Uno no piensa porque quiere, ni cuando quiere. Uno se acostumbra a pensar, pero la idea viene cuando quiere. Lo importante es que te pille trabajando, como diría Cela.
Por ello, los pensamientos no son oportunos o inoportunos, correctos o incorrectos. Esos son juicios del exterior. Lo importante es que, para llegar a la gente, necesiten muy poquito de quien escribe, pinta, cose, esculpe, cincela, dibuja o habla. Un pensamiento es una idea que llega al público a través de su autor. No tiene que ser contra nadie ni contra nada. Y uno tiene que decir o hacer lo que le llega como inspiración tal como lo siente. Es un acto muy humano. No es más difícil callar que decir lo que se piensa. Hay un imperativo interior con la verdad y con la luz. También hay un compromiso con los lectores o espectadores. En democracia y en libertad, hacer preguntas es posible. La crítica es también un derecho. Sin llegar a la crítica, una simple reflexión seria y actual no puede estar prohibida.
Dicho lo cual a modo de preámbulo, comienzo a desgranar mi pensamiento, sin otra pretensión que dejarlo ante ustedes, desnudo, cálido, vibrante o explosivo. Así queda una criatura después del parto, ante la mirada atónita de quienes la rodean. Así se expone la obra de un autor cuando sale a la luz. Y así también cualquier idea, por nimia que parezca. Si suscita el debate o posibilita que alguien piense, es que está viva. Nada debe excluirse a priori, a no ser las descalificaciones.
Termina la Semana Santa de cultos, pasos, procesiones y ceremonias. En alguno han dejado una pregunta: ¿Dónde está la mujer? ¿Cuál es su papel?
-Alguien puede responder: ¿es que no las has visto? ¡Están ahí, como los hombres!
¡Ya sé que están ahí! Pero no. ¡Como los hombres no! Al menos en la Iglesia Católica, no. He recordado que en mi época de estudiante, en los años 70, mientras trabajaba temporalmente en Bélgica, conocí un movimiento, liderado por alguien que incluso se había atrevido a escribir al Papa. Era una mujer culta que reclamaba a la Iglesia Católica que se estudiara, se debatiera, y en su caso se aprobara el derecho de la mujer a ser sacerdote y presidir la comunidad y los oficios. Desde entonces y hasta esta Semana Santa no había vuelto a pensar en el tema de la mujer en la Iglesia.
Por aquel entonces no había muchas mujeres ministras, ni Jefas de Estado. ¡Hasta que llegaron! Tampoco había muchas mujeres científicas, médicos, jueces, jefas de una empresa o de un holding, porque ni se habían preparado, ni habían tomado conciencia de su capacidad y su valía. Y porque, además, había que derribar y derribaron- todo hay que decirlo-, las barreras que los varones, la tradición y su propia pasividad, habían levantado. Hoy, aunque resta mucho camino para equipararse en sueldos y derechos, pueden codearse en pie de igualdad con el varón. La sociedad, durante los últimos tres mil años ha sido machista. Hasta no hace mucho ha sido esclavista, y también racista. Hasta que los negros se han rebelado, los esclavos se han sublevado y las mujeres han comenzado a emanciparse y situarse socialmente donde las correspondía. A las unas, y a los otros (esclavos, negros, emigrantes), les ha costado sangre, sudor y lágrimas y, aún les cuesta. Tenía que evolucionar la sociedad, pero también ellas.
Queda un campo, que la mujer aún no ha conquistado: el religioso. Es que no ha podido acceder. Como es un terreno tan amplio, para no perdernos, mejor restringirlo un poco y concretarlo más: hablemos, pues, del “católico”.
El ser pensador y cristiano me capacita para dejar en el aire la pregunta: ¿Por qué no la mujer? ¿Por qué no se ordena a mujeres en un mundo en el que más de la mitad de las personas son mujeres? ¿Por qué, con la gran necesidad de asistencia religiosa, en pueblos enteros, comunidades cristianas, e incluso comunidades religiosas (de hombres y de mujeres) sin un sacerdote para administrar los sacramentos? En definitiva, lisa y llanamente: ¿Por qué no hay sacerdotisas en la Iglesia Católica? ¿Por qué se niega el sacramento del sacerdocio a la mujer? ¿Por qué el hombre sí y no la mujer? ¿Es imposible la igualdad?
La respuesta interesa a mucha gente. Mucha más de lo que podemos imaginar. Hay que intentar pensar. Para pensar, hay que atreverse a soñar. Soñar no puede estar vedado a nadie, ni siquiera a un creyente, sea hombre o mujer. Habrá que seguir aclarando esa pregunta. ¿Por qué no aproximarnos a la respuesta en una futura entrega? Con todo el respeto, pero también con toda la determinación, vamos a llegar hasta ese peldaño vedado a la mujer. Propongo dos aproximaciones: primero, veremos las líneas rojas doctrinales o principios oficiales; después, el estado actual fuera de la oficialidad, lo que hay rozando la tangente. Eso será en sucesivas publicaciones, para no ser demasiado extenso y para dejar un respiro para que se pueda pensar.
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES, 13-04-2012, http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=12998; La Esfera Digital, Blog: A FAVOR DE LOS VALIENTES, 13-04-2012, http://www.laesferadigital.es/blogs/a-favor-de-los-valientes/194--ipor-que-no-la-mujer-1.html ; Bitácora de BELMONTE en CiViCa, 15-04-2012, http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/%C2%BFpor-qu%C3%A9-no-la-mujer-1
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES, 13-04-2012, http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=12998; La Esfera Digital, Blog: A FAVOR DE LOS VALIENTES, 13-04-2012, http://www.laesferadigital.es/blogs/a-favor-de-los-valientes/194--ipor-que-no-la-mujer-1.html ; Bitácora de BELMONTE en CiViCa, 15-04-2012, http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/%C2%BFpor-qu%C3%A9-no-la-mujer-1
Hola José Manuel, creo que todos estamos de acuerdo en la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.
ResponderEliminarEn relación a la iglesia católica, tienen sus propias normas que hay que respetar y durante siglos, las mujeres no se han sentido discriminadas por que la iglesia no admita saterdotisas. La mujer tiene su papel dentro de la iglesia, al igual que el hombre, cada uno es igual de importante, pero no tienen por qué tener el mismo papel.
Lo que no me gusta es el feminismo radical que trata de imponer a la mujer en todos los ámbitos de la vida, llegando incluso a discriminar al hombre en muchas ocasiones.
Con esto no quiero decir que seas feminista, al contrario, me parece estupendo que se proteja a la mujer frente al machismo, pero creo que hay cosas que es mejor dejarlas como están, como así han estado durante siglos y nunca hubo problema.
Un abrazo.
Gracias Anónimo por dejar tu comentario. Justamente la clave de la historia para no hacer nada,es tu última frase -hay cosas que es mejor dejarlas como están, como así han estado durante siglos y nunca hubo problema-. Durante siglos hubo esclavos, ¡No había que cambiar nada? Durante siglos hay pobres ¿seguimos dejándolos morir? Durante siglos la mujer en algunas religiones está discriminada con el argumento de que -es igual de importante pero no tiene por qué tener el mismo papel-, ¿y por qué no? Durante siglos la mujer era ama de casa y no trabajaba fuera, ¿la volvemos a encerrar en la cocina?
EliminarMe parece una respuesta algo radical, muchos errores en la historia se han producido precísamente por querer cambiar cosas que estaban bien, y no hace falta irse muy atrás, tenemos un ejemplo clarísimo con la transición, por mucho que quieran disfrazarlo de exitosa, la realidad se impone y nos demuestra que por querer cambiar las cosas, a pesar de que muchas estaban bien, hemos retrocedido y empeorado: Paro, desindustrialización, pobreza, inseguridad ciudadana, educación de mala calidad, separatismos y desigualdades entre comunidades, destrucción de la familia natural, drogas, delincuencia, fracaso escolar de la juventud, persecución religiosa, feminismo radical que discrimina al hombre, etc...
EliminarSon sólo unos ejemplos.
En la esclavitud y la pobreza, hay una parte que se beneficia y otra que sufre y no tiene derechos, cosa que no tiene nada que ver con que la iglesia no permita que las mujeres sean sacerdotisas, la mujer nunca ha sido discriminada por ello y la iglesia ensalza a la mujer como madre.
Por otro lado, el hecho de que la mujer trabaje en casa, no es nada malo, al contrario, es muy digno y hace un bien familiar y social que no tiene precio, el problema es más bien de la ideología feminista. Las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos, tienen más problemas, estrés y los hijos suelen fracasar en el colegio por no tener una atención adecuada. Otro tema es que la mujer tenga la obligación de trabajar porque por desgracia hoy en día, con un sueldo no se puede mantener a una familia.
Respeto mucho tu opinión, pero creo que hay cosas mucho más importantes y urgentes que cambiar, antes que estar pensando en que las mujeres sean sacerdotisas.
Es evidente que el ejercicio u oficio del sacerdocio no es tan ´duro´ como para no poderlo llevar también a cabo la mujer.
ResponderEliminarEs evidente que han primado y priman hechos y ´escrituras´(que cada cual INTERPRETA a su manera).
JESUCRISTO fue un varón, pero JESUCRISTO jamás excluyó a las mujeres, a pesar de que eligió a doce apóstoles, todos varones.
Era la época y la costumbre DE ENTONCES.
¿Patriarcado? ¿Matriarcado? Ni una cosa ni la otra. DIGNIDAD, y nada más.
De acuerdo, Anónimo: DIGNIDAD, pero también Derchos Humanos como IGUALDAD, (no discriminación por razón por razón de sexo).
EliminarUn saludo, y gracias por tu comentario, con el que coincido.
Abremos avanzado de verdad en igualdad de derechos entre hombres y mujeres, no solo cuando las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres, sino cuando además los hombres tengan también los mismos derechos de las mujeres. A veces me siento discriminado por ser hombre.
ResponderEliminarEfectivamente, no todo está conseguido en cuanto a derechos. Hay que pelear por la igualdad y exigir los derechos siempre, y en cualquier lugar o situción. Una forma es, denunciar los hechos y tratar de que la justicia sea igual para todos. Hay que apostar por la persona que vale. Las discriminaciones positivas o dedocráticas son injustas.
EliminarUn abarzo Juanjo.
Efectivamente es un tema muy interesante el que planteas y creo que ya de actualidad, aunque tambien reconozco que es por lo menos delicado y dificil, pero tambien es verdad que hay que empezar por algo. Todas las cosas importantes y muchas de las costumbres han tenido unos principios y tambien fueron muy delicados y muy dificiles, asi que animo y a seguir trabajando no es descabellado lo que se plantea , un abrazo. A.G.
ResponderEliminarGracias A.G:
ResponderEliminarIntengtar hacer pensar no me parece descabellado. Tampoco pretendo mucho más. El pensamiento es la palanca que mueve el mundo.
Un abrazo.