En el
bar has hablado un momento, mientras tomas café o compartes un vino. Conoces a alguien. Luego regresa cada uno a su
trabajo. La rutina os vuelve a separar. Cada cual, por su lado, prosigue su vida. Todo es posible. Nada es más
irreal. Ni el nombre sabes.
Con
el tiempo, otra coincidencia, permite encontrarnos, 15 días o tal vez uno o dos
meses después. La ciudad es pequeña. Los mismos trabajos, los mismos descansos,
los mismos centros comerciales y los mismos bares. ¿Puntos de encuentro social? Mientras compartes un café, te enteras que está casado y está esperando un
hijo. El tiempo es implacable y la
vuelta al trabajo.
El
se alegra de encontrarnos, a mi mujer y a mí. Hola, ¿Cuánto tiempo ha pasado?
¿Qué importa? Volvemos a disfrutar de un
respiro antes de comenzar el trabajo, o de una pausa, en el mismo. Este joven, ¡Siempre
está de buen humor! Es un junco, ni siquiera un bambú, porque está flaco. Es alto
como un castillo. Al despedirnos: ¡cuídate, me alegro de verte!
-Y
yo a vosotros.
Transcurre
un tiempo sin que el simpático "castillo", aparezca. ¿Estará de vacaciones? Preguntamos, si alguien
sabe qué ha sido de él...
-
Ahora con el niño le veo menos, dice alguien.
-
La última vez que le vi, estaba más delgado. Pero está trabajando, así que no
está enfermo.
-¡Menos
mal! Si le ves dale recuerdos nuestros.
Han
pasa algunas estaciones y... ya son varios años. El café, crea adicción y una
querencia de lugares, de compañía, incluso del aire de la ausencia de un
trabajador que solo de nombre conocemos. Tal vez haya cambiado de trabajo.
Un
día, de pronto...se presenta. La chispa de alegría en un abrazo cálido. Y un
rictus inacabado en la sonrisa.
-¿Qué
tal te va la vida?
-¡No
me quejo! ¿Y la vuestra?, no puede ser mejor, por lo que veo. Me acuerdo de
vosotros y del café que cada vez compartimos menos...
-Venimos,
lo tomamos, pero tú no llegas. ¿Tienes mucho trabajo?
-No.
Más o menos, pero siempre estamos liados. Los clientes no suelen dar unos
minutos de respiro para salir y tomar un café. Cuando puedo respirar...es ya hora
de comer, y no me apetece. ¡Tampoco
estaréis ya por aquí a esa hora!
-Es
verdad. En todas partes hay gente esperando. Oye, ¿Estás más flaco, o es una
apreciación mía?
-¡Normal!
No voy al gimnasio, ni el tema de engordar me preocupa. Eso sí, en cuanto
recojo, salgo pitando para casa y ver al chaval.
-Ah
sí, ¿cómo está ya?
-¡Imponente!
va a ser más alto que yo. Ya me llega por aquí (hace una señal con la mano
sobre su cuerpo, que nos asombra).
-
¡Un campeón! ¡Tiene a quien parecerse!
¿Pero a dónde vas?
-Sí
hombre que me voy. Tengo que volver al curro. ¡Ya está pagado! ¡Dejad que os invite!
Y...el
mimbre del castillo, que calzaba hoy botas, se fue, dejándonos con un interrogante de melancolía en el aire tras dejarnos.
-Siempre
va a la carrera, dijo alguien en la barra. Es posible que lo que tú has intuido
tenga algo de verdad, porque ¡creo que su mujer lo está dejando o se está
separando!
El
Bar no es ninguna sala de Audiencia, pero uno se entera de cosas de la vida,
sin comprar un periódico ni poner las noticias.
https://www.youtube.com/watch?v=uoVLuv0U1cU
Uno
vuelve al rincón y apura los interrogantes que caben en un vaso, a pequeños
tragos. La libertad anda suelta y la vida tiene 24 horas cada día. La mitad son
desconocidas noches que llevamos acuestas durante las horas de trabajo y lo que
aún falta hasta el reposo. Desconocemos
el porqué en ciertos lugares, los relojes a ciertas horas nos traen
ausencias.
Cada
día hay algo que conmemorar. En este mes
de marzo, los ecologistas, celebran el Día Mundial de la Naturaleza (día 3), el
Día del Bosque (el 21) y el 22 el Día del Agua. Pero se puede apreciar e
incluso celebrar algún acontecimiento natural sin ser ecologista. Hay quien el 21 conmemora el día de los Down, y el día 25 como
el Día de la Vida. En algunos países el 19, se celebra el Día del Padre.
Uno constata lo que a veces sucede. Hoy no es fiesta aquí, aunque en ciertas
regiones lo sea. Cuando he ido a
pagar...veo por la ventana, pasando por la acera, algo que me abre los ojos
para siempre. El junco espigado del castillo, pasa con un niño. Salimos...para
saludarlo.
Tiene
aparcado el coche justo al lado. Con las puertas abiertas, mientras le habla
con cariño le está abrochando en el asiento.
¡Hola!.¡Hola!
Y...el junco y el niño, son más grandes y reales. A penas hemos andado 40
metros desde la Cafetería y hemos entrado, sin decir palabra, en otra
dimensión.
Caímos
en la cuenta de que no es un día cualquiera. Aunque no sea fiesta, la sociedad
celebra aquí también el día del padre. Y de pronto descubrimos lo que la
palabra "padre" supone, de misterio y de cariño. El hijo del junco con
quien alguna vez compartimos unas cañas o un café.., tiene una enfermedad de "las
llamadas raras".
¡Qué
poco sabemos de casi todo! De quien vive y cultiva primaveras. Del valor de la
caricia de un hijo para saber que todo está bien y merece la pena. El ser
humano, cuando llegas a descubrirlo con la mente y el corazón, es todo, es...
el precio y el valor de un padre, un casi desconocido amigo. Con razón, alguien dijo: "la profesión
humana es descubrir el propio manantial de la vida".
Entonces, como bien ha escrito mi amigo, Carlos
Alejandro "Ya no controlas la velocidad con la que giraba tu mundo,
termina el orden y dejas de ser dueño de tu existencia. El pedestal se rompe y
empiezas a apoyarte únicamente en su presencia, necesidades, gestos, miradas y
sonrisas. Vives con él y para él y deseas que el tiempo, vuelva a pararse de
nuevo para siempre" (Eso es para mí
ser papá http://misexperienciasencocigu.blogspot.com/)
O
pensar, como la vieja canción de Doménico Modugno "¿Más cómo has hecho?".
https://youtu.be/hMDrJI-rLxA
José
Manuel Belmonte.
PUBLICADO
EN
ESPERANDO
LA LUZ 23-03-2019
EL
HERALDO DEL HENARES 24-03-2019
CiViCa 26-03-2019
Que bonito relato!
ResponderEliminarUn abrazo
Buenos días, Pilar:
EliminarAunque sabes que ando un poco perdido, por causa de la gripe, lo que te puedo decir de lo que he escrito, es que es de aquí, y trata de expresar la realidad y que el lector siga pensando...porque lo que no se ve o no se dice siempre es más.
Un abrazo siempre
José Manuel
Hola José Manuel.
ResponderEliminarCon la inestimable delicadeza que te caracteriza, compartes el encuentro con tres personas que, transitan juntas un tramo de sus vidas, hoy. Y la experiencia que percibes a través de ellos es lo que te permite expresarte así. ¡Y es cierto todo lo que planteas! Principalmente la valoración que haces de padres e hijos.
(Escribo no porque tenga nada especial que decir, y menos puntualizar, pero en esta soleada mañana de domingo me premite teclear un rato. Y esto sí me entretiene.)
Pero un "tramo" no es la vida entera de nadie. Y lo que hoy parece blanco, mañana puede tintarse de gris. Y creo, que el blanco el gris y hasta el negro, si llegase a darse, tendrían su "razón de ser".
¿Qué hacer pues?
A un cierto nivel de "realidad" todo lo que sucede podría interpretarse como lecciones, cursos a trascender. Experiencias a transitar que, una vez efectuadas, nos sitúan en otro nivel. Ya no somos aquél.
¿Cabría la calificación anterior? ¿Y más de cada personaje?
Creo, amigo, que venimos con una "meta marcada", lo que no quiere decir que vayamos a alcanzarla sin más. Y para ello, dicen, solemos rodearnos de "cómplices" que, viviendo sus propias vidas, experiencias, nos "ayudan" en la nuestra.
Y no siempre éstos, el papel que escogen representar-nos, es de nuestro agrado en este mundo.
Carlos Castaneda los llama "pinches tiranos". ¡Un auténtico regalo!
Fuerte abrazo una vez más.
Pues que bien Jose tener la suerte de transitar un tramo del camino con esta persona tan encantadora a la que llamas "junco"😂
EliminarTan espontánea, natural, tan simpática...
Y ¡qué buenos cafés!
Todos los tramos del camino merecen la pena, algunos rozan el alma.
Hola Ernesto: Creo que las mañanas de domingo tienes una conexión de iluminación y claridad especiales. Ojalá pudiera ser "cómplice" de esas mañanas tan fructíferas. Lo digo de corazón.
EliminarTu comentario es una lección profunda, magistral, de vivencias, tramos de evolución y metas. Cierto que los tramos en que logro conectar sobre la vida de otras vidas, pueden y deben evolucionar. Lo han hecho. Hoy no son como ayer, ni serán como mañana. Y los colores cambian.
La realidad es que más que sobre ellos, esos tramos descubren mi ceguera, y al fin logro ver algo que estaba ahí y yo ignoraba: la realidad de un ser humano que sin gritar ama, vive, deja vivir y ayuda para salir adelante.
De acuerdo, que posiblemente son experiencias , que una vez efectuadas, nos sitúan y les sitúan en otro nivel. Eso es la vida. Positivas siempre, dan razón al trabajo y a la experiencia de paternidad.
Me alegra haber "coincidido y descubrir " algo de la realidad que viven a nuestro lado, y muchas veces no entendemos o ignoramos.
A caso sin saberlo nos movemos a una velocidad de otra dimensión, y posiblemente interactiva, más profunda que los sistemas de creencias.
También tú me has hecho "teclear" en la tarde, y lo agradezco.
Un abrazo, y... gracias.
Al margen que hay de todo, cuando se tiene un hijo todo cambia, el amor y la responsabilidad son los parámetros que rigen la vida del padre y la madre. Yo vivo la otra cara, la cara de ser hija y siento que los padres son personas especiales no por la sangre sino por cómo se comportan.
ResponderEliminarEn una ocasión asistí a una reunión donde se hablaba de la reencarnación y se decía que quien hoy es tu padre antes ha podido ser tu hermano, por lo tanto todos somos almas que nos acompañamos en distintos tramos de la vida. Yo no lo sé, yo solo sé que al margen de que se celebre o no un día determinado, mis padres forman parte de mí o yo de ellos todos y cada uno de los días del año.
SAludos.
Por supuesto, Manuela, hay de todo. Sí, cuando pensamos o nos referimos a los padres, nos referimos al amor y a la responsabilidad. Y no es tarea de un día. Es más, creo que son los hijos quienes eligen a sus padres y no al contrario.
EliminarHay muchos psicólogos y mentalistas, conferenciantes y escritores etc., que hablan de la reencarnación. El ser físico-mental y emocional en el que estamos encarnados aquí y ahora, tiene fecha de caducidad, pero la vida es inmortal e intemporal.
Tengo sobre mi mesa, varios libros que hablan de "Muchos cuerpos, una misma alma", o "Muchas vidas, muchos maestros" y de "Lazos de amor", y de cómo al recobrar la memoria de sus vidas pasadas, fueran capaces de descubrir los lazos que les unían.
No me sorprende lo que dices. Es más, lo creo. Lo mismo que es verdad que en algunas circunstancias, cuando un hijo o una hija, van a llegar o llegan a un matrimonio, no siempre lo reciben con los brazos abiertos y llenos de alegría. En algunas ocasiones, él o ella, sobre todo si el hijo/a tiene alguna enfermedad rara o menos rara, se rompen los esquemas o las expectativas. Y el otro, asume la doble tarea de ser "padre" y madre". No sé como debería calificárseles, pero para mí son "superhéroes".
Gracias y un abrazo.
José Manuel, nos has descrito con relato novelesco de grata lectura, una vez más, con tus vivencias, otro modelo del valor de las personas. Un héroe anónimo, por su ejemplo, su sentir y su forma de entender la vida, que un buen día su mundo dió un giro de trescientos sesenta grados y se transformó en la causa de otra vida, con un fin mayor que su propia existencia.
ResponderEliminarTengo la gran suerte de conocer personas que como este "junco", alto como un castillo, ceden con gran humildad y desinterés su futuro, por el de alguien que aún siendo dependiente le llena completamente y motiva, empeñándose en dar todo lo que está en su mano para proporcionarle un día más de felicidad.
Gracias por compartirlo amigo y por hacer tuyas mis palabras.
Un gran abrazo.
Gracias Carlos:
Eliminar¡Qué bien sintetizas la vida y la convivencia! Todo, cuando se acepta , está bien. Dependientes alguna vez lo somos todos. El cariño lo transforma todo, "lo llena y motiva" ..."empeñándose en dar todo lo que está en su mano para proporcionarle un día más de felicidad".
Así es la vida de "el junco" alto como un castillo, pero también la de cada padre o madre que ha aceptado que su hijo o su hija o "todos", sean el centro de su vivir, trabajar, soñar y compartir.
¿No es eso vivir por y para ellos? Con mayor o menor sensibilidad, no lo entiendo como resta, sino como plenitud y gozo. Y...te imagino así.
Un abrazo de corazón.
Sin palabras... Pero con toda mi emoción, un abrazo largo y cómplice.
ResponderEliminarHola Soco:
EliminarLa sorpresa es que la Maga de los versos, se haya quedado sin palabras.
Otro abrazo grande, sin palabras pero sentido.