“Mejor ciudad y mejor vida”, es el lema de la Expo de Shanghái, una de las ciudades más pobladas del planeta.
Los 192 países y los 255 pabellones, se han puesto el reto de responder a ese lema. ¿Cómo se debe planificar la ciudad para que la vida en ella sea mejor? ¿Cómo debemos integrar la naturaleza en la ciudad? Posiblemente la pregunta sea una sola: ¿qué futuro estamos creando los seres humanos en este planeta?
Pues nada, ahí nuestros gobernantes han echado el resto, porque se esperan 70 millones de visitantes. Y Madrid, Barcelona y Bilbao tienen también hasta el 31 de agosto su pabellón de muestra.
Por supuesto no voy a hablarles de la Expo. Como a mis compatriotas, a mí me importan las preguntas, y si las hay, también las respuestas.
Muchos están ya alucinando. Asombra que España haya llevado hasta allí un bebé robotizado; que sea un gigante de más de 6 metros; que se llame "Miguelito"; que el presidente del Congreso, -abortista por votación-, pose junto al bebé y haya ido a Shanghái a inaugurarlo; que Miguelito sea la imagen más “vendible” de la España de Zp, y que la ciudad del futuro sea “así de humana”. Miguelito ¿es la última parida?. No merece la pena hablar de los 55 millones que ha costado el pabellón. En plena crisis, en Shanghái con "Miguelito en pañales" y rescatando a Grecia como uno de los grandes de Europa.
“Miguelito”, ocupa el espacio “Hijos". ¿Mejor “Miguelitos” que hijos? ¡Un sarcasmo!. Seguro que le habrán puesto el nombre, por “la nana de la cebolla”, del autor que ahora se conmemora el centenario.
Es increíble lo imaginativos que podemos llegar a ser. Se dice que España, ha recubierto los tubos de hierro del pabellón con mimbre como respuesta integradora de los materiales naturales. Sería integrar al hombre y el medio ambiente o viceversa. “Miguelito” el de Zumosol, ¿el novio de Mariquita Pérez?, necesitaría una solución habitacional del carajo la vela. Si la Ministra pudo decir que un pequeñito bebé de 12 semanas, de los que se han hecho miles, “no era un ser humano”, con este “gigante” ya no tendrá duda.
Todos sabemos que en las aldeas y ciudades chinas, los “bebés” son una “rareza”, no porque sean una especie protegida precisamente, sino por todo lo contrario. Todos sabemos que “las bebés”, son todavía más raras. Ni siquiera la ministra de Igualdad tiene nada que decir en esa millonaria discriminación machista.
Un gran número de padres adoptantes, a nivel mundial, y también de nuestro país, acuden a China solicitando, por favor, “un niño o una niña”, porque aquí no hay. Aquí se aprueba el aborto, el descuento abortivo con carnet joven, pero no se ayuda a la adopción. Y el gobierno va allí, a plantar, en la urbe más poblada del planeta un “Miguelito”, que necesita para poder estar sentado el espacio de mil chinos.
Los Derechos humanos en China, “no mentarlos”. El derecho a la vida, como primer derecho humano, “no mentarlo”, ni aquí ni allá. ¡Mejor llevar esa “sonrisa” bobalicona del gran “Miguelito” español!
Sería terrible, que gracias a la Expo, los chinos descubrieran de golpe las ocho clases de españoles. Sí, las 7 que enumeró Baroja: 1) “los que no saben”, 2) “los que no quieren saber”, 3) “los que odian el saber”, 4) “los que sufren por no saber”, 5) “los que aparentan que saben”, 6) “los que triunfan sin saber”, 7) “los que viven gracias a que los demás no saben”, y 8) “los primos de Miguelito”.
¿Esa es nuestra respuesta? ¡Menudo futuro!
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES [04-05-10 19:07] - Miguelito de Shanghái;
EL DIA 12-05-2010
¿No irá alguien a esa Expo a decir las verdades de Miguelito?
ResponderEliminarEmilia