lunes, 6 de septiembre de 2010

Entrevista sobre las enseñanzas de Auschwitz

Cuando se cumplen 65 años de la liberación de Auschwitz, se ha programado un curso en Madrid sobre “Enseñanzas del Holocausto para la medicina actual”. Con este motivo me ha parecido interesante entrevistar sobre el tema al Dr. Esteban Rodríguez Martín. Ginecólogo.
P- ¿Puede la medicina actual extraer alguna enseñanza del horror de los campos de exterminio?

R- Puede y debe. Hay términos y cosas que allí se hicieron, que nunca se deberían volver a repetir. Allí se emplearon “cobayas humanas” para limpiar la raza y para “la solución final“. Allí los médicos al servicio del poder, esterilizaron, hicieron abortar, practicaron la eugenesia y ensayaron de todo hasta llegar al asesinato, tanto de una población adulta como infantil. Se cuentan más de cinco mil niños. Muy pocos sobrevivieron. Esto no debe repetirse por el bien de la Humanidad. Allí se pisotearon los Derechos Humanos fundamentales, porque los médicos violaron todos los códigos y principios éticos.

P-¿Entonces cree que no va a volver a suceder, ni por parte de la sociedad ni por parte de los médicos?

R. La realidad es que sigue ocurriendo aunque de manera algo menos burda. Se ha distorsionado el lenguaje para hacer pasar un mal por como si fuera un bien. Es cierto que tanto los DDHH, como el Derecho Internacional Humanitario, no ha sido respetado, en muchas partes del mundo. Ahí está el Tribunal Penal Internacional, para demostrarlo. Lo que sucedió en los campos de exterminio del nacional socialismo germánico, desgraciadamente sigue ocurriendo, en los regímenes comunistas. En los países occidentales siguen en auge las políticas abortistas y eugenésicas. Hoy tenemos una nueva eugenesia con los diagnósticos prenatales y los diagnósticos genéticos preinplantacionales. Los nazis mataban a los discapacitados después de haber nacido, nosotros hoy los matamos antes de nacer; pero incluso en Holanda ya está vigente el protocolo Gröninger que permite matar a los recién nacidos portadores de enfermedades no diagnosticadas antes del parto. Por lo que afecta a los médicos, está cada vez más en auge la Bioética o la ética aplicada a la vida. Sin embargo hay algunas corrientes bioéticas, como la bioética utilitarista de Peter Singer o H.T Engelhardt, que se alejan y hasta corrompen la deontología profesional. Recordemos que el Comité Nacional de Bioética, órgano ético de designación política encargado de asesorar al gobierno, reconocía por un lado que el feto y un embrión eran seres humanos pero a la vez justificaba que se les pudiera matar. Hay unos principios deontológicos que deberíamos respetar, tanto nosotros como el Poder. Se debería llegar a decisiones consensuadas que respetaran la dignidad de toda vida humana sin discriminación por motivos de edad o de salud.
La corrupción de la clase política no puede o no debe trasladarse a la clase médica. La esperanza reside en una clase médica formada que no renuncie a la verdad científica ni a las verdades antropológicas que marcan la ética del respeto de la vida humana.

P-En sus escritos y en lo que nos acaba de decir, no parece que hayan pasado 65 años. ¿Cómo es posible?


R-Ciertamente hemos avanzado mucho. Vivimos más confortablemente, más rápido y más tiempo. Pero los hechos revelan que no hemos progresado al mismo nivel en cuanto a los principios éticos. El Estado ha impuesto el “derecho” a la interrupción homicida del embarazo como “salud sexual” y presiona a los médicos desde la universidad para que aprendan “la asignatura de la abortología” a la vez que se pretende adoctrinar a los escolares para que asuman que matar a los hijos antes de nacer cuando sean indeseables - por no haber sido planificados o por tener algún defecto,-es un derecho reproductivo de la mujer. Apoyar y ayudar a que una menor aborte, se considera progresista ya que eso es “protegerla”. ¿Qué ha cambiado? Simplemente el marketing con el que se hace la propaganda de una ideología, la forma de “vender” los hechos. Antes se ”investigaba” para proteger la raza aria. Hoy “por nuestro bien”, “por nuestra salud” y para “garantizar nuestros derechos”. Pero la vida humana, lamentablemente, no se aprecia, no tiene valor salvo si es útil o supone el logro de un deseo, Se busca e importa más la calidad de vida que la vida en sí misma.

P-Pero ustedes sí tienen una ética y un código deontológico.


R-Cierto. El articulo 4.4 (el médico nunca perjudicará intencionadamente al paciente), el 21.4 (al ser humano embriofetal enfermo debe tratarse con las mismas directrices éticas que a cualquier otro paciente), y el 27.3 (el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente), no se cumplen por todos los profesionales. Pero el que haya médicos deontológicamente corrompidos, no autoriza al titular de la Sanidad pública, a imponer un servicio de aborto en centros públicos de salud al que tengan que someterse y atender los médicos y el personal sanitario. La objeción de conciencia es un derecho constitucional, más aún cuando se fundamenta en motivos éticos y científicos. Los médicos son funcionarios del Estado pero sus conciencias no le pertenecen . Por si tenía dudas, yo mismo, junto con otras tres ginecólogas, entregamos en el ministerio de la Srª Jiménez una copia del Código de Ética y Deontología Médica en vigor, ya que ella no es licenciada en medicina y cirugía ni especialista en obstetricia y ginecología.

P-¿Entonces se debe desatender o se debe encontrar un acuerdo de compromiso?


R- Resultan inadmisibles leyes que corrompen la deontología y el papel social del médico. Más aun cuando pretenden restringir los derechos fundamentales que como ciudadano tiene todo médico. La conciencia profesional de los agentes sanitarios ya está regulada por un código deontológico de obligado cumplimiento. Yo creo y lo tengo escrito que “ para evitar esta corrupción de la profesión médica sería bueno para toda la sociedad que los médicos continuasen ocupándose de curar y crear un cuerpo de técnicos abortistas, al margen de la profesión médica y sanitaria, que satisficiesen una demanda de una parte de la sociedad que desea tener el poder legal-mal llamado derecho- para decidir matar a los hijos antes de nacer“. Los médicos, como todos, podemos cometer errores, pero no hemos escogido y estudiado esta carrera para salir “licenciados para matar”, no somos mercenarios de la medicina al servicio del capitalismo, o de la patronal abortista ACAI.


¡Seguro que no!. Y seguro que los universitarios y la sociedad también pueden aprender de Auschwitz y del holocausto nazi. Aunque su lenguaje parezca duro, estoy convencido que cualquier mujer se sentiría muy tranquila poniéndose en sus manos.
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES el 08-09-2010;

1 comentario:

  1. Gracias a los medicos que son capaces de enfrentar las leyes injustas por defender la vida

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