¿Una madre? ¿Una vida? ¿Un día? Un apunte previo. Hoy, primer domingo de mayo, en España,
se celebra el Día de la Madre o Día de
las Madres. En realidad, según la costumbre de cada país, se celebra en otros
días del año. Originariamente el Día de la
Madre se viene celebrando desde 1870. Entonces era un día de las madres por la
paz. Luego ha pasado a ser el día en el que cada familia honra a su madre.
Y en ésta última acepción se ha
hecho derivar de la costumbre de los
griegos de adorar a la madre Gea, la gran Madre de los Dioses. Los romanos
solían celebrar la ceremonia en el templo de Cibeles, con fiestas y ofrendas
durante tres días, en los Idus de
marzo. Los católicos
transformaron esta fiesta para honrar a la Virgen María, Madre de Jesús de
Nazaret.
Tras estos datos, mi aclaración
sobre el título con el que encabezo este artículo. Posiblemente algunos no
entiendan que haya escrito “mis madres”. Si me lo permiten voy a decirles el
por qué. Quiero, en este día, felicitar a todas las madres. Posiblemente ningún
título hay en la tierra ni en el cielo, tan entrañable, tan cercano y tan
íntimo como “madre”. Ello conlleva el sentimiento de cariño, de aprecio, de
dependencia y de filiación. Están unidos y son
correlativos. No se puede olvidar que, precisamente por eso, se ha aprovechado para añadir un aspecto comercial,
ofertando un regalo como agradecimiento.
En realidad hoy escribo porque me
ha sorprendido encontrar en Facebook que alguien, bienintencionadamente, claro,
recuerda además a “muchas esposas a las
que Dios no les ha dado hijos, y que no van a sentir el gozo de escuchar:
¡Felicidades, mamá!”. Parece decir que
como no son “madres” nadie se acuerda de ellas. Me parece un poco
fuerte, además de miope.
¿Qué sabemos de las madres,
además de casi nada? ¿Las madres todas no son primero hijas? ¿Solo las mujeres
que han dado a luz son propiamente madres? ¿Solamente quien ha parido puede
llamarse madre? ¿Qué sabemos de dar la vida realmente? ¿Da vida únicamente
quien engendra a un semejante? Un médico o quien ayuda en el nacimiento por
cesárea, ¿qué relación tiene con esos niños? El maestro, el escritor o el
músico, el artista que con su sabiduría siembra en un alumno una idea capaz de
guiarle en su camino, qué relación tiene con él? ¿El hijo adoptado tiene sólo
una madre? ¿Quién abre los ojos a una mujer embarazada y ésta cambia su
decisión de abortar y trae un hijo al mundo, tiene alguna relación con el
futuro bebé? ¿Y la mascota a la que se quiere en una familia humana como un
miembro más de la misma, qué pasa con él? Y… el agua y el viento y el sol, ¿no
nos dan la vida? ¿Y el pajarillo que nos canta desde que amanece el nuevo día?
¿No es el amor la fuente de la
vida? ¿Sabemos quién o quiénes son la fuente real de nuestra vida hasta que
morimos? ¿Es posible que no seamos totalmente justos al decir “felicidades
mamá”? ¿No parece una contradicción decir: “hijo mío, vida mía”? Las mujeres “yermas”
de Lorca, ¿no celebraban este día? ¿Excluimos, como dicen en facebook a las
mujeres casadas que no han concebido? ¿Y las vírgenes? ¿Nadie ha llamado “Madre” a una religiosa, de la religión que
sea? Y como he dicho alguna vez, el Dador absoluto de la vida, a todos y
cada uno, ¿es Madre o Padre? ¿Por qué?
Veamos una paradoja, un ejemplo real, sucedido en Inglaterra, del que informó el Daily Mail newspaper, hace 4 años. El joven Steven Thorpe, sufrió un accidente de circulación. Quedó en coma. Cuatro especialistas declararon que el joven de 17 años, tenía muerte cerebral. Aconsejaron desactivar la máquina que le daba soporte vital, y donar algunos órganos que no estaban dañados.
El padre creyó ver un “parpadeo” de vida en su hijo, y se negó a que le desconectaran. Es más, pidió una segunda opinión de otro profesional, un neurocirujano. Esa decisión le salvó la vida. Dos semanas más tarde, Steven despertó de su coma. Siete semanas después dejó el hospital. Hoy 4 años después está estudiando como cualquier joven de 21 años. El chico ha comentado: “mi padre creía que yo estaba vivo y estaba en lo cierto. Si usted tiene un presentimiento sobre algo, sígalo”.
Mi pregunta es ¿no debe este joven la vida a su padre? ¿Un hombre no puede ser madre? ¿No es una limitación sexista limitar el amor y la vida a la feminidad? ¿Quién nos dice que el amor sea tan limitado y reduccionista? De hecho, por lo menos no todos, ni en todas partes son tan excluyentes. Algunos piensan, que la herencia y el amor son más amplios, que tenemos más madres. ¿Es posible? A veces en el afán de simplificar para comprender, podemos perder perspectiva.
Veamos una paradoja, un ejemplo real, sucedido en Inglaterra, del que informó el Daily Mail newspaper, hace 4 años. El joven Steven Thorpe, sufrió un accidente de circulación. Quedó en coma. Cuatro especialistas declararon que el joven de 17 años, tenía muerte cerebral. Aconsejaron desactivar la máquina que le daba soporte vital, y donar algunos órganos que no estaban dañados.
El padre creyó ver un “parpadeo” de vida en su hijo, y se negó a que le desconectaran. Es más, pidió una segunda opinión de otro profesional, un neurocirujano. Esa decisión le salvó la vida. Dos semanas más tarde, Steven despertó de su coma. Siete semanas después dejó el hospital. Hoy 4 años después está estudiando como cualquier joven de 21 años. El chico ha comentado: “mi padre creía que yo estaba vivo y estaba en lo cierto. Si usted tiene un presentimiento sobre algo, sígalo”.
Mi pregunta es ¿no debe este joven la vida a su padre? ¿Un hombre no puede ser madre? ¿No es una limitación sexista limitar el amor y la vida a la feminidad? ¿Quién nos dice que el amor sea tan limitado y reduccionista? De hecho, por lo menos no todos, ni en todas partes son tan excluyentes. Algunos piensan, que la herencia y el amor son más amplios, que tenemos más madres. ¿Es posible? A veces en el afán de simplificar para comprender, podemos perder perspectiva.
Me gustaría traer aquí hoy una
cita del Dalai Lama, en su mensaje
inspirador, titulado “Con el Corazón
abierto”, dice así: “la referencia a todos los seres como “mis madres”, propone que queramos a todos los seres como si fueran
nuestras madres. De hecho, en las enseñanzas budistas sobre la reencarnación se
dice que todos los seres han sido nuestras madres en vidas pasadas –nos han dado la vida, nos
han alimentado y nos han protegido- y debemos recordar esa bondad aún cuando en
el presente alguien pueda parecer perjudicial” (p.97).
Esta universalidad y este sentido
de la filiación ¿no supondrían, primero, una toma de conciencia de cara a
nosotros mismos, y segundo, un cambio radical en nuestro comportamiento? El
amor incondicional de una madre a su hijo, y de éste a su madre, sería
verdaderamente extraordinario, si no se limitara al lazo sanguíneo que refleja
el “Libro de Familia”, y abarcara a la Familia Humana.
PUBLICADO en LA ESFERA DIGITAL, Blog. A FAVOR DE LOS VALIENTES, 08-05-2012: http://www.laesferadigital.es/blogs/a-favor-de-los-valientes/297-mis-madres.html; EL HERALDO DEL HENARES,08-05-2012; Bitácora de BELMONTE en CiViCa, 11-05-2012: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/mis-madres
PUBLICADO en LA ESFERA DIGITAL, Blog. A FAVOR DE LOS VALIENTES, 08-05-2012: http://www.laesferadigital.es/blogs/a-favor-de-los-valientes/297-mis-madres.html; EL HERALDO DEL HENARES,08-05-2012; Bitácora de BELMONTE en CiViCa, 11-05-2012: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/mis-madres
Precioso artículo (como todos) Jose Manuel; con una sensibilidad profunda que nos hace mirarnos y no dejar de preguntarnos a nosotros mismos ¿Qué estamos haciendo? La joven aquella que abortó y ahora tiene hemorragias, todo ello no es nada comparado a lo que le espera, de su cabeza nadie se lo quitará. Gracias por seguir dándoles ánimos para esperar la luz.
ResponderEliminarAmiga, por esos mundos de Internet vi la felictación a tu madre y a las madres. De bien nacidos es ser agradecidos. Por eso lo que más duele es que no se deje a alguien ser madre, que se niege a alguien el derecho a la vida, a nacer, y que únicamente nos acordemos de Santa Bárbara cuando truena, cuando hay una tormenta.
ResponderEliminarGracias por tu trabajo, siempre importante y cada día más valorado y necesario.
Todo mi afecto Tania.