lunes, 10 de mayo de 2010

La libertad religiosa en las sociedades democráticas (1)

Hasta hace poco se ha hablado de Córdoba, como ejemplo de tolerancia y convivencia entre las personas que profesaban distintos credos. Eso está en el origen de su prosperidad.

Pero con el tiempo, sobreviene el cambio y la política de condescendencia, respeto y permisión, se desplazó a Toledo. Allí, cristianos, árabes y judíos, gracias a una política adecuada, fomentaron una cultura y un desarrollo de la sociedad envidiable e inimaginable.

La prosperidad civil suele venir apoyada en pilares humanos, tanto en política como en el campo religioso. Personas de una valía y de una influencia extraordinarias, se convirtieron en guías en las distintas religiones y también en las diferentes ramas del saber. El acierto político fue amparar y potenciar iniciativas de desarrollo sin exclusiones.

En Córdoba, gracias al acierto y al esplendor de los califas se multiplicaron las mezquitas, las plazas, las fuentes, el alcantarillado, las bibliotecas y los zocos, pero también florecieron las letras y las ciencias. Gracias al empuje del Averroes musulmán y al judío Maimónides.

Cuando el centro de la cultura se desplaza hacia Toledo, los reyes castellanos han tomado nota y asimilado los principios que habían impulsado el desarrollo: el respeto religioso, y la convivencia. Llegó Toledo a ser conocida mundialmente como “la ciudad de las tres culturas”: cristiana, judía y árabe. El prestigio y la influencia de las escuelas toledanas recorre y abarca la edad media hasta los albores del renacimiento. No olvidemos que el saber llegado hasta el Toledo mozárabe había que traducirlo al latín y con el tiempo al romance castellano. Allí se formó la escuela de traductores medieval más importante. También se la conoce, como “la ciudad imperial”, por haber sido la sede del emperador Carlos I de España.

Durante el siglo XX, después de las grandes guerras, comenzó en Europa a surgir la necesidad de asociarse para defender mejor sus intereses, económicos y políticos. Robert Schuman, nacido en Luxemburgo, con ascendencia alemana pero ministro francés, y profundamente católico, anunció proféticamente, el día 9 de mayo de 1950, hace ahora 60 años, que “Europa no se hará de golpe”, pero hay que comenzar. Era el primer paso para la Unión Europea actual. Francia y Alemania se comprometían a la administración conjunta de los mercados del carbón y el acero, industrias clave en las economías de guerra, que debían ser claves también en la paz. El gran visionario y artífice de esa idea fue Jean Monnet, comisario francés del Plan de Modernización.

Dificultades desde entonces muchas, estatales, comerciales, y culturales y religiosas. El Benelux, mostró un camino al adherirse a la propuesta franco-alemana, al igual que Italia. Bruxelas, un nudo de comunicaciones, iba a jugar un papel fundamental. Con más o menos entusiasmo, sin prisa, pero sin pausa las distintas naciones se han ido posicionando y adhiriendo. España también lo hizo en su momento. Con la caida del Muro de Berlín, en el 91, se abría paso tambien a la integración de los paises del éste. A día de hoy ya es la Europa de los 27.

Estrasburgo, ciudad francesa fronteriza con Alemania. Capital de la Alsacia, pasó de alemana a formar parte del territorio francés. Su importante puerto sobre el Rhin y su situación geográfica han jugado un papel decisivo. Pero además culturalmente era y es una ciudad cosmopolita, acogedora, e integradora.

Católicos, protestantes y judíos, conviven allí, codo con codo y en armonía. El Profesor Dr Vilmos Vajta, natural de Hungría, ha dado, desde los años 50 a los 94, un impulso especial y muy apreciado: el ecumenismo.

Además de su famosa catedral católica, hay iglesias luteranas. Los judíos tienen su espléndida “Sinagoga de la paz”, construida en el 58, sobre las cenizas de otra incendiada por los nazis. Hay un Seminario Internacional, muy abierto. La Universidad estatal ha sido un gran foco de saber. Católicos y Protestantes, en la rama de la Teología, comparten un mismo y extraordinario edificio universitario. Hay un Instituto de Historia de las Religiones, un centro de antropología religiosa. En el Campus a nadie se le pregunta ni se le excluye por su fe. El francés es la lengua oficial, y quien no la sabe puede acudir a clases de pago.

El Estado francés, laico, y la Universidad, apoyan por igual a unos y a otros, y cualquiera puede obtener becas o ayudas oficiales para cursar sus estudios.

Yo mismo fui becado por el gobierno francés y conviví con rumanos, griegos, canadienses, indios, polacos, americanos, coreanos, japoneses, latinoamericanos y muchos surafricanos. También con algunos catalanes y por supuesto franceses. Nunca tuve un problema. La lengua común: el frances para todos.

¿Puede extrañar que esta ciudad fuera escogida para ser la Sede del Parlamento Europeo, y motor de la Unión Europea?

Los árabes que quisieron aprender siempre fueron bienvenidos. El fenómeno de la masiva emigración islámica hacia Europa de finales del siglo XX y principios del XXI , en general ha ido en busca de trabajo, más que de cultura. Cuando han llegado los islamistas, la semilla de Europa había germinado, y el modelo europeo, de unión, democrática, cultural y económica está ya en vigor.
Pero en Estrasburgo, existe también un Centro Europeo Ley y Justicia (ECLJ), que es una organización no gubernamental, especializada en asuntos de defensa de la libertad religiosa.
Todo lo anterior viene a cuento de que el gobierno de España, haya organizado la semana pasada, en Córdoba unas jornadas de estudio, con el título“La libertad religiosa en las sociedades democráticas”. ¿Se está tanteando el terreno o se pretende reescribir la historia, también en este campo.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES [10-05-10 23:45] - La libertad religiosa en las sociedades democráticas (1); en CiViCa:
JUEVES 13 DE MAYO DE 2010 LA LIBERTAD RELIGIOSA EN LAS SOCIEDADES DEMOCRÁTICAS (1). Por José Manuel Belmonte (Asociado de Cívica)

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