Nadie tiene derecho a vetar la libertad en nombre del terror, ni de la religión, ni de la ideología. La libertad es un bien superior, porque es un derecho humano fundamental. El día que el poder político, el racismo o el fundamentalismo religiosos impongan su ley, estaremos menos seguros y verdaderamente en peligro. La sociedad occidental no puede estar tranquila ante ninguna amenaza, latente o explícita. Debe estar vigilante ante la barbarie camuflada de fundamentalismo.
Hay enemigos poderosos, porque han descubierto la debilidad de los necios, o el buenismo de los indolentes. El dinero puede ser un gran enemigo, cuando se alía con el poder. Puede bombardear los principios fundamentales de una sociedad. Y, más o menos sutilmente, corromper todo lo que toca. Nada tengo contra el dinero. Estoy contra la instrumentalización del dinero como chantaje.
Un embrión humano es sagrado. ¿Se puede matar? No se dice explícitamente que sí, pero la respuesta es clara. Estados Unidos va a financiar esa destrucción, para que se pueda seguir investigando.
Recordemos que hace unas semanas, un juez sentenció que la política de Obama infringe una ley “que prohíbe explícitamente el uso de fondos públicos en la destrucción de embriones humanos”.
A finales de 2009 Obama había acordado otorgar esos fondos al Instituto Nacional de Salud (NIH). Cuando el juez Lamberth suspendió cautelarmente el acuerdo, saltaron las alarmas porque los investigadores se quedaban sin financiación. Entonces el Departamento de Justicia sacó su artillería y presentó la pasada semana una apelación a esa resolución. (Lo mismo ha hecho el gobierno español contra los recursos contra el aborto).
Ya tenemos la respuesta. “La Corte Federal de Apelaciones de Washington suspendió hoy temporalmente el veto impuesto por un juez federal a la financiación pública de las investigaciones con células madre embrionarias en Estados Unidos”. El razonamiento del juez Royce Lamberth estaba fundamentado en “el daño irreparable”, al embrión humano. Se le destruía, con fondos públicos, para investigar en varias líneas con células madre. Por lo menos 21 líneas de investigación con células madre, ya activas durante el mandato de Bush podrán seguir adelante.
No es aceptable considerar a un ser humano, en cualquier fase de su desarrollo, como un "material" de almacén o fuente de tejidos y órganos, de "piezas de recambio". De hecho los principales reparos a la creación o clonación de embriones humanos para investigación son porque supone una instrumentalización, ya que se utilizarían sólo para obtener células. Acertadamente, pregunta el Dr. Rodríguez Martín, (artículo que recomiendo) “¿Derecho reproductivo o desecho reproductivo?”
En Europa hay centenares de miles de embriones “sobrantes” congelados. Posiblemente se vayan a destruir. Pero los investigadores suelen preferir embriones “frescos” para utilizar las células que permitan investigar en “líneas celulares eternas” (que se puedan reproducir hasta poderse implantar en diversos tejidos).
“La hipocresía es el acto de pretender constantemente tener creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades, o estándares que uno en realidad no tiene. La hipocresía es así un tipo de mentira”. La peor, la más dañina. Hipocresía es parar la quema de un libro y financiar la destrucción de una vida. No hablemos de Derechos Humanos, sino de Desechos Humanos. ¿Hay futuro por ese camino?
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES 11-09-2010; EL DIA 12-09-2010
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