jueves, 21 de marzo de 2024

La muerte física no es el fin de nuestra existencia.

 

Lo que sabemos hasta ahora gracias a médicos, psiquiatras y quienes investigan las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) es, que la vida, trasciende a la existencia concreta.

Por convicción y por edad he escrito sobre el tema varias veces.  Este mismo año, 13 de febrero, dije que la vida, es tiempo de aprender.  https://belmontajo.blogspot.com/2024/02/la-vida-tiempo-de-aprender-trasciende.html

En ese escrito tocaba el tema de “vidas pasadas” que, pensaba ampliar sobre las “vidas futuras”, por el interés que suscita. Si hay vida más allá de la muerte física, podemos y debemos saber más. De hecho, crece el interés por saber de dónde venimos y a dónde vamos. Hoy se habla y se sabe del poder sanador de las terapias de regresión o de progresión. Según los psiquiatras, puede haber muchos cuerpos en una misma alma. Luego, puede haber vidas futuras, después de la existencia concreta. Hablar de la muerte es positivo, ayuda a vivir, a valorar lo que somos, estemos donde estemos. La muerte es un tránsito, un paso. Al morir, cambiamos el nivel de consciencia para que el aprendizaje continúe en otro plano.

El interés sobre la vida y sobre la muerte induce a pensar, a informarse, a criticar, a discutir, y también a meditar sobre lo que nos concierne.  Los sabios, de tiempos pasados y los actuales, enseñan. La muerte misma también enseña, si se desea aprender.  Los libros, los artículos, y el paso por las aulas pueden ayudar a descubrir pautas sobre la vida. La misma vida de cada uno, y muchas de sus circunstancias, enseñan. El dolor y las enfermedades, también enseñan. Bajo la hipnosis, muchas personas han descubierto la posible procedencia del dolor en tiempo pasado. Y también las posibilidades de futuro.

Seamos conscientes o escépticos, la vida humana es un misterio maravilloso que hemos vivido en vidas pasadas y después de la etapa que estamos viviendo, viviremos otras en el futuro que nos ayudarán a llegar a nuestro destino. Nos iremos transformando y perfeccionando en sucesivas reencarnaciones. En su núcleo está el amor. El amor es energía que nos trasforma y transforma, es la música que suena en cada uno. Es la esencia del ser y del universo, que une las personas y las cosas. El amor atrae y conduce hacia el camino de la iluminación, la no violencia, el bien, la paz y la espiritualidad.

Los sabios nos dicen que somos cuerpo y alma, y que elegimos a nuestros padres, que nos proporcionan el cuerpo. El alma, espiritual y eterna se une a él desde el principio. Podremos tener el sexo, la raza o el color que sea, pero lo importante es el amor.

Nuestros seres queridos, sin importar el tiempo en que se hayan ido, al ser eternos, no se han separado de nosotros totalmente. Tampoco nosotros cuando certifiquen nuestra muerte, abandonaremos a nuestros seres queridos.  Según afirman quienes han estado en, o cerca de ECM, constatan el reencuentro con los seres queridos, incluso de a quienes no hemos conocido (por ejemplo, hermanos que fallecieron antes de que naciéramos, o, en estado fetal). Todas las vidas son eternas y preciosas. Y el amor fluye y produce paz, y felicidad.

“Vivir es estar más allá de la vida y de la muerte, más allá del espacio y del tiempo. Todos somos inmortales y existimos por toda la eternidad, desde el primer segundo. Elegimos cuándo queremos pasar al estado físico y cuando queremos abandonarlo, los padres adoptivos se eligen, lo mismo que los naturales”, según constata Brian Weiss, en Los mensajes de los sabios” y también en “Muchas vidas, muchos maestros”, y “Muchos cuerpos, una misma alma”.

El aprendizaje no termina con la muerte del cuerpo físico. Aprender, a veces, consiste en recordar lo que alguna vez hemos aprendido. Nada se pasa por alto, incluso en momentos difíciles, o en una vida dura o complicada. Una vida difícil puede no ser un castigo, sino una oportunidad. Los cambios de raza, religión, lengua, sexo, dolor, etc., pueden enseñar, porque en el aprendizaje nada se olvida, todo queda en la memoria porque son oportunidades.

Mientras estamos en el estado físico, la principal fuente de aprendizaje son los demás, a través de las relaciones con los humanos y con las cosas que manejan, pero no con las cosas mismas.

A través de las emociones y las reacciones se aprende a amar y a recibir amor. La convivencia ayuda a crecer descubriendo el lado positivo o el negativo de la vida. La relación está viva y presente; siempre se puede actuar. Según la forma de tratar a los demás y a la naturaleza, de pensamiento, de palabra, por acciones y omisiones, crecemos y, cambiamos el mundo. Lo demostró el japones Masaru Emoto, porque el agua y las cosas de la naturaleza tienen memoria y abren espacios para la compasión, altruismo, perdón, esperanza y amor.  Por contra, el miedo, el orgullo, el egoísmo, el robo y lo que acumulamos materialmente, puede producir violencia. Tender la mano y, ayudar, es positivo si lo impulsa del corazón. Los detalles importan.

 Todo se tiene en cuenta. En la otra vida no nos encontraremos con nuestras posesiones, sino con nuestros seres queridos y con quienes hayamos ayudado o dejado de ayudar.

Como personas, somos cuerpo y alma. Somos energía. Pero la energía, no tiene pasado, ni futuro, es todo presente. La energía se manifiesta en ondas o partículas. El ser humano al fijar su atención sobre la energía puede cambiarla. Al ser observadores de la energía y cambiarla, somos cocreadores del universo.

Si la vida es un aprendizaje, la muerte, también, ya que no es el fin. Una persona muerta, (o cercana a la muerte), puede proporcionar información sobre lo que sucede en ella, y también sobre lo que sucede, en ese instante en otro lugar. Las ECM, enseñan sobre el presente, el pasado y el futuro. Las personas que, por su profesión, están reanimando al paciente o son testigos de lo que el muerto dice o hace y comentan entre otros profesionales o especialistas, pueden ofrecer un testimonio extraordinario de que la muerte no es el fin. Este será tanto más interesante, si lo que pueda aportar viene avalado por su experiencia, su prestigio intelectual y cultural, y está contrastado por las evidencias científicas, por la historia, y por otros profesionales que, allí presentes, estén desempeñando alguna función distinta.

 He leído y escuchado variaos escritos o ponencias sobre su presencia en ECM.  Me gustaría destacar, por su elocuencia, a una persona cualifica como el Dr. Manel Sans Segarra, jefe del servicio de Cirugía General y Digestiva en Bellvitge. (https://bellvitgehospital.cat/ca)

Si tienen unos minutos, escuchen al Dr. sobre ECM y las evidencias científicas de la vida después de la muerte física. ¿Cómo puede ser que un ser, que no tiene actividad cerebral, ni cardiaca, ni respiratoria, puede contar cosas que parecen increíbles?  Tal vez, ustedes mismos lleguen también a pensar que “ahí hay algo” que no sabían.  Si no mienten, la muerte no es el fin de la vida.  Los seres queridos, nos acompañan. ¡Hay vida más allá! ¡Seguiremos aprendiendo hasta llegar a nuestro destino!

El Dr. vino a Guadalajara, para impartir una conferencia sobre el mismo tema, en Ibercaja. Lo que ha dicho, lo cuenta desde su experiencia personal.

https://youtu.be/1VYMJd_0K5Y

En Youtu.be hay numerosas conferencias del Dr. Manel Sans. Quien desee conocer más no tiene más que buscarlo. Eso sí,  algunas son casi diálogos con personas que le hacen preguntas. Por ejemplo: 

https://youtu.be/gqQ3ANaBWtA

Últimamente se ha dedicado a investigar sobre la Reencarnación y sobre la Supraconciencia, que existe más allá de la mente y el cuerpo físico.


José Manuel Belmonte