Mis amigos seguro que me creen. No tengo por qué mentirles, ni a ellos ni a nadie. Si les dijera que durante las pasadas Navidades, he encontrado un mosaico con la siguiente inscripción: “IGUALDAD, DIGNIDAD Y DERECHO A LA VIDA”, alguno de ustedes pensarán que estoy loco. ¡Me lo imaginaba!. ¡Hasta es posible que sea verdad!. Yo tuve que restregarme bien los ojos.
Cuando uno está de vacaciones, camina relajado por esos mundos, sin más objetivo que estar con la familia y pasarlo bien. La Navidad es un misterio. Todo nacimiento lo es. La mente sigue vagando sin descanso si algo te obsesiona. Y, como muchos españoles, tenía muy reciente la votación en el Congreso de la Ley del Aborto. Una Ley que consagra la “desigualdad” de la mujer; la “indignidad” de los legisladores que no respetan el primer derecho del ser humano y proclaman el “derecho a dar muerte a un hijo”, por parte de la madre embarazada. En esas circunstancias, dicen los mentalistas, “la noticia” sale a tu encuentro, se te mete en los ojos. ¡Así fue!
No fueron a trabajar sus señorías el día 25. ¡Feliz Navidad! ¿Dónde está la coherencia?¿Pero no quedamos que no se puede celebrar el Nacimiento del hijo de María?. ¡Eso es una fiesta cristiana! Un alumbramiento difícil en un portal, o en una cueva, por culpa de un edicto de la autoridad. ¡Qué cosas!
He entrado en restaurantes, bares y tabernas, por ver si me encontraba a las gentes de los pueblos, o de cierta ideología, emborrachándose o al menos brindando por el antiguo Herodes, o los nuevos, esos que matan a los niños y cobran por ello. ¡Todos en el bar, me han recibido con una sonrisa y una palabra de vida:“ Feliz Navidad”. ¡No salía de mi asombro. ¡Qué coherencia!.
He mirado por las ventanas de las casas, iluminadas especialmente, y no he encontrado más que niños con sonrisas, porque su madre no ha tenido el valor de decirles: “por mi no hubieras nacido”. Y a los padres, varones, orgullosos, de abrir su cartera, o poner su tarjeta en los centros comerciales, para comprar el último capricho de “su hijo o de “ su hija”. La sonrisa que ha iluminado en Reyes la cara de sus hijos, les ha compensado de todos los desvelos, trabajos y horas extras. Alguno ha olvidado, en estas fiestas, de que en la ley aprobada el día 17D, el “padre”, ni se menciona, ni cuenta. ¡Como si no existiera! ¡Qué coherencia! ¿No es la felicidad poder vivir y compartir, con amor, la vida?
Sus señorías siguen de vacaciones de Navidad. ¡Han hecho un esfuerzo enorme ... tapándose los oídos durante todo el año 2009, para no oír ni las voces de la calle, ni las de los no nacidos! Tendrán que descansar para devolver la tierra al viento, porque Dios no cuenta. La confluencia de los astros y de los siglos no es que Dios se haya encarnado en un niño, es, como dicen los humoristas que,...vamos a sacar a Europa del paro, y que se vayan apuntando los toros en el INEM. Seguro que los promotores de fiestas también, y los criadores y los mayorales, y la música de los clarines, y la arena de los alberos.
Me he bajado del coche cuando regresaba, para hacer una foto.¡ Ahora seguro que me creen! Una imagen vale más de mil palabras. Si intentan callarnos, esa foto del mosaico, que grita desde una fachada en el Camino de Santiago, seguirá hablando. Entonces, las paredes y las piedras darán voces que no podrán callar los legisladores, ni los gobernantes.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES EL 07-01-2010;EL DIA 10-01-2010
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