Ginebra II, no fue posible la paz.

        Ni las partes en conflicto hicieron lo que podían por la paz; ni los aliados de las partes en conflicto pusieron voluntad y medios para que se alcanzara el final de la guerra. Es más, durante los días de “negociación” la brutalidad  se ha superado y multiplicado.                                                                                                                                                      Esta guerra ha deslegitimado a todas las partes en conflicto, y está poniendo en evidencia el fracaso de Naciones Unidas, para atajar y cortar de raíz cualquier  desastre humano. ¿No es esa la razón de su existencia? En el siglo XXI tiene que resignarse la Humanidad porque ¿no es posible la paz en Siria?

        Ni se han respetado unos principios básicos que España, en Córdoba quiso que se adelantaran. Ni la diplomacia, en general, ha dado sus frutos ya que ha sucumbido ante la intolerancia y las armas. Las partes han hablado de “terrorismo”, como quería el régimen;  de “transición”, como quería la oposición, y de ayuda humanitaria o de intercambio de presos”. En ninguno de los casos se ha llegado a un acuerdo. Incluso discutido la imparcialidad del mediador de la ONU. En materia humanitaria Ginebra 2 ha sido un fracaso.

        Los perdedores de todas las guerras, los que pusieron su esperanza en las grandes potencias como Rusia y Estados Unidos, los que confiaron en la buena gestión  e incluso en la presión del Organismo Internacional, están a punto de perder la fe en el ser humano.     

         El desaliento es casi total. Ni siquiera el “corredor humanitario”, para que les llegue alguna ayuda, se ha logrado. Estamos en invierno. Sin alimento, sin abrigo, sin que les llegue el calor de quienes aún tienen corazón, van a sucumbir porque lo han perdido todo,  no tienen  nada,  ¿qué pueden esperar? "Otros refugiados que llegan a la frontera nos cuentan que han abandonado por el camino sus maletas para poder ayudar a sus hijos a cruzar las zonas inundadas. Muchos de ellos llegan descalzos, con sus ropas empapadas y cubiertas de barro y nieve” cuenta Adrian Edwards, portavoz de ACNUR para esta emergencia. El mediador internacional en la Conferencia, Brahimi ha anunciado que la ONU seguirá tratando de negociar sobre el terreno la llegada de ayuda a Homs y otras ciudades.

        Los observadores, que vienen siguiendo desde hace años, lo que algunos “progresistas de salón” llamaron rápidamente la “primavera árabe”, han tenido que arriar la bandera ilusionada de su imaginación.  Si  alguna vez los hubo, no se atisban brotes verdes de acuerdo alguno. Las armas solo sirven para matar vidas y esperanzas.

        Bashar Al Assad no está legitimado para continuar ni un día más.  Su política de bombardeos y tierra quemada, incluso durante los días de la Conferencia han  sido una huida hacia adelante. Algún día tendrá que responder de este genocidio y de lo que se irá descubriendo con el tiempo, de torturas individuales y masacre indiscriminada. Pero no será el único.

        Porque las otras partes en conflicto, lo que se conoce en general como la oposición, apoyadas desde el exterior, no dieron muestras de ser más tolerantes. Los países occidentales están perplejos, indecisos, expectantes. ¿Hasta cuándo? ¿Se puede paralizar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas? Entonces, ¿para cuándo la paz?

        El fanatismo ha cogido las armas. El fanatismo piensa que matando “infieles”  o “contrarios” se va derecho al “paraíso”. El “fanatismo extremista” entiende poco de respeto y de “humanismo”. Los desplazados, mujeres y niños, no han sido prioritarios para un alto el fuego, ni para acordar el corredor humanitario para que les llegue la ayuda internacional. 

        El fanatismo  extremista en los días de la  sahwa-al-Sahwa al-islamiyya  o “El Despertar del Islam”, se redujo a “borrar” del mapa a la mujer y sus derechos: “No teníamos voz. No teníamos  rostro. No teníamos nombre. Éramos completamente invisibles. Nuestras vidas  habían sido robadas con una mentira: Hacemos esto para protegerlas de las miradas acechantes de los hombres”(Manal al-Sharif). Siempre la justificación de la injusticia, es por el hipócrita  y nauseabundo “proteccionismo”.  ¿Cuánto importan sus vidas? ¿Qué ha cambiado?

        Si no se recupera el humanismo, en nombre de Alá se puede excluir el 50% de los humanos (las mujeres y sus descendientes más inocentes y vulnerables). El hecho de que por esta tierra hayan pasado egipcios, cananeos, hititas, hebreos, asirios, persas, griegos, el  imperio seléucida, romanos, árabes, mongoles, otomanos y franceses, hasta su independencia en 1946, no parece haberla abierto a la tolerancia y al pluralismo.

     Su resistencia heroica frente a la represión  y  la dictadura, ha activado la intervención de toda una serie de potencias  que tratan de explotar o anular el movimiento popular sin alterar de manera significativa el “equilibrio” de las últimas décadas. El problema es que esa resistencia, ya es odio. Y que entre unos y otros no queda más que la destrucción más absoluta y total (con el apoyo interesado de unos y de otros).

     ¿Para cuándo la intervención Internacional? ¿Queda alguna otra vía? ¿Puede Occidente seguir mirando hacia otra parte? El diálogo no llegó a buen puerto, pero es el camino. Ginebra II no ha terminado.  

       Es verdad que aunque no hay conflictos a escala internacional, la paz está amenazada en decenas de contiendas a lo largo y ancho del planeta.  Por lo que tal vez estamos un tanto equivocados los que creemos que nuestra propia paz es irreversible. Es cierto que “para quienes habitamos en democracias consolidadas, la violencia organizada ya ha dejado de ser un instrumento útil para solucionar problemas…pero las brechas de desigualdad no hacen más que aumentar y, además, somos corresponsables del malestar e inseguridad de muchos de nuestros semejantes”( Jesús A. Núñez Villaverde). ¡Hay que buscar la paz todos los días!

        ¡No a la guerra! No podemos resignarnos, porque si no han sido posibles los acuerdos ahora, en Ginebra, el día que se alcancen, será más difícil hacerlos cumplir. Por eso hay que volver a intentarlo cuantas veces sea necesario. Si es posible este mismo día 10. El mediador argelino Brahimi no ha perdido el optimismo: "La distancia entre las partes sigue siendo grande, no tiene sentido decir lo contrario”. Sin embargo, añadía en la rueda de prensa final "durante las conversaciones, he observado que hay terreno común; quizá más de lo que las dos partes creen o reconocen".

           Una paradoja: lo mejor "el silencio", Según él, un momento prometedor fue "ell minuto de silencio que las dos delegaciones guardaron por todas las víctimas del conflicto". Por eso Brahimi concluía diciendo: "los que tienen las armas son los que tienen que pensar en su pueblo".

          Afortunadamente, Siria y la ONU, han comenzado la evacuación de la población civil de Homs. Las escenas son conmovedoras, por lo maltrechas que están estas personas. Parece más necesario que nunca el alto el fuego.

           

              Mientras no lleguen a un alto el fuego, las víctimas seguirán aumentando

PUBLICADO EN EL HEREALDO DEL HENARES: BLOG LA TANGENTE, 06-02-2014: http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=20285