Aunque parezca increíble, esto es la continuación
de la transcripción del wasap de una joven palestina, publicado aquí. Ver en
enlace.
http://belmontajo.blogspot.com.es/2014/08/lo-peor-de-la-guerra-no-es-el-horror-es.htmlhttp://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=22232
http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/lo-peor-de-la-guerra-no-es-el-horror-es-la-carencia-de-sentimientos
La mente rápida de Ariel se puso en
movimiento. Su novia Leila, nada tenía que ver con la mítica guerrillera
palestina del mismo nombre. Pero…estaba enamorada de un judío. Algo revolucionario, porque rompe todos los
moldes, todos los cánones y todos los tabúes. El móvil de Leila, al otro lado
de la frontera, no respondía. Sin embargo podía ver que seguía “en línea”. ¿Por qué? Si a ella le había pasado algo
cuando estaba en el wasap, no podía ser muy grave. ¡Su móvil funcionaba! Su
corazón se agarró a esa esperanza tecnológica, para no morir.
Sonaron las alarmas. Hamas
había roto otra vez la tregua, posiblemente Israel habría respondido a la
amenaza. Era probable que alguna bomba hubiera caído cerca de su casa, al lado de
uno de los túneles. Si estaba herida, tenía que encontrarla. Estaba triste,
pero decidido. Ella acababa de comentarle en la conversación, que en la Franja
de Gaza casi todo estaba destruido. No encontraba la forma de desenredar sus
sentimientos y encontrarle una salida. Desconocía que ese móvil estaba en manos
de otra mujer con agallas.
La periodista italiana, en
efecto, después de enviar la transcripción del texto del wasap que había
encontrado en el móvil de Leila, intentó averiguar si había cerca un hospital. Miró
el móvil, una vez más. ¿Encerraba la solución? Se decidió a preguntar en la
calle.
Nadie se detenía cuando
preguntaba. La miraban extrañados. Sorprendentemente una niña que iba corriendo
con su madre, se volvió y le dijo: “Barcilay”. Salió corriendo a unirse con su
madre. Sólo dijo eso, pero con una
claridad incuestionable.
Quedó confusa y como petrificada
por la rara palabreja que acababa de escuchar. Había oído bien: “barzilay” , o
“barcilai”. ¿Qué habrá querido decir? Dudó un momento, desconcertada. Tuvo un
presentimiento y volvió sobre sus pasos, para ir a su habitación.
Abrió el ordenador y escribió
la palabra en el buscador. Inmediatamente apareció en su pantalla: heb. Barzillay, "el de hierro" o el
"fuerte". ¡Alucinante, pensó!
¿Se referían al chico hebreo enamorado? ¿Lo conocían? Echó una ojeada a la
transcripción del wasap. El chico se llamaba Ariel y no Barzilai. Su esperanza parecía desvanecerse.
Sin embargo el ordenador siguió
escribiendo: “Durante la rebelión de
Absalón, cuando el rey huyó a Transjordania, Barzilai llevó provisiones a David y a su ejército (2 S.
17:27-29). Después de la victoria sobre Absalón, acompañó al rey a Palestina
occidental y fue invitado a formar parte de la corte real. Rehusó la invitación
por causa de su edad, y solicitó que su hijo Quimam fuera en su lugar
(19:31-40). Agradecido por los servicios prestados, David solicitó a Salomón
que tratara con benevolencia a los hijos de Barzilai (1 R. 2:7)”.
Luego
la palabra existía; significa “fuerte”, “valiente”. Además un antepasado ayudó al Rey David durante una
rebelión. Seguro que para Israel es importante. Volvió a tener una corazonada:
ir a Israel para seguir allí su pesquisa.
Como si le quemara la pregunta, en la
misma frontera, pronunció la palabreja que le dijo la niña gazati, y le
preguntó a un agente israeli, ¿“barzilai”
le decía algo?
-¿Está usted enferma señorita o busca a algún enfermo?
-No, en absoluto, no estoy enferma.
Solo quería saber, algo sobre Barzilai, si puede ser.
-Es que… precisamente ese es el nombre de un hospital.
-¿Aquí en Israel?
-¡Claro!
-¡Muchas gracias, señor!
Le dio un vuelco el corazón, como para saltar
de alegría, pero no quería exteriorizarlo delante del agente.
Cogió un taxi y dio la dirección de un hotel.
En cuando llegó abrió su ordenador y tecleó en el buscador: hospital barzilai…un segundo después, en
su pantalla apareció…Barzilai Medical Center is a 490-bed hospital in Ashkelon in
southern Israel (con fotografía
y un teléfono).
¡Youjou! exclamó, alzando los brazos,
poniéndose en pie de un brinco. Pensó
rápidamente: si el hospital está en la ciudad sureña de Ashkelon, seguro
que está cerca del norte de Gaza. El
corazón le latía con fuerza. ¡Dios que suerte! ¿Estaría allí Leila?
Le pareció absurdo. Están en guerra. Pueden
incluso estar al alcance de los misiles de Hamas. Según los datos, el hospital
se encuentra a tan solo 12 km de Gaza, en línea recta. Podrían ser bombardeados
en cualquier momento. ¿Cómo van a llevar allí heridos que no sean los suyos?
Por preguntar no perdía nada… Telefoneó…
-Lo único que puedo decirle,
señorita, es que aquí intentamos salvar
vidas. Por lo que usted cuenta, allí corren huyendo de la muerte.
-Seguro que las dos cosas son
verdad, pero, ¿pueden coincidir? Quiero
decir, si les llevan algún herido de Gaza, niño o adulto, ¿ustedes lo
atenderían también?
-Aquí estamos preparados para
cualquier eventualidad. Atendemos a todos los heridos por igual. En la paz, y
también ahora en la guerra, atendemos a los que llegan heridos, sin preguntar,
de dónde proceden, ni el credo que profesan, ni si tienen la piel de un color u
otro.
-Me parece admirable. Pero ¿cómo puedo
confirmar lo que acaba de decir?
-Es usted periodista, según ha dicho, venga y compruébelo. Le puedo decir que desde que
comenzó la guerra hemos atendido a más de mil heridos entre soldados, civiles,
niños y adultos, israelíes o palestinos, judíos
y árabes.
-Si le preguntara por un
nombre concreto no me respondería y… lo comprendo, ¿pero si perteneciera a
Hamas atenderían a esa persona?
-No, no voy a responder
sobre personas concretas. Acabo de decirle a usted que puede comprobar lo que
desee. En nuestro país hay democracia. Lo que sí puedo decirle es que hay
personas que vienen en secreto, porque esa organización terrorista, les prohíbe
recibir tratamiento en nuestro territorio. Si llegan a saber que algún civil
o algún miembro de Hamas ha estado aquí,
los matarán. No vamos a delatar a nadie y ponerlo en peligro. Nuestra misión es
curar, aunque no siempre tengamos éxito, por las malas condiciones en que
llegan.
-Ha sido muy amable. Me
pasaré por ahí en cuanto me sea posible. Muchas, gracias.
Aunque acababa de llegar,
comenzó a recoger sus cosas, para dirigirse a Ashkelon cuanto antes. Su
intuición le decía que podía encontrar allí a Leila y devolverle el móvil. Pero
ahí no acabaría la noticia. Por eso cogió
el móvil (o celular) de Leila que estaba cargando. Con la sonrisa dibujada en
su cara, escribió en él lo más hermoso que había aprendido: Hospital Barzilai. ¡Sería suficiente!
Estaba segura que al otro lado del wasap seguía el Romeo de esta historia,
llamado Ariel. Después, orgullosa, escribió para su periódico la gran noticia:
“La paz es posible, cuando los valientes no se muestran hostiles, solo ven
personas y no preguntan quién es el enemigo”
Llevaba unos días muy
deprimido. Cuando vio Ariel el wasap se dio un golpe en la frente: ¡Barzilai,
claro! Sí, tienen que haberla llevado a allí. Quien quiera que hubiera escrito
esas dos palabras, conocía sus sentimientos. ¡Le había salvado la vida y
posiblemente su amor por Leila! Salió para allá inmediatamente.
La tregua de 72 horas se ha prolongado. ¿Tregua
humanitaria o ganas de vivir? Como reconocía el médico uruguayo-israelí, Dr. Pablo Boksenbaum, Director del Servicio de Cirugía Ambulatoria
en el Hospital Barzilai de Ashkelon (Ashqelon), “hay una sola forma de solucionar
las cosas: que todos los líderes decidan dejar de lado su fanatismo religioso,
político, que empiecen a pensar en el bien de las poblaciones que tienen a su
cargo”. Mientras eso no llegue, seguirán las alarmas y la alerta roja:
“tzeva adom, tzeva adom”. Cuando suena hay de 15 a 20 segundos para ponerse a cubierto.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES, Blog LA TANGENTE, 20-08- 2014: http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=22275; BITACORA DE BELMONTE EN CIVICA, 02-09-2014: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/la-otra-cara-de-la-guerra-%C2%BFes-noticia
Que hermosa y emocionante historia. Ojalá hubiera muchos Barcilay por el mundo. Seríamos los humanos, más felices, pero sobre todo más humanos.
ResponderEliminarGracias amigo, por está hermosa historia. Un abrazo.
Muchas gracias Emilia:
EliminarDe esta guerra, especialmente, no suele haber informaciones muy cercanas a la realidad. Como todas las guerras es absurda y terrible. He intentado meterme de lleno en las dos partes, en Gaza y en Israel. He intentado decir que a uno y otro lado hay personas
como nosotros, que tienen ganas de vivir, se enamoran y están amenazadas o pueden morir en cualquier momento.
¿Es menos verdad lo que yo digo?
Gracias por tu comentario.
Un abrazo,
José Manuel
Bella historia se amor y valentía .Gracias amigo ..
ResponderEliminarGracias a ti, por estar ahí.
EliminarUn fuerte abrazo,
José Manuel