El día 26 por la noche, una persona amiga me dice:“Te envío enlace para que veas como ha quedado la Sede de Redmadre esta mañana. Unos indeseables han hecho unas pintadas que llegan a ser francamente agresivas y desagradables”.
Abro el enlace y veo algo de lo que han escrito: “OS BEBERÉIS LA SANGRE DE NUESTROS ABORTOS”. Adjuntan una fotografía en la que toda la entrada de la Fundación está llena de pintadas en negro, con manchas rojas, pro abortistas. Me envían también un comentario que dice... “ no es la primera vez... ni será la última quizás. Pero esto solo nos indica que vamos por el buen camino...”.
Cada día mujeres necesitadas de ayuda médica o psicológica, por haber abortado, o mujeres con dificultades con su embarazo se acercan a esta Asociación. Faltas de recursos o en busca de ayuda y de calor, llegan a la sede. Red Madre y la asociación Próvida, comparten los locales y las ayudas. Allí se encuentran a gente encantadora, dispuesta a escuchar y a ayudar. Es un entorno austero pero cálido, donde se encuentra ropa de bebé, carritos, cunas, y muchas otros artículos para la atención de los niños. Siempre hay una mano tendida y una palabra de aliento.
Para terminar con la ley de la selva, el pueblo, democráticamente se ha dado unas reglas. Las reglas de juego aceptadas, son anteriores a los equipos, a los jugadores y a los árbitros. Obligan a todos aunque alguno las ignore. Querer cambiarlas, a capricho una vez comenzado el partido, es de tramposos. Amenazar, velada o abiertamente, a los demás es de cobardes.
El estado de Derecho se basa en el respeto a los principios que nos hemos dado todos y que emanan de la Constitución. El gobierno es una parte. El Parlamento es otra parte. La justicia otra parte. Hay distinción de poderes, pero algunos no quieren saberlo. Cuanto más claras se tengan las ideas, cuanto más firme sea la separación de poderes, y cuanto más se respeten entre sí, mas fuerte será el Estado de Derecho, y más fuerte la democracia.
Sin no hay claridad de ideas, ni respeto a las reglas de juego, solemos caer en el abuso, la intolerancia, y el creer que “todo el monte es orégano”, como dicen en mi tierra. Es decir que quien tiene el poder o lo ha alcanzado, lo puede todo. Y es así desde el gobierno para abajo. Es decir que “en cuanto toca poder”desde cualquier parcela, sea política, autonómica, local, o representante de una simple empresa, -sobre todo si de alguna forma es “paniaguada”, ya se cree dios.
Por eso, es buena, y legítima la discrepancia y la presión de la sociedad a “esa “ autoridad. ¡Si no la hubiera, el pueblo, estaría en siesta las 24 horas. Los periodistas catalanes, y los otros, los del papel y los de las emisoras, los de la televisión y los digitales, tienen que criticar, cualquier parcela del poder que consideren criticable. Al gobierno y a la oposición al Tribunal Constitucional y a los jueces, antes de cualquier sentencia y después, si no la consideran justa.
Quiero decir que quien denunció la posible inconstitucionalidad del Estatuto, no es el malo de la película, ni el Alto Tribunal, ni los medios que lo defienden o atacan. Lo lamentable sería que obligaran a “callar y tragar”con una sentencia que no denuncie la total y absoluta nulidad de los aspectos inconstitucionales del Estatuto de Cataluña, o de cualquier otro, o de alguna ley que pueda emanar el Parlamento, y que sea recurrida (como lo puede ser la ley del aborto).
Si el ruido nacionalista sigue creciendo, y quien debiera decir “¡ya está bien!”, no lo hace, está abdicando de su responsabilidad. Lo cual puede dar pie para que en algún lugar alguien diga que es un buen momento para salir a la calle a defender la Constitución. ¿Por qué no?.
Lo que no es de recibo es el atropello irracional y punible de los derechos de los demás. El respeto a la libertad de expresión, reunión o asociación, no puede ser un derecho exclusivo ni de izquierdas, ni de fascistas, ni de nacionalistas, ni de incivilizados. Los hechos de estos, o estas “pintoras” en Red Madre, los descalifican y retratan. Cuando el nivel de civilización es tan lamentablemente hay que denunciarlo y pedir responsabilidades. ¡Por guarros!.
Cada día mujeres necesitadas de ayuda médica o psicológica, por haber abortado, o mujeres con dificultades con su embarazo se acercan a esta Asociación. Faltas de recursos o en busca de ayuda y de calor, llegan a la sede. Red Madre y la asociación Próvida, comparten los locales y las ayudas. Allí se encuentran a gente encantadora, dispuesta a escuchar y a ayudar. Es un entorno austero pero cálido, donde se encuentra ropa de bebé, carritos, cunas, y muchas otros artículos para la atención de los niños. Siempre hay una mano tendida y una palabra de aliento.
Para terminar con la ley de la selva, el pueblo, democráticamente se ha dado unas reglas. Las reglas de juego aceptadas, son anteriores a los equipos, a los jugadores y a los árbitros. Obligan a todos aunque alguno las ignore. Querer cambiarlas, a capricho una vez comenzado el partido, es de tramposos. Amenazar, velada o abiertamente, a los demás es de cobardes.
El estado de Derecho se basa en el respeto a los principios que nos hemos dado todos y que emanan de la Constitución. El gobierno es una parte. El Parlamento es otra parte. La justicia otra parte. Hay distinción de poderes, pero algunos no quieren saberlo. Cuanto más claras se tengan las ideas, cuanto más firme sea la separación de poderes, y cuanto más se respeten entre sí, mas fuerte será el Estado de Derecho, y más fuerte la democracia.
Sin no hay claridad de ideas, ni respeto a las reglas de juego, solemos caer en el abuso, la intolerancia, y el creer que “todo el monte es orégano”, como dicen en mi tierra. Es decir que quien tiene el poder o lo ha alcanzado, lo puede todo. Y es así desde el gobierno para abajo. Es decir que “en cuanto toca poder”desde cualquier parcela, sea política, autonómica, local, o representante de una simple empresa, -sobre todo si de alguna forma es “paniaguada”, ya se cree dios.
Por eso, es buena, y legítima la discrepancia y la presión de la sociedad a “esa “ autoridad. ¡Si no la hubiera, el pueblo, estaría en siesta las 24 horas. Los periodistas catalanes, y los otros, los del papel y los de las emisoras, los de la televisión y los digitales, tienen que criticar, cualquier parcela del poder que consideren criticable. Al gobierno y a la oposición al Tribunal Constitucional y a los jueces, antes de cualquier sentencia y después, si no la consideran justa.
Quiero decir que quien denunció la posible inconstitucionalidad del Estatuto, no es el malo de la película, ni el Alto Tribunal, ni los medios que lo defienden o atacan. Lo lamentable sería que obligaran a “callar y tragar”con una sentencia que no denuncie la total y absoluta nulidad de los aspectos inconstitucionales del Estatuto de Cataluña, o de cualquier otro, o de alguna ley que pueda emanar el Parlamento, y que sea recurrida (como lo puede ser la ley del aborto).
Si el ruido nacionalista sigue creciendo, y quien debiera decir “¡ya está bien!”, no lo hace, está abdicando de su responsabilidad. Lo cual puede dar pie para que en algún lugar alguien diga que es un buen momento para salir a la calle a defender la Constitución. ¿Por qué no?.
Lo que no es de recibo es el atropello irracional y punible de los derechos de los demás. El respeto a la libertad de expresión, reunión o asociación, no puede ser un derecho exclusivo ni de izquierdas, ni de fascistas, ni de nacionalistas, ni de incivilizados. Los hechos de estos, o estas “pintoras” en Red Madre, los descalifican y retratan. Cuando el nivel de civilización es tan lamentablemente hay que denunciarlo y pedir responsabilidades. ¡Por guarros!.
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