2) ¿Estamos ante el principio de un genocidio o una apuesta de futuro?
¿O ambas cosas? La respuesta está en el tiempo, y no en el viento. Tal vez la respuesta esté además en otro lugar muy alejado de Bangladesh.
¿Podrá evitar la
catástrofe climática? No lo sabemos
pero, hoy sabado,12 de diciembre 2020, en París puede decidirlo la Conferencia
Internacional de Naciones Unidas, sobre el cambio climático. La cumbre será
virtual y telemática, pero cerrará un acuerdo para reducir las emisiones de CO2
por lo menos hasta 2030.
Uno se
pregunta, ¿por qué Bangladesh, una nación superpoblada, amenazada por tifones,
inundada con frecuencia por los ríos y la subida del mar, no se da por vencida,
ni espera a las decisiones de Naciones Unidas?
No es que vaya por libre, pero toma decisiones. Es un país que no solo ha acogido a los rohinyás, y por lo menos ha intentado una solución. Las viviendas que aparecen en las fotos, tienen un muro perimetral ante la crecida del mar. La ONU, con más recursos, ¿Qué ha hecho por ellos desde 2017?
Es cierto que en este país hay familias que
han perdido muchas veces sus precarias viviendas por las inundaciones, pero las
han reconstruido o han tenido que desplazarse a algún lugar más elevado. Muchas
viviendas tienen dos alturas, y gracias al bambú, incluso los hijos han
aprendido a agarrarse para sobrevivir.
Amarrada seis días a la semana, una barcaza escuela
de propulsión solar, colabora en la educación de los niños cuyos hogares sufren
inundaciones periódicas. La barcaza puede
desplazarse a los lugares donde viven para ofrecer enseñanza y servicios
básicos de salud. Profesores y Sanitarios ayudan gracias al BRAC (antiguo Comité para el Progreso,
Rural de Bangladesh) que está considerado el mayor programa privado de
educación del mundo. Más de dos millones de alumnos de las escuelas de la
organización se han graduado hasta la fecha, pues cuentan con 34.000 escuelas y profesores a tiempo parcial, trabajando
en 60.000 pueblos (el 69%) de los 64 distritos de Bangladesh. El servicio de
salud, llega a 31 millones de personas en 33.116 pueblos.
No
hay que olvidar, que en Bangladesh
nació también el movimiento mundial de los microcréditos, iniciado por el
Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunnus y su Banco Grameen. La
subsistencia de personas tan desfavorecidas, la mitigación de la pobreza de
familias sometidas a tantos desastres naturales, el progreso no sería posible
sin los microcréditos a las organizaciones locales, con un índice de devolución
del 98,85 %. De hecho, el incremento anual medio del PIB debido al BRAC es más
rápido que el conjunto de Bangladesh.
Sus cosechas
de arroz, en sus parcelas, se han anegado en muchas ocasiones. Agricultores pueden
cambiar de casa hasta 40 veces en su vida. Han encontrado semillas que soportan
mejor la salinidad del agua y muchos han aprovechado las inundaciones para
cultivar cangrejos y camarones además de arroz en las lindes.
Es posible
que la solución de la isla Bhasan Char no sea la mejor. La amenaza del océano es real. Pero no
pueden esperar eternamente, hasta que alguna nación o la ONU, ponga en marcha
una solución mejor. Este
país, es una especie de laboratorio mundial donde experimentar soluciones
innovadoras destinadas a paises en vías de desarrollo. Posiblemente, debido a
la contaminación mundial y el efecto invernadero (que otros países
provocan),cuando este país tenga 250 millones de habitantes, en la Tierra habrá
millones de "refugiados climáticos".
Entonces, los pueblos del litoral serán más vulnerables, según los expertos.
Así que pese
a todos sus problemas, Bangladesh
es un lugar donde la adaptación al cambio climático parece posible, y
donde ya se están poniendo a prueba todas las medidas imaginables que no
requieran tecnologías avanzadas. Con el apoyo de algunos países
industrializados, una larga lista de ONG internacionales ayudan a sobrevivir.
Gracias a todos las innovaciones están ganando credibilidad, gracias a un
recurso que la población bangladesí posee en abundancia: resiliencia. Antes de que acabe este siglo, el mundo, en
lugar de compadecer a Bangladesh, podría tomar ejemplo de él, como algunos
apuntan.
https://www.nationalgeographic.com.es/mundo-ng/grandes-reportajes/bangladesh-la-amenaza-del-oceano_4237/15
3). "La isla de las emociones".
No puedo dejar de pensar que la
pequeña isla de Bhasan Char, ya es
desde este mismo mes, Isla de las emociones. Y al decirlo, caigo en la cuenta
de que el escritor argentino Jorge Bucay, tiene un escrito preciosos titulado
precisamente así. La idea base de este psicoterapeuta es: "Creo que el
mundo no es un lugar para competir, sino para compartir". Lo puso de manifiesto, en una isla que
también se estaba inundando y en cuya orilla pedía ayuda a las barcas que
pasaban cerca. El diálogo personificado
entre quienes abandonaban la isla y el náufrago es estremecedor y poético. El autor mismo lo narra en YouTube, "La
isla de las emociones". No me gusta el suspense, pero, en este caso
prefiero no adelantar nada y que el lector escuche el final de la odisea.
https://youtu.be/nBCIzqLu330
José Manuel Belmonte.
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ 12-12-2020 La isla del
final o del futuro
http://belmontajo.blogspot.com/2020/12/la-isla-del-final-o-del-futuro.html
EL HERALDO DEL HENARES 13-12-2020
https://www.elheraldodelhenares.com/op/la-isla-del-final-o-del-futuro/
CIVICA 21-12-2020
http://civica.com.es/blog/la-isla-del-final-del-futuro/
Hola Manuel, desearte un tiempo en paz y feliz si se puede pedir esto en estos momentos...que sepas que no me olvido de mis amigos blogueros aunque esté callada un tiempo. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Maru, por sentir, desear y compartir la vida, que a veces es más bulliciosa y otras más recogida y callada.
EliminarMe alegra saber que estás ahí y sentir el abrazo, aunque sea virtual. Tampoco yo me olvido y siempre te deseo lo mejor.
Buenos días amigo, no me sorprende como el pueblo birmano, lucha por sobrevivir. Ni me sorprendo porque el ser humano adormecido, mejor dicho anestesiado por las comodidades, hoy parece incapaz de analiza, el entorno, y adaptarse, ya que solo, cuando se pierde todo, y nada se tiene que perder es cuando da de si, todo de lo que es capaz. Gracias, por recordarnos quienes somos, y ojalá, veamos de lo somos capaces, si miramos con ojos filiales al prójimo, y de paso aprendemos de ellos
ResponderEliminarHola Emilia: tengo la impresión de que a veces vamos demasiado de prisa, se lee a la carrera y parece que se dice lo que se lleva en la mente, sin fijarse mucho en el mensaje y en el texto.
ResponderEliminarGracias por estar ahí.
Un abrazo.
Como siempre un maravilloso-interesante-tremendo tema para el análisis.
ResponderEliminarOjalá el hombre, llegue un día a pensar en el otro, como en si mismo.
Toda la felicidad para tí, siempre, no solo en este tiempo obligado.
Con mi gran afecto.
Se agradece tu gran sensibilidad, animando a pensar en los demás. Ojalá siempre fuera así, y no solo en este tiempo. Pero la pobreza y lo que irresponsablemente estamos haciendo con el Planeta, llevan a soluciones arriesgadas. Si además los desfavorecidos son rechazados por sus creencias, en el desamparo social, falta de amigos y emigrantes, ¿estamos en el siglo XXI o a principios del siglo I?
EliminarEs para pensar.
La misma felicidad para lo que queda de año y para el nuevo año, te deseo sinceramente, Soco.
Y el mejor abrazo virtual.
Vaya información. Al final uno se queda sobrecogido e impotente, para variar. Vivimos de espaldas a países como Bangladés. Solo pensar que tiene un tercio de la extensión de España pero más de 150 millones de habitantes descoloca. No soy tan optimista como en alguna parte del texto se indica sobre la adaptación al cambio climático en esa zona, no sé con esa población tan numerosa cómo pueden salir airosos en las próximas décadas, pero puede sorprender. De momento en nuestro país de jauja ni pensamos en ese mundo dentro del mundo ni parece que tengamos muy claro cómo afrontar medidas ante los cambios en el nuestro.
ResponderEliminarIntentar que el hombre de un lugar del mundo piense en el otro de otro lugar no deja de ser una plegaria. El mercado y la economía en general son los elementos que pueden modificar las condiciones de vida, pero ¿no necesitarían ser cambiados?
De todos modos cada vez tengo menos interés en emitir opinión sobre estos temas. Un abrazo.
Esto último va en el sentido de que me siento incapaz de valorar en sus dimensiones los problemas que cunden por doquier. Y me abruman.
ResponderEliminar¡No me extraña! A cualquier personan con un poco de sensibilidad puede abrumarle un problema que afecta a tantas personas vulnerables.
EliminarLo terrible es que los integrantes de los Organismos que podrían hacer algo, si no se desentienden, se implican poco.
Un abrazo.