Al subir al Blog los títulos escritos
hasta fin de año, pensaba que las ideas y cada artículo supone una aventura
personal que trae recuerdos y lugares. Con ellos cerraba la actividad escrita
de un año, pero cuando uno se ha acercado a una fuente de luz o a un manantial,
la sed o la fuente son inagotables. ¡Hay que volver!
Tengo que buscar la raíz de la ética, la
enseñanza, los libros e incluso la foto que capté al pasar, y que por alguna
razón quedó impresa su imagen en mi interior. Como dice el filósofo francés, G. Lipovetsky: "el individuo necesita la
creatividad para expresarse a sí mismo". Cierto, pero de una forma u otra,
será preciso descubrir interiormente, la
magia y la grandeza del ser y la
cultura.
Cuando
el año perdía en este
otoño las últimas hojas de los meses, se nos decía en alguna programa que
"¡Todo es mentira!" Puede ser verdad o no, habrá que descubrirlo, y como
decía Antonio Machado "¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a
buscarla. La tuya, guárdatela".
Quienes juntamos sueños, un poco de ternura y
algunas palabras, pretendíamos fundamentalmente, vivir. Vivir pensando, como
hace el sembrador con la semilla; que fructifique dependerá de la lluvia, y en el escritor, de
quien lea o interprete.
LA NATURALEZA: el primer libro.
La madre naturaleza, es eso: un corazón
de madre siempre vigilante, en movimiento siempre, dispuesta a ayudar y
sorprendernos cada instante del día o de la noche, no importa el lugar en que
hayamos nacido.
Reconocer que lo
real forma parte de una gran ficción que nos hemos creado, pensando siempre que
"el futuro" será sin duda
mejor que "el ayer" y, por
supuesto que "el hoy". Es
decir: ¡no vivimos! ¡No disfrutamos la vida por la maraña mental y emocional de
nuestros pensamientos y sentimientos, proyectados hacia el futuro o el pasado!
Los árboles sin moverse, ayudan a hombres y animales. Los animales disfrutan,
juegan hoy sin miedo, viven hoy.
La facilidad actual para colgar
juicios, fotos o deseos en Facebook,
Twitter o Instagram, nos sacan del "aquí y ahora". Nos falta el tiempo, porque no vivimos el
presente, ni tenemos el reposo para leer un libro. Nos sobran "likes", "emojis"
para comunicarnos por las redes y faltan cada vez más "palabras" y "profundidad". De ahí que pocos
sepan discernir una noticia normal, de una información manipulada, o de una
Fake News (noticia falsa).
Y si se pierden las raíces, carecemos de
algo esencial. Rondan en mi cabeza
esas ideas troncales, nuevas y básicas,
que nos ha legado la historia y la ciencia, además de la naturaleza: la
familia, la tierra, que es redonda pero no es el centro del universo aunque sea
nuestra casa, la gramática y las lenguas, los libros, el triunfo de la razón
sobre la superstición y las ideologías, la evolución, la revolución industrial
y tecnológica, etc.
Pensar es posible y expresarlo
libremente también. Está en los libros. Podemos aprender de los árboles y de
los pensadores, porque no se trata únicamente de decir, sino también y sobre
todo, de ser. "Entre lo que veo y
digo, entre lo que digo y callo, entre lo que callo y sueño, entre lo que sueño
y olvido, la poesía"... "Decir y hacer ", de Octavio Paz. Lo
que tú tienes, muchos lo pueden tener... Lo que tú eres nadie lo puede ser. Lo que enseñan los libros, hay que
interiorizarlo, porque de lo contrario puede todo quedar en niebla o nada.
DE LOS ÁRBOLES Y DE
LA IMAGINACIÓN: nacen los libros.
Todos,
alguna vez hemos ido al bosque y admirado de cerca la naturaleza, somos parte
de ella y la necesitamos. Enseña y relaja.
El árbol es mucho más que una
metáfora. Siempre lo ha sido. Los libros, durante siglos, han nacido en los
árboles. Pero tuvieron que morir para ser libro y que las ideas vertidas en
ellos pudieran llegar a todos. Crear y
pensar es una nueva forma de vivir un instante de eternidad. Las ideas que
en los libros anidan, son los nuevos pajarillos cuyos trinos pueden escuchar
los lectores. Tienen el encanto de la razón poética y "la mitad invisible" de la vida,
según María Zambrano.
Pio Baroja, encuentra la imagen del árbol en
la misma creación de Dios en el Edén. Allí habría apuesto dos árboles muy
importantes: el árbol de la vida y el
árbol de la ciencia, Dios prohíbe a Adán el fruto del último. Le dio a su
novela en 1911 el título del segundo: "El árbol de la ciencia".
No sólo el mudo ciprés de Gerardo Diego, cualquier árbol, es
"surtidor de sombra y sueño", de paz y oxígeno, que son los mejores
frutos.
Se puede escuchar, "El murmullo de los árboles", de Karen Viggers, o el diálogo entre
"Susurro y Piti", la hoja y
el pájaro que aprendieron a amar, de Marisa
Botella Villaplana.
Y es que, como acaba de decir el
biólogo de la Universidad de Harvard, William
Friedman, "si no te preocupas
por las plantas, es posible que no sepas cuidar de otro ser humano".
De hecho esa Universidad tiene bien ganado prestigio por sus docentes, y lo que
muchos tal vez ignoran es que en su jardín botánico tienen más de 2.100
especies de plantas y lo visitan más de 250.000 personas. Pero lo curioso es
que en él, tienen una norma: "todo
el mundo es capaz de enseñar, desde los estudiantes de universidad, hasta el
personal y los científicos".
EL LIBRO Y LOS MAESTROS
Nos hemos
acostumbrado a visitar los parques naturales acompañados de un buen guía. Mostrar
la belleza de los mejores rincones de la naturaleza solo puede hacerlo algún
experto, que conoce los enclaves, y pueda descubrirlos ejemplares y las
maravillas, que de otro modo podrían pasar desapercibidas. Desconocemos muchas
cosas. No simplemente que las ignoremos, es que hay mucha pereza mental para,
teniendo los medios, dejar que "otro" nos informe de algo que al
final de la jornada ya no recordamos. Aprender no es estar informado.
Cuando el dramaturgo Alejandro Casona, en 1949 escribió la obra "Los árboles mueren de pie", sabía
lo que decía, por haberlo aprendido de la naturaleza. A la gente le gusta que
le muestren la belleza, el bien, la bondad, la alegría y la vida, aunque no
coincidan con lo que sucede en la vida real y los acontecimientos de la trama sucedan
con un final inesperado. Casona, pretendía simplemente dejar algo positivo en
el espectador.
Es cierto, según Leon Tostoi que "Hay
quien cruza el bosque y ve solo leña para el fuego". Pero hay gente
que ve más allá, porque tienen más alcances. Sin ser genios ni poetas, en algunos, el horizonte de la sensibilidad y
su luz, traspasan lo inmediato.
En
Guadalajara, sin ir más lejos, había un pino de 110 años. Le cayó un rayo y
había que talarlo porque era un peligro, al estar casi en el centro de la
ciudad, en la Plaza de Santo Domingo. También aquí
es verdad que "Los árboles mueren de
pie".
Alguien vio más allá del árbol seco.
Un grupo de escultores de madera ideó que podían hacer esculturas de temática
variada, en árboles secos, pues había varios. Y el Ayuntamiento y el servicio
de parques y jardines, vieron factible que la ciudad podía disfrutar de alguna
figura aprovechando el árbol existente.
El pino en cuestión, podría seguir siendo útil, de otra manera.
Este árbol centenario herido por un rayo en la ribera del Henares,
no era "un olmo seco" como
el que estaba en Soria, a la ribera del Duero, también herido por un rayo, al
que cantó Antonio Machado y le dio nueva vida.
https://youtu.be/TBMyCtJjiBE
Este pino alcarreño será un recuerdo
agradecido de la ciudad "Al
profesorado, por su labor docente". La escultura tiene forma de una torre de libros, para que cuantos
lo contemplen puedan evocar siempre a sus maestros. Así que no ha muerto,
porque con los profesores y los libros, sigue vivo en la ciudad: "un árbol, un pensamiento".
EL LIBRO: FUENTE DE SABIDURÍA Y FELICIDAD.
Cuando uno realiza algún viaje, suele
encontrar algo que le impacta y cuya imagen suele llevarse como recuerdo cuando
vuele.
En uno de mis viajes por Bélgica, me
impactó encontrar en Lovaina, una de
las más bellas ciudades universitarias, la
fuente de la sabiduría, le llaman allí "Fonske". Representa a un estudiante
leyendo un libro que sostiene en una mano, mientras con la otra vierte agua
dentro de su cabeza, como metáfora del conocimiento. El agua simboliza la
sabiduría y, cae luego a nivel del suelo en una pileta que podía ser el mundo.
Dicen que es una oda a la vida estudiantil.
Con todo, lo más interesante de
esta escultura, es la inscripción que lleva el libro: una
intrincada fórmula matemática que da como resultado la palabra: "Geluk", que significa "felicidad". El libro, pues, es una fuente del saber, cuya
consecuencia es la felicidad.
EL DOCENTE SE
CONVIERTE EN LIBRO.
Concluyo hoy, con otro de mis
viajes a otra ciudad extraordinariamente bella y universitaria, Salamanca. En ella encontré el
monumento a la primera mujer que
obtuvo el Premio Nacional de Literatura de España: Carmen Martin Gaite.
La estatua está en la plaza de los
Bandos, cerca de donde ella nació. Es
una obra en bronce y granito, de 280 cm de altura, de la escultora Narcisa
Vicente Rodríguez. Fue inaugurada el 8 de diciembre del 2000.
La salmantina Martín Gaite, escribió novelas, ensayos, cuentos infantiles,
crítica literaria, guiones para televisión además de realizar traducciones del
francés, inglés, italiano y portugués. No es pues casualidad, que esté
considerada una de las figuras más importantes de las letras hispánicas del
siglo XX.
Se puede contemplar la escultura, en la que aparece con su inseparable
boina y un libro abierto. Pero aquí, el libro es ya parte de ella misma.
¡Eso es lo que quiero resaltar! Si sus obras se centran en el análisis de las
relaciones entre individuo y colectividad, cuando un escritor o profesor es
auténtico- como ella- y da lo que tiene, es un libro abierto.
He dicho que la escultura está en la plaza de los
"Bandos". ¿Qué quiere decir
Bandos? En Salamanca fueron famosos dos bandos o grupos, que dividieron a la
ciudad, por causa de la rivalidad de dos familias poderosas. El origen de este
enfrentamiento, ocurrió en el año 1464 o 1465 por el juego de pelota y duró más
de una década.
Hubo
una disputa entre los hermanos Manzano y el hijo menor de los Enríquez.
Vivian en barrios diferentes de la ciudad, uno cercano a la iglesia de San
Benito y otro cerca de la iglesia de Santo Tomé. Durante años fueron
irreconciliables. ¡Hubo muertos! Fueron luchas internas que aterrorizaron a los
habitantes y que contribuyeron en gran parte a que Salamanca no pudiera
prosperar durante bastantes años. Tuvo que intervenir Juan de Sahagún con una
frase célebre: "La ira engendra odio; la concordia nutre el amor".
Finalmente firmaron la Concordia. Y la casa donde se firmó y la plaza donde
está ubicada, se llaman La Casa y la
Plaza de la Concordia. El leonés Juan de
Sahagún es hoy patrono de Salamanca.
He
hablado de libros, de personas y de ideas, pero sobre todo de creaciones
artísticas. Quiero terminar, con las palabras que Pio Baroja les dijo ante la
flor y nata de los representantes de la Generación del 98, artistas y
tertulianos más eminentes del Café de Levante, el 13 de mayo de 1904. Los tertulianos estaban
hablando sobre los españoles. Cuando el novelista vasco, -autor de "El
árbol de la ciencia"-, tomó la palabra y dijo:
"En España hay siete clases de españoles... A saber:
1) Los que no saben.
2) Los que no quieren saber.
3) Los que odian saber.
4) Los que sufren por no saber.
5) Los que aparentan que saben.
6) Los que triunfan sin saber.
7) Y los que viven gracias a que los demás no saben.
(Estos últimos
se llaman a sí mismos "políticos" y , a veces, hasta
"intelectuales").
En aquel Café de Levante sin ir más lejos,
había personas cultas y con prestigio. No creo que Baroja englobara a los
contertulios y a sí mismo en esas 7 clases de españoles. Luego, para ser justos, debería haber
también, la clase de los españoles que realmente saben, aunque no lo aparenten
o no lo digan.
De todos modos, han pasado 116 años
desde entonces. Es posible que el reloj de "el árbol de la vida", sea
más lento que el de "El árbol de la ciencia".
Baroja lo dejó claro: "el árbol de la ciencia no es el árbol de la
vida". En la vida no existe el tiempo. No hay ficción. Todo es un presente
continuo.
José Manuel Belmonte.
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ 10-01-2020
EL HERALDO DEL HENARES
10-01-2020
Una certera reflexión sobre los libros y su esencia. Su razón de ser.
ResponderEliminarAbrazos José Manuel
Gracias, Ernesto.
EliminarEs cierto que los libros tienen una razón de ser doble: nacen de la una inteligencia y se dirigen a otra, gracias a los sentidos y los sentimientos. Sin ellas no son nada.
Un gran abrazo.
El alma de Netflix que antes fue un libro
ResponderEliminarUn placer el haberte hallado
Pues ahí seguimos. Bien hallada. El camino es más largo que el entretenimiento. Me encanta conocer a quien conmigo va.
EliminarGracias.
Los libros son como las personas. Los hay buenos y malos, divertidos y super aburridos... sabiendo bien elegir es un placer su lectura e incluso es enriquecedor. En cuanto a quienes los escriben, muchos parecen estar dotados de un don especial. Retiro el verbo parecer: están dotados de ese don.
ResponderEliminarSAludos.
Podemos elegir un libro, el contenido y lo que aporta no siempre e puede conocer de antemano; así que lo que aportan y el juicio que nos merecen siempre es "a posteriori".
EliminarCoincido contigo que, en general, los autores tienen un don especial, y al leer sus obras podemos sentir su inspiración.
Mi gratitud sincera.
¡Hola José Manuel!Fantástica reflexión acerca de los libros, me gustó mucho tú artículo, cómo dejó claro Baroja:...todo es un presente continuo. Gracias por alimentar nuestras mentes y alma con tanta sabiduría. Un abrazo grande amigo. Marina PF.
ResponderEliminarGracias, Marinita:
EliminarHemos aprendido en la vida y en los libros. En lo que somos y tenemos somos deudores de padres, maestros, y escritores; por supuesto, todos los genios, artistas y seres con quienes convivimos -de una forma o de otra- dejan su huella en la sociedad y en nosotros. ¡Nos enriquecen!
Y añado, porque así lo creo, también los comentarios de quienes expresáis vuestra opinión.
Un fuerte abrazo.
El libro, tu mejor amigo. El que siempre te espera y te acompaña. Y te hace reír, llorar, viajar, soñar... y nunca te traiciona.
ResponderEliminarUn largo abrazo, Josemanuel y feliz enero.
Eres genial, Soco, describiendo ese amigo pequeño, que espera, acompaña de viaje, te guía, y es capaz de hacer reír, llorar y emocionar...lo puedes llevar del brazo, en el corazón o en la cabeza. ¡Eso solo los mejores, los únicos! Como los tuyos, que se llevan también la sombra, unas ramas con pajarillos y un rincón para escuchar la soledad o las olas.
EliminarSigo descubriendo, en los tuyos, el agua profunda y fresca que nos has dejado en el brocal del pozo, al final de la tarde.
También te envío el mejor abrazo para seguir descubriendo lo mejor del 2020, y en cada mes, o mejor, todos los días.