De una forma o de otra, hay señales de un despertar, de la persona, de la sociedad y de la Humanidad, deseando escapar del molde, de la armadura, o del muro en que estaba encerrada, como relata Robert Fisher, en "El caballero de la armadura oxidada".
La coraza física, mental e incluso espiritual que de algún modo limita, o dificulta el descubrimiento de quien somos, y en consonancia, también de nuestras vivencias, se basa en una gran mentira, ya que es producto de nuestra imaginación, como dijo Ghaitama Buda:“Yo soy lo que mi pensamiento ha elaborado sobre mí”.
El Universo, la Madre Tierra, y la Humanidad, cada uno a su manera, desde su origen, están empujando, -con días espléndidos y noches oscuras-, hacia la luz. Últimamente, ya en este siglo, se habla de una tendencia a pasar de la materia (y de lo material) a lo inmaterial y espiritual. Muchos indicios, hacen suponer que se está avanzando hacia una Nueva Humanidad y un predominio de la naturaleza espiritual.
Al haber pasado tantos siglos encerrados mentalmente en la dualidad artificial de lo físico-mental, -cambiante y caduco-, a lo intangible, -espiritual y eterno- hemos estado encadenados a la dualidad. El cuerpo que vemos, envejece, cambia y tiene fecha de caducidad, él, ha sido la armadura carnal del alma, imperecedera.
La psicología, la historia de los acontecimientos, la filosofía en general y los grandes maestros de las culturas más avanzadas, han intentado abrir horizontes infinitos al yo humano. Los Maestros de las grandes religiones, también. Pero, la gente menos instruida, en muchos casos, se ha acomodado mentalmente a lo práctico, a disociar el plano físico-temporal del plano anímico-espiritual-eterno. Y la mayoría de creyentes -de las distintas confesiones religiosas- sigue en esa dualidad. No identifican el aquí y ahora ni con lo eterno, ni con "el cielo en la tierra". Lo fían todo o lo esperan, -si tienen esperanza-, en el más allá, posterior a la muerte corporal.
https://youtu.be/eVU5i541Jy4
Entonces, decir "yo soy", es estar vivo, de forma integral. Mentalmente la evolución de las razas, (la nuestra sería la quinta), partiría del predominio del aspecto físico al plano espiritual y consciencial. El proceso a la humanidad le ha llevado tiempo, pero hay que aceptar que no todos los humanos han evolucionado al mismo tiempo. Y también hay que aceptar y respetar, a quienes se encuentran en etapas, menos evolucionadas.
En todo casos, la naturaleza única, con que nacemos, no está dividida en dos partes, la física y la espiritual. El cuerpo físico no es la cárcel del alma de donde no podrá salir hasta que el cuerpo muera. Esa barrera que se ha levantado, consciente o inconscientemente, bien por enseñanzas antropológicas de la creación o porque según ciertos conceptos religiosos el cuerpo físico es fuente de pasiones, por lo que habría que luchar contra uno mismo, debe ser superada. Cuando se dice: soy "cuerpo y alma". Se introduce la dualidad, aquí y ahora.
Y ello a varios niveles. Una dualidad interna, de componentes, antagónicos y casi irreconciliables y un motivo constante de lucha contra uno mismo, para que el cuerpo siga al alma y no ella a la parte material. Y dualidad social: "el yo y lo mío", es distinto del "tú y lo tuyo". No habría empatía, sino más división y lucha "egoica", que reduce y encierra cada vez más al yo personal, en la cárcel carnal del alma. Sería intentar prevalecer sobre todo, olvidando a los otros humanos, a los animales y a la naturaleza. Y se intenta mantener el estatus en el tiempo, independiente de la edad, porque el "yo", niño, joven adulto o viejo, es el mismo. Y mentalmente es "el rey" de la creación.
Llevando la lógica del razonamiento hasta sus últimas consecuencias, nos plantamos en la misma frontera de Dios. Si seguimos pensando que somos el ser que el espejo nos devuelve, seguiremos en la mentira de la dualidad que nos muestran los sentidos. La última dualidad, entre lo humano y lo divino no pueden traspasarla los sentidos.
Pasos hacia la no dualidad y la unidad.
La transformación hacia la que camina el ser humano es redescubrirse en la no dualidad, en el desapego del yo abierto al otro-yo y la unión. Nuestra realidad y la realidad de todos, es la misma realidad, no dual. Las capacidades mentales se acrecientan y potencian al abrirse a los demás, al mundo y al espíritu.
Nadie descubre lo que es desde el ego, la autosuficiencia o el orgullo, sino olvidándose de sí mismo y, dándose. Quien hace algo por los demás (seres humanos, animales, naturaleza) termina encontrando lo mejor de sí mismo, hace felices a los demás, y encuentra otra forma de plenitud que además le hace feliz.
Parece contradictorio porque, primero hay que sosegar la casa, dejar de buscarse, (olvido de mi y de lo mío), quedarse casi a oscuras, "sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía", como diría Juan de la Cruz, en "La noche oscura". Y entonces sucede lo inesperado: "Quedéme y olvidéme,/el rostro recliné sobre el Amado;/cesó todo y dejéme,/dejando mi cuidado/ entre las azucenas olvidado".
El final del egoísmo (que es separación y dualidad alma y cuerpo), es también el fin de la dualidad social, (lo mío y lo tuyo) y el final de la dualidad espiritual (Dios y yo). Es la no-dualidad espiritual: Dios y el alma tendrían una misma esencia y un mismo ser. "Oh noche que juntaste /Amado con amada,/ amada, con el Amado transformada!". Unión-transformación.
Pero es preciso dejar claro que ese desapego, esa liberación, y esa transformación interior, no es un objetivo que uno se propone en su voluntad y lo consigue: "quise y me propuse liberarme y ...lo conseguí". No es fruto del esfuerzo, personal. "Nadie consigue nada. Es un don gratuito que se recibe, donde tan sólo es necesaria una actitud, la disponibilidad a desprenderse de absolutamente todo".
Llegar a la total libertad, que es unión íntima, no es fruto de un intento voluntarioso, sino de una donación total y una acogida generosa de la donación infinita.
Y sin embargo, paradójicamente, aunque Él, (Dios, el Creador, el Padremadre nuestro, o como se prefiera denominarlo) se basta a sí mismo, parece que prefiere seguir contando contigo y conmigo, y nuestras nadas o casi-nadas.
"Echarle una mano a Dios"
Ante la realidad actual, y la situación de deterioro que cada uno puede constatar, de hambre en el mundo -en general- y "las colas del hambre" en los países democráticos, me vienen a la mente dos anécdotas.
1ª) Cuentan que un grupo de estudiantes visitaba la Capilla Sixtina, pero un estudiante parecía indiferente a la belleza de la obra de Miguel Ángel. Alguien le indicó que se fijara en la perfección de la obra que allí podía contemplarse. El estudiante respondió despectivamente: "¡Es que yo soy de ciencias!" La pregunta es lógica: los de ciencias o quienes sólo aceptan las ideas o razonamientos demostrables científicamente, ¿tiene que atenerse únicamente a eso y excluir todo lo demás?
2ª) El médico y dramaturgo brasileño Pedro Bloch (1914-2004), en una de sus obras ofrece el diálogo con un niño en estos términos:
— ¿Rezas a Dios? —pregunta Bloch.
— Sí, cada noche —contesta el pequeño.
— ¿Y qué le pides?
— Nada. Le pregunto si puedo ayudarle en algo.
En base a ese diálogo, el español José Luis Martín Descalzo, escribió un hermoso comentario titulado: "Echarle una mano a Dios". Juzguen ustedes si sus palabras tienen o no vigencia en el momento actual:
"Y ahora soy yo quien me pregunto a mí mismo qué sentirá Dios al oír a este chiquillo que no va a Él, como la mayoría de los mayores, pidiéndole dinero, salud, amor o abrumándole de quejas, de protestas por lo mal que marcha el mundo, y que, en cambio, lo que hace es simplemente ofrecerse a echarle una mano, si es que la necesita para algo.
(AMPLIAR foto para ver la obra de PEJAC en el hospital de Valdecilla, Santander)
Y, sin embargo, qué profunda es la intuición del chaval. Porque lo mejor de Dios no es que sea omnipotente, sino que no lo sea demasiado y que El haya querido «necesitar» de los hombres. Dios es lo suficientemente listo para saber mejor que nadie que la omnipotencia se admira, se respeta, se venera, crea asombro, admiración, sumisión. Pero que sólo la debilidad, la proximidad crea amor. Por eso, ya desde el día de la Creación, El, que nada necesita de nadie, quiso contar con la colaboración del hombre para casi todo. Y empezó por dejar en nuestras manos el completar la obra de la Creación y todo cuanto en la tierra sucedería".
Tal vez ahora que la Humanidad en general, temerosa por el virus y la pandemia, acaba de traspasar distancias astrofísicas y llega a Marte; y, mientras se incendian las calles desde instancias ocultas, pero de casi todos conocidas; y, mientras muchas personas mueren solas y algunos se aprovechan del miedo, sería oportuno preguntar como el niño brasileño, si se puede ayudar en algo o vamos a seguir, pidiendo que Dios nos resuelva los problemas, para poder trabajar o ir de vacaciones.
Cada uno es libre para elegir. Ahora bien, Ken Follett, recuerda que “Si uno no se implica, lo que suceda es culpa suya”.
José Manuel Belmonte
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ 20-2-2021 PEDIR, o echar una mano
http://belmontajo.blogspot.com/2021/02/pedir-o-echar-una-mano.html
EL HERALDO DEL HENARES 21-2-2021
https://www.elheraldodelhenares.com/op/pedir-o-echar-una-mano/
CIVICA
28-02-2021
http://civica.com.es/blog/pedir-echar-una-mano/
No se si ayudaremos o no.pero lo que se esta viviendo entre pandemias,manifestacios y saqueos es para pedir mucha ayuda a Dios. Y sobretodo al gobierno, que nos desgobierna
ResponderEliminarAmiga, tal vez fuera necesario puntualizar, que ni todo es verdad ni todo es mentira. Cada uno ver las cosas desde la perspectiva del cristal por donde mira. Y pienso que hay o puede haber tres disyuntivas: 1) Que quienes "piden" hayan fiado todo a que Dios lo arregle todo, dejando que "los otros" hagan lo que les viene en gana; 2) Que "los que actúan", piensen que pueden hacer lo que quieran, porque los "creyentes" han dejado el mundo en sus manos y ellos son dueños de todo; y 3) Que unos y otros estén equivocados, pero no piensan en los demás. El peligro se abre y se ensancha cada vez más.
EliminarUn abrazo, Pilar.
Tiene toda la razon Pilar. Estamos viviendo momentos, que si tenemos que arrimar el hombro, y echarle una mano a Dios, también son tiempos de poner nuestras esperanzas en Él, porque llegado un punto, Él y solo Él podrá poner orden en el mundo.
ResponderEliminarCada día amanece y anochece. Quiero decir que desde siempre la Naturaleza y la Vida y el Autor de todo, hacen lo que tienen que hacer. "Dios no se muda", decía Teresa de Ávila. Sin embargo parece que tu apuntas a que "El y solo El podrá poner orden en el mundo".
EliminarCreo que esa postura es la más cómoda y al mismo tiempo la que menos se implica socialmente. Muchos creyentes, de cualquier religión parecen dejarlo "todo" en manaos de Dios, pero eso es dejar "todo" en otras manos, que no piensan de ese modo y son los egoístas dueños del mundo. ¡Se lo han regalado, por comodidad y falta de empatía de quienes no piensan como ellos! ¿Quién es más responsable de esa situación?
Un abrazo, Emilia.
Rezar por la humanidad, ayudar en lo que se puede eso está muy bien.
ResponderEliminarHay un despropósito en las acciones de algunos individuos, me remito al despropósito por parte de algunos a hacer vandalismo en las calles, lo tenemos todos presentes, se necesita orden, respeto por el prójimo y por las Autoridades.
Buen domingo J.Manuel y para todos.
Un saludo. MarinaPF.
Marina, tienes razón en que se necesita, orden, respeto al prójimo a la autoridad. Pero también es verdad que la autoridad no está para mentir y tiene que pensar en los demás, porque la perversión del sistema es que están ahí, como si el sillón fuera un negocio, que deben apuntalar para poder vivir de él cuanto más tiempo mejor, sin pensar más que en su futuro y el de quienes pueden -con su voto cada 4 años- permitirles vivir bien.
EliminarA eso últimamente, añaden manipular, meter miedo a los ciudadanos y que cuantos más reciban alguna subvención más agradecidos, sumisos y callados van a estar. ¡Es una perversión y un despropósito. Los violentos son generalmente de esas cuerdas, y siembran más violencia, más miedo, y más división. La calle no es suya, pero lo parece, porque la autoridad no ejerce, no sabe o no le interesa.
¿A dónde nos lleva? A que hay que pensar, implicarse y defender los derechos ahora y cuando tengamos un voto en la mano.
Un abrazo.
Sí, hay que implicarse, esa lucha que describes tiene recompensa bella.
ResponderEliminarBesos.
Sí, creo que esa es la clave. Y también es verdad la recompensa.
EliminarUn abrazo grande, Amapola Azzul.
Bueno; yo no me siento muy cómodo hablando de Dios y menos aún de un dios antropomorfo al que se le pueden pedir cosas, hablarle, ayudarle y demás atributos propios de una persona. A mi solo me leerás hablar de la Divinidad. Un concepto inescrutable del que suponemos más que sabemo. Como cantaba el poeta medieval valenciano Ausiàs March:
ResponderEliminarAmor, de vos jo en sent, mes que no en sé...
Amor, de Vos, yo siento más que sé.
Por eso poco puedo comentar. Quizás solo que algunos no somos ni de ciencias (números) ni de humanidades (letras). Quizás de ninguna o de las dos, o de las dos al tiempo. Por eso a mi me gusta pensar que soy "de símbolos"
Y los símbolos me dicen que es tiempo de madurez y eso conlleva la aceptación de los avatares de la vida; la aceptación de la responsabilidad de los que son causa nuestra y olvidarse de atribuirlos, sean cuales sean, a voluntades de un dios de barbas blancas.
Entiendo tu sensibilidad, Ricard, y tu delicadeza al acercarte a este tema, más con el sentimiento que con la pretensión de saber, como decía el poeta.
EliminarLos caminantes que somos, no sabemos, a lo sumo podemos intuir, y es lo que han hecho los sabios, filósofos, artistas, y las distintas teosofías. A su manera, todos y cada uno, sienten más que saben. Yo, también, por supuesto.
¿Hay que callar, no decir lo que se siente, por miedo a que alguien pueda malinterpretar, que te refieres a Dios, como si fuera un ser antropomorfo? ¿No se le puede llamar Creador, ni Padremadre, ni Vida y dador de toda vida? ¿Eso es ponerle barba blanca? ¿No es sentirse agradecidos de vivir y aceptar la responsabilidad de -colaborar mientras estamos aquí- de hacer lo que sabemos o podemos, lo mejor posible? Si, por experiencia, el acto más generoso que sentimos los humanos es la paternidad o la maternidad -y la consiguiente filiación-, ¿será "minimizar su Divinidad", llamarle "PADREMADE nuestro"?
El niño brasileño al que se alude, cuando quiere "echar una mano a Dios", creo que "siente lo que dice y dice lo que le sale del alma", que aunque la Divinidad sea omnipotente, algo podrá hacer para colaborar, "echando una mano" en lo que pueda. ¡Qué gran generosidad! ¿No nos dice nuestro hijo, ¿"papá puedo ayudarte"?
En mi opinión, el mayor respeto a la Divinidad y la verdadera corresponsabilidad, no está en alejarla de la Humanidad, sino en descubrir qué podemos hacer por los demás, (naturaleza, vegetales, animales y seres humanos).
Puntualizo: no sé más que tú, no intento dar lecciones a nadie, simplemente respeto lo que dices, y siento de otra forma (ni mejor ni peor). Simplemente distinta. ¿Puede ser?
Puede ser.
EliminarClaro que hay que implicarse, pero llega un punto en que uno no puede más, y debe dejar actuar al que tiene el poder de poner el orden que ya no hay como recuperarlo. No se si me se explicar. Un beso enorme
ResponderEliminarEmilia, vuelves a decir lo que dijiste :"porque llegado un punto, Él y solo Él podrá poner orden en el mundo". Eso no es "echar una mano" y hacer lo que hay que hacer, ni mejorar lo que no está bien. Eso es, inhibirse. Cuando llegues (lleguemos) al punto de que falten las fuerzas, es el momento de pedirle que EL aumente las fuerzas para seguir luchando y haciendo lo que se cree necesario.
EliminarGoethe decía: "Las personas ven en el mundo lo que llevan en su corazón".
Sinceramente, creo que mucho de lo que pasa en este país y en el mundo, es que hay mucha gente que no se atreve a dar la cara, y prefieren que "Otro", -lo llamen como lo llamen- ponga orden. ¡Así cualquiera! ¿Se les pude llamar colaboradores?
Entiendo, que trabajas bien en ciertos campos. ¿Por qué en otros no luchas también hasta el final? Incluso verbalmente, cuando sea preciso, hasta dar la vida. ¿Te suena? ¡Ánimo!
Un abrazo grande.
Hola, Josemanuel.
ResponderEliminarEchar una mano a Dios... Sin entrar en honduras ni creencias, me parece muy simpática y sincera y cariñosa, esa frase o expresión. Demuestra, aunque sea de un niño, un sentimiento dulce y solidario, no?...
Todos somos, o podemos ser, de alguna manera dioses... unos con otros o unos para otros, aunque solo sea eso, creo.
Con el abrazo de siempre. Y Enhorabuena.
Soco, tu sensibilidad de poeta y madre siempre solidaria, te lleva a entender muy bien, lo que el niño dice o quiere expresar.
EliminarLa voluntad de "echar una mano" es olvidarse de la comodidad, y ayudar hasta donde podamos, a quien lo necesite, desde el ser más pequeño, (vegetal, animal o racional). En toda vida se echa una mano a Dios (se sepa o no, sea uno creyente o no). "Aunque solo sea eso"... que nadie sea abandonado ni quede al margen de la solidaridad. ¡Qué bien lo dices!
Gracias a ti. Un abrazo.
Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, me llamo Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro seguí buscando un cura incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor medio ambiente, por favor comuníquese con el Dr. ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com también puede llamar o WhatsApp +2348052394128
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