sábado, 30 de marzo de 2019

"Ni irse, ni callarse".

La rutina va imponiendo su criterio en casi todo, si uno no está atento para defenderse del engaño, tomando consciencia. El respeto en política, no es aceptación ni equiparación de todos los partidos. Que haya ideologías y creencias, no obliga a aceptar todo sino a tener una opinión. La mayoría sabe que lo que nos llega cada día como "noticias" no es la realidad. ¡Sería terrible! Pero tienen cierta base.

Cuando llegan imágenes, tan fuertes que golpean la sensibilidad y la conciencia, no se pueden cerrar los ojos, ni mirar hacia otro lado. Las catástrofes humanitarias, los desplazados, los niños de la guerra, la deforestación o los fuegos provocados, la gestión desastrosa de quien ha llegado al poder y lo toma como un modus vivendi, ignorando las aspiraciones y problemas de las minorías, deben cambiar.

Los criterios democráticos deben imponerse para respetar los derechos, la justicia y la igualdad.

 ¿También en las religiones y creencias? ¡Con más razón! Para educar en la verdad, la democracia es respeto y diálogo, ilusionar y descubrir lo mejor de cada uno. No se puede  ignorar lo que hay. El corazón tiene su tiempo para descubrir la luz y aceptarla. La fe es libre, une, y hace libres, pero no convierte en miembros de un ejército y unas normas.

La sociedad ha evolucionado a lo largo de la historia. Sigue progresando en derechos y perfeccionándose en el aspecto humano. En la igualdad se ha avanzado, pero sigue siendo un objetivo a conquistar. Aún estamos lejos. El  machismo es una realidad.

Esa conquista no ha seguido los mismos pasos en el aspecto religioso. Cuando estudiaba en la universidad, en los años 70, pude captar aspiraciones y criterios de evolución, sobre todo en el centro y norte de Europa y en América. Encontré mujeres liberales y cultas, progresistas o no. Había convivencia interétnica e interreligiosa. No encontrábamos puertas cerradas. Discutíamos mucho, nos respetábamos. En Estrasburgo o en Bruxelas, los estudiantes de diversos países asistíamos a conferencias, y debates apasionantes.

 El feminismo era, por entonces, un embrión que todos apoyábamos en aspectos socioeconómicos e interculturales. Nada nos era extraño. Teníamos la gran suerte de vivir en ciudades fronterizas pero integradoras políticamente.  Allí estaba y está la base de la Unión Europea, con su Parlamento (Estrasburgo y Bruselas).

 Además de ese privilegio, vivimos  y convivimos con las diversas culturas religiosas: católica, protestante, ortodoxa, judía, además de ecuménica. Taizé  atraía a muchos jóvenes y lo ha seguido haciendo.

Esta semana he vuelto a recordar aquella etapa como una vuelta a la realidad. ¿Por qué? El Comité de la Jupe (falda), vía Change.org, ha dirigido un escrito al Papa Francisco, para que sea escuchada la voz de la mujer. Algunas amigas  europeas me lo han hecho llegar.

Esta organización feminista, nació hace 10 años. Lleva luchando  desde entonces, contra la  discriminación de las mujeres, en particular en la Iglesia Católica. Cada vez están menos solas.  Quiero decir que se han unido a su lucha, mujeres y hombres, cada vez más conscientes de que la situación actual- que lleva así siglos-, tiene que cambiar. El 50/50  es una conquista en las sociedades humanas: civiles y religiosas. La libertad y la igualdad distan mucho de ser una realidad.

Dos imágenes que he recibido, hablan por sí mismas. Valen por todo un tratado.

En la primera imagen invitan: ¡Buscar a las mujeres!

En la segunda imagen la desoladora respuesta: Encontradas... ¡en la última fila!


La mayoría de estas mujeres son personas muy capaces, preparadas y se niegan a seguir siendo invisibles y marginadas: "Ni partir, ni se taire". Firmes, decididas a permanecer en la iglesia y dispuestas a que se las escuche:  "ni irse, ni callarse".

Espero que lo que dicen, y yo apoyo, será mejor comprendido si los lectores ven sus denuncias, porque los derechos de la mujer, son parte integrante e indivisible de todos los derechos humanos y de las libertades fundamentales. !Basta ya!


·         "En la Iglesia Católica todas las responsabilidades, todo el poder está en manos de los hombres célibes, únicos habilitados para decidir, gobernar, enseñar y, que pretenden ser los mediadores  de la relación a Dios y lo sagrado".

·         "Las mujeres (se ven) despreciadas, sin derecho a la palabra, sin derecho a la decisión... ¡Basta ya!"

·         "Tal situación está en el origen de los abusos hacia las mujeres, los niños y las personas vulnerables.  Eso no puede sostenerse. Es preciso que cambie".

·         "En materia de derechos no hay complementariedad, no hay diferencia, sólo hay igualdad. Una igualdad originaria: "Dios creó al hombre a su imagen, hombre y mujer, los creó".


       CONSECUENCIAS:
 
       1.- Alejamiento social.
     
       La iglesia, en manos de "hombres célibes", se ha alejado cada vez más de una sociedad que  ha evolucionado y cambiado. Los puestos de responsabilidad en lo político y también en sus estructuras, partidos, ejércitos, policías y profesiones varias que hasta el siglo pasado estaban en manos de varones, hoy la mujer ha sido integrada.
       
      Mientras -en la iglesia- no ha habido voluntad real de acoger e integrar a la mujer. En general, aunque no se hable de ello, el machismo eclesial parte de un desconocimiento ancestral de la mujer, de sus derechos y su capacidad. Lo resumió el primado francés, muy desacertadamente, -por lo que fue denunciado y se retractó- pero lo dijo, en respuesta a la pregunta sobre la integración de la mujer en los ministerios litúrgicos: "Le plus difficile, c’est d’avoir des femmes qui soient formées. Le tout n’est pas d’avoir une jupe, encore faut-il avoir quelque chose dans la tête". "No se trata de tener una falda, sino tener algo en la cabeza". (Francamente desafortunado).

     2.- El envejecimiento generacional  normal, multiplica el trabajo, no la eficacia.

      El clero tradicional envejece. Además, mientras hace años las vocaciones sacerdotales disminuyen, se sigue apartando del culto a las mujeres, por serlo.

           Ni siquiera se las permite tomar la palabra en las homilías. Aunque hay mujeres muy preparadas, según constataban en Francia: "el pasado septiembre, las iglesias protestantes de Suiza, organizaron un concurso de predicaciones y las ganadoras fueron tres mujeres".


          3.- Por lo que a España respecta, los datos no son mejores.
 
          El culto religioso, en España, es un servicio del clero o de religiosos célibes ordenados. La mujer y el varón, son bautizados y "asistentes", pero poco integrados, o desafectos.

El Centro de Investigación Sociológica publicó en 2018 una encuesta realizada a 2.485 adultos residentes en España. Según dicha encuesta, el 66,3% de los encuestados se definían como "católico".

A la pregunta sobre asistencia a ritos (católicos o no) más allá de ocasiones sociales (bodas, primeras comuniones), un 62,5% afirmó no ir "casi nunca"; un 13,4% acudía "varias veces al año"; un 8,7% acudía "alguna vez al mes" y un 12,4% "casi todos los domingos y festivos". Un 1,9% afirmó acudir "varias veces a la semana".
https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_cat%C3%B3lica_en_Espa%C3%B1a

Termino con el slogan del encabezamiento del escrito dirigido al Vaticano:

Église catholique: « Ça suffit ! », (Iglesia católica: ¡Ya basta!)

Puedes pensar que generalizar no es bueno; pero ocultar la verdad es peor y la situación lleva ya demasiado tiempo. ¿O no?

José Manuel Belmonte



PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ  30-03-2019
EL HERALDO DEL HENARES  31-03-2019


7 comentarios:

  1. Interesante información sobre la mujer, en muchos estamentos, y principalmente en referencia a la iglesia católica.

    No será cuestión de "dos días" su normalización en la institución, paro la intransigencia y cerrazón de los responsables hoy, se traduce en la desvalorización, ante la sociedad moderna y evolucionada, de la propia iglesia.

    Un texto de esperanza José Manuel.

    Gran abrazo.

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    1. Otra mañana de domingo sin vermut, y dándole a las neuronas.
      El tema, que denuncian las mujeres, no va par "dos días", como bien dices.
      En la sociedad civil, llevan mucho recorrido. Ciertamente nunca han estado tan solas, ni tan excluidas como aquí.
      No tienen tantos apoyos desde dentro, por que no interesa y así mantienen el estatus, ni desde fuera, yo creo que por ignorancia o por miedo al cículo sagrado desde las instituciones eclesiales.
      No va a ser tarea fácil. Creo que el peligro, no está en "hacerse oír", si no en hartarse y "abandonar".
      La gente también se cansa.
      Ojalá despertara una conciencia integradora y feminista, desde dentro y desde la sociedad.
      Un abrazo, y gracias.

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  2. Ya que pones una imagen de El Quijote, empezaré mi comentario diciendo: "Con la Iglesia hemos topado amigo Sancho" y es que es una Institución férrea donde las haya. Afortunadamente dentro de ella hay religiosos, sacerdotes, cada vez más numerosos, que se acercan mucho a la sociedad y al nuevo pensamiento ¿cuál? pues llevar una vida desde la igualdad, generosidad, ayuda al prójimo... porque ¿no se trata de eso la religión, no es su fundamento? Todo lo demás es política Vaticana. Así pensamos muchos y así actuamos, sobre todo distinguiendo religión de Iglesia. Y dentro de la Iglesia sabiendo elegir entre quienes se ajustan al verdadero mensaje fraterno y quienes se ajustan a un entramado obsoleto e interesado.
    SAludos.

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    1. Creo que las promotoras del escrito dirigido al Papa, tienen el animo quijotesco de cambiar, aunque luchen contra Molinos...
      Es verdad que hay mucha gente buena entro y fuera. ¡Siempre la ha habido y la seguirá habiendo! La gente llana, conecta con ellos en su evolución. Pero el núcleo que decide, ha sido muy inmovilista, y no hay muchos/muchas capaces de hacérselo ver, por el bien de la mayoría.
      Lo terrible es "el acomodo", el " acotar la parcela con la que "se sintoniza", porque lo "obsoleto" repele y se deja.
      Pero en todo, hay vida, y la vida es igualdad, generosidad, amor, altruismo, y tal vez la mayoría no sale ganando porque no se cuenta con la gran aportación de la mujer, en el aspecto sensible, intuitivo, de oración y de espiritualidad.
      Manuela, gracias y un abrazo.

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  3. Yo no comparto para nada lo expuesto. Es la primera vez que estoy en desacuerdo con algún artículo tuyo.
    La mujer en la iglesia tiene su sitio como lo tiene la mujer en la biología y en la sociedad. Yo como mujer no me siento menospreciada, ni ninguna católica verdadera se siente. Es curioso que quienes exigen no son católicas ni siquiera cristianas, pero es otro modo, otro frente, para su verdadera intención. Acabar con la iglesia católica.
    Y lo digo con todo cariño. Emilia
    Muchos besos.

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    1. Emilia, cada uno es libre de decir lo que siente o quiera. Todos pueden opinar y también discrepar. Todo ayuda a mejor clarificar. Por mi parte, todo el respeto para ti y tu forma de pensar, aunque tampoco la comparta. Solo deseo hacer alguna puntualización:
      1) Mi artículo parte del escrito de unas mujeres que se han dirigido al Papa, porque se sienten ignoradas o marginadas. Ese escrito había sido respaldado ayer por más de 2.500 personas.
      2) Dices que "La mujer en la iglesia tiene su sitio como lo tiene la mujer en la biología y en la sociedad", pero no es totalmente cierto. En la sociedad, la mujer ha llegado a Presidir una Nación, un Parlamento, un Banco, un Ayuntamiento, ir en las listas electorales de los partidos casi el 50% , y participar en la toma de decisiones en igualdad con los varones.
      En la iglesia hay mujeres muy preparadas, incluso con carreras de Teología, y capacitadas para enseñar y dirigir. ¿Puedes decirme cuántas pueden sentarse en los Concilios, en las Diócesis, en las Parroquias en plano de igualdad con los obispos, Diócesis, religiosos etc., y a cuántas se les concede acceder al culto, a la predicación de la Palabra? (No se trata de rezar un rosario o de participar en un coro, o en una catequesis para niños).
      3) Estás muy equivocada en tu apreciación "quienes exigen no son católicas ni siquiera cristianas... su intención es acabar con la iglesia católica". La realidad es que quienes exigen SÍ son mujeres católicas. Tiene mucho que ver con el nivel de su responsabilidad y su exigencia. No tienen ninguna intención de acabar con la iglesia católica, y no quieren "ni salir de ella ni callarse". (Esa descalificación no es justa ni tiene fundamento).
      Un fuerte abrazo.

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  4. Yo no lo hubiera explicado mejor, totalmente de acuerdo contigo .
    Un saludo

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