No hay palabras. He vivido en
Bruselas. He trabajado allí algún tiempo. He vuelto no hace mucho de visita. He
estado alojado muy cerca del Parlamento. He disfrutado de algún día sin coches
y me he desplazado en metro porque los medios de transporte público eran
gratuitos. La gente de todas las nacionalidades posibles disfrutaba por las
calles, en las terrazas y en los parques.
En las 30 hectáreas del Parque urbano
del Cincuentenario y el arco de triunfo, en el barrio europeo de Bruselas,
había fiesta para grupos y familias, nativas o inmigrantes. No cuento una
utopía, lo he vivido.
En una nación tan acogedora, en una
ciudad tan cosmopolita, en la cuna de Europa y
sede de la Unión Europea, uno podía sentirse ciudadano del mundo, solo
con respetar y ser respetado, viviendo y dejando vivir.
Hasta ahora, para muchos, esa pequeña nación
era su segunda patria. En la década de los 70, yo sentí esa misma sensación. Tenía
amigos de varias nacionalidades. Estudiaba
y trabajaba. Era libre. Podía hablar con otra gente en varios idiomas,
tanto en la universidad como en el bar o el trabajo. Así conocí otras culturas
y otras etnias. Bélgica entera, y en particular Bruselas era un ejemplo de
integración y convivencia en paz.
Desde allí conocí a 20 kilómetros al
sur de Bruselas, Waterloo y el escenario de esa importante batalla en el
municipio belga ubicado en la provincia del Brabante valón. Y caminando hacia
el sur, hacia Luxemburgo, visité uno de los últimos escenarios de la II Guerra
Mundial, las Ardenas. Una batalla decisiva.
Pero hoy... la guerra ha vuelto y ha
golpeado el corazón de Europa. La sangre ha sido derramada, en el metro y en el
aeropuerto. Los ciudadanos de varias naciones han perdido la vida y los heridos
se cuentan por centenas en Bruselas. Han sido los ataques terroristas más sangrientos vividos nunca en el país.
Algunos amigos me han pedido que escriba. Y lo hago porque hoy, sigo teniendo a
Bélgica en el corazón. Y esto se vía venir.
Las lágrimas y el dolor han vuelto. La italiana Federica
Mogeherini, "ministra de Exteriores" de la Unión Europea, entre
lágrimas, ha dicho que es un día "muy triste" para Europa.
Ante la barbarie terrorista, los líderes políticos
de todo el mundo se han apresurado a hacer gestos y declaraciones más o menos
sinceras, y promesas de democracia, seguridad y libertad. Además de llamadas a
la unidad.
Pero, el mundo está en guerra
desde hace años, y muchos no se han tomado en serio la amenaza. Antes de
las Torres gemelas, y después de los atentados de Madrid, Londres, París,
Ankara, y los atentados de Túnez, Kuwait, Nigeria y Mali, Burkina Faso, así
como los múltiples perpetrados en de
Irak y Siria. Nada es casual.
He escrito varias veces sobre la
amenaza de Europa. También sobre Siria, sobre los niños, los campos de
refugiados y el peligro de la retórica hueca de la "Alianza de
Civilizaciones". En España, "Podemos e Izquierda Unida se negaron a
firmar el Pacto Antiyihadista. Iglesias recurrió a las «miradas de amor» como
únicas armas aceptables para que los terroristas árabes dejaran de matar",
comentaba A. Ussía.
Ni
Europa ni la ONU, se implicaron a fondo y sobre el terreno. Los efectos de la
acción militar, de Europa y Rusia, han sido destructivos, pero poco eficaces al
no haber una intervención terrestre liderada por la ONU y con participación de
naciones musulmanas. La población civil, ha tenido que huir de la guerra y, a
riesgo de perecer, se echó a la mar. Más de 500.000 refugiados están atrapados
en el invierno climático, del mundo y de Europa. Los países árabes, parecen
estar en otro planeta.
Comencé el año 2016 con este título:
"La llama de la paz sigue encendida".
Y concluía: "Hasta que podamos emprender un viaje sin ser sometidos a
fuertes medidas de seguridad, la paz será una ilusión. Mientras no aceptemos la
primacía de la vida y respetemos el derecho de cada uno a estar aquí, no
habremos encontrado el Camino de la Paz del Mundo".
Posiblemente Europa y Bélgica en particular
llevan demasiados años pecando de ingenuos y un tanto ciegos, porque estaban
amparando y alimentando un nido de víboras. Sin medios o con ellos, pero sin
coordinación, los fanáticos extremistas llenos de odio a Europa, se pasean.
Tanto poner el énfasis en la democracia
se han olvidado la seguridad y de la vida de los ciudadanos.
Ha tenido que ser Juncker quien
reclamara "un aumento de la colaboración entre los servicios secretos
europeos". El atentado ha puesto al
descubierto los errores de los ministros de Interior y de Justicia Belgas, (se
han visto en evidencia para... dimitir).
Pero no sólo Bélgica ha cometido
errores. El presidente de la Comisión Europea,
Jean-Claude Juncker cargó contra los Veintiocho por su pasividad en relación
con la amenaza terrorista: “El problema está ahí desde hace años. Si los
Estados miembros hubieran aplicado los planes que aprobamos tras el atentado de
Paris, en noviembre no estaríamos como estamos a día de hoy”, y quizá “no
estaríamos ante acontecimientos tan trágicos”.
Y sin embargo, tras la reunión de
urgencia de los ministros de Interior y de Justicia de la UE, el Jueves Santo,
tampoco han sido capaces de ponerse de acuerdo. Posiblemente hay buena
voluntad, pero están un poco perdidos. Como decía Ovidio, Trista, 5.7 "Las leyes
yacen vencidas por la espada( hoy, por los explosivos) de la guerra".
Los ciudadanos europeos, y sobre
todo las víctimas, están pidiendo hechos, no declaraciones altisonantes o
falsas promesas.
AL Qaeda, el Estado Islámico, EI, o
el Estado Islámico en Irak y al-Sham ISI, o el ISIS, o QSIS (Separatistas de Al
Qaeda en Irak y Siria), han declarado la guerra a Occidente. El Daesh,
o Da'ish o en plural -daw'aish-
significa fanáticos que imponen sus puntos de vista sobre los demás. Ellos se
han atribuido la masacre. Importa poco que ni sean un Estado, ni siquiera sea
Islámico; no pueden campar a sus anchas e imponer su ley a los demás. Será más difícil
buscarles en un lugar, pero hay que ir a por ellos, estén donde estén. Las
empresas de comunicación, pueden ser claves.
Vamos sabiendo quienes son, pero
desconocemos el origen de su odio. En eso, más que los mismos terroristas, son
importantes sus "maestros" y sus "encubridores" (ellos y
ellas). La policía, estoy seguro, será
cada día más eficaz para abortar atentados de fanáticos radicalizados. Pero,
"nadie puede aterrorizar a toda una
nación, a menos que todos nosotros seamos sus cómplices" (E.R.Murrow). La
colaboración ciudadana es necesaria y esencial.
Ni los ciudadanos podemos permanecer callados,
ni los medios silenciar sus atrocidades,
ni siquiera cuando se cometen contra otra creencia religiosa para imponer el
islam. Tampoco las fuerzas y cuerpos de seguridad pueden seguir mostrando, ni
un día más la descoordinación que han dejado patente en Bélgica. Y desde luego,
las "miradas de amor" o "los besos" no parecen eficaces,
por mucho que algunos políticos se empeñen, para enfrentarse a quienes quieren
destruir nuestra cultura, nuestra forma de vida y nuestras creencias. Reclamar "unidad
sin fisura" no puede ser un slogan para después de un atentado.
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ: 25-03-2016:
http://belmontajo.blogspot.com.es/2016/03/mayor-que-el-odio-es-la-voluntad-de.html
EL HERALDO DEL HENARES: 25-03-2015
http://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=29781
CIVICA: 27-03-2016:
http://investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/la-voluntad-de-convivencia-mayor-que-el-odio
Es muy triste. Besos.
ResponderEliminarHola Amapola Azzul:
ResponderEliminarDeplorables son hacer daño, matar y aterrorizar. Pero ha habido mucha solidaridad con los heridos, con las familias de las víctimas, y con la gente que ha perdido su vuelo, o no podían salir del país. En número, en proporción y en entrega han sido mucho mayores las muestras de humanidad, civismo y convivencia.
Por favor, aunque duelan y lamentemos esas muertes, no perdamos la perspectiva.
Un abrazo, y feliz semana
José Manuel
Que suerte José Manuel que pudieras convivir y disfrutar de esa afluencia de diversidad cultural, eres afortunado...
ResponderEliminarMe gustaria aportar a tú texto tan detallado y con la claridad y realidad que caracteriza tú propio estilo, que debemos luchar por la libertad que intentan arrebatarnos, las personas somos libres desde que nacemosy ningún ser debe pisotearnos, y menos quitarnos la vida, por mi parte que nadie tenga su propio verdugo.
A por la libertad....
Un abrazo. Marinita.
Hola Marinita:
EliminarGracias, por estar ahí y por tu sensibilidad y tu respeto a la libertad de las personas. Es verdad que somos libre, pero no siempre se respeta la libertad de los demás. Se intenta imponer casi todo, ideología, creencias religiosas, y formas de entender la vida, pero también quien debe vivir. Es duro decirlo, pro es peor aún verlo convertido en realidad cada día y en ley en muchos parlamentos.
No nos acostumbramos a vivir respetando. Las palabras y las leyes también matan al permitir que otros lo hagan.
Feliz Pascua y un gran abrazo,
José Manuel
Ciertamente que el dolor aumenta cuando hay lazos afectivos.Nos unimos todos.Muy bien escrito,Jose Manuel.Abrazos
ResponderEliminarGracias Anuncia:
ResponderEliminarNo te esperaba por aquí. Ha sido una agradable sorpresa.
Tu conoces, que es verdad lo que he dicho. Con las víctimas y las familias intento sembrar motivos de esperanza.
Un gran abrazo y que tengas una feliz Pascua.
José Manuel
Que bien que conocieras todo aquello cuando se podía vivir hoy en día no estamos seguros nadie en ningún sitio,me uno al dolor de todas esas personas que lo están pasando terriblemente mal,y ojalá esto acabe alguna vez.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Pilar:
ResponderEliminarEs verdad que nadie estamos seguros en ningún lugar, y eso es lo más terrible de la situación que estamos viviendo.
No es fácil descubrir culpables, porque de una forma o de otra, los hay aquí y allá. La cobardía de unos y el odio de otros, juegan con el miedo de la mayoría. Además unos se amparan en las leyes y otros se envuelven en fanatismo religioso.
Todos deseamos como tú que alguna vez esto termine y aprendamos a convivir en paz.
Muchas gracias y espero que la recuperación de la familia sea total.
Un abrazo,
José Manuel
Sos un grande Josema y estoy segura que escribís tan sabiamente que nunca herís a nadie. Solo encuentro que en tus escritos hacen reflexionar o que levantan el ánimo, por lo menos a mí.
ResponderEliminarMuchas gracias. Bendiciones cruzando los mares.
Rosa.
Gracias Rosa:
EliminarDesde ahí sigues los acontecimientos que se suceden, unas veces mejores y otras terribles, como ahora. De todos sacas enseñanzas y a todos encomiendas.
¡Que gran sabiduría!
Un fuerte abrazo,
José Manuel