sábado, 23 de septiembre de 2017

Un Cristo Roto: símbolo de solidaridad.

           Desconectar en vacaciones, es un deseo.  Al volver, encontré otra vez  el tsunami político-catalán en las noticias. Como si en el mundo solo existiera Cataluña. No se puede secuestrar la libertad de la mayoría con el victimismo chantajista. Ni un minuto a la manipulación politico-mediatica.

          La calle no es sinónimo de democracia. Lo que está sucediendo tiene responsables. Las consecuencias de incumplir la ley, la desobediencia, la traición, el delito continuado de sedición, son imprevisibles. El desamparo y la pasividad en defender a quienes cumplen con su obligación es de los gobernantes, de los jueces, de las fuerzas del orden y de las fuerzas armadas. También de los partidos y de sus líderes. Lo que costó siglos de esfuerzo en levantarse puede destruirse por inercia de unos o por odio y manipulación, llevando incluso a menores de edad, a mítines en horario escolar. En carta, se dijo a las familias: sus hijos irán a "defender la democracia y la libertad". Así de fuerte es la grotesca deriva de la degradación y la delincuencia.

            Un síntoma tan preocupante o más, son los 300 curas apelando a secundar el referéndum ilegal en pro de la "autodeterminación" de Cataluña como "nación". Seguro que no se extrañarán de que la gente acuda cada vez menos a la iglesia.


           Desconecto y que salga el sol por donde salga. Reclamo mi libertad e independencia, como español y como ciudadano del mundo. Me importa estar comprometido como ser humano.

           Están sucediendo cosas en el mundo que reclaman mi atención al ser importantes y urgentes.  Además del hambre y la miseria, hay masacres étnicas, fuegos devastadores, amenazas de guerra nucleares, huracanes, y terremotos en que la gente muere o pierde todo. El dolor se extiende sobre los seres humanos.

            Pero ahí mismo surge el valor de la solidaridad de quienes no tienen nada con los que lo perdieron todo. Esa lucha por la esperanza es la mía y la de cualquier ser bien nacido.

           En medio de la devastación y del caos -en los países asolados por los huracanes o los terremotos-, muchas personas le echan valor y comienzan el rescate y la búsqueda de supervivientes atrapados bajo los escombros cuando pasó el huracán o sobrevino el terremoto. De una forma u otra estoy con esos héroes de mi raza.

            Nadie tiene que convocar al rescate inmediato y prestar ayuda. Se escucha el corazón y uno se le lanza a la calle a hacer lo que se pueda. Sin desfallecer hasta que el cuerpo aguante. Sin quejarse, sin miedo, sin odio ni racismo, ni homofobia. Ayudando a salir del agua, del lodo, o llevando en brazos a un niño, a un anciano que ha quedado atrapado o soltar un animal que estaba a punto de morir estabulado o atado.

              Si las precipitaciones continúan, hay que alertar del peligro y ayudar a escapar a lugares más altos o más seguros. Puede seguir subiendo el agua que cubre las viviendas o tener que desembalsar por el peligro de romperse las presas al no poder contener más. En un solo día el agua  ha subido en algunos poblados casi un metro o más. Tras el Irma, el huracán María ha anegado muchas islas, entre ellas Puerto Rico. Casi el 100% de habitantes de Puerto Rico está sin energía eléctrica, agua corriente ni conexión telefónica.

             En México, hemos visto a la gente escalando escombros, jugándose la vida, sin pensar y sin lógica, para retirar escombros y salvar alguna vida sepultada en el milagro de algún hueco de los edificios derrumbados. Manos blancas, inexpertas de civiles de cualquier edad y condición, codo con codo junto a organizaciones de voluntarios como Cruz Roja, fuerzas del orden, bomberos, perros adiestrados... ayudan y sobre la marcha se organizan. Comprenden que si todos gritan es imposible escuchar los gemidos o los gritos de una víctima atrapada.


          En medio del ruido, los gritos y las lágrimas, el silencio puede ayudar y mucho. Por eso inventaron un lenguaje con las manos: levantar los puños significaba que nadie hiciera ruido. Silencio momentáneo para escuchar. Bajar las manos es seguir quitando escombro. Aplausos
cuando sacan a alguien con vida, reconforta y da ánimos. Dolor y emoción cuando rescatan un cadáver. Las familias, siempre cerca, dan nombres de los seres queridos atrapados.


          La búsqueda esperanzada se reanuda, sobre todo en la escuela que se derrumbó sobre los niños y los profesores a quienes no les dio tiempo material para ponerse a salvo. Al menos 32 niños de los 315 alumnos de primaria y secundaria quedaron bajo los escombros, junto a algunos maestros y personal administrativo. Han logrado salvar la vida-hasta ahora- al menos 11 niños y una maestra.

          Bajo los amasijos de cemento y hierro puede aún haber vida. Pero sobre esos mismos escombros, lo mejor de los humanos -unidos- se esfuerza en rescatar supervivientes.  Y la imagen de su coraje y valentía, da la vuelta al mundo. Al verla, nos sentimos orgullosos y aumenta nuestra confianza en el ser humano. Comprendemos entonces que cuenta lo que hacemos por los demás, lo que compartimos, lo que damos.

           Y en el pueblo de Jojutla, -epicentro del terremoto, se detuvo el tiempo. "Mi pueblo, se vino a abajo. Esto es una zona de desastre”. Lo primero en desprenderse de la casa consistorial fue el reloj, redondo y blanco, que presidía la fachada. Quedó detenido a las 13:14 del martes.

            Al escribir estas líneas un nuevo terremoto, de magnitud 6,1, con epicentro en Oaxaca, muy cerca de la zona dañada, sacudió el país.  Dos horas antes, otro temblor de 5, 8, estremeció la zona. No se sabe si son nuevos o forman parte de las más de 4.200 réplicas de menor intensidad.

            En todo caso, junto al recuerdo de las víctimas, mi apoyo y solidaridad con los voluntarios y mi ánimo a quienes lo han perdido todo en estas calamidades naturales. Espero que no les olvidemos. Me uno a cuantos, de una forma u otra, están con ellos.

           Volvía en el avión a la península. En la rejilla de la bandeja del respaldo del asiento había  diversos folletos de la compañía e información sobre productos que se podrían adquirir durante la travesía. Me llamó la atención  al encontrar entre los folletos, uno del Cristo Roto. Es una de las cinco esculturas más grandes de México.

            Cuenta la leyenda que el Pueblo Viejo, fundado por los chichimecas, fue sepultado por las aguas de la Presa, pero muchos piensan que también sugiere, el dolor del México actual. 

             Si la escultura de 28 metros del Cristo Roto, sin cruz, impresiona, el texto a sus pies hace pensar.  No lo voy a comentar. Dejo que el lector contemple las fotos y que cada cual descubra lo que puedan decirle.

José Manuel Belmonte

PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ:  23-09-2017
http://belmontajo.blogspot.com.es/2017/09/un-cristo-roto-simbolo-de-solidaridad.html
EL HERALDO DEL HENARES: 25-09-2017
https://www.elheraldodelhenares.com/op/un-cristo-roto-simbolo-de-solidaridad/
CIVICA:  16-09-2017

http://civica.com.es/drupal/content/un-cristo-roto-s%C3%ADmbolo-de-solidaridad

domingo, 10 de septiembre de 2017

Un paso ¿hacia la nueva humanidad?

          No se llega al punto en que nos encontramos, por casualidad.  Aunque los científicos dejaron el Reloj del Fin del Mundo a 3 minutos del final, no se ha parado.

          El mundo está atónito ante los últimos acontecimientos que desde hace algún tiempo se suceden de forma vertiginosa.

          Imposible cerrar los ojos, o negar la evidencia. Debería ser un buen momento para pensar y preguntarse el por qué y el para qué.

           La Naturaleza habla cada vez con más fuerza.

          Los fenómenos extremos, en muchos lugares del universo, en forma de tormentas devastadoras, terremotos, sequias extremas, algunos lo atribuyan al cambio climático. La intervención humana, en ese cambio parece evidente, aunque no se tengan suficientes elementos para cuantificarla y para tomar medidas.

          La contaminación no ha dejado de crecer, tanto en el agua como en la atmósfera.

          Pero otros muchos, ven el origen de esa fuerza desatada en el cambio mismo del ser humano que afecta, por supuesto, a la sociedad y a la naturaleza. ¿Puede la naturaleza reflejar su repulsa por el cambio del ser humano, y el cambio climático ser solo un efecto? No suele valorarse mucho ese aspecto.

          La información del tiempo es un elemento más que consumimos. Los medios de comunicación diariamente repiten la alerta por temperaturas extremas. ¿Es suficiente? El calentamiento global y la temperatura de los océanos ha aumentado. No se puede negar. No depende de una firma más o menos en la emisión de gases a la atmósfera. Las inundaciones del norte y centro de Italia o en los países asiáticos y las precipitaciones que descargan en cualquier parte, en menos de una hora, desbordan las previsiones y no es fácil ponerse a salvo.   

            En estos momentos hay varios Huracanes devastadores en el Atlántico y están arrasando todo lo que encuentran a su paso. Huracanes tan seguidos y devastadores, con una potencia nunca hasta ahora alcanzada, han sido descritos en los medios de comunicación como "apocalípticos". Muertos, inundaciones, edificios arrasados, árboles arrancados de cuajo, derribo de tendido eléctrico, islas y pueblos destruidos al 90% son mucho más que una emergencia.

           En Florida se ha ordenado evacuar a más de 6 millones de personas. Andrew (1992), fue el que más daños causo en Florida. "Fue un infierno", recuerdan algunos. El gobernador Rick Scott ha prevenido a la gente: "Irma es más grande, más rápida y más fuerte que Andrew". De hecho, el Huracán Irma deja zonas "devastadas como si hubieran tirado una bomba atómica".

           Y al mismo tiempo, se ha producido un terremoto de gran intensidad (8,2), el más fuerte de la historia de México. Hay  266 réplicas. Posiblemente los muertos superen la centena. La gente está en la calle.

            Según la NASA, se han producido erupciones solares, el miércoles día 6. La asegunda de ellas es la más intensa de las que se hayan registrado desde el inicio de este ciclo de actividad solar en este siglo. Los chorros de radiación que se desprenden de estas erupciones, afectan a las telecomunicaciones.

            Llevamos un verano de incendios en el planeta (y no solo aquí), que destruyen ecosistemas y hogares. Con cientos de evacuados y gente que lo ha perdido todo.

            Y además, nos encontramos ante un desafío prebélico. Corea  del Norte acaba de lanzar varias bombas desafiantes. La última, la de hidrógeno, ha puesto a la comunidad internacional, en prealerta (ha sido 8 veces más potente que la de Hiroshima). Las Organizaciones Internacionales demandan sanciones inmediatas para que Corea vuelva a la mesa de negociaciones y poder controlar ese armamento.  EEUU quiere que el lunes se voten nuevas sanciones de la ONU contra Pyongyang.

         En España, tenemos nuestro propio desafío. Han fragmentado la sociedad catalana y puesto de manifiesto la descomposición política, manipulando la voluntad popular y la soberanía parlamentaria. El llamado procés desafía la democracia española y con argucias han desatado un clima de crispación y de confrontación,

          Los ataques terroristas y las amenazas de ISIS y Daesh al mundo entero en general y a España en concreto, están ahí. Los radicales yihadistas están manipulando explosivos denominados "la madre de Satán".    
             El cambio del ser humano,  es más importante que el cambio climático.
          No solo es más importante, es más rápido y no se le presta la atención que merece.

           En los últimos 10 años, la degradación de la sociedad mundial ha ido tan deprisa, que casi no es reconocible. La pérdida de los valores esenciales ha sido casi insensible. Lo digo con todo respeto a las personas. Como en el Cambio climático en el cambio humano se constatan hechos y actitudes.

            La raíz está en el interior de cada uno. Los amos del mundo, de varias formas tratan de insensibilizar, para que se acepte la mentira como verdad y se acepte el cambio de valores y principios vitales, por los nuevos, como si  de cromos se tratara.

            Imponen sus leyes cada vez más destructoras bajo la bandera de la libertad y los nuevos derechos. Confunden o camuflan el bien con el mal. No se pone en valor la palabra dada, ni el juramento político de defender la ley y la Constitución, ni el juramento hipocrático, ni los principios éticos y sociales de respeto y convivencia democrática. El ego, el enriquecimiento, la avaricia y el deseo de aparentar, hacen que los tribunales de justicia estén desbordados. Y con dinero e ideología, también contaminados.

               Se ha cambiado el respeto a la Vida y los Derechos Humanos. La destrucción de una vida con el aborto, la eutanasia, el alejamiento de los valores del espíritu, hacen mal a la humanidad. Si al mal se le llama bien, si se usan a los niños y se les da en adopción sin tener en cuenta sus derechos, si la pedofilia se ha camuflado con turismo sexual y el matrimonio con menores, ¿qué nos queda?

                La ideología de género está terminando con lo más absoluto y sagrado que teníamos: las palabras  y la realidad de padre y madre, hombre y mujer, hijo e hija, niño y niña. Se está  manipulando la educación imponiendo la ideología en las escuelas y en las familias. ¿Dónde quedó la creación? ¿Dónde la igualdad en dignidad y derechos?

                La sociedad occidental, en general, se ha dejado colonizar por "un cierto humanismo ateo", que expulsa a Dios de la vida cotidiana, abandonando su propia historia, para que no se sientan excluidos los que llegan a ella.

               ¿Por qué no educar en el respeto mutuo?. ¿Por qué no educar en los valores por los que han luchado hasta dar la vida? ¿Por qué no descubrir lo bueno y lo mucho que puedan aportar los inmigrantes?

                 La religión se  ha relativizado. Se persigue a la iglesia católica en particular, tanto en oriente como en occidente. La cristianofobia es un hecho. Los medios de comunicación no informan de de ello y las autoridades no toman medidas, pero sí las toman ante cualquier brote de islamofobia.

           Según los sabios y las personas más espirituales, se anuncian grandes cambios para la Humanidad. Según ellos la Vieja Humanidad está tan degradada y corrompida que tiene que dar paso, posiblemente con dolor, a una Nueva Humanidad.

            Para algunos, esa purificación apocalíptica ya ha comenzado (Apocalipsis 12: 1-5).

            Ojalá fuéramos capaces de cambiar nuestro corazón y nuestra mentalidad, sin trauma, porque la Naturaleza nos está avisando de que nuestra actitud la daña y la degrada.


            Esperemos que en esta oscuridad, "los locos del mundo no conduzcan a los ciegos"( W. Shakespeare).

 https://youtu.be/Vv63JBTu9U8

PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ: 10-09-2017
http://belmontajo.blogspot.com.es/2017/09/un-paso-hacia-la-nueva-humanidad.html
EL HERALDO DEL HENARES: 11-09-2017
https://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=35544
CIVICA: 12-09-2017

http://civica.com.es/drupal/content/un-paso-%C2%BFhacia-la-nueva-humanidad


domingo, 3 de septiembre de 2017

Encontrar cada día, ese momento mágico.



                Me tomé un respiro y me acerqué a la orilla del lago. Era un día tranquilo y soleado aunque con alguna nube. Me senté a la sombra de un árbol frondoso.                                              
               A una distancia prudencial, en una barca no muy grande, un pescador lanzaba su caña. Era la panorámica perfecta con las montañas reflejadas en el agua. Tan solo un ligero vientecillo balanceaba la barca.                      
               No sé a qué velocidad pasa el tiempo cuando, sin prisa, uno se encuentra a gusto y disfrutando, sin tener en cuenta el paso de las horas. 
                                                                      
                El viento comenzó a soplar más fuerte y se cubrió el cielo. Aunque la caña estaba sujeta en posición de pesca, el hombre intentaba achicar agua de la barca. No era agua que entrara por la fuerza de las olas. Tampoco había llovido.    
              
                La agitación y la zozobra hizo presa en el hombre desconcertado de la barca.  Aunque la caña se movía, como señal de que habían picado, el pescador había perdido interés en la caña y en el agua agitada que rodeaba la embarcación. Se había ido alejando de la orilla. ¿El tiempo se había emborrascado?                                                      

               Le grité desde el borde mismo del agua, por si necesitaba ayuda... pero no me oyó.              
               Después de luchar un buen rato, con el agua que amenazaba su barca desde dentro, se derrumbó con gesto de impotencia, se  sentó y pasó su mano por la frente. En esa posición, sin darse cuenta, pudo taponar la vía. Lo cierto es que ya no volvió a achicar agua. Recogió la caña y se dirigió hacia el lugar donde había  embarcado. Allí se encontraba su coche. Justo al lado opuesto de donde yo me encontraba.                      
               Me encaminé de nuevo junto al árbol y me volví a sentar. Como no tenía prisa, me quedé allí, todavía un buen rato.   
                                            
               Repasé la escena que había contemplado.                                                                                       
               Cerré los ojos. Curiosamente me vi a mi mismo flotando sobre la inmensidad azul, en esa barca. Y como cada día, en esa barca, estaba a la intemperie, a merced de los elementos y todas las amenazas.                                                                                                                                                   
               Me asaltó el recuerdo de las imágenes que por la pantalla llegan al salón de casa -la mía y la de todos- y, cada una a su manera, azota la barca. Por los sentidos, ponen a prueba nuestro equilibrio mental y emocional.                                                                                                                                       
                Como si viviéramos en mil sitios a la vez y en todos sucediera algo importante. Luego, nos es servido a la hora de comer y de cenar.                                                                                                   
                Los medios de comunicación, consideran importante lo que inquieta, los desastres terribles, el dolor de lo inhumano y las muertes. Es decir, lo que los dueños del mundo quieren hacernos ver.                                  
                 No hay lugar, por remoto que sea, que no golpee esa frágil embarcación en la que tenemos que atravesar las aguas hasta la orilla de la vida.                                                                                           
                  La misma dosis en nuestro país, pero multiplicadas y repetidas cada hora, cada telediario, cada guasap, cada twit o cada facebook que llega por las redes. Son las oleadas de la misma inseguridad o el mismo  miedo, pero más cercano y conocido.                                                                     
                 Lo uno y lo otro parece un monstruo de mil cabezas que amenaza saltar sobre la barca y hundirla porque no deja de ser frágil.  Siempre lo mismo: dolor, guerra y muerte, desamor, insolidaridad y fanatismo, y "el grito de la tierra", en huracanes, terremotos, lluvia y fuegos. Todo lo que produce inestabilidad, y desasosiego. Todo sin tregua, un día y otro día.                                                 
              Todo lo de fuera parece una amenaza. No lo dominamos ni podemos pararlo. Cuando pretendemos afrontarlo de pie, el centro de gravedad se desequilibra y cualquier perturbación puede hacer que la lancha en que vamos zozobre y pueda volcar.                                                                             
             Hasta que la fragilidad de los materiales del yo mental y emocional deja pasar una vía de agua. Y entonces, la amenaza ya no está fuera, sino  dentro. Nos ponemos a achicar el agua, buscando remedios a los miedos. Ayuda psicológica, medicinas, horas de espera y de consultas médicas, enfermedades provocadas por el estrés y la acumulación de todo lo que llega a la mente y no hemos podido digerir, la depresión. Tal vez las consecuencias psicosomáticas aconsejan alguna operación que nos dejan más débiles  por dentro y a merced de los otros, ahora los más cercanos. 
                            
               Nadie enseña, cómo seguir pescando o viviendo o haciendo lo que tenemos entre manos. Solo algunos sabios y algunos maestros han enseñado a desconectar y decir ¡Basta!
              
              15 ó 30 minutos simplemente.

               Exhausto, el pescador se sentó. Lo dejó todo, pensando que ya nada podía hacer. Cerró los ojos y entonces...

              Sencillamente sucedió. Por extraño que parezca, había dejado de entrar agua. En silencio, escuchando los latidos de su propio corazón, durante 15 minutos, o tal vez 30...todo cambió. O todo cambia, -como dicen los sabios- cuando se desconecta y se toma ese tiempo para uno mismo. Sin hacer nada. Lo llaman "meditar", diariamente.

                Sin televisión, sin ordenador, sin tablet, sin móvil, sin nada. solo  y a solas. De hecho volvió a ser dueño de la situación y de su barca. Había dejado entrar mucha inquietud y desesperanza, se había sentido amenazado y perdió la confianza. Había olvidado el sentido de la vida y la razón de ser y estar aquí. Dijo: ¡basta! Parece nada, pero lo es todo. Cualquier recipiente cuando lo llenan dice : ¡basta! Tan solo el ser humano aguanta y aguanta hasta que se rompe o explota porque no puede más, y...

                 Como si alguien le hablara al corazón, cerró los ojos confiado. Más allá de su frágil embarcación, más allá de la laguna y más allá de las montañas, más allá de la bóveda celeste, más allá del universo, sintió algo en su interior.      
         
                "Nunca estás sólo. Deja de preocuparte y achicar miedos. Desconecta de preocupaciones. Tienes la llave de lo que recibes, de lo que ves y de lo que haces o dices. Al entrar en ti y escuchar encuentras que ahí estoy yo. Cierto, yo soy. Aprende a valorar que tú también eres y lo tienes todo".

                  En ese tiempo interior, se aquieta el alma y la mente deja de imaginar peligros. Vuelve a ser dueño de su vida y sus circunstancias.

                   Al abrir de nuevo los ojos, ahí fuera, en la naturaleza también está la paz. Y formamos parte de la una y de la otra.

                 Las nubes doradas reflejaban los últimos rayos de sol tras las montañas. Algunos peces saltan y se producen ondas concéntricas cada vez más amplias, como se difunde el bienestar.

                  Al caer la tarde, los últimos trinos de las aves  despiden al día que se va. El viento también vuelve a estar en calma. Cuando uno cambia, todo cambia.


José Manuel Belmonte. 

PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ 03-09-2017
http://belmontajo.blogspot.com.es/2017/09/encontrar-cada-dia-ese-momento-magico.html
EL HERALDO DEL HENARES  03-09-2017

https://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=35472