“Ser
o no ser, ésa es la cuestión” es la frase más famosa de
Shakespeare en el monólogo de Hamlet (1603). Pero David Cameron, primer
ministro Británico, lo cambió por un órdago a la ciudadanía: "estar o no estar en Europa". El Referéndum sobre el Brexit fue
convocado el 23 de junio de 2016.
Aún
no se había producido la consulta y la sola amenaza económica del Brexit había
desatado el pánico en los mercados financieros. Las Bolsas europeas habían
perdido 400.000 millones en 3 días. El índice bursátil español, Ibex, había
perdido 37.600 millones en 3 sesiones.
Así que 5 días antes de que se celebrara
el Referéndum, el 18 de junio de 2016, escribí y está publicado un artículo: El
Brexit: órdago europeo a la grande.
Copio textualmente: El «premier»
británico, ha jugado para ganar como un irresponsable perdedor si sus
conciudadanos no le apoyan. No comprendió que los eurófobos (como los
independentistas en España) nunca se dan por satisfechos porque sus demandas
son imposibles, y en 2013 se comprometió a convocar un referéndum para aplacar
a los ukiperos.
En 2015, en plena campaña electoral,
cuando iba por detrás de los laboristas en intención de voto, se
marcó el farol del referéndum sobre Europa para movilizar al electorado
y aferrarse al poder. Aquella absurda e innecesaria promesa, tal vez haya
sido el principio del fin de su carrera.
Lo fue. Jugar con fuego independentista nunca
es neutral, ni comienza y acaba el día del referéndum. Fue obligado a irse el mismo año 2016.
Lo peor no es haber metido miedo
exagerado a la población y haber entrado él mismo en "estado de pánico"
ante la previsible derrota (según las encuestas), lo peor es que hoy, 16 de
enero de 2019, después de la mayor derrota parlamentaria de la historia de su
partido, con Theresa May, sigue diciendo que "no se arrepiente de haber convocado el Referéndum" malhadado.
Lo único que lamenta es "haber perdido el referéndum. Lo lamento
profundamente. Yo lideré la campaña para permanecer en la Unión Europea y,
obviamente, lamento las dificultades y los problemas que hemos tenido para
tratar de implementar el resultado de ese referéndum". Antes y ahora, los ingleses saben lo que quieren:
"estar en la Unión Europea para lo que les conviene, pero no para lo que
les molesta".
Cámeron, sin argumentos para convencer en la
campaña, ni arrestos para rectificar, mostró ciertas reservas respecto a la UE
y pretendió ponerla entre la espada y la pared cuando pidió la mayor autonomía
de su país dentro del marco europeo. Estar sin estar. Tras la aplastante
derrota de May, no es capaz de rectificar. Se ha convertido en el perfecto
ejemplo de político que, en lugar de pensar en el bien común, crea problemas y
división donde no existían (incluso en su propio partido) y, son incapaces de
reconocerlo.
Este político, como
otros, parece haber perdido la conciencia de la responsabilidad de sus actos y
decisiones. "¡Qué triste resulta!,
murmuró Dorian Gray" (escribió Oscar Wilde 1890 en El
retrato de Dorian Gray). El Reino unido y la EU siguen padeciendo
las consecuencia de aquella decisión de Cámeron.
Si algo tiene de positivo, el órdago en
la jugada del Brexit, es que puede ser un aviso para navegantes,
dentro y fuera de la Gran Bretaña, (suponiendo que algún político lo entienda).
Lo de Cámeron y el Brexit era solo el
primer acto. El segundo acto, tuvo lugar
en octubre del año pasado. La opinión pública iba por caminos distintos del
gobierno. Lo analicé para los lectores, porque, entonces el pueblo salió a la
calle y opinó libremente. El 31 de octubre de 2018 lo dejé en un interrogante:
¿Llega el BREXIT o la nueva consulta?
Dije en octubre: "Dos años y medio después, todo ha ido a peor. Los políticos no han sabido leer el resultado ni en el plano político,-porque pensaban que la salida de la UE
les dotaba de "plena autonomía y acuerdos ventajosos-, ni
en el económico, -porque pensaban
que su economía iría mejor fuera de la UE al no tener que acudir al rescate de
otras naciones".
http://belmontajo.blogspot.com/2018/10/llega-el-brexit-o-la-nueva-consulta.html
Aunque no han querido escuchar al
pueblo al que manipularon, el
pueblo se ha hecho oír. Se ha echado a
la calle y ha exigido su rol de actor protagonista. "Si el
Referéndum fue un error táctico-político de manipulación a los ciudadanos,
usado para obtener ventajas de la UE...¿Por qué seguir en el camino equivocado?".
La Primera ministra May,
repetía: “No habrá segundo referéndum. La gente votó y
vamos a llevar a cabo lo que pidieron”, el Brexit. ¿Seguro? "Si los hechos no te dan la razón,
seguirán pensando que los políticos tienen razón si la mayoría les apoya".
¿Y si la gente no estuviera dispuesta a seguir la lógica política? El gobierno siguió el mandato del pueblo manipulando las urnas. Pero el pueblo volvió a hablar en una
manifestación multitudinaria.
People's
Vote, (integrado por representantes de todos los partidos que defienden la
necesidad de una nueva consulta, por lo menos el 47% de los británicos) organizadores
de la manifestación aseguraron que medio millón de británicos, acudieron
a la convocatoria en la mayor concentración popular en la última década. La
sociedad está harta y se siente engañada por unos políticos irresponsables.
Había
un mar de banderas azules y cantos pro europeos encabezaban la marcha,
mostrando inequívocamente su intención de revertir el Brexit. "Im
marching for my future", decía una pancarta; mientras en otra podía
leerse "el brexit me robó el futuro".
Miya
Coltman, de 16 años resumía el malestar y la esperanza juvenil: "Quienes
vamos a sufrir las consecuencias somos precisamente los que aún no hemos podido
votar... Yo, como la mayoría de los jóvenes, quiero quedarme en la UE porque
eso nos da más oportunidades".
Aunque había mayoría de jóvenes, los
discursos más contundentes fueron de gente adulta conocida y, con peso en la sociedad. El director de cine
Paul Warner fue muy claro: "El Brexit se ganó con mentiras, con la
influencia de Rusia y haciendo una campaña ilegal". Y añadía: "Los
británicos no sabíamos realmente a lo que nos enfrentábamos, y es ahora cuando
empezamos a saberlo, después de estos dos años de negociaciones infructuosas.
Las circunstancias cambian, y mucha gente ha cambiado seguramente de opinión.
Creo que aún se puede parar el Brexit: un nuevo referéndum es totalmente
necesario".
El alcalde de Londres y
abogado Sadiq Khan reclamaba lo mismo: "Reclamamos
un voto popular sobre el acuerdo del Brexit". Y añadía: "Nadie
votó dejar la UE para hacernos más pobres, o para hacer la vida más dura a
nuestros hijos y nietos, o para dañar a nuestra sanidad público. Nadie votó por
el caos que este Gobierno ha creado".
Por su parte el eurodiputado
conservador, Sajad Haider Karim fue más allá al decir:"Esta
situación sólo tiene dos posibles salidas: "Elecciones anticipadas o un
segundo referéndum sobre la permanencia en la UE".
Por si fuera poco, más de 50 líderes
empresariales de Reino Unido pidieron un segundo referéndum sobre el Brexit. Luego, ¡ya no son únicamente los jóvenes y el
pueblo! Las empresas también están en peligro y con ellas la creación o
mantenimiento del empleo.
Claro que en la UE las reglas no son de quita
y pon, hay que cumplirlas. Ni los separatistas ni los gobiernos se
pueden envolver en el victimismo incompetente o irresponsable, cuando las cosas
van mal.
Después de múltiples negociaciones con la
UE, el tiempo corre y el acuerdo no estaba cerrado, ni a corto plazo parece
posible. May aseguraba a los suyos que
el 95% del acuerdo del Brexit ya está cerrado aunque faltaban flecos. Si el acuerdo
final no gustaba al país o a los políticos, podría llevar al Reino Unido a una
crisis de consecuencias imprevisibles, políticas, sociales y económicas.
Su
propio partido, piensa que el proyecto negociado con la UE es desfavorable para
los intereses de Reino Unido. Ahí se juega el futuro del Brexit y el suyo como
política.
Y, no se olvide que después de Cámeron
primer responsable, May también se ha ganado a pulso su actual vía crucis por
haber adelantado las elecciones a 2017 y perder la mayoría que tenía, quedando
a merced de un Parlamento cojo. Desde entonces, temía lo que finalmente ha
ocurrido.
Martes negro en la Cámara de los Comunes, el 15 de enero 2019.
El día D en el Parlamento. Sabía
lo que se jugaba e hizo un llamamiento extremo a la responsabilidad de los
diputados antes de la votación: "Tenemos
el deber de cumplir el resultado del referéndum". "Esta noche tenemos una clara elección entre
la certidumbre y la inseguridad, entre la unidad y la división". "Esta noche podemos elegir entre
cumplir la promesa o romper el compromiso con el pueblo británico y quebrar la
fe en la democracia".
Los diputados eran conscientes y
sabían lo que se jugaban. Como ejemplo humano y dramático el de la diputada
laborista Tulip Siddiq, que
decidió posponer su parto por cesárea para poder votar contra el acuerdo de
Theresa May: "Es la votación más
importante de mi vida y no me la podía perder (...) Espero que cuando mi hijo
venga al mundo tengamos una mejor oportunidad para una estrecha relación entre
el Reino Unido y la UE, que es por lo que estoy luchando".
El resultado: Theresa May, la premier, encajó el mayor voto de castigo contra un Gobierno en el último siglo en
Westminster, con un rechazo frontal a su acuerdo con Bruselas por 432 votos
contra 202 a favor, con la fuga de
118 diputados conservadores.
Además, la votación dejó a May en
una situación de extrema fragilidad, pues era obligada a presentar en tres días
hábiles un plan B. ¿Qué se puede cambiar en ese tiempo, de una negociación que
ha llevado años? De todos modos se comprometió a presentar el próximo lunes una nueva hoja de ruta para la salida de
Reino Unido de la UE.
Por si era poco, la oposición anunció la
presentación de una votación de confianza para el día siguiente. Supero la
moción, por escasos 19 votos, que la dejaron muy debilitada, porque muchos de
los suyos no le dieron su apoyo. A ello se añade la presión de las fechas. El
29 de marzo, fecha límite para culminar el Brexit, está muy cerca para renegociar
y menos para anunciar una nueva consulta, que Downing Street calcula que sería necesario al menos un año.
Y en este laberinto del Brexit, tanto May
como el jefe de la oposición, deberían buscar unas ideas comunes, para afrontar
el futuro y permitir una salida del Reino Unido. Es lo que Kenneth Clarke, el más eurófilo
en las filas de los conservadores, propuso
en el arranque del debate en el Parlamento: "Revoquemos el artículo
50 hasta que encontremos un compromiso... Y volvamos a invocarlo cuando nos
hayamos puesto de acuerdo entre nosotros".
Los países
miembros de la UE quedaron asombrados y tocados, por la votación. Hasta ahora había una cohesión y ahora se
enfrentan al dilema de defender la unión, los acuerdos y la negociación, comprender la soledad de May
y no obligar a la salida sin acuerdo muto.
El presidente del Consejo
Europeo, Donald Tusk, ha sugerido de manera indirecta la posibilidad de
cancelar definitivamente el Brexit. "Si el acuerdo es imposible y nadie
quiere salir sin acuerdo, ¿quién tendrá finalmente el valor de decir cuál es la
única solución que es posible?".
¿Qué va a suceder?
Nadie lo sabe.
Todo y nada es posible. Opciones: 'no deal', no hay acuerdo; pues "ningún acuerdo". Nuevas
elecciones. Parar el reloj y extender el plazo del artículo 50. Nuevas conversaciones
y nuevo acuerdo.
Hay ingleses como Dominic Raab que
piensan que un Brexit sin ningún acuerdo con la UE, es preferible para el Reino
Unido, que el acuerdo propuesto por Theresa May.
La ley de períodos parlamentarios impulsada en
su día por David Cámeron concede
14 días al Gobierno para presentar una contrapropuesta e intentar ganar el
apoyo de la mayoría parlamentaria antes de convocar elecciones
anticipadas.
El ministro de Asuntos Exteriores de
Alemania, Heiko Maas, no ha cerrado la puerta... "es necesario que se
celebren nuevas conversaciones entre Reino Unido y la Unión Europea".
Según fuentes
comunitarias, la UE está dispuesta a conceder una extensión "técnica"
del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, para aplazar el Brexit cuatro meses
(hasta fin de julio). "El Gobierno de May necesitaría ganar tiempo y la UE
estaría dispuesta a facilitarlo para evitar de nuevo la situación de estar ante
el precipicio".
No hay tiempo para nuevas elecciones,
ni para un nuevo Referéndum.
Este problema, estos políticos y este
caos, afectan a los británicos y a todos los europeos.
José Manuel Belmonte
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ 19-01-2019
http://belmontajo.blogspot.com/2019/01/brexit-or-not-brexit-esa-es-la-cuestion.html
EL HERALDO DEL HENARES 20-01-22019
https://www.elheraldodelhenares.com/op/brexit-or-not-brexit-esa-es-la-cuestion/
Totalmente de acuerdo ,quien les mando meterse esa zarandaja?
ResponderEliminarHola buenas tardes:
ResponderEliminar¿Ambiciones de juventud? ¿Jugar con fuego para atraer el independentismo? ¿Afán de poder? ¿Ignorar las consecuencias humanas, económicas y políticas - nacionales e internacionales- de una apuesta suicida? ¿Mal asesoramiento? ¿Todo eso y más?
Faltan líderes con talla humana, política y con visión de futuro. La mayoría de los cabecillas de los partidos y los partidos mismos, juegan con los ciudadanos, con los votantes, y les embaucan con promesas que o no pueden cumplir o no está en sus manos cumplirlas.
Tendrán que pasar bastantes años para poder evaluar las consecuencias de estas "zarandajas".
Un abrazo.
José Manuel