lunes, 8 de junio de 2015

Conectados por la esencia y el destino

Nicolás Jouve, catedrático de genética y presidente de CiViCa dejaba una muestra de su saber abordando con sencillez un tema crucial, controvertido siempre, el de ciencia y fe, Una aproximación al diálogo entre el por qué el cómo de cuanto nos rodea.
                  El autor, en su artículo en PaginasDigital.es (12 de marzo 2015) reconocía que el avance de los conocimientos científicos ha contribuido al progreso y bienestar social, pero tiene también sus limitaciones. Las preguntas sobre Dios, el origen de un ser consciente, la finalidad del mundo o ¿qué sentido tiene nuestra vida? no pueden resolverse por métodos científicos. Hay que respetar esa limitación. En definitiva, son las preguntas que la Humanidad se viene haciendo desde siempre: ¿de dónde venimos y a dónde vamos?
               Descartado el materialismo científico y el literalismo bíblico, los caminos que tienden a la verdad no entran en conflicto, pues  "la ciencia con su constante avance nos permite explicar el cómo de los fenómenos naturales pero no por qué se producen. (Mientras que) la religión nos da una explicación de la finalidad y el significado del mundo".
                Con esa base, que comparto, pretendo ir un poco más allá. No somos meros espectadores ni ante la ciencia, ni ante la fe. Por la misma razón que no somos una caja con memoria y archivos. Ni la ciencia ni la religión, son caminos estáticos. Que el corazón descubra en la ciencia y en la realidad, si hay algo nuevo en su profundidad. Hay que "ver los invisibles para hacer los imposibles", como dijo Bernard Lawn al recibir el Premio Nobel de la Paz en 1985.
               Si es posible, hay que ir hasta el infinito y más allá del universo y de la ciencia  y  más allá del culto y de la religión(de todas). En un universo en expansión lo que conocemos debe estar abierto a la luz. Descubrir que la creación y la realidad están en movimiento  y nosotros estamos llamados a contribuir a ese devenir, como dirían los franceses.  "El por-venir está por-hacer... pero ¿quién, sino todos?" según Martí i Pol. Aunque pueda parecer incorrecto, algunas cosas que hemos aprendido, sobre el espacio, el tiempo, la muerte, el más allá, pueden no ser exactamente como nos han enseñado. Ni siquiera Dios, lo es. Hay que iluminarlas con sabiduría o re-descubrirlas.
                La ciencia no es para las aulas, sino para la vida, para hacer posible otro mundo y otra sociedad. Los importantes cambios siempre van de adentro hacia afuera. Como dijo Einstein: "en momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento".
                Durante cientos de años se ha ido trasmitiendo la idea errónea de que la ciencia y la tecnología resolverían todos los males de la humanidad, sobre todo la enfermedad, la pobreza, el sufrimiento, el dolor y el hambre. Hemos  avanzado mucho, pero desgraciadamente la tecnología y la ciencia, por sí mismas, son incapaces de resolver muchas carencias; además, su utilización no siempre está  en manos de las mentes más lúcidas, ni en los corazones más generosos y altruistas.
                Lo maravilloso del universo y del ser humano es que son mucho más profundos que lo que hasta ahora conocemos. El "hemisferio derecho", lo no lineal, sorprendentemente puede descubrir la armonía entre ciencia e intuición. Afortunadamente, -en contra de lo que puede parecer-,se está produciendo un despertar espiritual. El hombre descubre su propia naturaleza para irse transformando e iluminando. El proceso es lento y a contracorriente.
               Se puede comprobar que el ser humano es productor de actividad eléctrica, ya sea mental, racional, emocional, espiritual o sentimental. Los físicos saben que todo es energía. La transformación y la liberación de energía es variada y compleja y los resultados pueden ser bombas nucleares o intercambio a nivel celular.
               Queda mucho camino porque para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente. ¿Dónde está la realidad?   En todo caso, el hombre deja de ser un “astronauta” del destino para darse cuenta de que puede elegir y crear de forma consciente cómo quiere interrelacionarse con la realidad (Brad Hunter).
               La energía está en la esencia. Somos espíritus encarnados. No somos materia, ni cuerpo. El materialismos asocia la vida con el cuerpo. Pero sabemos que el cuerpo muere.  "Nos  han enseñado a creer que morimos" según el profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest de Carolina del Norte. Pero la física cuántica demuestra que hay vida después de la muerte. Según su teoría del  "biocentrismo" la muerte no puede ser tan terminal como creemos. Las religiones, en general, han alimentado esa esperanza en la vida más allá de la muerte.  Y si allá hay vida, o en ese nivel hay vida, todos vamos al mismo sitio, aunque los caminos sean varios. Todos tenemos la misma sustancia y el GPS del destino está en nosotros.
               Todo es energía. La paradoja es, que el amor es la energía más básica y más universal, que está en la esencia de nuestro ser y de nuestro universo. La transformación de esa energía es más potente que una bomba atómica y más sutil que una gota de agua. Pero aún no hemos aprendido a aprovechar esa energía tan universal, tan básica y tan limpia, para transformarlo todo. Es una fuerza incondicional, absoluta e ilimitada y conecta, entre sí, a todas las cosas y a todas las personas, y desde ese centro conecta también con su destino, hacia el "éxtasis" o la plena iluminación.
               Como diría, Teilhard de Chardin "lo primero encuentra su sentido en lo postrero.., la historia del mundo de principio a fin es una creación de realidades cada vez nuevas y cada vez mayores, que centran sucesivamente toda etapa precedente: cosmogénesis, biogénesis, noogénesis o antropogénesis". Lo importante es la dirección, más que la velocidad.
               Y hasta la cosa más pequeña o insignificante, puede provocar un gran cambio en el mundo, como el "aleteo de una mariposa" o una mínima pieza de dominó o un simple gesto de amor o de altruismo.
                Una puntualización sobre la luz, la conciencia y el compromiso. Hemos dicho que el nivel más pequeño de la materia, el nivel de las partículas elementales "cuánticas" es energía. "Para comprenderlo mejor digamos que la materia es luz condensada. ...El hombre mismo está formado de esta misma sustancia universal: luz pura y radiante. Cada uno de nosotros es un sistema de energías en vibración continua. Es decir que las moléculas de que se compone cualquier clase de materia, inclusive nuestros cuerpos, están en constante vibración. Nuestros cuerpos crean, entonces, bandas de energía electromagnética con una determinada amplitud de onda que les permite, al mismo tiempo, emitir y absorber información".        
            Pero no se trata de receptores estáticos, sino conscientes. Esa grandeza de la conciencia, es clave. "La dinámica cuántica es un pilar clave en la unión entre la materia y la conciencia, estableciendo una nueva concepción de nosotros mismos. La dualidad de la existencia onda-partícula (o bien energía-materia) está entonces determinada por nuestra observación. A esto habría que agregarle que el perceptor (sujeto) y la fuente de emisión (objeto) están en una interrelación de resonancia...que permite que la información sea adecuadamente recibida. Esto puede simplificarse asegurando que cada individuo recibe la información que merece o puede entender de acuerdo con su nivel de comprensión y asimilación consciente de recepción".
                 En esa visión del mundo, donde la clave principal es la conciencia, el siguiente paso es la responsabilidad de cada uno, allá donde se encuentre. Si todos vamos en la misma galera, y navegamos hacia la misma casa, habrá que valorar a quien va a nuestro lado para mejor sortear, juntos, escollos y tormentas.
                Lo primero es que sepamos que el cuerpo es un vehículo que utilizamos para vivir en esta dimensión. Que lo importante es el espíritu que lo conduce. Y que "tenemos que dejar que la mente vuelva a lo importante ( el amor, la paz, la vida eterna, los pensamientos y las prácticas espirituales) y dejar de lado lo que no lo es (lo material, el orgullo, el ego, la violencia, el miedo, las preocupaciones y el odio)" Brian Weiss.
                 Un ejemplo de estos días en Sarajevo.  El Papa, dijo, muy claro: «No es suficiente hablar de paz, se debe hacer la paz. Quien habla solamente de paz y no hace la paz, se contradice. Quien habla de paz y favorece la guerra, por ejemplo con la venta de armas, es un hipócrita».

PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES, COLUMNA LA TANGENTE, 09-06-2015:
http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=26307 ,
BITACORA DE BELMONTE EN CIVICA, 10-06-2015:
http://investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/conectados-por-la-esencia-y-el-destino


6 comentarios:

  1. José Manuel Muy intensa esta entrada, la existencia muy enigmática para el ser humano y cada cual la acomoda según sus intereses Saludos Amigo

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    1. Hola José Ramón:
      Las eternas preguntas, rondan la mente humana cada día. La verdad está en camino, pero ya forma parte de la esencia que tenemos. Posiblemente muchos no saben aún que TODOS vamos hacia ella.
      Si uno no rema en la galera, los demás tendrán que hacer su parte.
      Un abrazo, y muchas gracias.
      José Manuel

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  2. Muchas gracias Jose Manuel por tu generosa y como seiempre acertada contribución...
    Un abrazo
    N.

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    1. Gracias a ti:
      Es un placer caminar con sabios a nuestro lado, que son sencillos y llenos de luz.
      Un gran abrazo,
      José Manuel

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  3. La esencia es lo más puro atribuído al ser humano, por ejemplo la esencia de la amistad es la confianza, esos pasos desde el Yo para alcanzar el fin es el destino.
    El interrogante existencial relativo a nuestros orígenes, la ciencia-fe estan contrapuestos, como sabemos la primera basada en la experimentación, da origen a principios y leyes, la segunda como deidad, promesas.
    Quiero llegar a la energia de nuestro cuerpo-mente, estos dias experimenté todo tipo de negativismo que finalmente terminó positivamente, en cuanto a reunir personas de diferentes crencias, estatus, opiniones y demás, compartiendo buenos momentos.
    Totalmente de acuerdo que podemos redescubrir nuevas cosas de la vida con tan sólo potenciar la imaginación y la observación de nuestro entorno.
    Desde luego que para un giro en nuestras vidas debe ser de dentro hacía el exterior con total responsabilidad.
    Me resultó llamativa la comparación que estableces cuerpo-vehículo, nunca lo había visto de esa forma, totalmente cierto, es más puedo elegir un Mercedes de alta gama, última generación.
    Desde nuestros ancestros, hasta hoy y generaciones venideras seguiran luchando por ejercer la paz, y todo tipo de vida espiritual que conlleve al bienestar propio y de los demás.
    Un abrazo José Manuel y hasta otro momento. Como siempre un placer leer tús argumentaciones.
    Marinita P.F.

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    1. Gracias Marinita por tu comentario.
      Has leído generosamente y pensado e incluso aplicado las líneas del escrito. No hay duda de que todo enseña, y la amistad también.
      No podemos quedarnos en la simple teoría, porque nuestra esencia es espíritu y no materia, es vida y no muerte, es verdad y no engaño. Y eso exige lucha, atención, claridad y bondad.
      Un abrazo,
      José Manuel.

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