lunes, 26 de abril de 2010

La hemorragia

Sucedió en Méjico. Al diestro de Galapagar, si no le cortan la hemorragia, se habría desangrado. La hemorragia hay que cortarla siempre. Mejor cuanto antes. Allí la autoridad médica se dio cuenta de la gravedad, y aunque con pocos medios, atajó el problema. Se necesitaron ciencia, decisión y muchas transfusiones. La cornada que pudo ser mortal, no llegó a más.

José Tomás, desde Aguascalientes, es una metáfora nacional. Un valiente, que conoce su oficio y sabe que puede morir. Pero su cuadrilla, el público y los médicos estaban al quite.

Aquí, la cornada brutal del tiempo produce otra hemorragia que nadie se atreve a atajar. No valen paños calientes, ni mirar hacia otro lado hasta que escampe.

La crisis de valores, en este país es una hemorragia, que los expertos no saben cortar. Los valores fundamentales de la vida, la familia, la religión, un día sí otro también están abiertos en canal. ¿Quién puede detener la mano de quien hurga en la herida? Se puede acabar con los niños hasta no sé que semana. Se desangran las mujeres, con otro tipo de violencia, ¿o es la misma?

No estábamos preparados para responder a la embestida del morlaco económico, porque “no nos afecta”, o “será mínimamente” o “vamos a resistir mejor que otros países”, o “estamos en la champions”, o “ya estamos saliendo”, o ya “hay síntomas”, “España no es Grecia”, “ni es Irlanda”; pero la cornada del tiempo nos está desangrando a nosotros. Ni los varios ministros de economía han servido para sacarnos de la UVI. El capote de la “confluencia de los astros”, y la presidencia europea, pertenecen al viento de los paños calientes de la demagogia.

La sangría del paro es un síntoma grave, una tragedia. ¡Hay que atajarla! Los sindicatos, mudos o gritando, no son la solución. Jóvenes y menos jóvenes, familias enteras, quieren trabajo y no subsidios o ayudas o becas. Trabajo, no estatutos.

Los políticos no se atreven a pactar la regeneración que la sociedad demanda: la ley electoral, la educación, la organización estatal. Los chanchullos de muchos y sus corruptelas, se han convertido en un problema. La sociedad está escandalizada ante una hemorragia, en la que sólo saben gritar: ”¡ tu más!”.

Los ataques a la justicia, a la independencia judicial, son continuos. Es un pilar básico del estado de derecho, al que se empitona, (por acción o por omisión) desde las otras instituciones. Es una hemorragia de locura a la que nadie ataja. Quien tiene obligación de poner orden o no está o ha arrojado la toalla.

Los ataques independentistas, las consultas en los ayuntamientos, la quimera de la lengua, la bandera constitucional, la igualdad de derechos y deberes.... por decir algo, no pueden esperar.

Y mientras, “más aborto”, “más píldora”, “más educación sexual”, “más confrontación o ataques a la iglesia”, y fútbol todos los días.

Aguardar, aguantar, esperar a que el enfermo con tan terribles cornadas se cure por sí mismo se antoja, colaborar en la eutanasia. Agotar hasta el final del mandato no parece lógico, cuando el país se está desangrando. Esa hemorragia hay que atajarla cuanto antes, por favor.

“Hay dos Españas en la calle”observa alucinando el enfermo. Está muy grave. ¡Haga algo Doctor, por favor!. Un nuevo “morlaco”, que “nunca” iba a llegar, amenaza seccionar la femoral, por el pitón derecho: el IVA. ¿Seguimos hablando de toros o atajamos la hemorragia?. Me alegro por José Tomás.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES 26-04-2010; EL DIA 23-05-2010

2 comentarios:

  1. Es realmente real el paralelismo que haces, tan maravillosamente, entre la hemorragia el torero y la de nuestra sociedad. En un caso vemos la presencia providencial de una gran cirujano y en el otro falta con urgencia un gran cirujano que de verdad apueste por la vida y no por la muerte.Eu

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  2. Aprovecho para felicitarte por tu hiperactividad y tus comentarios que como habrás comprobado y con tu permiso colocamos en nuestra Web.N

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