En 2004 Enrique
Miret Magdalena, analizando la crisis de valores en el mundo actual y más
concretamente de España, se preguntaba ¿Qué nos falta para ser felices? Y
apuntaba a "un nuevo modo de pensar y de vivir". Esa es la dirección.
El tiempo es implacable y sigue siendo
verdad que "lo único que hacemos, en esa inconsciencia en que vivimos, es
esconder la cabeza bajo el ala. Y, aunque los datos alarmantes que publican los
medios nos deberían inquietar cada vez más, no reaccionamos de modo eficaz para
evitarlos, y los organismos internacionales que hemos creado nos defraudan
porque no resuelven apenas nada cuando hay un grave problema que afecta a la
humanidad".
Es decir que, como dijo en su día el
filósofo Heidegger, vamos por "sendas perdidas".
Luego, conocernos y darnos
cuenta del entorno en que nos movemos, es clave para orientar el rumbo. Es un
reto vital y cotidiano. Habrá que ignorar algunas realidades concretas, y
aceptar, que ese conocimiento puede dar lugar a cambios.
Se impone el tomar conciencia y dar
pasos.
El primero: dejar de ser negativos.
"Desterrar de nuestros pechos...la avaricia, la ambición, la pasión de
mando, la impiedad y el odio" (Erasmo de Rotterdam), pero también todas
las emociones negativas. Con ellas no se puede avanzar; es decir, con
intranquilidad, preocupación, impaciencia, desgana, disputa, envidia,
enemistad, ira, odio, manipulación, hostilidad, enfrentamiento, rabia, cólera,
enojo, rencor, intolerancia, crueldad, vileza, brutalidad, incluso con apatía e
indiferencia, con enfado, culpabilidad o miedo, son pasos perdidos para la
superación.
Por eso mejor tratar de encontrarnos y
centrarnos en lo positivo. Tenemos más capacidades de las que utilizamos. Para
nosotros mismos somos grandes desconocidos.
Y sin embargo, pese a que nos bombardean diariamente con casos de
corrupción, falta de ética, explotación humana y muerte, somos muy confiados.
Queremos salud, belleza, y poder a cualquier precio.
https://youtu.be/DtvzOP3L_-0
Somos perfectos
desde el principio de nuestra existencia. Nuestro ser tiene capacidad para
desarrollarse y regenerarse para crecer. Nuestra esencia es un tesoro secreto
que debemos descubrir porque en él radica la fuente de la vida, de la juventud
y de la felicidad.
Cuando el bebé nace, tan solo 9
meses después de concebidos, ya tiene -tenemos- 9 billones células. Algún
tiempo después, contamos con 10 billones. Otra curiosidad del cuerpo humano es
que "ya sea que crezcan nuevos cabellos, se desprenda la piel muerta o se renueven los
pulmones, nuestro organismo se encuentra en un proceso incesante de
transformación. De acuerdo con los científicos, el cuerpo humano se reemplaza
completamente a sí mismo, de siete a diez años". Hablamos, únicamente del
componente físico, mental y emocional, que por serlo, tiene fecha de caducidad.
Lógicamente el componente humano físico
es limitado, nos sirve y mucho, pero no para todo. No sirve para darnos
cuenta que viajamos a gran velocidad
cada momento, por el universo. Para saber eso, para hacernos grandes preguntas,
tenemos otra parte de nosotros, muy desconocida: la consciencia, el espíritu,
la esencia que somos.
El
segundo: no somos peones del
engranaje de la salud. Es cuestión de actitud.
En una sociedad cada
vez más enferma y altamente dependiente, se nos somete a chequeos constantes, en busca de una posible
"enfermedad", que a veces con falsos positivos y mala praxis médica,
terminan con nuestro tiempo, nuestra salud y/o nuestro dinero.
Leía esto en facebook que la
enfermedad es el cuento de nunca acabar."Hoy, en
casa, unos estamos algo mejor y otros, me temo, vuelven a recaer (el cuento del
haba, que nunca se acaba...)". Pero ojo, no es el cuento de nunca acabar. ¿Por
qué? Porque es un negocio.
Porque no podemos olvidar,
que las grandes multinacionales están detrás del negocio de la Salud. Grandes
corporaciones internacionales, principalmente financieras, manejan los hilos de
la industria farmacéutica. Los dispositivos médicos, los ponen al alcance de
las personas. Y las farmacéuticas están
constantemente creando nuevos medicamentos. ¿Para erradicar la enfermedad? O
para tejer los hilos de una complicada trama en la que todos los intermediarios
pretenden sacar su pequeña tajada: gobiernos, aseguradoras, sindicatos,
colegios profesionales, investigadores, Profesionales de la Salud y farmacéuticos,
claro.
Es cierto que los
medicamentos son compuestos químicos que se utilizan para curar o aliviar el
dolor mientras el cuerpo se recupera.
Tercero, hay que pensar en
salud. Por varios motivos:
1) Porque atraemos lo que pensamos. Si estamos preocupados por caer "enfermos"...
o si el menor síntoma nos parece señal de una grave "enfermedad",
podemos somatizar lo que pensamos. Y
además, como dice el refranero, siempre
es mejor prevenir que curar.
La actitud positiva ante la
vida, atrae la buena salud y puede ganar años de vida.
https://youtu.be/M2KAhA_RAKI
2) Porque el cuerpo está en constante proceso de regeneración y cura,
en general, más que los medicamentos. "La noticia estimulante es que el
cuerpo tiene una capacidad de curarse a sí mismo que ha pasado
inadvertida". Y no solo una herida superficial, sino incluso problemas de corazón, páncreas, etc.
No podemos ignorar la realidad: hay heridas, y enfermedades. Uno puede
herirse accidentalmente. Pero no somos enfermos. Somos seres humanos, que
alguna vez pueden caer enfermos o contraer alguna enfermedad. Pero todo tiene
un por qué y un para qué.
https://elpais.com/diario/2002/01/22/salud/1011654001_850215.html
Sin advertirlo, a veces: políticos,
farmacéuticos y profesionales de la salud, en los que confiamos, ponen nuestra salud e
incluso la vida, en venta. Y, no se preocupan
en absoluto, de decir la verdad: "La mejor forma de ayudar a alguien es llevarle
más allá de la necesidad de ayuda"
(Nisargadatta). Ellos simplemente hacen ciudadanos "dependientes". Sería mejor, ciudadanos "libres, sanos y
alegres".
https://youtu.be/7L5khsZ6SvI
Creemos que teniendo las
principales necesidades cubiertas, lo tenemos todo. ¿Solo somos lo que tenemos?
¿La vida es eso?
A veces ni sabemos lo que
tomamos, en una pastilla o una inyección, caso de placebos, sin especiales
propiedades terapéuticas. La realidad
entonces, es que nos curamos con la mente.
Incluso, pueden verse en YouTube operaciones internas, sin tocar al
paciente.
Cuenta Sailor Bob Adamson,
que Nisargadatta le dijo: "Tú no eres el cuerpo, ni eres la mente. Tú eres
pura esencia, o presencia, o realidad" (Una sola esencia, 2010). Y
fue capaz de verlo.
https://www.facebook.com/neurojk/videos/2190134034351668/
Llevar
una vida sana protege de los agentes tóxicos y el estrés.
Los mayores responsables de nuestra
salud, somos nosotros. Escuchar a nuestro organismo, prevenir y autocuidado
permite alargar la esperanza de vida de nuestras células. Con ello podemos
sentirnos bien y disfrutar de la vida, mientras vivimos.
Los libros y las personas de
nuestro entorno no suelen hablar del envejecimiento. En la universidad no se
enseña que estamos aquí de paso y que, antes o después, para la parte
visible de nuestro ser, la mortalidad
llega. Así que las grandes preguntas y la gestión de lo que somos y tenemos, es
labor personal y es para el aquí y ahora.
Llevar una vida sana, no es ir al médico cada tres días, ni llevar una
dieta espartana, sino un proyecto personal de vida.
https://elpais.com/elpais/2015/03/17/buenavida/1426590701_791827.html
He dicho anteriormente que,
los billones de células de nuestro organismo se renuevan, continuamente. Tal
vez el secreto de la juventud vital y real, está en nuestros telómeros,
es decir en los extremos de nuestros cromosomas. (Nos dan una idea de ellos,
viendo las fundas de plástico de los extremos de los cordones de nuestro
calzado).
Los telómeros protegen el material genético de las células del desgaste
humano. La longitud de los telómeros determina
en parte la longitud de tu vida. Sin embargo al acortarse, por el estrés, la
mala alimentación, el consumo de productos tóxicos, el envejecimiento es
inevitable.
Si somos capaces de
aprender qué cosas (o qué hábitos) los acortan y cuáles los alargan, tendríamos
la llave de la juventud. Solo restaría llevarlos a la práctica.
Pero se ha descubierto
algo más. La Premio Nobel de Medicina en 2009, Elizabeth Blackburn, y la Psicóloga
y especialista en estrés extremo, Elissa Epel, estudiaron los daños que se
producen en los cromosomas, por el sufrimiento psíquico. Investigaron en los
organismo que consiguen mantener intacto el material genético. Lo encontraron
en las charcas, en los protozoarios ciliados,
que esconden el patrimonio genético, gracias al refuerzo de esas puntas
de plástico.
Resulta que los Los protozoos ciliados constituyen el
grupo más numeroso en la naturaleza de protozoos (aproximadamente 8.000
especies).
Ahora bien, nuestras células también tienen
algo parecido. Al igual que los protozoos ciliados, nuestro sistema
inmunitario, las células madre, y los glóbulos blancos, contienen un minúsculo
sistema protector: la encima telomerasa que protege los telómeros humanos.
La telomerasa se puede estimular y cultivar, con lo que los
telómeros que se reducen por los agentes nocivos, podrían revertir su proceso y
aumentar. Ello permitiría reducir las enfermedades crónicas, el estrés, etc.
Desde luego siempre contando con comportamientos y hábitos de vida saludables,
nada extraordinarios.
Se pueden apuntar, para
terminar, alguno de esos hábitos de vida saludables que ayudan a que se viva
mejor y sin dañar las células de nuestro organismo: 1) alimentación mediterránea que es variada, con
más elementos de la huerta y de los árboles y menos carne. 2) El alcohol es
riesgo, como el tabaco y productos tóxicos. Cuanto menos, más salud. Existen tratamientos, para dejar de fumar o de
beber. 3) Moverse para mantener el cuerpo activo, andar de prisa, mejor que
correr. Es decir, hacer ejercicio y salir a la naturaleza, que relaja y cura.
4) El sol es necesario, pero sin abusar. Y si se tiene que estar más de media
hora, protegerse. 5) La vida social ayuda, distiende y anima. Amigos aunque no
sean muchos, pero cordiales, con quien se pueda hablar y compartir. Reír cuanto
más mejor. Incluso las mascotas nos hacen reír y nos hacen salir y conocer. 6)
El trabajo es una fuente de autoestima, pero no debería llegar a producir
estrés ni depresión. Si se llegara a esos niveles, habría que buscar ayuda. Hay
tratamientos. Y 7) Dedicar al menos 10 minutos a estar en silencio y pensar, es
de las terapias más saludables, enriquecedoras y gratificantes.
Todo ello puede resumirse diciendo: la salud
es vida y la vida es lo más divino que tenemos. Un regalo. Y... sin fecha de
caducidad, porque es para siempre.
José Manuel Belmonte.
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ 2-12-2018
http://belmontajo.blogspot.com/2018/12/salud-y-vida.html
EL HERALDO DEL
HENARES 3-12-2018
https://www.elheraldodelhenares.com/op/salud-y-vida/
CIVICA o8-12-2018
http://civica.com.es/blog/salud-y-vida/
Un excelente artículo sobre la salud y el bienestar en general. Y una guía con sugerentes y sencillas prácticas que la posibilitan.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención esa de los 10 minutos en silencio. Muy recomendable.
Fuerte abrazo José Manuel.
Buenos días Ernesto:
EliminarSiempre es un placer ver que estás ahí, vigilante, y siempre deseoso de saber y compartir momentos de vida y experiencias, con amigos, junto a un vaso de vino, una cerve o "un pote", que decís vosotros. ¿Hay distancia? Física, seguro. Pero la palabra e Internet son más eficaces y rápidos que los artilugios de la NASA o sus sondas. El corazón va por otras ondas.
La verdad es que tenía un cierto "miedo" al tocar el tema de la salud y la enfermedad. Y, casi he saltado de alegría al recibir la respuesta de un médico, -muy poco tiempo después de haberlo subido-. Independiente de los elogios, me interesa resaltar su punto de vista profesional, que te copio:
-"Buenos días, Tu artículo me ha parecido magnífico. Mucho. Es acertadísimo y estoy de acuerdo contigo al completo. Espero lo lea un gran número de personas.
"Como muy bien explicas la salud debe empezar en nuestro auto-cuidado. Por supuesto hay enfermedades y hay que atacarlas. Pero siempre desde eel trabajo personal del enfermo también.
"Lo peor no son las medicinas sino la creencia, cada vez más asentada en los chequeos. Chequeos que la mayoría de las veces no van a aportar nada y otras, como ya se apunta en algunos artículos de revistas, quizás aumentan la morbilidad".
Nada más que añadir.
Un abrazo enorme,
José Manuel
Estoy muy de acuerdo contigo. Si te contara las pocas veces que he visitado el médico y que me he medicado en mi larga vida, no te lo creerías.
ResponderEliminarTe dejo un largo abrazo
Buen día, amiga.
EliminarPuedo decir lo mismo, puedo decir lo mismo, porque tanto mi familia como yo mismo, nos pasamos años sin visitar a un médico o consultorio. No por nada, simplemente por que no lo hemos necesitado.
Y de verdad, me alegra saber que tú misma y otros amigos, estáis en esa misma onda.
Un abrazo grande,
José Manuel
La parte más bonita ,es cuando hablas de los sentimientos malos que se pueden producir en una persona ,el resto totalmente de acuerdo contigo ,cuando llevas a tu hijo al médico con un simple constipado, lo primero que le dan es antibiótico, sin reparar en las consecuencias y tirándose en salud el médico....
ResponderEliminarComo siempre inmejorable ,Enhorabuena.
Hola Isabel:
EliminarSabía que si lo leías, te gustaría, ya que la vida y la experiencia de personas como tú, va por ahí. Y de verdad, me alegro. ¡No es que no se necesite visitar a los profesionales de la medicina, sino que necesitamos aprender y demostrar, que les respetamos, pero no les utilizamos! Libres ellos y nosotros, crecemos cuidándonos sin adiciones ni medicamentos innecesarios.
Un gran abrazo, y gracias.
Jasé Manuel.