Los mudos por la risa o por el llanto, son “imbatibles”. Quiere decir que lo importante son los hechos, los gestos. Eso importa más y dice más que las palabras. Se puede hablar con el silencio. El silencio puede gritar. Hay muchas voces y retorcidas palabras. Demasiada ideología. Mucha mala leche. Ruido por todas partes. Poco silencio. El silencio asusta. Hay risa, y hay dolor y muerte.
Hay quien habla para no decir nada. A veces no logramos explicarnos. Otras veces, interesadamente se manipula sin más. Tal vez con un simple gesto sobrarían los discursos. “El reñidero necesita silencio”.
“Más acción y menos palabras. Se esconden detrás de las palabras. Ya es hora de hacer, de dar la cara”, dijo Joan (en la columna A la contra, de La Razón 11-02-2010). Me merece un respeto imponente. Sólo los genios y los hombres libres, pueden romper barreras. Si eso de “esconderse detrás de las palabras” lo dijera un famoso o algún gurú, abriría los telediarios. Pero como estamos en España todo se toma a chirigota. La chirigota, la murga, o la falla es un ridículo que enseña, ya que descubre el “meollo”. Provocar la carcajada es conectar con la inteligencia de la gente. Provocar el llanto, por el contrario, es más fácil pero muy cruel.
“Vive y deja vivir” y “mudos imbatibles”: son todo un programa. El gesto es vital, convence y arrastra, no pasa. Más bien es lo que queda.
Quiere decir, que hay gente que vive y no deja vivir. Que hay mudos voluntarios y mudos forzosos. Los mudos forzosos, ¿son también imbatibles? Los mudos forzosos, son mudos amordazados o eliminados. A quienes se les arranca cada año la voz y la palabra, ¿no son un grito demasiado fuerte? ¡Sí!!! La injusticia contra los inocentes nunca se ha podido silenciar.
“Quienes se esconden detrás de las palabras” no tendrán con ellos un gesto de comprensión y de grandeza. Pero “esos mudos” forzosos “son imbatibles” y no se les podrá callar. Pueden gritar sin voz. Se puede estar al lado de alguien sin decir una palabra. Se puede denunciar con un simple gesto, con estar en la calle, con asistir a una manifestación, con ir a una conferencia.
¡Lo hemos visto, últimamente con los necesitados de Haití!
¡El 7 de marzo fue también un gesto mayor que las palabras!
Acabo de recibir un video de una canción de sordo mudos. Me ha hecho estremecer. De verdad es emocionante. ¡Una maravilla! ¡Pueden cantar! ¡Se puede!
La grandeza admirable es la de los mudos libres, como Joan Gracia. Es un miembro de TRICICLE. ¡No se lo pierdan! Los cómicos conectan con la vida por su genio y por su arte.
Pero no hay que olvidar la otra grandeza, la de los mudos libres, que pueden hablar con un gesto, y con un voto. En democracia, el pueblo es soberano, aunque le toman por tonto muchas veces. No se olvida de quien se ha reído de él. En democracia es el gesto, es el voto, y es el pueblo el último que habla. Es un gesto mudo, pero de una grandeza y de una trascendencia inmensas.
Está surgiendo la conjura de votar a quien lleve en su programa abolir la ley de “derecho a matar”. Está surgiendo la idea, -si ningún partido lleva ese compromiso-, del voto en blanco. Votar con dignidad, para que nadie juegue con los auténticos valores. ¡Habla pueblo! Hay que sacar a la luz a quienes se esconden detrás de las palabras. ¡Que den la cara! “Mudos somos imbatibles”, pero no callados. Tu voto es tu voz. Mi voz se sumará a la tuya, no lo dudes. ¡Ya es primavera!
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