La mantienen encendida la voluntad
de concordia y la justicia. La llama de la paz es internacional, nacional,
familiar y personal. Por eso es de todos y de cada uno. Y puede arder en todos
y en cualquier país, pero... arde en un lugar concreto: La Haya. Es una llama venida
de los cinco continentes que se unieron para crear Theworld Peace Flame o Llama de
la Paz del Mundo.
No es sólo un deseo, que lo es, sino que es
más, ya que es el camino. El camino de la paz del mundo The World Peace Pathway. El camino nunca es la meta. Hay que
andarlo primero.
Está escrito ese deseo, en piedra, en
todos los idiomas porque, en los corazones aunque también esté, no puede verse.
En Holanda puede verse y fotografiarse. Yo lo hice.
Cuando hoy se habla de que estamos ya
en la III Guerra Mundial, convendría detenerse ante esa llama, sobre todo al
comenzar el año y celebrar el día de la paz. Porque la paz del mundo, es cosa
de los pueblos, de todos y de cada uno, de su voluntad de concordia, de la
voluntad de justicia de los hombres y mujeres. Posiblemente sea el mejor deseo al
comenzar el año nuevo. No es cosa de pacifistas, que se oponen a la guerra,
sino de quienes hacen la paz porque quieren la vida y la alegría.
El camino de la paz, y esa llama tienen su historia y su por qué. Se encuentra en la Haya, como digo. Un
letrero en el mismo monumento, informa a quien llega hasta allí. Recuerda que
la paz es más un proceso que una conquista, algo que todos debemos conseguir.
Pensaban, quienes lo levantaron, que una paz que no es justa no puede llamarse
paz. La paz depende de los hombres pero no solo de ellos. Para abrazar la paz
hace falta un corazón y unos sentimientos de respeto y de concordia, por eso se
solicita una oración a quien lo lea.
El monumento y la llama están al
lado de la Biblioteca del Palacio de la Paz. El principal objetivo del Palacio,
es hacer posible la paz mediante la justicia o el arbitraje. La biblioteca
trata de dar servicio a las instituciones que residen en el Palacio de la Paz,
incluida la Corte Internacional de Justicia, La Corte Permanente de Arbitraje y
la Academia de Derecho Internacional, en la Haya. Está abierta a los académicos
y estudiantes de Derecho Internacional, además de los funcionarios.
Visionarios
pacifistas pusieron las bases.
En el siglo XIX, un hombre y una mujer y
sus libros, tuvieron una influencia decisiva en Europa. Primero fue el banquero ruso polaco J. S.
Bloch, quien en 1888 publicó "La
guerra futura". La obra
anunciaba o vaticinaba, para un futuro próximo, una cruel guerra, y el
consiguiente colapso económico tanto para vencidos como para los vencedores.
Al año siguiente, 1889, una
austriaca culta, escritora, periodista y pacifista llamada Berttha Kinsky Von
Suttner, a sus 46 años, publicó la novela Die Waffen nieder! (¡Abajo
las armas!). Ella describe la guerra desde el punto de vista de la mujer,
tocando la fibra sensible de la sociedad y suscitando numerosos debates sobre
el militarismo y la guerra. Su influencia fue enorme y decisiva.
En 1905, su trabajo y su lucha, son
reconocidos oficialmente, por lo que ella recibió el premio Nobel de la Paz.
Viajera incansable, gracias al
francés Ernest Renan conoce la existencia de la "International Arbitration and Peace Association", fundada por
el británico Hodgson Pratt en 1880. El
pacifismo de Suttner es un pacifismo ético fundado en la capacidad moral del
hombre para comprender que la guerra no debe seguir utilizándose porque no es la
solución. Fue una de las más destacadas figuras del movimiento internacional
por la paz. Cuando vivía en Venecia, impulsó la creación de la "Sociedad de la Paz de Venecia".
Pudo conocer las "conferencias
interplanetarias" que, en 1910 reciben el nombre de "unión Interplanetaria".
En ese clima propicio a la paz, el Zar
Nicolás II, a través de su ministro de Relaciones exteriores, Muraviev, propuso
a las naciones europeas la conveniencia de reducir los armamentos y de celebrar
una conferencia de distensión. La
reducción de armas aún no ha tenido éxito.
Y es una puerta abierta a desastres mayores.
La otra invitación rusa fue
acogida con entusiasmo, más o menos sincero, por los gobiernos europeos. La
conferencia se celebró en mayo de 1899, en La Haya.
El fruto de la Conferencia.
Las potencias occidentales acordaron levantar
en La Haya el Palacio de la Paz. La idea
era presionar a los parlamentos para que se firmaran acuerdos entre las
naciones aceptando someter sus conflictos al Tribunal de La Haya. El Palacio sería
financiado por el estadounidense Andrew Carnegie.
Cuando se inauguró el Palacio de la
Paz, en 1913 se intentaba dotar a esa sede de una Biblioteca especializada.
Nadie imaginaba el auge posterior del Palacio de la Paz y la Justicia, pero los
acontecimientos mundiales jugaron a su favor. Después de las dos Guerras
Mundiales, con el nacimiento de la ONU,
llegó el Tribunal Internacional de Justicia en 1946. Así que, ironías del destino,
el Palacio que parecía absurdamente grande en su origen, muy pronto resultaba pequeño.
Las guerras han proporcionado a la
Humanidad las pruebas documentales de los acontecimientos militares, de los
horrores de los campos de batalla y campos de concentración. Había carteles que llamaban a la participación
en la guerra o apelaciones de los pacifistas a la paz y acabar la guerra; es
decir, a la convivencia en paz y progreso. EL progreso y el desarrollo
posteriores, han sido el triunfo de un mundo en paz. O, como dice el monumento,
por lo menos ha mostrado el camino de la
misma: The World Peace Pathway.
La Haya ha acogido, en otros
edificios, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, la Corte
Penal Internacional y el Tribunal Especial para el Líbano. Todos juntos, forman
hoy un ramillete justiciero que ha elevado el estatus de la ciudad y su Ayuntamiento.
Hasta tal punto que el escudo de armas de la villa, ha añadido el lema "Paz
y Justicia".
Yo había visitado primero, Las
Ardenas belgas, luego, las Casamatas en la misma ciudad de Luxemburgo y
posteriormente, como no está lejos, visité el Memorial Cementerio Americano,
impresionante y sobrecogedor. Existen en el recinto esquemas con el avance de
la guerra desde el desembarco de Normandía. Las tumbas y cruces alineadas, tienen
una mínima deferencia para el soldado más destacado, el general George Patton.
Y la réplica. A menos de dos kilómetros de
este cementerio, también en medio de un frondoso bosque...se encuentra el cementerio
de Sandweiler, es decir el German
Military Cemetery, no menos sobrecogedor.
Cuando llegué a la Haya pensé que, la Llama de la Paz del Mundo, tiene todo el
sentido y su mensaje debería ser conocido por todos los humanos. No está ahí
por los caídos de cualquier bando, sino porque los vivos la necesitan. Necesitamos
la paz diariamente como el aire para respirar. Necesitamos paz en nosotros
mismos y necesitamos la paz y solidaridad para con los demás. Sólo así es
posible la vida.
Si hay guerra, si existe el temor
a los atentados, si vivimos, como naciones y como ciudadanos en un constante
peligro, -como se ha demostrado con las medidas de seguridad en todo el mundo, a fin de año 2015-, es que
la Llama de la Paz Mundial es más
necesaria que nunca. Es lo que representa y grita. No olvidemos que el
verdadero nombre de la paz , en último análisis, es el amor o la fraternidad.
Lo necesitamos como el sol para vivir.
Todas las naciones añoran la paz.
Los verdaderos líderes negocian por ella. Los ejércitos y las fuerzas de
seguridad luchan por ella. Hay que hacerla. Hay que tenerla y darla. Quienes
creen, oran por ella, porque la paz vendrá. Sin embargo parece esquiva.
No deja de ser casualidad que en la misma plaza, de la Llama
de la Paz del Mundo, a la entrada misma del Palacio de la Paz, nos encontramos un panel en el que decía que la
ilusión de la paz puede perturbarse.
Si estamos, como dicen en
la III Guerra, es más sutil que las anteriores. Ahora el enemigo y la amenaza fundamental
es el terrorismo y el fanatismo religioso. Estamos ante el Oximorón de matar en
nombre de dios, y hacer esclavas a mujeres y niños en nombre de una fe ciega. "No
se pude ser tolerante con los intolerantes", Stuart Mill.
Pero también estamos en una guerra
del "todo vale" y quienes alzan supuestos derechos de legalidad para
acabar con millones de seres indefensos. Este frente hace más daño aún que el
fanatismo, porque ampara la legalidad del fuerte contra el débil. No es
progreso, es ilusión. Pueden abanderarse de no matar o no ser beligerantes, en
sentido estricto, pero aprueban y votan leyes que lo hacen y lo permiten.
Como si la ilusión de la paz, fuera
la paz; o como si la falta de conciencia, fuera menos peligrosa que el
fanatismo que destruye y mata por sus creencias. La Humanidad está en una
encrucijada. Owen habló de El señor del
mundo. Es posible que la verdadera lucha se libre ahora en el interior de
cada uno. Parece que el espíritu del bien y del mal son tan fuertes que hasta
que no triunfe, en nosotros el uno sobre el otro, no será posible la paz. El
cartel que estaba junto al Palacio de la Paz, habla de eso. ¿No es la paz una
tarea personal que dura mientras dura la llama de la vida? Habrá que estar en
guardia porque como alguien dijo... "no hago el bien que deseo, sino el
mal que no quiero" (Romanos 7,19).
Es posible, que como dice E. Burke "para que triunfe el mal, baste con que
los buenos no hagan nada". Hay que
encontrar un motivo para convencer a los beligerantes de que dejen las armas. Pero
también hay que cambiar las leyes que
permiten que unos decidan sobre otros. Solo así habrá un nuevo amanecer para
los niños y para el mundo. Hasta que podamos emprender un viaje sin ser
sometidos a fuertes medidas de seguridad, la paz será una ilusión. Mientras no
aceptemos la primacía de la vida y respetemos el derecho de cada uno a estar
aquí, no habremos encontrado el Camino de la Paz del Mundo. La violencia y el
odio pueden aún acarrear mucho sufrimiento.
¿Cómo seguiremos alimentando la
llama de la paz? La respuesta no está en el viento.
Feliz año 2016.
Feliz año 2016.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES, 02-01-2016:
http://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=28637
FELIZ AÑO 2016 CRUZANDO LOS MARES . HERMOSO MENSAJE . BENDICIONES.
ResponderEliminarFeliz año Rossy:
ResponderEliminarNecesitamos la paz. Es posible que no apreciemos su valor hasta que nos falta. Y alguna vez descubrimos que es un regalo, y que no lo apreciamos mucho o no hemos sido suficiente agradecidos.
"Bienaventurados los que buscan la paz y hacen la paz".
Un abrazo, cruzando los mares.
José Manuel
Esta refleccion vale la pena leerla.por lo cual te la envio ,cruzando los mares, pues se que gustara .
ResponderEliminar--AQUÍ Y AHORA
Hoy estuve pensando en la maldita costumbre que tenemos los seres humanos de valorar algo solamente en su ausencia.
Valoramos el dinero cuando nos falta.
Valoramos el tiempo cuando estamos muriendo.
Valoramos la familia cuando la perdimos.
Valoramos el frío cuando hace calor, y deseamos que haga calor cuando hace frío.
Solamente cuando recibimos un golpe bajo, dejamos de dejar la vida para después.
Vivimos de recuerdos del pasado, o anhelando un futuro que ni sabemos si vamos a alcanzar, mientras sufrimos el presente como si nos encontráramos en una prisión sin salida.
Nos quejamos de nuestros hijos pequeños, y luego cuando crecen deseamos que vuelvan a ser niños.
Vivimos discutiendo con nuestros padres, y luego cuando mueren, anhelamos con todo nuestro ser poder retroceder el tiempo y darles tan solo un abrazo más.
Nos quejamos de todo lo que nos falta, y nos olvidamos de disfrutar de lo que nos sobra.
El ayer ya pasó, y el futuro es incierto.
Solamente nos queda vivir aquí, y ahora, y sembrar lo mejor que tengamos, confiando en que vamos a cosechar lo mejor después.
Por qué esperar para decir TE AMO?
Por qué no luchar hoy por lo que deseas?
Por qué guardarte sonrisas, abrazos, y besos?
Por qué no pedir perdón?
Nunca creemos que se nos puede acabar el tiempo, hasta que se nos acaba.
Nunca creemos que podemos perder algo, hasta que lo perdemos.
Nunca creemos que vamos a morir, hasta que estamos muriendo.
Por qué no mejor disfrutar del sol, cuando está brillando?
Por qué no mejor dejar que la lluvia nos moje, cuando está lloviendo?
Por qué no reír cuando estamos felices, y llorar cuando sufrimos?
Sufrir, también es vivir. Que duela también es señal de que podes SENTIR. Sentir, todavía es señal de que hay ESPERANZA.
No esperes enterarte de que estás muriendo, para empezar a vivir.
La vida es solo esto, el AQUÍ y el AHORA.
Lo demás, es historia........
Felicidades y Bendiciones para la familia amigo.en este nuevo año. Gracias por tu amistad
Hola Rossy:
EliminarMe llega, tu experiencia y tu reflexión, como un suave rocío sobre el alma, cuando ya la casa está en silencio a punto de estrenar un día mágico.
Creo que es un regalo muy importante, después de la vida y la salud, que nos da Dios, y después del cariño y el afecto de los míos. El tuyo es el primer regalo, que llega del otro lado del mar, desde tu hermosa tierra guaraní. Ahí y aquí, es AHORA, es decir es día 6 de enero y hemos puesto los zapatos. Los Reyes han traído su regalo y te han escogido como Paje gentil para depositarlo suavemente sobre el corazón.
Muchas gracias. Que Dios te lo pague y bendiga a ti a Josema y a toda tu familia.
Un abrazo,
José Manuel
Hola José Manuel, que maravilloso, plácido y admirable texto.
ResponderEliminarEs tan grande lo que cuentas y tús sentimientos acerca de la Paz....
Muchísimas gracias por estar ahí, por impulsar el conocimiento y todo lo que nos rodea.
Que siempre tengamos paz en nuestros corazones.
Un besazo muy fuerte, Marina
Hola Marina:
EliminarMe encanta que el deseo de paz se extienda y llegue a todos. Cada primero de enero, está establecido que sea el día de la paz... pero por lo acontecido en Colonia y otras ciudades alemanas, hay gente que aprovecha la resaca de fin de año para saltarse las leyes de la convivencia más elementales. ¡Que paradoja, llegar a un país acogedor, y romper la paz! Si no hay respeto a la mujer, la convivencia no es posible!. Los ciudadanos han tenido que organizarse, porque ni siquiera confían en las fuerzas del orden, por estar acomplejadas o limitadas por un mando incapaz.
De acuerdo contigo en que la paz debe de salir del corazón.
Un abrazo,
José Manuel.