Tampoco aún la hemos ganado. Ahora la ley del aborto está en manos de nuestros parlamentarios. Ellos, tienen la opción de escuchar a quienes les han elegido, y enmendar o rechazar la ley remitida por la joven e inexperta Ministra de Igualdad.
No tiene buena imagen la clase política de éste país. Se lo han gano a pulso. Desconocemos cómo va a acabar todo. Es cierto que están en juego muchas vidas, y amenazados algunos derechos, como la objeción de conciencia etc. El sistema de alianzas, y de compraventa de votos parlamentarios, ha funcionado hasta ahora y seguirá así para temas que nos afectan a la mayoría, en el alma y en el bolsillo. Dicen algunos que “las democracias representativas ya no son democracias”. Hay una perversión, puesto que ni los propios partidos – o algunos por lo menos- respetan la libertad de conciencia y de voto para los miembros de su propia bancada. Dictadura ideológica lo llaman.
Pero, en defensa de los propios principios, el activismo cívico ha sido tan importante, que ni el gobierno se lo esperaba. Desde nuestras convicciones, los movimientos sociales en defensa de la vida, estamos ganando la batalla. ¡Hay camino!
Los datos demuestran que el gobierno, según sus propias encuestas, al poner en marcha la Ley AIDO, pensaba que todo iba a ser un paseo, por el adormecimiento y la modorra de la sociedad. Se equivocó totalmente. El pueblo está vigilante.
Los grupos Pro-vida, las organizaciones sociales y los medios de comunicación han provocado un despertar masivo de la conciencia ciudadana, y de la defensa de la vida. Ha podido verse en la manifestación de Marzo y en la de Octubre en Madrid. Y eso es lo que revelan las encuestas, publicadas estos días: Casi un 60% de los encuestados están en contra de la Reforma de la Ley que propone el gobierno. Incluso un 34% de los votantes socialistas se oponen. Hemos influido hasta cambiar la opinión de la mayoría, pero queda mucho por hacer.
Es verdad que “todo llega cuando tiene que llegar”. Posiblemente ha llegado la hora de la sociedad civil. Ha llegado la ahora de despertar “para defender los principios”. Ha llegado la hora de las redes sociales y la movilización para, junto con los medios, influir para que nadie nos imponga “ideologías” o “filosofías” o “éticas” con las que no queremos comulgar. También es posible que hasta ahora no habían estado tan amenazados algunos principios.
En todo caso el tiempo no es la sucesión de horas o de días. El tiempo “se compone de lecciones que se van aprendiendo”. Las lecciones más importantes “son las que se viven”. Nos ha tocado vivir un “cambio” desde la base.
He visto recogido, en el Diario Médico, editado por y para profesionales, la Declaración de Zaragoza. En ella los Grupos Provida instan a los gobiernos para que ayuden eficazmente a las mujeres embarazadas, sobre todo “sanitaria y económicamente”, y a través de instituciones se atiendan a las embarazadas en situaciones de conflicto”. El texto declara que debe “respetarse la vida humana desde la fecundación hasta la muerte natural y reconocer la personalidad jurídica de todo ser humano desde el instante inicial de su existencia”.
Incluso se ha dado un paso más. Se insta a “promover una convención internacional que tutele la vida de todo ser humano y el patrocinio de demandas de mujeres víctimas del aborto para que obtengan un justo resarcimiento de sus daños”.
La sociedad civil está viva. Contra viento y marea, lentamente, avanzamos.
No tiene buena imagen la clase política de éste país. Se lo han gano a pulso. Desconocemos cómo va a acabar todo. Es cierto que están en juego muchas vidas, y amenazados algunos derechos, como la objeción de conciencia etc. El sistema de alianzas, y de compraventa de votos parlamentarios, ha funcionado hasta ahora y seguirá así para temas que nos afectan a la mayoría, en el alma y en el bolsillo. Dicen algunos que “las democracias representativas ya no son democracias”. Hay una perversión, puesto que ni los propios partidos – o algunos por lo menos- respetan la libertad de conciencia y de voto para los miembros de su propia bancada. Dictadura ideológica lo llaman.
Pero, en defensa de los propios principios, el activismo cívico ha sido tan importante, que ni el gobierno se lo esperaba. Desde nuestras convicciones, los movimientos sociales en defensa de la vida, estamos ganando la batalla. ¡Hay camino!
Los datos demuestran que el gobierno, según sus propias encuestas, al poner en marcha la Ley AIDO, pensaba que todo iba a ser un paseo, por el adormecimiento y la modorra de la sociedad. Se equivocó totalmente. El pueblo está vigilante.
Los grupos Pro-vida, las organizaciones sociales y los medios de comunicación han provocado un despertar masivo de la conciencia ciudadana, y de la defensa de la vida. Ha podido verse en la manifestación de Marzo y en la de Octubre en Madrid. Y eso es lo que revelan las encuestas, publicadas estos días: Casi un 60% de los encuestados están en contra de la Reforma de la Ley que propone el gobierno. Incluso un 34% de los votantes socialistas se oponen. Hemos influido hasta cambiar la opinión de la mayoría, pero queda mucho por hacer.
Es verdad que “todo llega cuando tiene que llegar”. Posiblemente ha llegado la hora de la sociedad civil. Ha llegado la ahora de despertar “para defender los principios”. Ha llegado la hora de las redes sociales y la movilización para, junto con los medios, influir para que nadie nos imponga “ideologías” o “filosofías” o “éticas” con las que no queremos comulgar. También es posible que hasta ahora no habían estado tan amenazados algunos principios.
En todo caso el tiempo no es la sucesión de horas o de días. El tiempo “se compone de lecciones que se van aprendiendo”. Las lecciones más importantes “son las que se viven”. Nos ha tocado vivir un “cambio” desde la base.
He visto recogido, en el Diario Médico, editado por y para profesionales, la Declaración de Zaragoza. En ella los Grupos Provida instan a los gobiernos para que ayuden eficazmente a las mujeres embarazadas, sobre todo “sanitaria y económicamente”, y a través de instituciones se atiendan a las embarazadas en situaciones de conflicto”. El texto declara que debe “respetarse la vida humana desde la fecundación hasta la muerte natural y reconocer la personalidad jurídica de todo ser humano desde el instante inicial de su existencia”.
Incluso se ha dado un paso más. Se insta a “promover una convención internacional que tutele la vida de todo ser humano y el patrocinio de demandas de mujeres víctimas del aborto para que obtengan un justo resarcimiento de sus daños”.
La sociedad civil está viva. Contra viento y marea, lentamente, avanzamos.
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES el 16-11-09; EL DIA 10-12-09
No hay comentarios:
Publicar un comentario