. En la inefable belleza del amanecer, el sueño le venció.

 (http://www.ajm.org.ar/biblioteca/AlexisCarrel-AlexisCarrelysuconversionenLourdes.pdf.pdf)

De ese acontecimiento el Dr. Carrel hizo dos relatos; 1), esencialmente médico, que destinó al director de constataciones médicas de Lourdes, para el Dr. Boissasrie, en el que incluye el informe médico de Marie Bailly; el 2), más personal e íntimo, no se publicó más que a título póstumo. "No encuentro ninguna oposición real con los datos ciertos de la ciencia", volvió a repetir para sí mismo. Tan milagrosa como la curación de Marie Bailly, fue la conversión que se había producido Lerrac.

A parte de la enferma, el otro protagonista de la historia era él, Carrel. No deseaba que trascendiera. Lo que a él concernía lo escribió en tercera persona y autodenominándose Dr. Lerrac (su apellido al revés). Por eso, he titulado este escrito: De Carrel a Lerrac: un misterio.

Cuando al día siguiente Carrel visita a la joven Marie Bailly ya estaba vestida y simplemente la preguntó “¿qué vas a hacer ahora?”

- “Entraré en las Hermanas de la Caridad para pasar el resto de mi vida atendiendo a enfermos”.

En diciembre de ese mismo año ingresó en las Hermanas de la Caridad. No hay datos de enfermedad física ni mental. Vivió 35 más, hasta 1937 en que falleció a los 58 años

                   Del viaje a Lourdes 1902 al viaje de vuelta a la realidad.

La experiencia interior que sacudió a Carrel en los siguientes cinco días fue descrita por él de manera novelada en un manuscrito que se publicó en 1948, cuatro años después de su muerte, ocurrida en noviembre de 1944, bajo el título: Voyage de Lourdes, suivi de Fragments de Journal et Méditations (1949).

Aunque desconcertado y atónito, informó de forma precisa de sus observaciones a la comunidad médica en Lyon. Sea como fuere algo llegó muy pronto al público. Como Lerrac temía, se ganó la enemistad tanto del clero francés como de los miembros de la Facultad de Medicina de Lyon. Fue atacado por el clero, que lo consideró demasiado escéptico, y por sus propios colegas médicos, que lo consideraron demasiado crédulo y «místico».

 El caso de Marie Bailly no está reconocido como milagro entre los 67 reconocidos por la Iglesia entre las 6.800 curaciones extraordinarias ocurridas en Lourdes.

Aunque reconoció públicamente que se había convertido eso no suponía un menoscabo en su trabajo científico. Pero entró en una etapa de incomprensión y de sufrimiento.  La noticia recorrió Francia como la pólvora y el tono anticlerical de la comunidad científica de su país hizo que Alexis Carrel fuera despreciado y denigrado. En Francia le fue imposible encontrar trabajo.

La noticia de aquella curación se extendió por Francia entera por el hecho de que el Dr. Carrel había estado presente. Entre unos y otros le amargaron tanto que frustrado y molesto, salió huyendo de Francia en mayo de 1904. Se dirigió en primer término a Canadá.

 Desde allí se le abrieron las puertas de Estados Unidos y sus principales universidades. Aunque se la ofrecieron no aceptó otra nacionalidad que la suya.  Fue laureado allí con el Premio Nobel  en Medicina y Fisiología en 1912.

Todos los años regresaba a Francia, pero además no dejaba de acudir al Santuario de Lourdes. En 1910 un niño de 18 meses recupera la vista a pesar de ser ciego de nacimiento. Después de la curación el niño estaba en brazos por una cooperante voluntaria que cuidaba a los enfermos.  La voluntaria que tenía el niño en brazos se llamaba Anne Marie Laure Gourlez de la Motte, una católica practicante. Tenía un hijo de su matrimonio y había enviudado hacía un año.

Carrel la abordó intentando obtener información del niño que había recuperado la vista y tratando de obtener datos sobre los hechos milagrosos que se producían en Lourdes.

 En 1913 Alexis y Anne Marie, sellaron una profunda amistad. Después de varios encuentros donde ambos incrementaron su afecto mutuo que desembocó en el matrimonio que se celebró el 26 de diciembre de 1913 en la Bretaña.

Anne Marie quedó embarazada pero su estado de gestación no le permitió tener el hijo. Nació muerto tras sufrir en el embarazo una reacción anafiláctica por una picadura de avispa. No tuvieron más hijos.

De ayer a hoy, un legado profundo.

Siguen teniendo toda su vigencia las palabras de Alexis Carrel, el gran humanista. Nunca negó la verdad de lo vivido, pero tampoco lo llama milagro.

Para él los hombres no tienen únicamente actividades fisiológicas e intelectuales que le distinguen de todos los demás animales, tienen también sentido moral, que es más impresionante que la belleza de la Naturaleza y que es la base de la civilización. La actividad espiritual o sentido religioso, es una de las actividades humanas más esenciales.

(Tumba de su esposa Anne Marie Laure Gourlez de la Motte.)

Piensa que la oración, no como una formulación mecánica, sino como entrega mística a la divinidad «puede hacer que se produzca un extraño fenómeno “el milagro”. El 25 de marzo de escribía: “A la mística cristiana hay que darle la armadura de la ciencia del hombre”. Pero, “La ciencia no servirá para nada, si la sociedad degenera. La desintegración social se produce a causa del hábito de la envidia, la calumnia, la mentira, la falta de honradez, la rapacidad, la incapacidad de mantener la palabra dada, la maldad, el espíritu de crítica, la ironía, la burla, la ingratitud, la grosería, y el egoísmo”.

El doctor Carrel falleció en París en noviembre de 1944. Según explicó el sacerdote que lo atendió en los últimos momentos, se confesó, comulgó, recibió la Unción de Enfermos y dijo: «Quiero creer y creo todo lo que la Iglesia Católica quiere que creamos y para ello no experimento dificultad alguna, porque no hallo nada que esté en oposición real con los datos ciertos de la ciencia.»

La gran paradoja de un investigador y humanista tan profundo, precursor de los grandes inventos del siglo pasado en cirugía vascular y trasplantes, y el galardonado investigador, testigo de una curación que no pudo explicar, fue borrado de las calles y plazas de la patria que tanto amó.

Se puede aprender mucho de un buscador del misterio entre la ciencia y la fe, de su duda  y  de quien muchos interesados no comprendieron o no quisieron entender.

José Manuel Belmonte.

PUBLICADO EN

ESPERANDO LA LUZ  18-03-2023

http://belmontajo.blogspot.com/2023/03/de-carrel-lerrac-un-misterio.html

EL HERALDO DEL HENARES 119-3-2023

https://www.elheraldodelhenares.com/op/de-carrel-a-lerrac-un-misterio/


domingo, 5 de marzo de 2023

Un investigador apasionado: Alexis Carrel

El 7 de noviembre de 2022, día de la Oncología y la Radioterapia, se cumplían 155 años del nacimiento de Marie Curie, y quise rendir un homenaje a la primera mujer que obtuvo un premio Nobel y la única persona que ha obtenido dos Premios Nobel en dos especialidades científicas distintas, Física y Química. (http://belmontajo.blogspot.com/2022/11/7-de-noviembre-de-1867-2022-homenaje.html)

Este año se cumplen 150 años del nacimiento de Alexis Carrel en 1873. Es apasionante saber que este biólogo, médico, investigador científico, pensador y escritor que fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1912.  Le necesidad por investigar para suturar o coser una herida, le posibilitó abrir esa puerta a lo desconocido y luego poder hacer trasplantes.

Le fue otorgado el galardón «en reconocimiento a su trabajo acerca de la sutura vascular, y del trasplante de vasos sanguíneos y de órganos». Así que para la ciencia médica es importante y también para la humanidad. Por supuesto, también para España, país pionero en donantes y en trasplantes. No es casualidad que llevemos tres décadas de liderazgo en este tema.

A)      Todo sucede por algo.

A veces, la combinación de circunstancias o de causas imprevisibles, están en el origen de decisiones personales importantes, para él y para la humanidad.

Dos personas al borde de la muerte, marcaron la vida del francés Carrel y su investigación.  La primera, cuando Carrel  tenía 21 años y estaba iniciando su carrera de Medicina en Lyon. Sadi Carnot, presidente de la República francesa, sufrió un atentado terrorista en 1894 en el que falleció. La otra persona sería María Ferrand, una paciente suya, de la que fue testigo ocular de su curación en 1902, cuando el Dr. Carrel tenía 30 años. (Lo veremos otro día).

 Sucedió en su propia ciudad de Lyon. El presidente Carnot, estuvo casi dos días desangrándose y agonizando por el atentado anarquista, sin que los mejores cirujanos pudieran evitar el fatal desenlace.  Eso impactó a Carrel tan profundamente que tomó la decisión de volcarse para resolver el problema. Al parecer, el cuchillo del anarquista había cortado alguna vena importante. Entonces, la sutura de un vaso sanguíneo grande era todavía un tema sin solución segura. Carrel se aferró -obsesionado- a la idea de que la vida de Carnot podría haberse salvado si los cirujanos hubiesen sabido cómo suturar vasos, de la misma forma que se suturaban otros tejidos. Por eso, desde estudiante se dedicó principalmente a la cirugía vascular experimental.

En 1900 defendió su Tesis Doctoral. Ya doctor en medicina, seguía mostrando un gran interés por la posibilidad de reconstituir arterias. De hecho, entre 1901 y 1910, Alexis Carrel, realizó experimentos con animales, y desarrolló las técnicas conocidas hoy en cirugía vascular.

Reconoció que no todo el saber se aprende siempre en la Universidad. Por eso no se contentó con la acreditación académica. Para suturar los extremos de los vasos sanguíneos, cortados después de una herida, acudió a la mejor modista de su tiempo. Creó un nuevo método de sutura vascular llamado de “triangulación”. Utilizaba suturas muy finas de sedas procedentes de Alsacia.  “Su objetivo era lograr reparar los tubos elásticos de diferentes tamaños y funciones, los vasos sanguíneos, que mantuvieran la capacidad de canalizar la sangre sin problemas derivados de la coagulación. Había que cambiar la técnica y la estrategia. Vio la necesidad de disponer de agujas muy finas e hilos que no desgarrasen los vasos… Logró unas agujas muy finas de encajera en una mercería y parafinó los hilos para que deslizasen mejor y fuesen menos traumáticos. No dudó en ir a aprender a coser al taller de Marie-Anne Laroudier, una de las costureras más competentes de Lyon. Aunque logró publicarlo, sus amigos y compañeros lo tomaron con cierta socarronería. Pero con ella Carrel aprendió a hacer puntadas minuciosas y uniformes. Desarrolló un sistema de corte triangular que le permitió cerrar rápidamente una vena o arteria de extremo a extremo sin que los puntos de sutura se adhirieran a la pared de enfrente. Con la sutura triangular, se dio el primer paso al nacimiento de la cirugía vascular”.

Pero sus brillantes resultados son vistos con ironía y reserva por algunos colegas, de modo especial por Morat, profesor de Fisiología en Lyon, que llega a publicar un artículo molesto por los rumores sobre los éxitos de los trabajos de Carrel, manifestando que todo eso es pura ilusión y que tanto los trasplantes como las anastomosis vasculares no tienen futuro alguno. Carrel se siente decepcionado ante la apatía profesional que lo rodea. Y aún habrá otro hecho que lo llevará a un total cambio de rumbo, tanto en su vida profesional como personal.

Se presenta a plazas de cirujano, pero por tres veces es rechazado. No le sorprende porque sabe que en la selección influye algo más que la habilidad quirúrgica. Acude a cursos y seminarios ajenos a la cirugía y hasta está dispuesto a seguir otro camino.

(https://www.researchgate.net/publication/280091849_Alexis_Carrel_1873-1944_La_incognita_de_un_Nobel)

Hoy se sabe que las suturas pueden clasificarse en monofilamento, multifilamento, torsionada y trenzada; y pueden ser reabsorbibles y no reabsorbibles. La absorción en una sutura puede llegar a ser un recurso muy útil en aquellos casos que queremos asegurarnos de una cicatrización más eficaz. En este sentido, “las suturas reabsorbibles, como su nombre lo indica, están fabricadas para que el mismo cuerpo, mediante diversos procesos, se encargue de disolver las fibras. De este modo, no hace falta la intervención de un cirujano para retirarla”.

(https://www.esalud.com/tipos-de-suturas-clasificacion/)

En 1902, ya como médico y asistente en el Departamento de Anatomía, publicó un trabajo en la revista científica Lyon Medical.  Con este trabajo científico hizo historia, iniciando la época más destacada de su carrera y le lanzó a la fama.

Salió de Francia en 1904 decepcionado con su entorno, con destino a América (Canadá y EEUU). Allí profundiza la investigación vascular y trasplantes. En Montreal presentó para el II Congreso de Medicina de la lengua francesa de América del Norte, un documento sobre la anastomosis que se utiliza para la unión de un elemento anatómico con otro similar a la misma estructura. Y eso fue la llave que le abrió definitivamente las puertas de Estados Unidos en varias Universidades, y allí pudo estudiar otras variantes que le interesaban.

En el Instituto Rockefeller, prosiguió sus investigaciones y trabajos en cirugía experimental desde 1906 hasta 1938. Fue reconocido como precursor de los grandes avances logrados en cirugía vascular y trasplantes.

B)      Un médico lúcido y comprometido socialmente.

Sus logros médicos no le impidieron ser al mismo tiempo una persona comprometida socialmente, pues su vida fue una constante búsqueda de la verdad. No rehúye el debate, ni la controversia. Pensaba en general que "la calidad de la vida importa más que la vida misma". Suyo es el libro: “Reflexiones sobre la conducta humana”.

A principios del siglo XX la sociedad se abría paso de forma a veces convulsa. La controversia y la polémica de entonces, eran muy parecidas a lo que estamos viviendo ahora al inicio del XXI. En un mundo en cambio, los ambientes médicos, los políticos y los ciudadanos, se expresaban a favor o en contra de muchas cosas. A su obra investigadora se une una importante aportación humanística. De hecho, durante la ocupación alemana de Francia, desarrolló en Paris el Instituto del Hombre y las Civilizaciones.

Los ciudadanos no distinguen bien dónde está la verdad, aunque la ética suele ser primordial. Por eso Carrel escribía: “El sentido moral es de gran importancia. Cuando desaparece de una nación toda la estructura social va hacia el derrumbe”. Añadía en uno de sus libros: “la ciencia no servirá para nada, si la sociedad degenera. La desintegración social se produce a causa del hábito de la envidia, de la calumnia, de la mentira, de la falta de honradez, de la rapacidad, de la incapacidad de mantener la palabra dada, de la maldad, del espíritu de crítica, de la ironía, de la burla, de la ingratitud, de la grosería, del egoísmo

 (El bombardeo informativo, político, jurídico y ético que sufren los ciudadanos actualmente, pueden dar una idea de la presión a la que una persona comprometida como Carrel pudo estar sometida).

Llega a la conclusión de que el hombre mismo es un desconocido para la mayoría. Cuando aún estaba en Nueva York publica su libro: L’homme, cet inconnu, (1935). Fue un best-seller, traducido en varios idiomas, y una muestra entre otros ensayos, de su profunda reflexión filosófica y humana. Señala que la sociedad "se encamina hacia la degeneración”.

 Comprende que el hombre es a la vez unidad y multiplicidad. Por eso aborda los grandes temas como la eugenesia (defensora de los métodos selectivos por manipulación), la eutanasia (intervención deliberada para poner fin a una vida) o el trashumanismo (defensor de métodos que mejoren las capacidades humanas).   Esos temas no han pasado, y, actualmente se han añadido otros tantos desde la ignorancia, como desde el poder y el dinero. La ignorancia es muy atrevida. En todo caso para Carrel “poca observación y muchas teorías, llevan al error. Mucha observación y pocas teorías llevan a la verdad”.

(https://elmedicointeractivo.com/polemico-alexis-carrel-premio-nobel-compromiso-hombre-20110919191611028589/)

C)      Precursor y adelantado en los trasplantes.

 Hemos señalado que Alexis Carrel ideó un nuevo sistema de sutura para unir directamente los bordes vasculares. Para ello, realizaba cortes en los extremos de los vasos y les daba vuelta. Con este método conseguía evitar las hemorragias y la formación de coágulos sanguíneos.  Con la sutura de los extremos hacia afuera o revertidos, conseguía que en el interior no quedaran hilos sueltos que favorecieran la formación posterior de trombos. 

Carrel y Guthrie, fueron los primeros en observar que, cuando una vena se usaba para reemplazar un segmento arterial en el mismo individuo, asumía características de arteria y, al contrario, cuando una arteria sustituía a una vena, la pared arterial adelgazada asumía las características de una vena.

Con su nuevo sistema de sutura en los trasplantes vasculares, pudo tomar una porción de un vaso, para utilizarla en cualquier otro lugar del propio paciente. Y logró la conservación de los vasos sanguíneos para trasplantar que evitase la espera de un posible donante, (utilizando el almacenamiento en frío o cold storage) o trasplante de órganos.

Cuando Alexis Carrel recibió el 1912 el Premio Nobel en Medicina y Fisiología, Guthrie se molestó por no haber sido compartido el galardón, dada su colaboración en cirugía vascular. En cierto modo tenía razón, pero es la Academia Sueca quien lo otorga.

En 1912 le otorgaron el Nobel con 39 años, hasta ese momento el galardonado Nobel más joven.  Además, por primera vez se concedía este premio a un francés, que trabajaba en el continente americano, y desde 1906 estaba en el Instituto Rockefeller.

“Ninguno que haya seguido con interés estos nuevos avances en la cirugía puede dudar que contienen inmensas posibilidades, y la aplicación de los métodos aprendidos en los animales al ser humano no puede tardar”. (The Lancet, editorial del 19 de octubre de 1912)

D)     El hito histórico de 1.967

Aunque es cierto que Carrel y Guthrie, desde 1905 habían logrado, trasplantes de pulmones y de corazón en animales, la fama por el primer trasplante de corazón en un ser humano, llegó 62 años después, con el médico sudafricano Christian Barnard en 1967.  Tal vez un poco tarde, según The Lancet.

El 3 de diciembre de 1967, los periódicos de todo el mundo se hicieron eco de la hazaña de Barnard, por haber realizado, copio textualmente: “El primer trasplante de corazón del mundo”. “Una hazaña comparada entonces con la llegada del hombre a la luna”. (https://www.dw.com/es/el-primer-trasplante-de-coraz%C3%B3n-del-mundo/g-41622211)

Se dice que “la operación duró 5 horas; y hacia el final de la misma, un electroschok puso en marcha el corazón de la mujer dentro del pecho del hombre. Aunque el receptor sobrevivió solamente 18 días, su caso abrió nuevas perspectivas a la medicina”.

Sin negar el hecho y la verdad que encierra el logro de Barnard, se sabe históricamente que Carrel y su colega, habían realizado ya trasplantes de corazón en animales, aún faltaban 17 años para nacer el futuro Dr. Surafricano. Christian Barnard nació el 8 de noviembre de 1922. Luego, lo realizado muchos años antes por Carrel-Guthrie también “abrió nuevas perspectivas a la medicina”.

E)      El silencio como desprecio.

El silencio y el ostracismo apartan de cualquier responsabilidad y función política o social a quien ha logrado algo por méritos propios y se le trata como un desconocido.

Aunque oficial e internacionalmente Carrel fue honrado, reconocido y galardonado por la mayoría de las sociedades científicas de los más importantes estados y con doctorados y condecoraciones de universidades de gran prestigio en todo el mundo, parece que su dedicación y sus trabajos no fueron suficientemente difundidos.

Tan solo 7 años después del trasplante de Christian Barnard, un Profesor Emérito del Instituto de Investigación Cardiovascular de la Universidad de California, hizo público lo siguiente: “En 1974, antes de comenzar una charla a un grupo de científicos cardiovasculares en su reunión nacional, le di a cada uno una tarjeta en la que planteaba esta cuestión: «Sin consultar a nadie, por favor escribe después del nombre de cada uno, qué es lo que se tiene en cuenta como su principal contribución a la ciencia biomédica».  Había añadido a continuación 4 nombres, uno de ellos era Alexis Carrel. En las respuestas, me encontré con que sólo 7 de los 111 que entregaron sus tarjetas sabía de las grandes aportaciones de Carrel a la cirugía vascular, 33 sólo conocían su trabajo posterior en el cultivo de órganos y, 71 escribieron después del nombre de Carrel «NHOH», que traducido corresponde a «nunca habían oído hablar de él».

Posiblemente los beneficiados (alguna vez) por su investigación sobre las suturas y su aportación a los trasplantes habrán sido incontables, aunque no hayan oído hablar de él.

De hecho, la Revista médica Jano, en la publicación con motivo del 50 aniversario de su muerte, titulaba y reconocía: “Carrel, pionero de los trasplantes”.

José Manuel Belmonte

PUBLICADO EN

ESPERANDO LA LUZ    5-3-2023

http://belmontajo.blogspot.com/2023/03/un-investigador-apasionado-alexis-carrel.html

EL HERALDO DEL HENARES   6-3-2023

 Inicio/Opinión/José Manuel Belmonte/ Un investigador apasionado y desconocido, al que millones de personas le deben la vida: homenaje a Alexis Carrel en el 150º aniversario de su nacimiento.

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