miércoles, 13 de octubre de 2010

La palabra crea la imagen de poder en el mercado



Gracias a la palabra se vende lo que uno se proponga. La bondad de lo que se quiera vender puede ser relativa, pero hay que convertirla, en absoluta. El público tiene que creer que con “eso”, es más, será más libre, o vivirá mejor. Las empresas aportan los recursos humanos y económicos para, gracias a las tecnologías y el marketing crear en los consumidores, la “necesidad” de su producto.
En un mundo global, todo es negocio. Lo importante es tener dinero y ganar dinero. Los objetos materiales no son lo único que consumimos. El prestigio, la belleza, la fama, y el poder están en el mercado. Vendedores y consumidores, por alcanzar lo que quieren son capaces de todo, hasta de mentir y matar. Todo tiene un precio. Lo importante es silenciar los riesgos o minimizar los daños.
Eso es así en todo. Ahora veremos algo de forma más concreta. Sólo quiero añadir que cuando se entra en esa dinámica, es un círculo que se agranda, y cuyos límites son casi imposibles de contener. Tener más, para ser más, para alcanzar más poder, y llegar al poder para vender más y ganar más y ser más, y así hasta la locura y más allá. Lo único que se requiere es dejarse llevar por el tornado. Olvidarse, en esa inercia de los valores superiores intelectuales, morales y espirituales. Cuando la palabra y los hechos entren en conflicto con lo que uno siente, vive o piensa, hay que abandonar lo personal en favor del grupo, y plegarse a lo que dice el grupo. Es así como nace, se mantiene, avanza y se impone la ideología.
Cuando la ética se haya transformado en estética, y la ideología en poder, hay que seguir forzando el motor de ese círculo para que los grupos de presión sigan triunfando, y creciendo los negocios que los apoyan y sustentan. “Los lideres de movimientos sociopolíticos se dan cuenta que invariablemente llegarán tiempos en que la ideología de un movimiento entrará en conflicto con las experiencias y la moral de sus seguidores. En esos momentos los seguidores deben rechazar sus propias conciencias y replegarse ciegamente al dogma recibido”.
Esto, ni más ni menos es lo que sucede con la ideología del aborto. Es un crimen, pero sobre todo es un negocio. Todo es cuestión de estrategia. Primeramente había que vender la mentira de que eran más de 10.000 las mujeres que morían al año por abortos clandestinos (aunque no pasaran de una decena). Luego la mentira de que si se mantenía en el código penal, la mujer que abortara sería encarcelada. Al mismo tiempo había que machacar a los defensores de la vida, comenzando por la Iglesia Católica, porque no son progresistas y entorpecen el negocio. El punto débil eran los abortistas y sus clínicas. Si se saltaban la ley, y podía demostrarse, sí podían ser juzgados. Por eso presionaron. Era la segunda parte del plan.
El paso siguiente es no hablar del aborto. Venderlo como salud. Como planificación familiar. Como IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo). Legalizarlo y convertirlo en derecho de la mujer. Decir que la salud de la mujer debe entenderse de forma integral (sexual, física, psíquica). Con ello se derriban los obstáculos legales. Primero los de los 3 supuestos (violación, malformación del feto, riesgo de salud para la madre). Y una vez convertido en derecho, y otorgándole el “derecho de decidir” legalmente, mantener siempre el tema de la “salud” y de “género” como “as” en la manga para cualquier eventualidad.
Para entrar en las aulas y adoctrinar a los niños, también “la salud”. “Ganar salud en la escuela” es la publicación de Sanidad y Educación, en España. Es la “cuña” para entrar allí donde lo necesitan. Copio textualmente el anuncio de una jornada organizada por el Ministerio de Sanidad de España en este mes de octubre: “El Observatorio de Salud de las Mujeres celebra, por séptimo año consecutivo, su Foro, dedicado en esta ocasión a la salud sexual y reproductiva. El evento será un punto de reunión entre personas y organizaciones civiles y profesionales que estén interesadas en conocer y poner en común políticas de salud con enfoque de género”.

La estrategia es la misma en todos los países. Sea en Estados Unidos, como lo demuestra el Documental Blood Money, sea en Europa, sea en los países de Hispanoamérica, sea en España, o en los países del Tercer Mundo. Y en éstos las campañas llegan hasta el chantaje: los gobiernos que no las suscriban no tendrán ayudas de los organismos internacionales. Para que las campañas triunfen sólo es preciso, que quienes pueden no hagan nada. La arrogancia fabuladora de la izquierda pseudoprogre, y los lobbies de género no paran.

Por último, el negocio del aborto, con ser interesante, es sólo el principio. El verdadero masivo negocio procede de la utilización de los fetos y sus estructuras fundamentales, en medicina, farmacia, cosmética, etc. Las ingentes cantidades de dinero de las empresas multinacionales de estos sectores, la financiación estatal y los recursos de organizaciones y personas privadas son incalculables. En la mayoría de los casos muy opaco. La utilización de células embrionarias, procedentes de abortos directos, de fecundaciones in vitro y crioconservadas es tan importante, que existe el tráfico de embriones, entre laboratorios y entre naciones. Sabemos que en tan solo en USA en los últimos 30 años se han producido más de 40 millones de abortos, y que se producen unos 3.500 diariamente. Sabemos que se usan masivamente en vacunas, en cosmética y en productos farmacéuticos. También sabemos que las células madre se pueden obtener y con muy buenos resultados, no de fetos (muertos o que tienen que perecer), pero es un poco más costoso.

Hoy mismo la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) ha dado luz verde para, sin haber sido probado anteriormente, tratar con esas células madre embrionarias a un paciente en EE.UU, con lesión en la médula espinal. No se dice ni la cantidad de células embrionarias que serán necesarias para este experimento. De una forma u otra se trata de unas células manchadas de sangre. El pasado agosto, un juez federal congeló cautelarmente estos ensayos con células madre por considerar que implican la destrucción de embriones humanos y porque se estaban financiando con dinero de los contribuyentes. Por eso el laboratorio que suministra el tratamiento de este paciente se ha apresurado a decir, que se financia con dinero privado. Ah, y que los embriones utilizados procedían de fecundaciones in vitro. Hay que envolverlo en un celofán vendible, porque todos sabemos (es ironía)que las fecundaciones in vitro no llegan a ser seres humanos. (Los embriones se crean para permitir a algunas parejas tener un hijo)¡Qué se lo pregunten a las felices mamás que esperan o tienen un hijo producto de una fecundación in vitro!

Algún día, caerán en la cuenta de que ese ser vivo pequeñito e indefenso, es un ser humano y tiene sus derechos que hay que proteger. La paradoja es: podemos sacar vivos a los seres enterrados a 700 metros, pero una madre, dicen, tienen” derecho a matar” a su hijo.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES
[13-10-10 18:06] - La palabra crea la imagen de poder en el mercado; Bitácora de BELMONTE CIViCa 14-10-2010http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/la-palabra-crea-la-imagen-de-poder-en-el-mercado.FARCOSALUZ 13-10-2010http://blogs.hazteoir.org/farcosalud/2010/10/12/la-palabra-crea-la-imagen-de-poder-en-el-mercado/LA ESFERA DIGITALCategorías: A favor de los valientes 14-10-2010

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