Hice lo primero, justamente
cuando los tambores de guerra internacional comenzaron a sonar. Aunque la paz
aún está lejos, se ha rebajado la tensión y se están dando pasos en esa
dirección. Es, por tanto, el momento de ocuparnos del otro gran foco de tensión
en la zona: la crisis de Egipto que se acerca a la guerra civil.
"Nunca se han visto las pirámides
de Egipto tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta".
Con este 'tweet', el cantante David Bisbal consiguió no hace mucho, levantar
toda una ola de comentarios en la red.
La reacción se produjo, porque el tema escuece
y preocupa desde hace meses.
Se puso cierta sordina mediática, mientras la atención de la comunidad
internacional estaba pendiente de los planes de las grandes potencias para
intervenir o no, militarmente, en Siria.
La llamada “primavera árabe”, no ha sido una transición política, como
creía occidente. Más bien está siendo un cruel invierno (Ken Follett) por el
que la cultura islámica transita, dividida, hacia su futuro y el de las
naciones en que se asienta. La violencia
refleja una profunda ignorancia y una desorientación entre los principios
éticos, los religiosos y los democráticos.
Mientras, la inestabilidad ha ido creciendo diariamente en Egipto. La
muerte y la represión a sangre y fuego y la ola de atentados terroristas, lejos
de disminuir, son noticia diariamente y han disparado la tensión y la
preocupación internacional.
¿Por qué? ¿Qué ha pasado? ¿Una guerra civil es probable o ya está en
curso? ¿La comunidad internacional debe quedar al margen o debe implicarse,
como en Siria? Esta es la cuestión.
La clave. Nunca ha sido Egipto una balsa de aceite,
ni siquiera durante las tres décadas de mandado del dictador Mubarak hasta
2011. Las manifestaciones contra él, en la Plaza de Tharir (libertad), fueron
claves. Al fin, tras 60 años de poder
militar, en el país más poblado del
mundo árabe, un civil, Morsi, llegaba al poder de forma democrática, aunque con
estrecho margen sobre su oponente. Era dirigente de de los Hermanos Musulmanes.
La agitación de infiltrados de Al Qaeda
ha provocado una reacción de odio hacia los islamistas y sus líderes y de éstos
hacia los partidarios de Mubarak (supuestamente apoyado por Estados Unidos) y
también contra los cristianos coptos, que representan el 10% de la población.
Las lágrimas del odio alimentan las del dolor. A ese escenario se ha añadido la
crisis económica internacional que aumenta el descontento social.
Ante la
presión, el elegido Presidente Morsi intentó una islamización de la República Árabe
de Egipto, mediante una concentración de poderes del Estado, con una nueva
constitución. Pero provocó el descontento de la oposición. Se volvió a
manifestar en la Plaza de la Libertad de el Cairo. Aunque no fuera totalmente
espontánea, se hizo persistente, y los militares pidieron su dimisión. La
oposición, no había aceptado el triunfo democrático de Morsi. Tampoco había
tradición democrática.
El 3 de julio de este año 2013 es la fecha clave. Ese día, tras un año de
gobierno de Morsi, se produjo un golpe de Estado. El presidente del Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas, Abdul Fatah al-Sisi, con ayuda del Ejército, derrocó al presidente Mohamed Morsi, y suspendió la Constitución. Fue nombrado Presidente interino Adli Manur y
vicepresidente, el Premio Nobel de la Paz
Mohamed El Baradei.
Pero los continuos y violentos enfrentamientos entre partidarios de Morsi
y las fuerzas del orden, en el Cairo, con derramamiento de sangre y victimas, hicieron
dejar el gobierno al vicepresidente El Baradei. No quería responsabilizarse de
la sangre derramada por el ejército contra sus conciudadanos. El mal se encona. El miedo y el sufrimiento producen rabia y
más violencia. En su carta de dimisión daba esta clave: los beneficiarios de lo
que ha ocurrido hoy son aquellos que llaman a la violencia, el terrorismo y los
grupos más extremistas”.
Desde ese día el enfrentamiento entre los partidarios de Mursi y la
policía y las fuerzas armadas ha ido en aumento y el desafío es constante. Las
libertadas individuales y los derechos han caído en picado por la represión del
“estado policial” y por los atentados.
Las secuelas atroces: disturbios, violencia, terror y caos.
Un decreto presidencial del Gobierno, Mansur, establece un nuevo
juramento para los militares y demás efectivos de las Fuerzas Armadas, quienes
ya no se verán obligados a prometer lealtad al jefe de Estado, sino solamente a
sus Mandos. Los medios árabes dicen que es
una forma de agradecimiento a las Fuerzas Armadas, por haberlo nombrado
Mandatario tras el golpe de Estado perpetrado contra el presidente
constitucional, Morsi.
Este decreto es una afrenta a la
inteligencia, y propicia el caos. ¿Ante quién responden los Mandos? ¿Si no es
ante el Presidente, será ante el Pueblo y sus intereses? Y ¿Quién señala los
intereses del pueblo? Si éstos los señala el Comandante en Jefe, la democracia
estaría basada en el ejército por encima de toda otra autoridad. El Presidente
sería un hombre de paja, en español, un pelele. Es por eso que el comandante en jefe de las fuerzas armadas, y presidente de facto del país Abdelfatah al Sisi no descartó aspirar a la presidencia, si hay elecciones, según una entrevista publicada el 9-10-2013 en el rotativo AlMasri al Yum.
Mientras, la coalición Alianza para la Defensa de la Legitimidad (ADL),
que reúne a 33 organizaciones favorables a Morsi, de la que forman parte los
Hermanos Musulmanes, llama a manifestarse y realizar actos de incorformidad una y otra
vez, contra el “golpismo militar” para restituir a Morsi.
Pero han visto cerrados sus medios de comunicación, sus cadenas, y
canales satélites y encarcelados el núcleo duro de sus líderes. Los coptos también son objeto de las iras
religiosas de los islamistas.
Puede decirse que ha día de hoy, se ha dado ya un salto cualitativo:
¡pasan de la legalidad al radicalismo! Muerta la democracia ¡viva la teocracia!
Los islamistas ya no reclaman la vuelta al poder de Morsi. Al Zawahiri , número
uno de Al Qaeda, ha dicho a los seguidores de Morsi que "la legitimidad no
recae en las elecciones y en la democracia sino en la sharía (ley
islámica)".
El gobierno ha arrestado al
hermano del líder, Emir Aymán Al Zawahiri
y al hombre de confianza de éste. Y la ola de ataques terroristas contra
los militares se dispara.
Si este clima de tensión y enfrentamiento no es una guerra, se le parece. Al menos por la cantidad de bajas y de heridos. Los diversos grupos,
religiones, no tienen líderes ponderados que les guíen. La guerra existe,
aunque directamente no estén implicadas las democracias occidentales. Existía
en Siria, y existe en Egipto, se empleen o no armas químicas. Occidente, hasta
ahora, no ha querido verlo, por pura conveniencia.
La ONU debe actuar. Parece
que se han roto los puentes hacia una solución pacífica del conflicto. Los
militares no parecen ya la solución. Al Qaeda y sus tentáculos son muy
potentes. Aunque se haya apresado al Abu Anas Al Libi, cerebro de algunos
atentados en Kenia, Tanzania, ni el FBI, ni Estados Unidos son la solución para
Egipto. Más bien el estado actual de cosas, parece un fracaso de esa superpotencia.
“Existe una diferencia entre ir a la caza de los terroristas que directamente
dañan a EEUU e involucrarnos en una guerra”, acaba de decir Obama. Pero la
Humanidad necesita estadistas comprometidos con los Derechos Humanos, y el
primero es acabar con el genocidio, la masacre de seres inocentes, y defender
la vida. No se puede ser amenazador o valiente según conveniencia.
Por eso, la Comunidad Internacional, debe moverse y actuar cuanto antes. Aunque parezca una guerra lejana, los seres
humanos se están desangrando, su dolor clama a la conciencia de los pueblos,
estén donde estén en el planeta. Egipto necesita ayuda
Según El Baradei: "Existían vías pacíficas para poner fin a este enfrentamiento
entre la población y, se propusieron soluciones aceptables para alcanzar un
consenso nacional". Hay que explorar esas vías. Hay que poner
voluntad. Llamar a las partes en conflicto y buscar alguna forma de parar la
muerte y de buscar la paz. El frío invierno de la guerra entre hermanos no
debería coincidir con el invierno climático (sería devastador para los más
débiles). El fanatismo irracional, el
odio corrosivo o el ansia de poder, no pueden ser lo que una a 79 millones de
personas. Pregunten a los niños que nos miran. Habrá alguna fibra humana, algún sentimiento
positivo, alguna esperanza de futuro que habrá que explorar para la paz. Menos
esta escalada de violencia sin horizonte, cualquier solución.
La Diplomacia Internacional tiene
que despertar. Tal vez despierte mejor
con música como dice Celine Dion: “Au-delà de la violence /Au-delà de la
démence /Malgré les bombes qui tombent /Aux quatre coins du monde…/“L´amour existe ancore”. (Más allá de la violencia/más allá de la
locura/a pesar de las bombas que caen/en cada rincón del mundo…El amor, aún
existe,). Y es posible, también allí, aunque
algunos lo olvidan.
http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=18935; BITACORA DE BELMONTE en CiViCa: 12-10-2013:
http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/pr%C3%B3xima-parada-egipto
Bendita pluma la tuya,que llega a todo el mundo y hace que reflexionemos tanto --Cariños desde Paraguay ..
ResponderEliminarHola,a ese gran país que nos da gente tan emprendedora y tan atenta a la actualidad. Muchas gracias por su comentario Rossy.
ResponderEliminarEntre todos vamos a hacer que no se olvide a los muertos y se ayude cuanto antes a los vivos.
Un abrazo,
José Manuel
Hola Jose Manuel,
ResponderEliminarcomo comentario a tu magnifico articulo ,efectivamente creo que tendríamos que reflexionar y pensar entre todos sobre los problemas que existen tanto en Egipto como en el resto de países. Nos tendrían que servir como ejemplo y experiencias para no caer en sus mismos errores de enfrentamiento, violencia, miedo, sufrimiento,....... para que no afectaran al resto de países Los mandatarios de las diferentes potencias, tendrían que solucionar estas diferencias y pedirles que tuvieran la voluntad, Que busquen la paz y evitar mas conflictos no deseados por nadie.Un abrazo
AGS
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Hola AGS:
EliminarMuchas gracias por tu comentario.Cuando algunos conflictos dejan de estar unos días en los TELEDIARIOS, la gente piensa que han desaparecido. ¡No interesa informar! ¡No vende! Puede ser que en algunos casos, lamentables, no es posible. Son los menos.
Hay que seguir presionando, hasta que se arreglen, o hasta que los gobiernos o la ONU tome cartas en el asunto.
Un abrazo,
José Manuel