Con el paso del tiempo, los humanos se
olvidan de la historia. Es el 70 aniversario,
del día más largo, terrible y glorioso, de la Humanidad. 6-6-44: DIA-D. La
fecha la decidió el destino, es decir los elementos, y no los estrategas. Concretamente
la meteorología.
Cada año el 6 de agosto se recuerda, con asombro, la fecha fatídica del
lanzamiento de la primera bomba atómica de la historia sobre Hiroshima en 1945.
No se puede olvidar a quien sufrió los efectos devastadores de la bomba de
uranio, el pueblo japonés. Fue el final.
No se suele conmemorar, el 6 de junio de 1944 que fue el principio del fin de la maldita II
Guerra Mundial. A los ciudadanos en
general, y a la juventud en particular, las fechas no les dicen casi nada. La memoria histórica no debería recordar esa
fecha. A pesar de estudiar, muchos no
sabrían decir quién fue el General Dwight
Eisenhower, ni el otro
protagonista, el Mariscal Erwin Rommel. Tal vez, gracias al cine, alguno
recordará batallas en el norte de África, como El-Alamein. Pero, ésta es “la
madre de todas las batallas”.
Por esos días en el frente Este, los
alemanes retrocedían ante el empuje del Ejército Rojo, ya a las puertas de
Polonia. Por el sur, los Aliados habían saltado a Italia y libraban batallas
decisivas. La idea era abrir contra los alemanes el frente Oeste, y después de
liberar Francia llegar al corazón del Tercer Reich para liberar al mundo del
nazismo. La operación Overlord se preparó en el sur de Gran Bretaña. Los
contendientes sabían que sería la batalla decisiva, pero desconocían la fecha y el lugar. El factor sorpresa era
importante, porque “para los Aliados y también para los alemanes será el día más largo”, había señalado Rommel.
Mientras no mejoraran las inclemencias
meteorológicas, los alemanes pensaban
que no se produciría la invasión. Por eso, el Mariscal se dio un respiro yendo
a celebrar el cumpleaños de su esposa, precisamente el día 6. Le llevaba un
bonito regalo.
Pero el meteorólogo de las Fuerzas Aéreas
dijo ante el Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas que habría una mejoría parcial
el día 6 sobre la zona de desembarco, y luego volvería a empeorar. Eisenhower,
que dirigiría a una tropa Aliada de casi 3 millones, decidió no esperar más y dio
la orden para el martes día 6.
Además de una mayoría americana,
contaba con fuerzas británicas, canadienses, muy numerosas, y luego con los
contingentes franceses, belgas, polacos, checos, noruegos y holandeses.
“En pocos lugares del mundo se han
producido acontecimientos que hayan podido cambiar tanto la historia como en
las playas del desembarco de Normandía. Estos cinco rincones recibieron
los nombres en clave de Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword.
El día D, 6 de Junio de 1944, quedará marcado como uno de los hitos más
importantes de la segunda guerra mundial
y el inicio de la victoria del flanco Oeste del bando aliado sobre el ejército alemán”.
Los alemanes no pensaron que ese día y allí,
se produjera el desembarco, a pesar de estar más o menos preparados. Cuando en
la medianoche, debido al zumbido de los aviones, despertaron al Comandante Werner Pluskat de la
División 352 del Ejercito Alemán, nadie sabía lo que pasaba. “Probablemente
otro ataque aéreo” le dijeron, no está nada claro. Estaba 4 millas tierra
adentro. Debido a la hora y a la bruma no pudieron ver a los paracaidistas. Se
había levantado viento y los paracaidistas se encontraban muy dispersos. Cuando
pudieron reaccionar, muchos alemanes aún estaban durmiendo y las granadas
explotaron contra sus búnkers en los acantilados.
Al amanecer, apoyados por la aviación, varias
divisiones estadounidenses, británicas y canadienses tomaron tierra en una franja costera entre los río Orne y Vire. Aprovechando las fuertes mareas de la zona y tras una gran
resistencia, la operación permitió el desembarco anfibio de 10 Divisiones y al
menos 250.000 hombres y más de 50.000 vehículos. A la espectacular flota le
sobrevolaron 11.000 aviones. Los cañones antiaéreos de las baterías de la costa
en manos alemanas, no daban tregua, desde las 5 de la mañana. De los estratégicos búnkers se disparaba a
todo lo que se movía. De un batallón aliado de 700 hombres, tan solo un centenar se
arrastraba con codos y rodillas, aguijoneando el suelo con la bayoneta para
detectar los cables trampa, para intentar neutralizar una batería antiaérea.
“En cuanto nos divisen, -había avisado
el Cabo Michael Kurtz de la Primera División de las Fuerzas Aliadas- empezará
el fuego enemigo. Si sobrevivís, ¡Genial!, si no es un magnífico sitio para
morir”
Hubo innumerables bajas. La tropa
británica tuvo más tiempo para neutralizar algunas defensas costeras. Pero en
general, las playas eran un absoluto caos. Pequeños islotes de hombres heridos estaban
en la arena, o eran arrastrados por las olas. En las siguientes oleadas de desembarco,
muchos se quedaban petrificados en la playa, otros corrían a refugiarse entre los cadáveres, arrinconados por el
fuego enemigo.
No
se lograron todos los objetivos previstos en un principio y se conquistó
muchísimo menos terreno que el esperado. El principal objetivo era Caen. Pero
eso no fue posible durante las 5 semanas siguientes. Y eso que estaba
relativamente cerca. La resistencia de la 21 División Panzer lo hizo imposible.
Pero se instalaron sólidas cabezas de playa-puente en las que, a lo largo de
los siguientes días desembarcarían el resto de los casi 3 millones de soldados
y el resto del armamento.
Aunque parezca increíble Rommel, no
estuvo en la batalla que el mismo consideraba decisiva. Terminó suicidándose
mes y medio después.
Prueba de la dificultad y de
la resistencia es, que desde el Día D transcurriría mucho tiempo (80 días) hasta que el 25 de
agosto, entraran en Paris (Liberación de París). Alemania capitulaba un año después, en
1945.
Actualmente, suele visitarse el cementerio de Saint Laurent, con vistas inmejorables de las
playas de Omaha donde los Aliados perdieron un gran número de sus tropas. Allí
se encuentra el nombre de los 1.557 soldados desaparecidos escritos en el gran
mapa de la batalla, en el "Jardín de los desaparecidos" y los diez
cuadros de estelas alineados donde descansan 9.386 soldados americanos. Restos
de los más de 100.000 que murieron están repartidos en más de 27 cementerios de
los alrededores.
Ahora se quiere celebrar con todos los
honores el 70 aniversario de aquel acontecimiento clave para la liberación de
Europa. Aquella gran Alianza Occidental, fue la madre y el germen de todas las
alianzas posteriores. Aquel día, la libertad tuvo un precio. Una generosa
multitud de seres humanos libres la compraron para nosotros con su vida. El Día D fue el día en que soñaron con un Mundo libre. No
dudaron en ofrecer su vida.
Nunca deberíamos olvidarlo. Hay quien niega la
existencia de los Campos de Concentración y el Holocausto. Fue este general el
que mandó hacer fotografías de lo que encontró, cuando liberó a algunos de los
supervivientes. No estaría mal, por una vez, recordar lo que es la guerra.
Seguro que al tiempo que se recuerda el Día D, pueden encontrarse motivos para
valorar el sacrificio de estos hombres.
Nota: Siempre me impresionaron estos hechos. Pero tengo que reconocer que me impresionaron, sobre todo por las imágenes que algunos fotógrafos de pura raza, legaron a la humanidad. Entre ellos Roberto Capa, que capto momentos inenarrables, de la esperanza y el dolor del desembarco. También Bert Brandt, que caaptó , sobre todo la llegada de las tropas anfibias americanas, George Rpdger, entre las británicas, y Robert Landry, entre los paracaidistas. Mucho de este material, puede verse en los VIDEOS.
Nota: Siempre me impresionaron estos hechos. Pero tengo que reconocer que me impresionaron, sobre todo por las imágenes que algunos fotógrafos de pura raza, legaron a la humanidad. Entre ellos Roberto Capa, que capto momentos inenarrables, de la esperanza y el dolor del desembarco. También Bert Brandt, que caaptó , sobre todo la llegada de las tropas anfibias americanas, George Rpdger, entre las británicas, y Robert Landry, entre los paracaidistas. Mucho de este material, puede verse en los VIDEOS.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES: BLOG LA TANGENTE, 05-06-2014: http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=21586; BITACORA DE BELMONTE EN CIVICA, 07-06-2014: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/%E2%80%9Cel-principio-del-fin%E2%80%9D-un-d%C3%ADa-como-hoy
Muy interesante lección de memorable historia.
ResponderEliminarOjalá, que como entonces, haya un gran general que pueda recopilar las imágenes de holocausto actual del aborto, porque llegará el día que se negará la muerte de mas de mil millones de seres humanos en todo el mundo desde que se legalizó el aborto
Hola: Gracias ProVidaD Lugo:
EliminarLo que hoy recuerdo es la generosidad de muchos pueblos que se unieron para liberar a Europa de la tiranía del nazionalsocialismo, y a los heroes que entregaron su vida en plena juventud por esa causa.
70 años después, algunos supervivientes y muchos gefes de estado o de gobierno, han llegado hasta allí, para rendirles homenaje. Ha estado incluso Alemania. ¿nunca los olvidaremos!
De lo otro que apuntas, aun teniendo razón, intengtaré ocuparme en su momento. Mejor no mezclar las cosas.
Un abrazo,
José Manuel
Gracias, Jose Manuel.
ResponderEliminarFrank
Gracias a tí, amigo Frank.
EliminarUn abrazo,
José Manuel
La verdad es terrible lo que ocurrió, algo que no debería pasar jamás y se sigue produciendo en otros lugares. Se hace un nudo en la garganta. Un gran abrazo José Manuel.
ResponderEliminarGracias Pepe:
EliminarMe gustaría encontrar muchas personas con la misma sensibilidad humana o parecida por lo menos a la tuya, para captar lo que tiene la guerra de tremendo.
Espero que los fotografos, que inmortalizaron aquel día y los siguientes, puedan decir almundo mucho más que quienes intentamos describirlo.
Un fuerte abrazo,
José Manuel
ResponderEliminarGRACIAS JOSEMA ..
Esto debemos saberlo todos , para que nunca mas ocurra esta terrible tragedia..
Gracias por estar ahí, querida amiga.
ResponderEliminarVosotros también sufristeis el azote de otra guerra terrible. Toda guerra es un fracaso de la convivencia en este mundo. ¿Cuándo tardaremos en aprender?
Un gran abrazo,
José Manuel