viernes, 13 de agosto de 2010

De el principio y el fin.

Después de la amenaza de "el principio", llega la de "el fin". Quienes otorgan derechos al principio de la vida no se detienen y, buscarán los medios para otorgarlos también al fin. Siempre por nuestro bien, por nuestra salud y por nuestra dignidad.

Procuro informarme siempre de esos “derechos” porque no quiero más que lo que me pertenece. La madurez democrática con la que suelen vender tales “derechos” prefiero valorarla yo mismo, porque nada es bueno porque te lo regalen, ni porque te digan que es bueno, incluso aunque lo diga quien está en el poder o quienes hacen las leyes. Juristas y políticos, aún siendo más conocidos, no tienen más autoridad por serlo. Yo, sin ser estoico, pienso como Séneca que “el honor prohíbe acciones que la ley tolera”.

Ha entrado en vigor la Ley de “Salud sexual y reproductiva”, de la que en su día se dijo ”esta ley traerá más salud a los españoles”. No sé si recuerdan ustedes que esta “ley tan saludable” es, sin eufemismos, la Ley del aborto. Y aunque la hayan vendido como “derecho”, “no termino de entender que el asesinato de doscientos mil niños indefensos al año (en España) sea beneficioso para nuestra salud...no alcanzo a adivinar el matiz que me impide relacionar la muerte con la salud(el subrayado es mío)...No me han educado ni preparado para aceptar como un derecho el más cobarde de los crímenes. No me han educado ni preparado para sentirme feliz y seguro en una sociedad que considera que traerá más salud a los españoles una ley que asesina ”(A.Ussia, La Razón 26 de febrero 2010).

He venido siguiendo el contrapunto de esta ley con la de la eutanasia. Se ha ido “filtrando a los medios de comunicación”, pero siempre casi veladamente mientras en el Parlamento se debatía la aprobación de la nueva ley del aborto. De hecho asistí a una conferencia del doctor Montes el 18 de noviembre de 2009, en la que dijo textualmente: “ahora no toca el debate sobre la eutanasia”. Había que centrarse en la ley del aborto.

No se puede olvidar, que ciertos lobbys, están costeando y presionando fuertemente a organismos nacionales e internacionales, incluso a través de Naciones Unidas para que se adopten en los diversos países leyes permisivas. Leyes encaminadas a imponer la Cultura de la Muerte. Están generando el mayor genocidio conocido en la historia de la humanidad.

Luis Montes es el Presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente. En diciembre pasado dejó caer una perla en Sevilla: “la objeción de conciencia ante la eutanasia debe ser un delito”. Otro paso necesario, uno más.

Hoy día 12 de agosto de 2010 me desayuno con la noticia de que nada menos que el que fuera Decano la Universidad Carlos III, actual catedrático de Filosofía del Derecho Gregorio Peces-Barba, se ha mostrado partidario de la aprobación de una ley que regule la eutanasia y garantice la seguridad jurídica de los pacientes y médicos que decidan practicarla.
Peces-Barba es socialista, como lo es doctor Montes, y como lo es el actual gobierno de España. Pero es además, uno de los padres de la actual Constitución.

Recuerdo, para quien no lo sepa, que la Ley del Aborto, fue promovida “para dar seguridad jurídica a los médicos abortistas y a las mujeres que quieran abortar”. Es muy posible, pues, que con sus declaraciones esté abriendo no el debate sino la batalla. Se trata de una persona relevante en la cultura y la política de éste país. Y creo que hay que recoger el guante y abrirle los ojos a la gente ante este reto. El doctor Montes que saltó a la fama por las sedaciones en el Hospital Severo Ochoa del barrio madrileño de Leganés, cuando estuvo en Guadalajara, apenas reunió a medio centenar de personas en la biblioteca. Pero sí que habló sobre el “marco jurídico del suicidio asistido”.

En todo caso, volveremos sobre el tema, porque propuestas como la de Peces-Barba, pueden poner en entredicho el valor de la vida humana y dejar en desamparo a los más débiles: no nacidos o enfermos terminales.

El tema de los “derechos” seguro que les suena. Recuerdo que el famoso doctor Montes dijo “los individuos tenemos derecho a elegir el proceso final de nuestra vida”. Claro que en este caso él habla de “la mala muerte” y de la “calidad de la muerte”.



Reconozco que no estoy preparado para este nuevo “derecho”. No tengo miedo ni a la libertad ni a la muerte, pero los nuevos derechos me dan “repelús”. Una cosa es que se prolongue la vida de una persona de forma artificial, y otra muy distinta que se le dé derecho a alguien para “darte pasaporte” cuando lo considere necesario. El tema está ahí. Hay mucho que aclarar. El debate, no está servido. Imagino que como en la Ley del aborto, no habrá debate, sino cesiones y concesiones hasta que se apruebe. ¡Parece que una casta política e ideológica vela por nuestros derechos!
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES[13-08-10 16:24] - De el principio y el fin
CIVICA ,20-08-2010;NUEVA ALCARRIA 23-08-2010 ; EL DIA 27-08-2010

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