sábado, 5 de octubre de 2013

El hambre crónica

Esto no sucede en Marte.  Sucede aquí, en la Tierra. Esta situación de injusticia alcanza a 1 de cada 8 en algunos lugares y llega hasta 1 de cada 4 personas en las zonas más desfavorecidas. Para hacerse una idea del total global…piense en la población de España y añada 20 veces más. Y… diariamente.
 Algunos días apenas tienen algo que llevarse a la boca. Por eso el hambre, se hace crónica. Más de 800 millones de seres humanos como usted o como yo "no tienen suficientes alimentos para llevar a cabo una vida sana y activa", dicen los analistas.

Van a reunirse, como cada año, del 7 al 11 de octubre en la sede central de la FAO, en Roma, para examinar las conclusiones y recomendaciones del”Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo”(SOFI), que publican cada año la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PAM). ¡Gente que come de analizar el hambre!

Este hecho y estas fechas me impulsaron a escribir este artículo antes de que sucediera la tragedia de Lampedusa, en aguas Italianas. También, claro, antes de que el Papa fuera a Asis, y antes de que en Sevilla, un emigrante polaco muriera de inanición, porque hasta del hospital le echaron sin darle los cuidados que necesitaba. Aunque todo eso, ha sucedido, mientras escribía, parece que mi pretensión iba bien encaminada. Aunque ellos tienen la llave,  no me dirijo sólo a los representantes de los gobiernos que se reunirán en Roma. Creo que el corazón de cada uno está recibiendo, vía imágenes, un fuerte shock con la tragedia y debe reaccionar.

El Papa antes que ningún gobierno, ha alzado la voz, ante la “indiferencia global”: "Éste es un mundo salvaje que no da trabajo, que no ayuda, al que no le importa si hay niños que mueren de hambre, o si hay familias que no tienen que comer ni la dignidad de llevar el pan a casa, si hay gente que huye de la esclavitud, del hambre, buscando la libertad y que encuentra muchas veces la muerte, como ha ocurrido ayer en Lampedusa”.

Recuerde que una barcaza con 500 africanos que había partido hacía tres días de Misurata, en Libia, tras comenzar a hundirse, incendiarse y volcar, naufragó antes de llegar a la isla italiana. Solo 155 prófugos pudieron salvarse. A los otros, más de 300, se los habría tragado el mar, en lo que ya se considera una de las tragedias más horribles, de la historia de la emigración.

El gobierno italiano, no puede contentarse con decir, que “Lampedusa no es solo donde comienza Italia, sino donde comienza Europa”. Quiere decir que es un problema de todos. Es cierto, pero tiene que investigar la infamia, denunciada por los supervivientes, de 3 pesqueros que  pasaron y rehusaron ayudar a los náufragos. (Una obligación humanitaria, aunque sea el enemigo y en tiempo de guerra). Una vergüenza y un crimen por denegación de auxilio.

Pero hablando de vergüenza, no podemos callar las propia. El joven polaco, de 23 años  que sólo pesaba 30 kilos, ingresó en el hospital “Virgen del Rocío” tras una llamada de los vecinos  a los servicios de emergencias. Allí estuvo varias horas ingresado. Pero, a las dos de la madrugada, fue dado de alta con el diagnóstico «Problemática social». Pietr Piskozub,  estaba "totalmente desnutrido y deshidratado" cuando llegó al centro municipal de asilo. Y al poco de llegar, falleció. El forense atribuye  la muerte del joven  a una bronconeumonía. 

El indigente, con todas las defensas de sus 30 kilos y sus 23 años, no podía esperar nada del gran hospital sevillano.  ¡Está claro, que las “bronconeumonías” siempre se curan en la calle, donde se vive de milagro y gracias a algunas personas con entrañas!  El hospital esta para otras cosas, por lo visto. La deshidratación y la desnutrición, la falta de peso,  mejor con un caldito y una mano amiga. El hospital, no está para atender deshechos  de “problemática social”, que tal vez han llegado sin las condiciones  requeridas,  y  a lo mejor sin cartilla de la Seguridad social.

En este “paraíso europeo” a donde pensaban llegar los emigrantes, es posible que ni las 3 embarcaciones que dejaron de socorrer a los “africanos” de Lampedusa, perderán sus licencias;  ni médicos y enfermeras del hospital español, perderán su trabajo por no “socorrer” al pobre, desnutrido y moribundo polaco. Y si no hay castigo, nadie escarmentará. Todos se limitarán a lamentar los hechos e iremos cada vez peor. ¡Que nadie se escude sólo en ellos! ¡Todos somos responsables, todos los que consentimos o no denunciamos o no cooperamos como seres humanos!

 Porque, ¿cuántas personas, cada año,  se ha cobrado el mar, antes de esta tragedia? Más de 6.200. ¿Qué remedio pusieron los países mediterráneos y Europa a la que pretendían llegar? ¿Seguro que Naciones Unidas, no sabían nada de esas llegadas desesperadas de emigrantes en busca de esperanza y de futuro, con niños y con mujeres embarazadas? Si se puede espiar hasta lo que pensamos, o lo que reflejamos en un móvil, con los medios actuales ¿No se puede saber quien sale de un puerto, cómo está la mar o dónde se encuentran después de 3 días?

Señores gobernantes, en Roma, hay que dejarse ya de pamplinas, de estudios, de estadísticas, de grandes Objetivos del Milenio y que la ONU, se implique al cien por cien en solucionar esta emergencia de hambre negra. Que a cada Nación, y a cada gobierno concreto, se le exija que aporte lo que sea necesario. No sólo para evitar estas tragedias, sino para acabar con el hambre crónica. Y que el Sector Privado, que examine “las recomendaciones”, piense en los hambrientos, y no en enriquecerse a su costa. Y si no son capaces de asumir su responsabilidad, y atajar estas tragedias, unos y otros, ¡que dimitan!

Porque de tanta dejadez de responsabilidad, alguien debe tener culpa. “A ver si ahora van a tener culpa los muertos”, dice con razón el Padre Ángel, de Mensajeros de la Paz.

Que la emigración sea apoyada y regulada desde los países de origen, y que los emigrantes se sientan protegidos y amparados por los países de destino. Que no cierre nadie ni los ojos ni las entrañas, mirando hacia otro lado. ¡Menos armamento, más agua, más tierra para trabajar, y más alimentos!  La gran mayoría de estas personas viven en las regiones donde las condiciones de vida son casi imposibles y por eso huyen. Entre aguardar allí una muerte segura o enfrentarse a lo desconocido, prefieren arriesgar toda su  esperanza y lanzarse a la aventura y  a la libertad. ¡Tienen derecho!

Hay que tener voluntad de solucionar  el problema y no marearlo año tras año. Hay recursos. Hay alimentos.  Hacen falta macro proyectos para llevar el agua, o desalar, para poner tierra cultivable al alcance de las personas.  Sin agua ninguna comunidad humana puede prosperar. Sin esperanza, da igual donde se muera. ¡Hay que repartir trabajo y esperanza, no consejos! Sin trabajo para alimentar una familia, se condena al ser humano a la desesperación. Ellos tienen tierra. En occidente, sobra maquinaria o se está oxidando, y destruyendo. ¿Por qué no se prepara la gente en su propio país  para el desarrollo  que necesita?

Los expertos dicen que ha habido, últimamente, una mejoría a escala mundial porque algunos países están ya en vías de desarrollo, aunque con una sobreexplotación occidental de mano de obra barata. Pero también, la mejoría se ha producido porque los propios emigrantes que lograron entrar en los países ricos, están enviando remesas de dinero de su escaso salario, a los países de procedencia. Son ellos mismos, quienes se quitan de la boca y ahorran para que la familia, que no pudo salir y quedó en el país de origen, pueda comer algo, aunque sigan subalimentados.

Y esa mejoría se debe también en parte, a Programas concretos, en lugares concretos. Proyectos claros, bien pensados, y financiados por la grandeza de las pequeñas donaciones, de almas grandes. Ahí están, entre otros por ejemplo, los proyectos de Manos Unidas. Hoy he vuelto a ver publicado  en algún diario y a toda página, el cartel de la campaña correspondiente a 2013: “No hay justicia sin igualdad”. Manos Unidas quiere sensibilizar y actuar con cabeza. Quiere promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer. Sin apoyar a la mujer no se podrá erradicar la pobreza de la sociedad. La mujer es clave.

En muchos países, ven impedido su acceso a la educación, y esto obstaculiza que las mujeres puedan acceder por igual al trabajo. “Dicha situación las deja más vulnerables ante la pobreza y a ataques a su integridad física, psíquica y moral… No podemos olvidar que dos terceras partes de las personas analfabetas del mundo son mujeres, lo cual les impide afrontar su vida en pie de igualdad con los hombres”. Si se las apoya sin miedo, los hombres terminarán respetándolas. Ellas son además dadoras de la vida. Tratándolas con dignidad y apoyando  a las familias, podremos avanzar a un mundo mejor y sobre todo más humano.

Pero hay que empezar ya. Y hay que empezar por casa, por cada país. En la mayoría de países no se apoya suficientemente a la mujer, ni a la familia. Tampoco en España.  Para cada gobierno la familia debe ser la mejor inversión.

Combatir el hambre, proyecto de todos", tarea de todos, decía un slogan anterior de esa ONG. Habrá progreso, apoyando a la mujer y contando con ella, que es capaz de multiplicar los alimentos. ¡Lo hacen todos los días! Con los escasos ingresos, si no fuera por ellas, una inmensa mayoría de familias no llegaría a fin de  mes. No se debe olvidar, porque el hambre puede pasar de ser crónica a ser fatal.

PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES, BLOG: LA TANGENTE 05-10-2013:http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=18874; BITACORA DE BELMONTE EN CiViCa:09-10-2013: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/el-hambre-cr%C3%B3nica
La Asociación CiViCa es una respuesta de expertos en los aspectos científicos, médicos, sociales, éticos y jurídicos para contribuir a crear un estado de opinión pública favorable a la dignidad del ser humano en todas las etapas de su desarrollo, desde la fecundación hasta la muerte natural.


8 comentarios:

  1. Que verdad más grande. Gracias por escribir sobre este tema.
    Cómo no han de estar de desesperadas estas personas, para arriesgar su vida cada día, tratando de hallar un mundo mejor, un mundo que después no les acoge, sino que lo deja morir.
    Todos somos cómplices silenciosos, avestruces, que escodemos la cabeza.
    Pero más culpables los que pudiendo cambiarlo, se dedican a arreglar el mundo, pero en su interés.
    Que la historia, y Dios nos perdone.
    Emilia.

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    1. Hola amiga:
      Acabas de decirme por el móvil, que estás desolada, porque haya tanta indiferencia ante tantos muertos.
      Todos, con un poco de sensibilidad, estamos consternados. ¡Tiene que hacernos pensar y obligarnos a poner los medios para que no se repita nunca más!
      Esta tragedia y la del hambre que mata poco a poco, nos hiere a todos, porque todos vamos en ese barco de la vida, porque estamos aquí para ayudar y compartir, y porque los bienes de la tierra son de todos.
      Gracias, por tu comentario y tu sensibilidad.
      José Manuel

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  2. Tanta indiferencia, un día, pasará factura, y pagaremos con lágrimas, siempre hay justicia, lo llamaremos invasión, cuando las hordas del hambre, encuentren un líder. Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza, nunca. Y la naturaleza del hombre es proteger a sus hijos, de tanta muerte y desolación.
    si no tienen nada, nada les importa perder la propia vida, con la esperanza de dar esperanza a los suyos, lejos de ellos, quitándose el pan de la boca, si es preciso, por ellos.
    si amigo, estoy desolada, como no estarlo, si hace tan poco, un.accidente en Angrois, levantaba tanto despliegue de medios y de políticos, con promesas de nunca más.
    Estoy desolada, pero también me indigna tanta indiferencia.

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  3. Hola:
    La Humanidad tiene medios para hacer frente a los retos. Hay que urgir la colaboración y la justicia.
    Las desgracias nos afectan a todos, pero si somos capaces de salir de la indiferencia y apostar por el compromiso, los bienes de la tierra que son de todos podrán llegar a todos.
    Gracias por tu comentario Emilia.
    José Manuel

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  4. Estas lineas de Ezequiel Ander. El Holocausto del hambre. Buenos Aires Ed. Humanitas 1982. Nos han hecho reflexionar y pensar en el lado opuesto que corresponde a la obesidad, ambos estados opuestos pero a su vez yuxtapuestos que sufren de la misma forma

    Al comienzo, el hambre se hace sentir constantemente, ya sea cuando se trabaja, se descansa o se duerme. Incluso en los sueños se hace presente..El vientre pareciera que grita, luego se hincha. El cabello se vuelve gris. La piel se agrieta. El sujeto siente como si le estuviesen devorando los órganos...pero llega un momento en donde se pierde el hambre; el dolor ya no es agudo, se hace el sordo. Un día el hambriento ya no se levanta. Todo su pensamiento se eclipsa en un chisporroteo de centellas dolorosas. Pausas definidas y separadas en el ritmo respiratorio. La Cabeza se inclina hacia atrás, la mandíbula queda colgante. Los ojos se apagan; la pesadilla se convierte en frío estupor. Y ese hambriento muere , sin ruido, acurrucada; ni siquiera puede protestar o rebelarse.
    www.mapadehambre.com

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    1. Gracias Anónimo, por tu comentario, y por traer esa hermosa y terrible reflexión sobre cómo actúa el hambre desde dentro, hasta apagar la vida.
      En España, esta semana, al conocer cómo las organizaciones de ayuda humanitaria, se multiplican para atender a las personas que acuden a sus comedores, hablan de "hambre severa". Es no decir nada. El adjetivo nada indica de tragedia, de desnutrición, de derrumbe de la persona, y su dignidad. Y todo ello mientras aumentan los ricos, los nuevos ricos, o son más ricos los ya ricos.
      Creo que el hambre llama a lo mejor de nuestra humanidad, pero la riqueza clama también a la justicia y la solidaridad.
      Un abrazo,
      José Manuel

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  5. Hola Jose Manuel,
    Entre todos tenemos la obligación humanitaria de resolver este problema. Es una tragedia, y no puede esperar.
    La Humanidad tiene recursos y medios para solucionarlos y por supuesto los gobernantes atraves de sus Organizaciones.
    Pero los países y sus ciudadanos también tienen que poner sus medios y colaborar para una respuesta positiva, de dos formas por lo menos: entregando lo que puedan a organizaciones que lo hagan llegar a quien lo necesita , directamente o en proyectos concretos; y presionando a las instituciones para que aporten recursos, maquinaria y técnicos que acaben con el hambre crónica y den trabajo para que no sigan igual mañana.
    Ángel.

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    1. Gracias Ángel:
      Me alegra tu sensibilidad ante un tema tan devastador. El Hambre crónica, y el hambre simplemente no debería padecerlo ningún ser humano.
      La solidaridad de todos se pone a prueba en estas tragedias, personales y humanitarias, de personas que buscan con esperanza, poder alimentarse y encontrar trabajo y futuro. Tienen derecho.
      Un abrazo,
      José Manuel

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