jueves, 8 de marzo de 2012

“¿Por qué el bebé debe vivir?”

Si antes es “un derecho”, ¿qué es después?
La controversia suscitada por el artículo de los filósofos Giubilini y Minerva, en una revista británica, no deja a nadie indiferente. Posiblemente no han hecho más que intentar justificar y ampliar la práctica de algunas sociedades y algunos hospitales, por razón del sexo del bebé. No utilizan la palabra “infanticidio”, pues saben que infanticidio es causar la muerte de un infante (niño o niña) de forma intencionada, un acto criminal. Lo denominan “aborto después del parto”. Darles muerte después de nacer es un crimen. ¿ Es su razonamiento una locura?
Su razonamiento: 1) El aborto es permitido en muchos países, por una serie de razones. 2) El “aborto después del nacimiento debería estar permitido en todos los casos en que el aborto también lo hubiera sido, incluyendo aquellos en los que el recién nacido no padeciera ningún tipo de discapacidad”. Y por supuesto “sin responsabilidad alguna si en las mismas circunstancias ese niño pudiera haber sido abortado antes de nacer”. «El estatus moral de un niño es equivalente al de un feto en el sentido de que ambos carecen de las propiedades ligadas al derecho a vivir». 3) El embrión, el feto y el recién nacido no son cualitativamente distintos, son seres vivos y humanos pero no personas. Son personas potenciales, no pueden decidir. Por ello ni el feto ni el bebé tienen valor moral alguno. Las razones que valen para terminar con la vida de un feto, deben servir para el post parto. 4) Añaden una razón más que no está relacionada con el propio niño. Para el aborto-post-parto, añaden los “motivos sociales”, “psicológicos” y “económicos”. Si las razones para abortar se descubren con posterioridad al nacimiento se pueden aplicar, sin más, e igual que antes de nacer. 5) La adopción, no se contempla como la mejor solución ni para el niño ni para la salud psicológica de la madre.
La Bioética, la Filosofía y el sentido común, pueden coincidir en que el embrión, el feto y el recién nacido, son el mismo ser vivo, de la especie humana que progresa uniforme y naturalmente hasta su muerte natural, si nada ni nadie corta violentamente ese proceso.
El que sea el mismo ser vivo, con unas células más, con unos días más, no debería concluir en que se le puede matar, antes y después. Su argumento debe ser tenido en cuenta, justamente para lo contrario, afirmar, que es tan grave, terrible, e injustificable, matarlo antes de nacer, como después.
La ley de plazos, podría servir a los filósofos en cuanto se trata de etapas fijadas de forma puramente subjetiva.
Por eso ellos abren una nueva etapa: después del nacimiento. Pero sigue siendo arbitrario el momento en que termina la nueva etapa. ¿Cuándo y quién le concede el estatus de persona? ¿Cuándo pueda ser autónomo, independiente, pensar por sí mismo? ¿Si el cerebro humano está en formación y crecimiento hasta los 30 años, se puede matar hasta esa edad? Si surgen patologías al nacer, no detectadas antes, o al ponerle una vacuna, consecuencia de un accidente, o a los veinte años que puede detectarse una “ataxia”, ¿se podría acabar con el enfermo? Y dado que el cerebro en un momento determinado comienza a deteriorarse con la edad, ¿dejaría de ser persona y se le podría entonces matar?
En resumen: Infanticidio es acabar criminalmente con un bebé después de nacer, pero siendo el mismo ser una hora, o seis meses antes, podría serlo también el aborto. La despenalización o el que no vayan a la cárcel, es una cuestión distinta de la responsabilidad moral. Sorprende la frivolidad con la que se da por supuesta la legitimidad del aborto, como una especie de conquista social y avance de la Humanidad. El aborto y el aborto post parto son un crimen. El bebé debe vivir, porque es sujeto de derechos igual que cualquier otro ser humano.

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