La Declaración del Milenio, fue un intento bienintencionado de acabar
con las desigualdades en el Mundo. Nació en un momento de bonanza mundial
anterior a la crisis. Tenía la ilusión de convertirse en un gran proyecto a
realizarse en 15 años. Y sabemos que “proyecto
-según el diccionario- es el arreglo y combinación de medios que deben
emplearse para lograr un fin”. Esa combinación de medios ha fallado. A tan sólo un año vista, no es
que el proyecto haya fracasado, es que se necesitaban aunar muchas voluntades,
contar con recursos y medios, que no estaban en poder de quienes suscribieron
la idea. Era una maravillosa quimera de la ONU y sus socios, que pretendían un
mundo más humano.
De aquella UTOPIA, con la mirada
puesta en 2015, tenía unos objetivos que se concretaban en que: 1) se acabara
con la pobreza extrema y el hambre; 2) se llegara a obtener la enseñanza
primaria para todos; 3) se lograra la
igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer; 4) se redujera la
mortalidad de los niños menores de 5 años; 5) se mejorara la salud materna; 6)
se combatiera el SIDA, la malaria y otras enfermedades; 7) se garantizara la
sostenibilidad del medio ambiente; y 8) se fomentara una alianza mundial para el
desarrollo.
Aquel empeño ha dado algunos
frutos en cuanto a reducir el hambre, algunos en educación, el acceso a la
salud en ciertas áreas y tímidas mejoras en el trabajo, pero…más en lugares
concretos, y sobre todo gracias al esfuerzo y la dedicación de entidades
concretas, e incluso de personas concretas, que de forma global.
La alianza mundial para el
desarrollo no se produjo. Más bien hay una
“indiferencia global”. Lo denunció en Lampedusa, el Papa: "Éste es un mundo salvaje que no da trabajo,
que no ayuda, al que no le importa si hay niños que mueren de hambre, o
si hay familias que no tienen que comer ni la dignidad de llevar el pan a casa,
si hay gente que huye de la esclavitud, del hambre, buscando la libertad y que
encuentra muchas veces la muerte, como ha ocurrido en Lampedusa”. Hoy lo diría en la otra frontera Española y sur
de Europa.
En general, se puede comprobar
que hay que ser realistas, que lo del Milenio ha sido un fracaso que ha puesto
de manifiesto la falta de voluntad y de implicación internacional, social y
personal. Por eso la realidad es que“ ha crecido el número de personas que
viven con menos de 2 dólares al día, y muchas otras se ven obligadas a huir
de países por causa de la guerra o la
falta de trabajo digno, quedando a merced del tráfico de personas”.
La globalización hizo pensar en
la posibilidad de que todos podrían tener acceso a los bienes de manera más
fácil y rápida. De hecho se han creado oportunidades para terminar con muchas
injusticias y muchas desigualdades: también para conocer datos y la posibilidad
de prevenciones de daños por catástrofes, sequía, enfermedades y
desplazamientos masivos. Nos hemos dado cuenta que, la interdependencia es real
y necesaria. Pero, al no haber ni cooperación global, ni responsabilidad en
unos y en otros, muchos siguen sin tener
acceso a los recursos básicos de alimentos y de agua, ni vivienda, ni empleo,
ni salud, ni educación, ni medicamentos. No se hanbeneficiado ni de inventos capaces
de paliar el hambre, (como el “Moving Windmilis”
del chico Kamhwamba de un mísero rincón de Malaui, que llevó a su aldea
electricidad y agua; o el invento del mexicano Jesús Rico Velasco de la “lluvia sólida” o “silos de agua”), que podrían ayudar a la agricultura, y ésta a
paliar el hambre en las familias.
Quienes tienen medios (naciones o
empresas) buscan beneficios más que colaborar en el bien de todos. El dinero se
traslada donde puede encontrar oportunidades, de materia prima o mano de obra
al menor coste. Los especuladores, las guerras y el terrorismo han alejado las
ayudas y las oportunidades para salir adelante los desfavorecidos. Todo eso
hace que la necesidad y las injusticias se hayan reconfigurado. Los ricos son
más ricos, hay menos clase media, y los pobres son más pobres y más. Justo lo
contrario de lo que se pretendía.
Debe añadirse algo, incluso peor.
En este tiempo se han desmoronado muchos valores humanos. La ideología se ha
difundido hasta los últimos rincones y la cultura de la muerte también. La
familia se ha resentido por el feminismo y el lobby gay, pero también por el
machismo. Se ha desestabilizado por el
turismo y el miedo, por
violaciones y prostitución, por el genocidio y tráfico de drogas y, por la
mayor corrupción mundial. El trabajo no siempre se encuentra cerca, con
lo que hay que alejarse de la familia o emigrar, para encontrarlo.
Es verdad que sigue habiendo
gente buena, capaz de ver oportunidades de mejora, que ayuda y se entregan
voluntariamente. Se vuelcan en el desarrollo de personas, grupos, comunidades o
pueblos. Pero esas personas u organismos, son puntuales y sin un verdadero tejido
asociativo de mayor alcance, ni globalizados.
El esfuerzo se hace gracias a algunas
organizaciones, como Manos Unidas y personas, como el Padre Ángel fundador de
Mensajeros de la Paz. Es sabido que Manos Unidas, viene lanzando año tras año,
campañas en consonancia con los Objetivos del Milenio. Intentan sensibilizar,
concienciar y recaudar fondos para, desde su parcela y con Proyectos concretos,
cambiar la injusticia y combatir el hambre. “Combatir el hambre, proyecto de
todos", tarea de todos, decía su slogan; “No hay justicia sin
igualdad” decía su campaña del año 2013,
para promover la igualdad entre los sexos y la autonomía y empoderamiento de la mujer.
Este año, vuelve a tomar las
pautas de los Objetivos del Milenio: “Un
mundo nuevo, Proyecto común. La periodista Rosa San Millán, la Presidenta
de Manos Unidas, Isabel Moratilla y el P. Ángel, de Mensajeros de la Paz,
presentaron la campaña de 2014 en Guadalajara.
Manos Unidas, viene luchando para que los países desarrollados y los que
están en vías de desarrollo se comprometan y luchen contra la pobreza y
fomenten la responsabilidad de los ciudadanos. No quieren palabras, quieren
hechos. Menos firmas, y más compromiso.
El P. Ángel destacó, en su
ponencia, que hay mucha pobreza, mucha hambre y mucha injusticia. Puso de
relieve la que se ejerce contra quienes lo arriesgan todo intentando mejorar su
situación, a veces de forma desesperada: los emigrantes. Pero también, resaltó con énfasis que, a pesar de estar en
un grave momento de crisis, hay mucha solidaridad, mucha gente buena que ayuda
a otros.
Él lo ha experimentado a lo largo
y ancho del mundo, donde su Fundación, trabaja codo con codo con la gente para
ayudar a los más desfavorecidos. Pero también en España, donde el 21,6% viven ya
en el umbral de la pobreza y, donde Mensajeros de la Paz, ha abierto en los últimos
años 10 Comedores Sociales que dan de comer a 30.000 personas.
Dice el P. Ángel que, "los gobernantes son los únicos que
pueden cambiar las cosas, los demás podemos maldecirlos, pedir, exigir, pero
sólo en su mano está cambiar ciertas cosas". Con los recortes, cada vez se invierte menos
en Cooperación e Integración. El Sistema corrupto termina produciendo, más
desigualdad y más miseria. Pero ni siquiera queda ahí, porque según los datos
de Unicef: los conflictos armados y los desastres naturales hacen peligrar la
vida de 60 millones de niños, en todo el mundo.
Manos Unidas, recordaba que es
una Organización nacida de la Iglesia y según sus principios, le obligan a
ayudar a los más pobres, a los niños, a los mayores, a los ancianos, tanto en
España como en el Mundo. Y que no se trata de ayudar siempre con dinero o cosas
materiales, sino también con cariño, asistencia humana, atendiendo enfermos y llevando
un poco de luz y esperanza a donde pueda. Siempre con claridad y con auténticos valores.
Quien lo desee puede ver en Internet los Proyectos que tienen en África, América,
Asia y Oceanía
Por eso animan a la generosidad,
porque el trabajo por ese Mundo Nuevo es
obra de todos. El Papa ha dicho “No sirve de mucho la riqueza en los bolsillos
cuando hay pobreza en el corazón”. Por eso, si unos pocos se unen en una causa
común y procuran la expansión del bien, con su aportación, se llegará a muchos.
Según Concepción Arenal, “las fuerzas que se asocian para el bien, no se suman,
se multiplican”. Así que, como decía
Mandela: “todo parece imposible… hasta que se hace”.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES, BLOG LA TANGENTE: 22-01-2014:http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=20453; BITACORA DE BELMONTE, en CiViCa, 22-02-2014:
http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/manos-unidas-m%C3%A1s-que-palabras
Hola Jose Manuel si siguieramos tu ejemplo y todos o cada uno de nosotros_los que creemos que ese Mundo puede y debe ser mejor y mas justo , ayudaramos de alguna de sus muchas formas, que tu tan magnificante detallas, iriamos poco a poco cumpliendo los objetivos del Milenio.
ResponderEliminarEsperemos que esta crisis que estamos padeciendo haya abierdo muchos corazones y voluntades y que se pueda ir paliamdp poco a poco las desigualdades actuales.un abrazo
Ángel García
Hola Ángel:
ResponderEliminarYa he dicho lo que pensaba de los Objetivos del Milenio. Estoy de acuerdo, con esta campaña de que Mejorar el mundo es obra de todos. Pero cada uno en su parcela. El estado, los Estados, la ONU, las ciudades y sus gobernantes, los políticos, y luego el pueblo llano, y cada ciudadano en particular. Lo que no depende de otreos es exigible, por quienes comparten responsaabilidad, pero lo que depende no se puede claudicar, ni dejar de hacer lo que depende de uno.
Gracias por tu apoyo y por colaborar como puedes en lo que puedes.
Un abrazo.
José Manuel