Más
tarde, cuando estudiaba en la universidad, pude visitar, con otros compañeros,
un campo de concentración. Pudimos recorrerlo, vimos los barracones, las
alambradas, los hornos crematorios y las demás dependencias. Vimos fotos de
personas presas, escuálidas y leer algunas de las notas que algunos de los
internos, pretendían hacer llegar al
exterior, para algún ser querido. Estaban en trozos de papel o girones de tela.
Al
salir nos habíamos quedado sin habla. Casi imposible creer lo que habíamos
visto. Tan consternados y anonadados estábamos. En ese estado de shock estuvimos, casi una
semana.
He
tenido ocasión de volver a Estrasburgo y visitar el Parlamento, y desplazarme a
Bruselas, la otra Sede Europea, pasé por Alemania pero no estuve en Bonn, donde
nació Beethoven. Aunque él creció en Viena. Y como artista y creador fue... un rebelde.
En 2020 se conmemora el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven, y sabiendo que La Oda a la Alegría, fue escogida como el Himno oficial de Europa y reconocida como Patrimonio de la Humanidad, quise, por lo menos recordarlo. El genio atormentado de Beethoven, compuso, 5 años antes de morir, la célebre Novena Sinfonía declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Hoy, al finalizar el año de su aniversario,
vuelvo a Beethoven para resaltar, algo
que mucha gente tal vez no sepa: 1) El
Himno a la Alegría estuvo y se cantó en un campo de concentración; acompañó
a los internos y, es posible que gracias a él, alguno sobreviviera; y 2) Una valiente pianista francesa, ha ido al
mismísimo campo de exterminio, en 2020, para allí tocar en vivo y directo, el
himno a la alegría bajo el mismo cielo y la majestad sobrecogedora del campo,
con sombras y recuerdos, al lado de los vagones que trasportaron a los presos y
frente a los barracones.
1) En el Campo de
concentración de Auschwitz
había niños judíos.
Aquellos niños también
querían cantar. Pero en música, los nazis deseaban promover y potenciar "la
cultura aria". Por eso promovieron las obras de compositores alemanes como Johann Sebastian Bach,
Richard Wagner y Ludwig van Beethoven.
Por ese motivo, aunque la música es universal, los
niños que querían cantar el Himno a la
Alegría, aunque habían formado un
coro, eran judíos, y como era una
"obra aria", los nazis, les prohibieron cantarlo.
Hoy sabemos que en otoño de
1943, los responsables del campo iban a recibir una delegación de inspectores
de Cruz Roja. Para hacerles creer que las condiciones de vida de los deportados
eran normales, las SS concedieron la autorización para que los niños judíos
pudieran cantar el concierto, a condición de atenerse a un repertorio
folklórico. Sin embargo, el director del coro decide no seguir las ordenes
nazis y ensaya, en secreto, con los jóvenes cantores.
El concierto nunca tuvo lugar. Los niños fueron asesinados el 7 de marzo de 1944, todos, -menos uno-, Otto Dov Kulka.
Otto, como resultado de la ocupación alemana de Checoslovaquia,
fue arrestado con su padre por la Gestapo en 1939 y en 1942
deportado de un campo de concentración
de Auschwitz-Birkenau.
Fue ya después de la guerra,
cuando precisamente Otto, sobreviviente del Holocausto, descubrió que ese himno, tan importante para todos
los niños judíos, y ensayado y cantado en secreto en las letrinas del campo,
era la Oda a la alegría, de
Beethoven. Y que esa canción le habría permitido sobrevivir al horror diario
del Campo. "Beethoven,
fue un baluarte contra la barbarie nazi".
De hecho, recuerda Otto que:
"Nada se puede comparar con el cielo
de Auschwitz. Una infancia en Auschwitz, un académico en Jerusalén".
https://de.wikipedia.org/wiki/Otto_Dov_Kulka
2) Elizabeth Sombart, la pianista francesa, tocó
en el campo de concentración el 7 de octubre de 2020, en homenaje a Beethoven,
a los prisioneros y a los niños judíos.
Se había desplazado a Auschwitz el 6 para allí hacer sonar, la Oda a la Alegría en honor de cuantos allí estuvieron, sufrieron, y quisieron
cantar aunque no se lo permitieron.
Así que gracias al gesto valiente, al amor a la música y, gracias al
vídeo-reportaje: "Entre las sombras, hay una luz", bajo ese cielo
incomparable, de recuerdos inolvidables.
Como, dijo la pianista (vean el vídeo), allí tuvo lugar una historia conmovedora, pero
también la prueba de que la música clásica y el genio de Ludwig van Beethoven
"pertenecen a todos los hombres porque hablan al corazón y no son un medio
de comunicación, sino de común-unión".
De hecho, según Sombart: "Beethoven
ha permitido a Otto Dov Kulka mantener el valor más allá de toda esperanza".
¡Aún vive!
Pero si contra la música no pudieron las fronteras ideológicas, tampoco
podrán los virus ni los confinamientos nacionales o internacionales.
3) Al
finalizar 2020, el mundo se reinventa
con la música.
Necesitamos salir de la atonía social. Aun es posible la alegría.
La música nos hace a los humanos sentir que somos iguales. Por eso dije que lo que nos une, es interior.
(http://belmontajo.blogspot.com/2020/09/lo-que-nos-une-no-esta-fuera.html )
El día 12 de agosto de 2020, Día de la
juventud, fue lanzada una iniciativa de un mundo sin fronteras, de personas
iguales y solidarias. En Ecuador habían
creado una plataforma digital para seguir haciendo música virtualmente,
fomentar la solidaridad y hacer frente al Covid-19: "All Nations Orchestra".
de la canción "Iguales"
El 13 de octubre, era el Día
Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres. ¿Puede haber un
desastre mayor que una pandemia que se ha llevado ya a más de un millón y medio de ciudadanos y cerca de 80 millones de
contagiados en mundo, de todas las razas, lenguas y religiones?
Ricardo Mena, Director de la Oficina de
las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres y Embajador de la
Orquesta de las Naciones, dedicó unas breves palabras en este video.
La música es de todos y para todos. No
solo se necesita, sino que es posible. Ante las restricciones, impuestas por el
confinamiento y la distancia, aquí mismo en Guadalajara y en cientos de lugares, los ensayos virtuales se
multiplican. ¿Por qué no va a ser posible la alegría y la esperanza?
Si hemos sentido los escalofríos de
Auschwitz, y conocemos el poder de la música, bajo el cielo del campo de
concentración, si este año hemos experimentado el vacío que nos ha dejado algún
ser querido, y el desconcierto de las noticias sobre los virus y las vacunas, seguro
que aguardamos esperanzados que el 2021, sea un poco más saludable para todos.
La música de Beethoven y la letra de El Himno a la Alegría tiene toda su fuerza y su vigencia. La alegría es un sentimiento interior, por eso...¡La alegría es posible!
¡Feliz año 2021, con todo lo mejor para todos y cada uno!
José Manuel Belmonte
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ
31-12-2020 ¡Aún es posible la alegría! ¡Feliz 2021!
http://belmontajo.blogspot.com/2020/12/aun-es-posible-la-alegria-feliz-2021.html
EL HERALDO DEL HENARES 31-12-2020
https://www.elheraldodelhenares.com/op/aun-es-posible-la-alegria/
CIVICA
2-1-21
http://civica.com.es/blog/aun-posible-la-alegria-feliz-2021/
La música no conoce de fronteras, razas, religiones e ideologías.
ResponderEliminarSimplemente nos hermana a todos los humanos.
Feliz Año Nuevo!
Así es, Alfred. La historia es testigo, y Auschwitz, uno de los máximos exponentes.
EliminarUn abrazo, ya en el Año Nuevo.
Siempre me he preguntado, qué ocurriría si un ser humano de los que habitaban el planeta hace 15 mil años (no quiero ir más atrás), pudiera de pronto sentarse en un auditorio y escuchar en vivo y en directo, por ejemplo La Novena Sinfonía de Beethoven o el final (preciso) coral de la Octava Sinfonia de Mahler.
ResponderEliminarDicen algunos antropólogos que posiblemente trataría de escapar y paulatinamente empezaría a recibir la emotividad, si es que no estuviera solo.
Lástima que sea un experimento imposible.
Imaginar lo imposible, es un reto de artistas, pensadores y personas inquietas, como nosotros (me parece). ¡No vamos a darnos por vencidos ni con la música, y con las otras artes. Vengo de ver 50 obras del Museo del Prado, a la intemperie, en el Parque de la Concordia, de esta ciudad. Ni el frío intenso impide disfrutar.
Eliminar¡También es un experimento!
Un abrazo.
Mis nietos son alemanes, a partir de ahí.... Ni qué decir tiene de qué manera comparto mi pasión por el gran genio de Beethoven con su enorme dolor y frustración humana. También gran dolor y tristeza por los acontecimientos crueles de la guerra e igualmente agradecida de haber nacido en tiempos más felices.
ResponderEliminarDe la Novena, es el tercer movimiento el que me encandila.
En otras palabras, agradecida a la vida por poder disfrutarla y por haber vivido lo suficiente como para contarlo con balance positivo.
Sobre la actual e injusta situación cada cual tendrá su versión y a partir de ahí esperar que asuma sus consecuencias con paz y conformismo. No se me ocurre nada mejor que pensar de una simple fecha mundana del calendario cuando existen otras mucho más importantes como los solsticios y los equinoccios
Por cierto se dice que una importante parte de la genética bethoveniana podría ser española. Al menos su aspecto físico y su pasión tiraba a mediterránea.
Hola valiente nómada enamorada de la música y sufridora por la crueldad de la guerra y las injusticias humanas.
EliminarCon motivo de su 250 aniversario se han hecho hasta conciertos autobiográficos https://youtu.be/LpSe_TM-BJs, pero no conozco sus raíces genéticas. Aunque fuera un rebelde y un apasionado, no me atrevería a apoyar, tampoco a rechazar, el lado mediterráneo. En todo caso, el aire de libertad, y su resistencia ante las adversidades, son resaltadas tanto por sus contemporáneos, como por sus biógrafos.
Un fuerte abrazo y feliz 2021.
En el año 74 estuve en el campo de concentración en Polonia en mi primera vez que viajaba en avión,un bielice de LOT...cuánto tiempo ha pasado,lo he recordado al leer tu artículo.Feliz Año para ti y todos tus lectores.Domingo
ResponderEliminarLa visión del Campo inolvidable, es impresionante, amigo. Aún hoy, al ver el video, produce pánico, si se ha visto o se han leído algunos libros, sobre lo que allí pasó. Otto, y su triste experiencia, nos lo recordará mientras viva.
EliminarGracias por estar ahí y por tus buenos deseos, que comparto.
Un abrazo sincero y que sigamos, con salud, compartiendo camino mucho tiempo.
Por supuesto tenía dos hélices no dos elices😂😂Cosas del directo
ResponderEliminarNo le des vueltas. Puede pasarnos a cualquiera.
EliminarSi lo deseas, lo borras y lo reescribes. No veo inconveniente. Así que sé libre, aquí y siempre.
Otro abrazo, Domingo.
ResponderEliminarPor la música. Por la alegría. Por la justicia. Por la vida.
Mi abrazo, Josemanuel, por un Mundo Nuevo.
Por un Mundo Nuevo, por todo eso, y por la Poesía.
ResponderEliminarGracias por tus sueños alegres, justos, llenos de vida y de poesía.
Un abrazo dando los primeros pasos en 2021.
He leído muchísimo sobre el holocausto, incluso visité la exposición "Auschwitz, no hace mucho, no muy lejos" con cientos de objetos reales, vagones, barracones. Por mucho que imaginemos no podremos llegar a saber lo que se vivió en aquellos campos de concentración. Entiendo perfectamente que la música fuese clave para mantener un hilo con la vida, con la existencia. La música es un lenguaje espiritual, un lenguaje que nos une, imperecedero, más allá de lo meramente humano. Incluso alguien que padezca alzhéimer avanzado, reacciona a una melodía siendo capaz de comulgar con ella.
ResponderEliminarBeethoven es música hecha hombre.
Preciosa entrada. SAludos.
Nuestra imaginación no llega a abarcar tanta inhumanidad, tanto sometimiento ideológico y tanto olvido de derechos y valores. Yo me quedé mudo, y aún hoy las fotografías del exterminio me producen consternación, abatimiento e indignación.
EliminarQue la música de Beethoven conectara con la esperanza de algún corazón y mitigara algo el frío, el dolor y la injusticia, eleva al atormentado artista a la categoría de inmortal. Así lo ha sabido interpretar la pianista francesa, Elizabeth Sombart, en Auschwitz mismo, a cielo abierto.
Sabiendo tu sensibilidad, te creo capaz de imaginar, lo que en este campo de exterminio, al igual que en Treblinka, Stutthof o en Mauthausen, donde se dice que llegaron a estar prisioneros hasta 200.00 personas de diversas nacionalidades, (entre ellas más d 7000 españoles), de las cuales, en torno a 100.000, murieron por las míseras condiciones de vida, etc.
De verdad, duele el alma. ¡No hay palabras!
Gracias por tu aliento.
Un abrazo.