El
virus ha sido capaz de detener el mundo y ponernos a todos, particulares,
asociaciones, estructuras sociales, organismos de la administración, políticos
y gobiernos nacionales o mundiales, ante la realidad provocada por un pequeño
virus, como si fuera un espejo a escala mundial.
El COVID-19 desató primero el miedo
al peligro, luego la pandemia y finalmente la alarma general y mundial.
Por su naturaleza propia, es capaz
de expandirse y contagiar, pero también por la prisa con que nos hemos
acostumbrado a vivir y la falta de previsión de los organismos y poderes
locales, nacionales e internacionales, está muriendo mucha gente, y otros
muchos se están infectando. El pánico y la improvisación han causado ya mucho
dolor.
Para que no se propague más el
"virus" del que se sabía, por lo menos desde diciembre, ahora han
obligado a la población a "quedarse en casa", suspendiendo clases en
colegios, universidades, cerrando terrazas, bares, hoteles, playas y fronteras.
Puede decirse que, de alguna manera,
a todos nos ha cogido por sorpresa. Muchos
han estado huyendo de una guerra nuclear. Pero algunos como Bill Gates, ya en 2015 anunció que la siguiente gran amenaza para la Humanidad no sería la guerra sino una pandemia. Añadió que se habían invertido enormes sumas de
dinero, para detener misiles o una guerra, pero muy poco para detener
epidemias.
https://youtu.be/6Af6b_wyiwI
Otros, incluso más cercanos como
Emilio Carrillo, vienen anunciando que se acerca una Era de gran Desolación.
https://youtu.be/Rh-EL7ZklaU
En general, no estábamos preparados,
para un desastre de estas características.
Muchos obreros se han quedado en
paro o han sido despedidos de sus empresas, porque hay algún contagiado o porque
-sin saberlo- se pueden infectar. Algunas empresas se han intentado adaptar con
el teletrabajo. Pero los autónomos lo tienen muy difícil.
Las bolsas se han tambaleado, el
turismo se ha colapsado: quienes estaban de vacaciones o fuera de sus países,
han adelantado el regreso o, sencillamente, han quedado atrapados, en las
mismas estaciones, hoteles o aeropuertos. Las competiciones deportivas se han
detenido, los congresos de cualquier naturaleza, se han pospuesto o se tienen
que celebrar por videoconferencia o o se podrán únicamente de forma telemática.
La gente se ha lanzado histéricamente a hacer acopio de alimentos y artículos
de higiene.
LA CARA MÁS AMABLE de la
Humanidad.
Se conocía, pero ahora se ha puesto al
descubierto la grandeza y la generosidad, el esfuerzo y el altruismo de miles o
mejor dicho, de millones de mujeres y hombres, que se han volcado literalmente
para paliar, ayudar, curar o por lo menos intentarlo, a sus conciudadanos, sin
importarles, edad, color, sexo o creencias de las personas que ayudan.
Son los héroes, que por su profesión o
pesar de ella, no pueden quedarse en casa. Por el bien de todos dan lo mejor de
sí, llegan hasta la extenuación, en jornadas maratonianas, muchas veces sin
medios, sin suficiente protección y con la presión añadida -o la incomprensión-,
de quien desean que se les atienda primero a ellos o a su familia.
Los médicos y todo el personal sanitario,
en hospitales, residencias, en ambulancias y transportes, el personal
farmacéutico y los investigadores que trabajan contra reloj para encontrar la
vacuna, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, el personal de limpieza tanto en
los edificios públicos o privados, quienes trabajan en las distintas empresas
de artículos de protección e higiene, tan necesarios y demandados, los
transportistas de los artículos de primera necesidad, reponedores y personal de
cualquier mercado o negocio abierto al público, tenéis de verdad, toda nuestra
consideración. Nos faltan ventanas para aplaudir desde casa y nos faltan noches para deciros gracias y que Dios os lo
pague porque nosotros, ni sabemos ni podremos pagaros lo que hacéis. Y anteponéis
esa dedicación muchas veces a vuestra
propia familia y poniendo en riesgo vuestra propia vida.
Posiblemente este virus y la Pandemia actual
que ha parado el mundo, haga que nuestra vida en la Tierra, ya nunca sea igual.
Tal vez empezaremos una Nueva Era, donde no se vaya tan alocadamente, ni se priorice
el dinero sobre todas las cosas, donde se viva y se deje vivir, se respete a
las personas, sus ideas y sus bienes como principio básico para la convivencia
en paz.
En la Nueva Era, aunque haya costado
muchas vidas y mucho dolor, se agradecerá a la sociedad actual, -la que se
quedó en casa por responsabilidad y por pensar en los demás, y los que salieron
a trabajar para luchar activamente contra el virus, ayudar a los infectados con
humanidad-, porque estaban plantando la semilla de un mundo nuevo.
Tal vez mañana no haya monumentos
levantados a los verdaderos héroes actuales, pero siempre lo tendrán en el
corazón de los que sobrevivan, y sus descendientes. Tal vez tengamos más corazón
en el cerebro y más cerebro en el pecho, para amar con más cabeza y pensar y
sentir con un corazón humano más altruista.
De este modo aprenderemos que los
errores no existen porque las horas de la vida son oportunidades para crecer e
irnos transformando en lo que somos. Que podemos y debemos ser felices y estar
alegres y sonreír, porque esa energía se contagia y atrae lo que deseamos e incluso lo que
necesitamos. Eso ayuda a ver que no hay casualidades, que todo está bien, que
son bendiciones y causalidades, que ni
el orgullo o la autosuficiencia pueden imaginar.
La Nueva Era que amanece, no es la de
los vencidos por un virus, un micro organismo diminuto, sino la de quienes
nunca se dieron por vencidos, la de los que creyeron que unidos serían capaces
de vencerlo. ¡En eso estamos ya la mayoría de los ciudadanos de a pie!
Es verdad que, a diferencia de otros
virus, el Covid-19, saltó de animales a los humanos y por eso no hemos
desarrollado aún la inmunidad a él. No es algo vivo, ya que está compuesto de un
material genético y algunas vitaminas, por lo que solo puede reproducirse y
introduciéndose en una célula viva. (En el Vídeo, se explica cómo actúa).
https://youtu.be/BtN-goy9VOY
Y lo más esencial es que no lo introduzcamos
nosotros mismos en nosotros, por la respiración o con nuestras manos al
tocarnos los ojos, la nariz o la boca. El
peligro está en que pase a nosotros ya que se ha extendido tanto que ya es
Pandemia. Por eso debemos "evitar" mediante el aislamiento y la limpieza,
que llegue a nuestros pulmones. Las
medidas actuales, tratan de: 1) ralentizar la propagación; y 2) dar tiempo a
encontrar la vacuna.
(Tal vez los Chinos que se han adelantado a
otros países, hayan encontrado ya el antídoto. Lo desconozco). De todos modos
los investigadores, en muchos países, trabajan sin descanso para encontrar la forma de hacer frente a
este coronavirus que es una amenaza para todos.
Así, que no es una gripe, es una
infección muy peligrosa, que puede ser mortal, ya que dificulta la respiración
y si la sangre tampoco puede oxigenarse puede producir desenlaces muy difíciles o tal vez fatales.
El tiempo de aislamiento para no
infectados, para posibles infectados e ingresados, es un reto. Por eso todos,
estemos donde estemos y en cualquier situación en que nos encontremos debemos
colaborar y poner de nuestra parte lo posible, para que nadie pierda a más
seres queridos.
En algún Hospital o Residencia, alguien
de los responsables ante la tristeza o aislamiento de los ingresados, -que no
pueden recibir la visita de nadie, ni siquiera de sus seres queridos-, ha
pedido que sería bueno que recibieran alguna carta, y se las enviemos, que
ellos se la harán llegar o se la leerán.
Yo, que no puedo colaborar de otra
manera, he escrito alguna. Se las he enviado. Las repito a continuación por si
a alguien de esos Hospitales o Residencias se las quiere hacer llegar. Tenéis todo el
permiso para imprimir o llevarlas desde el móvil. Ojalá que alguna persona (hombre o mujer)
sienta que alguien que de momento "tiene que quedarse en casa"
confinado o confiado, por responsabilidad, se acuerda de ellos, les desea
pronta recuperación y les quiere.
Entes o después venceremos al virus y
se terminará la epidemia, pero tiene que haber servido para salir todos más
unidos y más fortalecidos. Por el momento gracias a los que nos cuidan, a unos
dentro y a otros fuera de los hospitales. Ningún acto de generosidad habrá sido
inútil. Eso creo y es ni deseo.
Termino recordando el gesto del guardia
civil de Calpe, ante la señora que salió de casa para encontrar algo para dar de comer a sus hijos,
pero no tenía dinero. Ella había acudido
a Cruz Roja. Le dijeron que sí podían ayudar, pero que tenían un protocolo y
que de momento tendría que esperar. Se fue a la puerta de un supermercado. Al
preguntarle un guardia qué hacía allí, le contó su problema. El guardia la animó a que entrara y todo lo
que necesitara lo pusiera en el carro.
Se lo pagó. Y ella se fue a su casa. Después de alimentar a sus hijos,
llamo al 112 para intentar encontrar al guardia ay agradecerle lo que había
hecho. Como allí no sabían nada, le indicaron que llamara al 065, que es el de
la guardia civil. Tampoco allí sabían
nada. Pero ante la insistencia de la mujer investigaron y la cosa llegó al
Coronel. Se pusieron en contacto con el
Comandante de puesto. Tampoco allí sabían nada. Así que fueron preguntando. ¿Fuiste tú? "Sí claro, ¿qué pasa?". (Se puede escuchar en Calpdigital).
Si la mujer no intenta darle las gracias,
nadie se hubiera enterado de ese gesto humano.
Denotan la grandeza de un ser humano.
José Manuel
Belmonte
NOTA: LAS CARTAS CITADAS, serán publicadas EN LA ENTRADA SIGUIENTE.
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ 20-03-2020
EL HERALDO DEL HENARES 21-03-2020
https://www.elheraldodelhenares.com/op/un-virus-para-lo-peor-y-para-lo-mejor/
Sí, son muchos los gestos que estamos viendo de gente de a pie que con su grano de arena permiten pasar esta pesadilla con un rayo de esperanza a veces, otras con un ratito de humor. Pero es muy difícil sobre todo cuando ves que a tu lado hay una persona de más de 80 años, que por ningún motivo quieres que le pase algo. Entonces te acuerdas de cómo están llevando esto las autoridades y te entra mucha rabia y mucha impotencia.
ResponderEliminarSAludos.
En la medida que los ciudadanos son conscientes de lo que pasa, suelen acatar las órdenes, pero sienten mucha tristeza, tanto por las personas que se contagian, más por las que fallecen y por la lentitud del gobierno, para proteger a los sanitarios y a la población.
Eliminar¡No puedo entenderlo!
Gracias a ti, un abrazo.
José como hoy nos hemos quedado en casa, hoy hay trillones de coronavirus que no han podido encontrar un nuevo huésped y han muerto. ¡hay que contar también las bajas del enemigo para mantener alta la moral de la tropa!
ResponderEliminarOle por la iniciativa de las cartas
Gracias Emilia, por ver ese lado bueno "para mantener la moral de la tropa".
EliminarCreo que hay tanta gente luchando en primera linea que está desprotegida, que casi me avergüenzan estar en manos de quien, con todo el poder y se supone con todo el asesoramiento, no hayan hecho algo más para dar la presentar la lucha contra el enemigo, unidos y con menos riesgo.
La población "de casa" creo que es difícil hacerlo mejor.
Gracias.
Un abrazo.
José Manuel, nada que añadir a tú artúculo, tengo la esperanza de que saldrá un nuevo mundo.
ResponderEliminarGracias Anónimo. Comprendo que al intentar dejar un comentario, si google no puede identificarte, tengas que dejarlo como anónimo. Lo que sí deberías, en cualquier caso decir: soy Antonio, Rosa o quien seas y desde donde escribes. Eso me permitiría referirme a ti por tu nombre y saber a quien me dirijo. De lo contrario, debes saber que lo que se suele hacer, es eliminar el comentario, sintiéndolo mucho.
EliminarMe alegra que por lo menos, coincidamos en que de esta situación tan difícil saldrá un mundo nuevo.
Un saludo.
👏👏👏👏
ResponderEliminarMucha paciencia , saldremos de esta
Gracias Isabel, yo también lo creo. ¡Saldremos de ésta!
ResponderEliminarPero las bajas, ya son muchas y previsiblemente habrá más. Y como se afirma aquí mismo, Bill Gates, y el mundo científico han estado alertando a la Humanidad, incluso han adelantado varias veces el Reloj del Juicio Final, y no se han tomado medidas... y ahora está muriendo gente sin poder despedirse de los suyos, y los sanitarios con jornadas matrimoniaras y sin protección. ¿Para qué están los Gobiernos y sus miles de asesores? ¿Para decir que en los próximos días llegará material? Hay empresas que están trabajando a tope, incluso comunidades religiosas confeccionando para que los sanitarios puedan estar protegidos, y ellos ¿para qué están?
Vale, pues paciencia.
Un abrazo.