lunes, 14 de febrero de 2011

Una oportunidad


Todos los acontecimientos traumáticos, sobre todos si duelen, encierran una enseñanza y una oportunidad. Olvidarlos no es la solución, puede inmovilizarnos o traumatizarnos. Podemos descubrirnos con posibilidades de hacer algo en la vida o indolentes hundirnos en el fracaso. La sinceridad y el esfuerzo son compañeros del éxito.

Soy especialmente sensible a alguno der esos acontecimientos traumáticos, como el aborto, que además de malograr y eliminar una vida, tiene componentes de frustración, o de auto engaño. Reconozco que cualquier fracaso, (notas, expectativas de carrera, despidos, crisis -personal, familiar, empresarial o social-, pérdida de un ser querido, quiebra económica, violencia, traición etc.) pueden ser al mismo tiempo una oportunidad. Se puede y se debe aprender. Ignorarlo echar la culpa a los demás es ir encadenando errores. “El problema no está ni en los sistemas políticos, ni en la democracia: está en el hombre.”

La experiencia de superación, es un grado. Haber pasado por trances de esa magnitud y poderlo contar, es un acierto. Algunas mujeres que han pasado por el Síndrome Post Aborto (SPA) han contado su terrible experiencia. Hoy quiero poner de manifiesto, las palabras de un hombre, que fue capaz de superar el mayor batacazo personal y social, y convertirse en referente. Cuando te quiten todo, o renuncies a todo, quedas tú y tu verdad. “No hay camino hacia la verdad” decía Krisnamurti. “No hay otro camino diferente que el propio caminar. La verdad, la única verdad de la que podemos disponer con certeza es la experiencia. Sólo el que prueba sabe”. Para poder hablar hay que llegar hasta el fondo.

Algo que todos deberíamos saber siempre es que “nuestras conductas son causas que van generando efectos”. Y las consecuencias de nuestros actos o se asumen o se pagan. Lejos de echarlas a la espalda, hay que afrontarlas. “Todo lo que sucede, sucede porque hacemos que suceda”. No todo vale, ni en lo personal ni en lo social. El bisturí de la sinceridad descubrirá que somos humanos, es decir, carne y espíritu. Algunos se quedan en la sola materia. “El camino al Espíritu exige una sinceridad total: si mientes, si dices lo que no sientes, si hablas de lo que te gustaría ser y no de lo que eres haces un agujero muy importante en el equilibrio y se paga caro”.

Llegar al fondo es plantearse las cuestiones básicas: “El sentido de la existencia, por qué estamos aquí, es absolutamente capital. Unos dicen “para nada, simplemente para morir”; otros, “para mejorar”. “Las creencias de mucha gente, funcionan como (analgésicos) adormecedores de angustias. Yo lo que quiero no es adormecer mis angustias sino encontrar un camino espiritual sabiendo que tengo que renunciar a muchas cosas…”. “Algunos creen que retornamos, que nos reencarnamos”. “La religión puede ser un perfecto tóxico, pero el materialismo puede ser heroína pura. No se puede hacer nada ni mejoraremos política, cultural, económica ni socialmente si no recuperamos el papel del Espíritu en nuestras vidas”.

Encogerse de hombros o engañarse a sí mismo, no es ni el método para descubrirnos, ni para ver las consecuencias de nuestros actos, y lo que podemos hacer. La libertad desnuda y sincera puede ayudar a descubrir la verdad, con dignidad. “Y la dignidad es uno de esos conceptos que no admiten ser un mediopensionista: o se es digno o no se es. Un mínima indignidad contamina todo”. Eso lleva a otro concepto “la limpieza de corazón”. “El lenguaje del corazón es un lenguaje común al esoterismo”. “No trates de responder con abstracciones mentales; simplemente, sé limpio de corazón; límpialo”. “Me decía a mi mismo que el Espíritu no cabe en una estancia sucia, además es muy meticulosos, es muy pesado: como haya la más mínima suciedad, se va… Hay que tener el corazón limpio para ser digno. Si eres digno eres libre. Si no tienes el corazón limpio, estás esclavizado por el demonio de turno, que es tu vanidad, tus cosas…”. Si uno es honesto consigo mismo, puede serlo con todos.

Para descubrir esa luz, esa profundidad, se precisa silencio, meditación y oración: “En el silencio nos escuchamos a nosotros mismos. Hay mucha gente que no le gusta lo que escucha y entonces prefiere que la aturda el ruido externo. Pero sin silencio no se puede caminar en el Espíritu. Rezar es silencio. Meditar es silencio. Quien no es capaz de estar en silencio, no es capaz de estar en sí mismo con mayúsculas…con la divinidad de la que somos posada transitoria. El silencio permite ser honestos y limpio de corazón, permite revisar los verdaderos impulsos de lo que se hace”.

Algunas mujeres abortistas superaron su angustia uniéndose a las causas a favor de la vida, y ayudando a otras mujeres. (Pueden verse en No más Silencio, Red madre, Cidevida, Hazte Oír, Derecho a Vivir, Proyecto Raquel etc.).


El personaje del que hoy vengo hablando, no es ningún psicólogo especializado en autoayuda. Tampoco un guía espiritual, aunque podría serlo por vida, conocimientos y experiencia. No es ningún personaje de novela. Es un contemporáneo nuestro, que ha tenido el coraje, la valentía, el equilibrio y la satisfacción de encontrarse a sí mismo y superar las mieles de los “Días de gloria” y las penalidades de la cárcel. De hecho uno de sus libros "La palabra y el Tao” está confeccionado en prisión, en el tercero de los encierros, transcurrido entre 2002 y2007. Pero antes de escribir tenía un bagaje mental de muchos quilates. Habla de cómo la disciplina mental y espiritual le ayudó a superar muchos años de condena. “Es así como la cárcel dejó de ser prisión, porque aunque permaneciera en el plano físico, desaparecía en el existencial”. “Nunca más volví a ver cárcel en ninguno de mis movimientos diarios. Mi espacio era el mismo. Mis funcionarios también. Los ruidos, idénticos. Pero ya no estaba en la cárcel”. “La soledad carcelaria, la agresividad del entorno, se convirtieron, como toda la realidad que nos rodea en un producto puramente mental”.

Y lejos de inmovilizarlo y traumatizarlo para siempre, le sirvió para hacer algo por las personas de su entorno: “La asunción de lo inevitable- mi lema favorito- me permitía disponer de mi tiempo de manera que fuera aprovechable para otros y para mi mismo…tenía frente a mí, al alcance de mi mano, un material humano al que podía ayudar , y no con palabras más o menos bonitas, ni con discursos sobre el futuro, sino con lo que realmente ellos valoran: la libertad”.(Citas, todas, tomadas del libro “Memorias de un preso”, de Mario Conde).

Una vez recuperada físicamente la libertad, Mario, sigue poniendo en marcha nuevas iniciativas. Con energía y libertad se pueden promover valores. Ha creado una “Fundación civil”. El día 16 de febrero, será el acto oficial de su presentación en Madrid(foto de cabecera). Allí estaremos, con los amigos y simpatizantes, tratando de manifestar, como él dice: “nuestra vocación alejada de cualquier iniciativa política directa y dirigida en esencia a que la sociedad civil recupere el protagonismo y ejerza los derechos que deben corresponderle”. Antes tiene que despertar. Sacudirse el miedo. Antes, el hombre (y la mujer claro) debe saber que puede. Como dice el Premio Nobel de la Paz,Aung San Suu Kyi: "cuanto más miedo tienes menos vale tu vida". Es una oportunidad.
http://www.fundacioncivil.org/
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES ,[14-02-11 22:05] - Una oportunidad;Bitácora de BELMONTE en CiViCaUna oportunidad 15/Feb/2011 .

1 comentario:

  1. Por error, se ha suprimido el comentario de una persona que hizo su comentario desde el anonimato. Le pido disculpas, y le ruego por favor que, si no es mucha molestia, lo repita. recibe mi agradecimiento, y prometo responder.

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