En el corazón de la bahía de la Concha, hay una pequeña isla, llamada Santa Clara. Tiene una casa y un Faro, con su historia. Fue antiguamente una península unida por tierra con el actual paseo. Hoy está flanqueada por los montes Igueldo y Urgull.
Por su
situación, en la bocana, ofrece a los
visitantes la vista más icónica de la Bella Easo, la capital guipuzcoana; y si
se mira hacia el mar, el Cantábrico abierto ofrece su horizonte azul, su fuerza
y a veces sus galernas. Es un capricho de la naturaleza. Hace más de 50 años, la isla fue declarada Centro Histórico de Interés Nacional.
Antiguamente, en el s.XIV hubo monjes
que levantaron allí una ermita que ya no existe. La terrible peste, la epidemia más mortífera de la humanidad, también
llegó a la capital guipuzcoana. Consta que en el siglo XVI, fueron trasladados a la
isla, muchos de los contagiados por la enfermedad, aislados en cuarentena.
El faro actual, construido
en 1864 y guió desde lo alto de la casa del farero, a los hombres de la mar, en
las noches, las tormentas y las brumas. El último farero, natural de Santoña, vivió
en aquella casa 24 años, desde 1944 a 1968, en que fue trasladado al de Igueldo.
En 1968 el
Estado cedió la isla al Ayuntamiento de San Sebastián, y pasó a ser de
titularidad municipal.
A escasos 500 metros de la costa, se
podía acceder a la isla, hasta ahora, en barco, kayak, de pie sobre una tabla, paddle surf,
o incluso a nado. Aunque la cima no es muy alta, -48 metros-, hay que animarse
para hacer un agradable paseo bordeando la escarpada roca hasta llegar al
faro. Hay una vegetación variada y abundante, merenderos y vistas
impresionantes.
En la
actualidad posee un embarcadero y una pequeña playa que sólo aparece con las
bajamares y que, sin embargo, cuenta con servicio de socorrismo, duchas e
incluso un bar, debido al gran número de personas que en verano se acercaban a
la isla. De hecho, en verano, un servicio regular de barco, cada media hora,
comunicaba el puerto de San Sebastián con Santa Clara.
El arte de
una mujer lo cambia todo.
El Faro de la isla, como todos, ha tenido su encanto, y... desde ahora también su secreto. Cristina Iglesias, una artista donostiarra ha conseguido la transformación. La artista había recibido de mano del alcalde, el Tambor de Oro, la máxima distinción que concede el Ayuntamiento donostiarra coincidiendo con la gran fiesta local, el día de San Sebastián, en enero de 2016. La invitación que el Alcalde de San Sebastián Eneko Goia, hizo a la artista donostiarra, es el inicio del proyecto de Hondalea, que unirá el faro y el abismo, gracias a la imaginación creativa de la artista.
¿Quién puede negarse a hacer realidad un gran sueño? Como eligió la isla de Santa Clara y la Casa de el Faro. Fue necesaria la rehabilitación del faro, y después, vaciar la casa, para introducir e instalar la obra, elaborada conjuntamente por arquitectos y profesionales, preservando el entorno, sin dañar ni la flora ni la fauna de la isla. De este modo lo que era un lugar público y común, se acerca al ciudadano y le permite disfrutar de naturaleza, por tierra, mar y aire.
El arte vasco capitaneado por Oteiza y Chillida siempre ha tenido en cuenta la peculiar situación del paisaje, los materiales, la forma y el color.
Después de salvar muchas dificultades y de cinco años de enorme trabajo, su obra Hondalea, vive y resuena en las entrañas de la Isla desde mayo de 2021. Hondalea, es una escultura formada por más de medio centenar de piezas, de bronce trabajado y 15 toneladas de peso.
Arriba la luz, donde se guardará en el silencio memoria de cuantos han vivido allí; y, en la casa vaciada, como el hueco de una sima hacia el abismo, podrá contemplarse el ritmo de las mareas, en el vaso de la obra artística en bronce, en constante dialogo de la naturaleza y la protección de los océanos. Ahí se aúnan, la poesía del agua, el sonido del oleaje -que el bronce transmite y hace resonar-, en el suelo artístico de escultora y lo que el espectador pueda o quiera intuir o soñar.
Ahí se encuentra la razón de ser de este proyecto artístico, cuyo presupuesto ronda los 4,5 millones de euros, y recrea ante los ojos del visitante el impacto de las olas contra las rocas marinas, en lo que supone una experiencia sensorial donde se cruzan la contemplación, el sonido, el olor y el viaje. Llevar al visitante de Hondalea a ver Donostia, desde la perspectiva imponente de esta isla y su faro, es especial. ¡La isla del tesoro, existe y, tiene su secreto!
Aunque los faros siempre hayan sido mágicos, aquí la casa y el faro, son distintos, porque ni es casa de un farero, y el faro va a guiar barcos con su luz, solo será referencia para bajar al abismo: "Un viaje hacia al centro de la tierra", donde no hay fuego, ni mar. Así que, nada es lo que parece, el agua que se ve, no es de la marea, es de un circuito de agua dulce procedente de un depósito-aljibe subterráneo situado nueve metros por debajo que va metiendo el mar cada 20 minutos dentro de la escultura. "Esa es la capacidad ilusionista de una obra así, dice la artista; a mí me encanta cuando la gente, en su cabeza, cree que es el mar".
https://youtu.be/K6cTMpRxj4s
La primera semana de junio ha sido histórica. El miércoles 2 de junio tuvo lugar el acto institucional de apertura, con un viaje mágico en barco, escalinata luego, palabras de agradecimiento a la entrada de la casa del faro y luego, la vista interior hacia Hondalea, por la escalera flotante, contemplando el legado de la obra de la artista a las autoridades, a su ciudad natal y al mundo, en un despliegue estético para los sentidos y la reflexión. El agua que va y viene, la marea del mar y de la vida, que en el fondo, inquieta y sugiere.
Mientras, en la ciudad, el Museo de San Telmo, acoge una exposición sobre Hondalea, documentación relativa al proceso creativo y los materiales de la obra, así como un audiovisual realizado por la propia artista, donde se narra la experiencia del viaje, la visita a la isla pensada para personas que por diferentes motivos no puedan acceder a Hondalea.
https://www.eitb.eus/es/noticias/videos/detalle/8054573/hondalea-puerta-a-profundidades-del-mar-y-hito-para-san-sebastian/
PUBLICADO EN
ESPERANDO LA LUZ 5-6-2021
http://belmontajo.blogspot.com/2021/06/del-faro-hondalea-en-euskera-fondo-del.html
EL HERALDO DEL HENARES 6-6-2021
https://www.elheraldodelhenares.com/op/del-faro-a-hondalea-en-euskera-fondo-del-mar/
https://www.facebook.com/elheraldo.delhenares
CIVICA 7-6-2021 http://civica.com.es/etica_social/del-faro-hondalea-euskera-fondo-del-mar/
Una obra impresionante, gracias por mostrarla.
ResponderEliminarSaludos.
No tienes por qué agradecerlo, Alfred. Todos apreciamos el arte y las inversiones con cabeza, que se hacen bien y en beneficio de todos.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminarPlaneaba visitarla en estos días con mi hija. Será impresionante, ya te contaré . Y ya sabes, un pretexto para visitar Donosti. Cuando sea, una llamada, un aviso, y una copa en mi bar favorito...
Abrazos.
Por supuesto, Soco, será un motivo más para visitar Donosti y vernos y hasta celebrarlo con una copa en tu bar favorito. Será una gozada cultural y de alcance humano. No nos lo queremos perder. Solo necesitamos encontrar la fecha adecuada. Nos pondremos en contacto.
EliminarFuerte abrazo, y un poema pendiente.
He estado varias veces en San Sebastián, pero nunca he visitado la isla, lo tendré en cuenta para la próxima vez, ahora con mayor razón para poder visitar el faro.
ResponderEliminarSAludos.
Quien recorre caminos, -no solo imaginarios y poéticos- sino reales, porque ama la libertad y le gusta el mar, siempre encuentra "motivos" para volver. El faro, que guio a la gente de la mar y a los amantes de los cuentos de los niños, seguirá guiando a los visitantes, capaces de descubrir el misterioso oleaje mezclado con el arte de una mujer en Hondalea. ¡Merecerá la pena contemplar la ciudad y la Concha, desde la pequeña cumbre, a quien llega con el corazón en bandolera!
ResponderEliminarUn abrazo.