Sin agua
no hay vida y sin ella, tampoco hay salida a la pobreza.
Solo
el 1/% del agua terrestre es apta para el consumo. Es cierto también, que según la ONU, más
de 500 millones de seres humanos no
tienen acceso al agua potable. Siendo más precisos, según la OMS el acceso a agua
potable y saneamiento, no está garantizado en todo el mundo. Es más
un 30% de la población mundial carece de acceso a agua potable. Ese acceso era
uno de los Objetivos del Milenio hasta el 2015, porque casi 2.100 millones de
personas (tres de cada 10) carecen de acceso a agua potable y disponible en el
hogar, en el mundo.
Es comprensible, que ante
esas carencias, la desalación se esté afianzando como una solución a los
desafíos de abastecimiento de agua.
Siendo todo eso cierto, en la España
del siglo XXI , en la que un día sí y otro también los medios de comunicación,
en el mes de abril de 2018, se nos bombardea con imágenes de los ríos
desbordados, con inundaciones de miles de hectáreas y el consiguiente daño a
los agricultores y ganaderos, a las estructuras públicas y a las viviendas, el
peligro real para instalaciones de animales...el río Ebro se ha plantado en Zaragoza, con una altura cercana a los
8, 20 metros, y un caudal cercano a los 2.300 m³/s.
Cada vez son más frecuentes las
sequías y las inundaciones, por el cambio climático. Hace unos meses estábamos en emergencia por la
sequía. Ahora todos pueden ver que hay agua y nieve abundantes. El problema es
que llegue a todas partes y en condiciones de potabilidad y salubridad, de
justicia y proporcionalidad.
Mientras en algunas partes del
territorio se producían esas riadas desastrosas, desde el Centro de la
Península, concretamente, desde los pantanos de Guadalajara, se están
desembalsando, para el Levante, 20 hm³, por mes.
Entonces, ¿es un problema el agua o es un
problema la gestión del agua?
Cuando esto escribo,
17 de abril, se están arrojando al
Mediterráneo 1.824 m³/s. A la hora
se arrojan 109.440 m³/h, y en un día un total de 2.626.560 m³/d; equivalente a 2,626 hm³/d. (Dato oficial:
17/04/2018 00:00, 1.824, m³/s, según la
web
www.saihebro.com/saihebro/index.php?url=/datos/ficha/estacion:A027)
La realidad del Ebro en Zaragoza.
Pero Entrepeñas (de donde se está
trasvasando al Levante), está al 26,23%, con lo que podría recibir o haber
recibido 616 hm³ más, si existieran la infraestructura y la voluntad política
de un Plan Hidrológico, paliado o
minimizado los daños de los desbordamientos de la cuenca del Ebro. (Claro que
para ello, las tomas del posible trasvase habría que hacerlas, no en Tortosa,
sino en Navarra, La Rioja o Aragón).
El embalse de Buendía, está ahora, según la misma fuente, al 16,29%, con lo que
podría recibir 1.372 hm³, con la misma infraestructura, porque están pegados y
puede trasvasarse de uno a otro.
Creo que si esto no se ve o, lo que
es peor, no interesa verlo, puede ser porque se siga considerando más rentable
tirar el agua, pagar daños con el dinero de todos o, seguir apostando por las
desaladoras, bastante caras pero rentables
para algunos.
Probablemente el cambio climático
aumentará la frecuencia de sequías e inundaciones. Si las cuencas hidrográficas,
estuvieran interconectadas, paliarían o solucionarían problemas, como hasta ahora se ha podido hacer con los embalses, para
agua potable y saneamiento, riego, abastecimiento para casos de incendios y
trasvases a otras cuencas, aunque no se ha ido mucho más allá del TAJO-SEGURA,
ya ideado y aprobado por la Republica y que entró en funcionamiento con Adolfo
Suarez.
Finalmente, allá donde realmente no se pueda
hacer llegar el agua de fuentes, ríos y embalses, la alternativa pueden ser las
desaladoras. Ninguno es gratis. Si bien esta fórmula es más costosa.
Se ha hecho mucho, pero falta...
una solución.
No es bueno
negar la evidencia: agua hay, pero no está bien repartida. Hay que aprender de
los errores de unos y de otros.
De cara al futuro de todos, un PLAN NACIONAL DEL AGUA es necesario
y urgente. Como en otros países, se tienen medios humanos
y capacidad de infraestructura,
para poder conectar las cuencas
hidrográficas. No se puede dar únicamente lo que sobra o se tira al mar. Si los
ríos se desbordan, no se puede trasvasar el agua solo en la desembocadura.
Tampoco se puede trasvasar de donde no hay. Y aunque sea verdad que las
reservas de agua se han recuperado con las últimas lluvias, éstas no han
llegado a la España seca. Hay regiones en situación de emergencia.
El cambio climático aumentará la
frecuencia de sequías e inundaciones, que ocasionará un gravísimo problema dada la
diferencia estructural de disponibilidad de agua entre las regiones. Un Pacto
Nacional sobre el Agua, cuya función principal es acabar con los conflictos
entre cuencas y regiones ya que quienes disponen de agua se niegan a facilitarla
a quienes la reclaman.
Sin duda falta una educación del
agua, tanto a los usuarios normales, como en el sistema de riego a los
agricultores. No hay una verdadera
conciencia de que el agua es un bien escaso.
Deberíamos aprender de países donde, tal vez por ser aún más escaso, lo
aprovechan más, como Israel. No se trata de hacer que se tome conciencia, a
base de pagar más, o encarecer el consumo. La educación es la forma de no
malgastar o dilapidar lo que es de todos.
Siendo legítimo que cada
cuenca defienda lo suyo y a los suyos, es hora de que los políticos, todos, con
ayuda de los técnicos, lleguen a un
consenso nacional sobre el agua. Para no tirar el dinero de todos en
"parches temporales", indemnizaciones millonarias por daños y locuras
de visionarios, incapaces de hacer valer la razón de estado y el bien común,
por encima de regionalismos o nacionalismos.
Se necesita, algo más que agua. Se necesita voluntad política.
El territorio,
el agua y las nubes, son de todos y para todos. Las autonomías y los políticos
nos han llevado a la contradicción y la paradoja. En algunos lugares se han
unido para segregar parte del territorio de un Estado que establece como base
fundamental de la Constitución, la "indisoluble unidad de la nación
española". Se ofertan ideas políticas en sus programas políticos, la
defensa de "su" territorio, "su" agua, "su"
medioambiente, "su" lengua," su" salud..., como si el
Estado no existiera.
Ningún partido, ni los responsables
de un territorio pueden organizarse para apropiarse o arrebatar bienes de
todos, por el mismo principio constitucional. Tenemos ya la experiencia de la
inacción y la falta de consenso, con lo que esta pasando en Cataluña. Si no se articula una política coherente sobre la
gestión del agua o, no se mira
hacia otro lado, se termina judicializando la vida política y paralizando la
región y el país, sumidos en una pugna entre legalidades. Ya lo estamos
padeciendo, con el tema territorial.
Zapatero, no se atrevió afrontar
ese tema: "aprobaré lo que venga de Cataluña". Con el mismo valor y
clarividencia, en un mitin en Zaragoza(marzo 2008): "Mientras Yo sea
Presidente no habrá trasvase del Ebro".
"Que fluya el agua del Ebro sin restarle
cauce hasta su desembocadura" era una de las máximas ecologistas que se
presentaban en la época. Vamos a desalar el
Mediterráneo si hace falta. Y ZP... apostó por las desaladoras.
Se han construido varias junto al
Mediterráneo, con mucho esfuerzo y dinero, pero... No están todas las que su
gobierno proyectó. En todo caso, la idea era no rectificar: "Sostenella
y no enmendalla". Persiste empecinadamente en errores
garrafales, incluso a sabiendas, por orgullo o por mantener las apariencias,
aunque el mantener el error cause un daño peor que no mantenerlo. Muy propio de
quien afirmaba que España, a punto de
ser intervenida, estaba en la división de honor.
¿Sabían que el agua también se
necesita en otras regiones más alejadas del mar? ¿Qué se ha hecho desde
entonces?
No se olvide que el presupuesto que
maneja ACUAMED ronda los 3.500 millones de euros anuales, destinados a
pantanos, canales, desaladoras y todo aquello que tenga que
ver con el agua en todo el arco mediterráneo.
Llama la atención que el mismo día 17,
el editorial de EL PAIS hablaba de "Un plan para el agua". Lo discutible es que se afirme de entrada que: "Los
trasvases no son la solución". El razonamiento es: "Puesto que
ya no es posible construir más infraestructuras de embalsamiento, dado que los
trasvases ya no son opciones razonables porque las sequías también afectarán a
las regiones con más agua...".
Parece que toda la
argumentación se centra en dar apoyo a una corriente política que desde ZP ha
defendido su partido. Así se afirma,
rotundamente: "la única solución razonable a medio
plazo es continuar con una política calculada de desaladoras e imponer un
plan de incentivos a la depuración de aguas, donde todavía queda mucho por
hacer"(el subrayado es mío),
https://elpais.com/elpais/2018/04/13/opinion/1523634169_858697.html
¿De verdad
no hay otra solución o se trata de "arrimar el agua a su molino"?
No importa que haya agua, ni las
inundaciones con las correspondientes indemnizaciones, ni el paro, ni que la
falta de agua en otras regiones produzca desertificación, abandono de las
tierras y escasez de alimentos, ni el impulso de un gran proyecto consensuado
por todos sobre el AGUA capaz de generar empleo, con solidaridad entre regiones
y dignidad nacional... importa cueste lo que cueste, no molestar a los nacionalismos que quitan o
sostienen el sillón de la Moncloa.
Y,
para terminar, ¿qué ha hecho el PP, partido gobernante, para paliar el problema
del agua, aparte de ordenar trasvases de agua a Levante desde el pantano de
Entrepeñas, cuando no había o no llegaban ni a un 25% de su capacidad?
¿Es el agua de los políticos? Entonces,
habrá que recordarlo, cuando toque.
José Manuel Belmonte.
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ
14-04-2018
http://belmontajo.blogspot.com.es/2018/04/aunque-el-agua-rebosa-y-se-tiravuelven.html
EL HERALDO DEL
HENRES 15-04-2018
https://www.elheraldodelhenares.com/op/aunque-el-agua-rebosa-y-se-tira-vuelven-las-desaladoras/
CIVICA:
http://civica.com.es/etica_social/aunque-agua-rebosa-se-tira-vuelven-las-desaladoras/
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