lunes, 4 de enero de 2010

BALDUINO: EL VALOR DE LA DIGNIDAD


Hay valores que valen. Y valores que iluminan y enseñan. 36 hora pueden parecer pocas, para hablar de un hombre, pero un minuto es capaz de llenar una vida. Se escribe mucho sobre dignidad y su contrario, pero todo es cuestión de coherencia.
Los hechos. En 1990 Balduino llamó la atención del mundo,
al abdicar durante 36 horas, para no firmar la ley del aborto. Sus convicciones éticas y su conciencia se lo impedían.
La objeción de conciencia, es válida para cualquier político, para cualquier ministro, y por lo mismo, llegado el caso, puede gozar de ese derecho incluso el rey. Es un eximente que se aplica a ellos como a cualquier ciudadano.
Cada uno es responsable de lo que hace o de lo que deja de hacer. Y la vida da tantas vueltas, que algunas veces la conciencia personal, y las convicciones éticas o morales de cada uno se ponen a prueba. No es raro que en democracia, estas cosas sucedan con alguna frecuencia.
Lo cierto es, primero, que no parece haber mucha coherencia en general. Es decir que alguien obre en consecuencia, con lo que se espera de él por sus creencias, su cargo o su responsabilidad. Y segundo, que es más llamativo, cuando algunas personas con un elevado estatus social, político, o económico, deciden obrar en conciencia. Lo llamativo no es que sea incorrecto, es que choca con lo habitual, o lo que estamos acostumbrados.

El Gran Duque Henri, del pequeño estado de Luxemburgo,
se ha negado a firmar una ley que despenalizaba la eutanasia. El Jefe de Estado, debe sancionar y promulgar una norma aprobada por el Parlamento. (Acaso en otros Estados esa ley exista ya). Pero posiblemente, el Gran Duque, que prometió en su día defender los valores de la familia y de la vida, crea que firmar esa ley repugna a su conciencia.
Como en el caso de Balduino, puede provocar un problema sin precedentes. De hecho la ley sigue “aparcada” en espera de que se encuentre una solución, o de que se cambie la constitución para que El Gran Duque no tenga que sancionarla con su firma.
Pero todo esto, con ser raro, entra dentro de la normalidad. El gran Robert Schuman, jefe del gobierno francés, considerado uno de los padres de la Europa Unida, en su declaración del 9 de mayo de 1950, que abrió paso a la construcción europea pensaba que el catolicismo no es una fe para profesar en privado, puesto que de ella surgió todo un programa social y político. Las creencias son pues importantes. No se pueden ni ignorar, ni prohibir.
El Gran Duque es una rama de los Borbón, como el Rey de España. ¿Se puede legítimamente preguntar, qué pasaría en España, ante una objeción de conciencia de este tipo?. ¿Tiene el Rey que sancionar con su firma todo lo que le echen?.

Es cierto, que ya el 12 de mayo de 2005, al Rey le reclamaban un gesto similar, para que no firmara la ley, que mediante la reforma del código civil, permitía el matrimonio a personas del mismo sexo. En aquella ocasión D. Juan Carlos dijo: “Yo soy el rey de España, no el de Bélgica”.
Ahora, con la nueva ley que concede a la mujer el derecho para abortar libremente, el tema vuelve a estar sobre la mesa. De hecho una plataforma ciudadana se ha constituido para pedir al Rey, que si llegara el caso de ser aprobada la ley por el Parlamento, no sancione con su firma la ley del gobierno.
Esta plataforma ha puesto en marcha una web: http://majestadnofirme.com/ La plataforma piensa que la nueva ley no puede dejar a nadie indiferente. “ Aunque esta valiente decisión le traerá contratiempos, sin su firma la Ley no entrará en vigor. Evitará así muchísimo dolor y sufrimiento a miles de mujeres, y, lo más importante, salvará infinidad de vidas que no tienen posibilidad de defenderse”.
A día de hoy 4 de enero, han firmado esta carta al Rey 41504 personas.

PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES el 04-01-10 ;EL DIA 06-01-2010

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